1 de septiembre 2012
A las 15:30 hrs. renovados con la típica Káposzta húngara, los 12.000 participantes continúan la “construcción” iniciada en la mañana.
La realización del puente es la etapa sucesiva. Imagen de la unidad, pasa a través de acciones concretas en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Sin olvidar cuál es la clave del arco del puente que le permite no derrumbarse: amar también cuando existe el dolor. Lo muestran algunos jóvenes italianos comprometidos en un centro de acogida para inmigrantes clandestinos, llevando consigo las imágenes y voces de sus amigos. Pero también Adhelard y Ariane, que desde Burundi hacen a todos partícipes de la vida en un campo de ex refugiados en la periferia de Bujumbura. O también Kaye, que desde Filipinas trae su dura experiencia de separación familiar. Son historias que hasta ahora no han tenido un final feliz, pero que vividos con amor permiten experimentar la plenitud de la vida también en esta situación dolorosa.
Se crean así bases solidas que permiten atravesar el puente, última etapa de este recorrido simbólico. El puente permite la apertura hacia muchos caminos. Lo saben Issa, cristiano de Nazaret y Noura, musulmana de Jerusalén. Se encuentran regularmente juntos a otros jóvenes cristianos, musulmanes y hebreos para profundizar el conocimiento recíproco y rezar por la paz que, mientras tanto, se hacen presentes enla SportArena vía Facebook.
Se llega a la presentación del United Word Project, creado y desarrollado por algunos jóvenes presentes. Un proyecto que tiene como objetivo crear un laboratorio mundial para las acciones de fraternidad, poniendo en luz lo mucho que ya se hace en este campo. Busca también un reconocimiento dela ONUpor la iniciativa, y con esta finalidad lanza la recolección de firmas que inicia en el palco. Una pulsera anaranjada se vuelve el símbolo de la adhesión personal de cada uno al proyecto. La recogida de firma y la creación del United World Network, primera etapa del mismo proyecto, comprometerá a los jóvenes en los próximos meses.
Adhiere también Kosho Niwano, Presidente designada del movimiento budista japonés Rissho Kosei-kai, que junto a una delegación de este movimiento budista de Japón, saluda a los presentes.
Finalmente el mensaje esperado de María Voce. La presidente de los focolares es recibida con un largo y caluroso aplauso. Se siente emocionada al ver desde el escenario la marea de jóvenes que espera todavía una palabra. Dice de tener el corazón tomado de esta generación y quiere ayudarla a mirar en lo alto, a no tener miedo. “Sean ustedes mismos a entrar personalmente en la sociedad. Su contribución es única, irrepetible, diferente de la de los adultos. La generación que les precede los mira con confianza, tengan ustedes también la misma confianza”. Invita después a todos a pasar rápido a las acciones.
Una acción caracterizada del amor que toca los corazones y los lleva a amar. Un amor concreto, que inicia de las pequeñas acciones que hacen grande la vida e inciden en la sociedad. “¡Solo el amor es creativo!” dice María Voce citando Maximiliano Kolbe, para concluir con las palabras de Chiara Lubich, invitando a todos a llevar al mundo “un suplemento de amor”.
Es grande la alegría de los 12.000 al dejarla SportArena. Sonlas 15:30 hrs. Es hora de recoger la cena y encaminarse a la marcha hacia el Puente de las Cadenas, sobre el Danubio, para el flashmob de “Let’s bridge”. El pensamiento de lluvia que en la mañana había pasado por la mente de alguno, parece lejano. Cierto, las nubes han desaparecido, pero ha sido la jornada vivida enla Arenaa establecerse en los corazones y en las mentes de todos.
Actualizado el 1 de septiembre de 2012
BF
Servicio de Información de los Focolares (SIF)
Mañana conclusiva en la ciudad. La Plaza de San Esteban, en pleno centro, preparada para la celebración de la Santa Misa, acoge a los chicos católicos del Genfest. Es presidida por el cardenal Peter Erdö, arzobispo de Budapest. Los jóvenes pertenecientes a otras Iglesias cristianas celebran sus liturgias en los respectivos lugares de culto, mientras que para los 160 participantes, entre musulmanes, budistas e hindúes hay preparado un espacio adecuado. Poco antes del medio día, se encuentran todos en la Plaza de San Esteban para hacer juntos un momento de silencio y de recogimiento por la paz, el Time out.
