Palabra de vida – Enero 2021

 
“Permanezcan en mi amor: darán mucho fruto”
Todos los años, los cristianos que pertenecen a diferentes iglesias dedican un tiempo común¹ a la oración para pedir juntos al Padre el don de la unidad, de acuerdo con el deseo de Jesús.

Él la quiere “para que el mundo crea” (Juan 17, 21). Con la unidad puede cambiarse el mundo, crear comunión, fraternidad y solidaridad. Es fundamentalmente un don de Dios, por ello es indispensable pedirla con insistencia y confianza al Padre.

Es la experiencia de un grupo que, en España, vive la Palabra de Vida. Desde hace algunos años, precisamente durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, se sienten animados a rezar por la gracia de la unidad y a construir puentes. Escribe Margarita: “Contactamos al responsable diocesano de ecumenismo, a los párrocos, a un sacerdote ortodoxo y a los pastores evangélicos. Nos reunimos a rezar, como cristianos acordes, primero en la parroquia católica y luego en la ortodoxa. En cada ocasión, nuestras iglesias se colman de la alegría que proviene de la presencia de Dios. Es Él quien abre los caminos hacia la unidad”.

Para 2021, la comunidad monástica de Grandchamp, en Suiza², ha propuesto como luz para este camino un lema muy eficaz, tomado del evangelio de Juan:

“Permanezcan en mi amor: darán mucho fruto”

Se trata de una urgente invitación para vivir y actuar en favor de la unidad de los cristianos en estos días especiales, y para proseguir todo el año y toda la vida. Nuestras divisiones son una herida grave que necesita ser curada, en primer lugar por la misericordia de Dios y luego por el compromiso para conocernos, estimarnos y dar juntos testimonio del Evangelio.

Con estas palabras, Jesús nos revela los pasos seguros a seguir: antes que nada permanecer en su amor.

Por lo tanto, es necesario abrazar con la mayor fuerza nuestra relación personal con el Señor, confiándole nuestra vida, creyendo en su misericordia. En efecto, Jesús “permanece” siempre con nosotros, fielmente.

Al mismo tiempo, nos estimula a ir con decisión tras él, para hacer de nuestra existencia un don al Padre, como la suya. Nos propone que lo imitemos para atender con delicadeza las necesidades de las personas con las cuales compartimos una parte pequeña o grande de nuestra jornada, con generosidad y desinterés, para dar así “mucho fruto”.

“Permanezcan en mi amor: darán mucho fruto”

Resuenan con gran actualidad las palabras de Chiara Lubich pronunciadas en Ginebra en octubre de 2002, durante las celebraciones del día de la Reforma³: “¡Cuánta necesidad de amor hay en el mundo! Jesús dijo que el mundo nos reconocería como suyos y, a través de nosotros, lo reconocería a Él, por el amor recíproco, por la unidad. ‘En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros’ (Juan 13, 35). Hemos comprendido que el tiempo presente exige amor de cada uno de nosotros, exige unidad, comunión, solidaridad. Y exige también que las iglesias recompongan la unidad herida desde hace siglos. Esta es la reforma de las reformas que el Cielo nos pide. Es el primer paso necesario hacia la fraternidad universal con todos los demás: hombres y mujeres del mundo. En efecto, el mundo creerá si estamos unidos. Lo dijo Jesús: ‘Que todos sean uno… para que el mundo crea’ (cf. Juan 17, 21). ¡Esto es lo que quiere Dios! Que nos dé la gracia, si no de ver realizado todo esto, al menos de prepararlo”4.

Letizia Magri

1. En el hemisferio norte, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se celebra anualmente del 18 al 25 de enero, mientras que en el sur se elige otra fecha, en torno a la solemnidad de Pentecostés.
2. Para información: www.grandchamp.org
3. El “día de la Reforma” (Reformationstag) se celebra cada año el 31 de octubre, en ocasión de cuando Martín Lutero habría proclamado las 95 tesis.
4. C. Lubich, en La unidad, publicación editada por D. Falmi y F. Gillet, Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2015.