¡FELICES PASCUAS!

 
Semillas que caen, vida que nace

Primeros días de otoño, la cosechadora ha  pasado ruidosamente recogiendo el último lote de maíz en la Mariápolis Lía. Tiempo de cosecha. Últimos frutos del verano, también de higos, kakis y ahora caen nueces, piñones, castañas, que ya son semillas. Comienzan a desprenderse las hojas alfombrando las calles, cambian los colores a tonos más cálidos, se inicia otro ciclo de la naturaleza maravillosamente en sintonía con el ciclo de la fe, Semana de Pascua, que nos recuerda que “si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24), sentido esencial de la pasión de uno que culminará en resurrección para muchos.

Pascua esencial, este año, también en la ciudadela, aislados, como todos, pero unidos más que nunca, concentrados en el arte de amar y al servicio de los pocos amigos que  podemos hospedar, casi por cuentagotas, siguiendo los protocolos, adaptándonos a las circunstancias. Sin duda la pandemia también a nosotros nos quiere decir algo si queremos ser  semilla de fraternidad universal. Dios sabe cómo. No es casual que en este mes hayamos tratado de poner en práctica la Palabra de vida: “Muéstranos, Señor tus caminos, enséñanos tus senderos”, que él conoce y quiere, hacia la tierra prometida.

Una Pascua  más íntima, entonces, sin grandes celebraciones, adaptada a las circunstancias, abierta a la creatividad, a la participación y a la sorpresa, plena de vida en primera persona, sufrida y gozosa. Y entre las sorpresas, aunque sin duda esperada por todos, el nacimiento de Catalina, este 31 de marzo, hija de Luly y Germán, la familia más joven de la Mariápolis, y hermana de Juan Martín. La vida no cesa. Buen motivo para decir y decirnos: ¡Felices Pascuas para todos!.

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