La XXXIV Jornada Mundial de la Juventud está en marcha en Panamá. Entrevista a la periodista panameña Flor Ortega, de la comunidad de los Focolares.

En el logo de la XXIV Jornada Mundial de la Juventud, centrado en el tema “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí, según tu palabra» (Lc 1,38), la silueta del “puente” representa el pequeño istmo de Panamá y simboliza su espíritu acogedor. Un sutil brazo de tierra de tan solo 75 mil kilómetros cuadrados, bañado por dos océanos, el Atlántico y el Pacífico, que conecta no solo las dos Américas, sino todos los continentes, a través del canal que pueden atravesar los barcos en tránsito. Un país hospitalario, con puertas abiertas, especialmente para los muchos migrantes que siempre lo han atravesado del Norte o del Sur.

¿Cómo trabajaron en la preparación de este evento? “Cuando el 31 de julio de 2016, en el ‘Campus Misericordiae’ de Cracovia, en Polonia, el papa Francisco anunció que la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud 2019 tendría lugar en Panamá, inmediatamente el Movimiento de los Focolares de la zona de Mesoamérica, de la que Panamá forma parte, se adhirió con entusiasmo”. Flor Ortega, periodista panameña, se ocupó inmediatamente del aspecto de la comunicación. “Al principio no teníamos muchas noticias y formamos comisiones para informar rápidamente a todos sobre los diversos aspectos de la preparación. Ahora la presencia en los medios y en las redes sociales es muy fuerte”.

El 17 de mayo, en la ciudad de Panamá, durante una celebración eucarística con miles de participantes, el arzobispo José Domingo Ulloa propuso jornadas de oración, el 22 de cada mes, hasta diciembre, en preparación para la JMJ. El mismo arzobispo, unos días después, en su oficina, pidió a los jóvenes del Movimiento de los Focolares que se encargaran de la primera, el 22 de junio.

¿Cómo han respondido los jóvenes a esta propuesta? “Con entusiasmo y compromiso. Carmen Cecilia, de Panamá, nos dijo que este compromiso la hizo revalorizar la oración, la participación en la Eucaristía, el rezo del Rosario ‘como oportunidades para estar cara a cara con Jesús’”.

Muchos jóvenes de los Focolares, tanto en Panamá como en otros países, han trabajado durante meses en el proyecto de un evento de dos días, al final de la JMJ, del 29 al 31 de enero, para unos 400 participantes. “Los adultos los apoyaron organizando comidas y alojamiento, con varias iniciativas para obtener recursos. Por su parte, los jóvenes han creado un programa para el registro on line y han abierto una consulta y un servicio de centro de llamadas para recaudar contribuciones de otros países. El focolar femenino de Panamá se ha convertido para todos en un punto de referencia también logístico. Keilyn, de Costa Rica la definió como “una ocasión para conocer a la comunidad de Panamá, muy unida y laboriosa, un verdadero modelo”.
De Italia han llegado Jesús Morán, vicepresidente de los Focolares, y el conjunto internacional Gen Verde, que participó en dos eventos introductorios, el primero en Chitré, la capital de la provincia de Herrera, en el Golfo de Panamá, y el segundo en Colón, en la costa atlántica. El conjunto estará presente también en la tarde del 26 de enero, durante la vigilia de preparación de la misa final con el Papa Francisco.

“Pro mundi beneficio”, “para beneficio del mundo”, está escrito en el emblema oficial de Panamá. ¿Qué significa? «El lema está vinculado a la finalidad de servicio del canal. Pero estamos seguros de que podemos extenderlo, idealmente, al mensaje partirá de esta JMJ».

Chiara Favotti

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