«Una historia extraordinaria, divina, que conocen bien. Muchísimos años de fidelidad y compromiso de parte de muchos de ustedes, que han hecho germinar esta semilla –plantada al inicio en Camerún – a partir de aquí han surgido segmentos de humanidad renovada por el amor dirigida a la realización del plan de Dios para todo el gran continente africano y más allá». Son algunos conceptos del mensaje que Maria Voce (Emmaus), presidente de los Focolares, envió a los miembros del Movimiento en África, quienes este año festejan el 50° aniversario de la llegada del “carisma de la unidad” a su continente.
Son 2000 las personas que se reunieron en 9 de febrero pasado en Shisong, en la región de Bamenda (en el noroeste de Camerún), nella Regione di Bamenda (Nord-ovest del Camerun); allí donde llegaron los primeros focolarinos, el 12 de febrero de 1963. Aquellos que se reconocen como “hijos de Chiara”, quienes en enero del 2009 en el mismo lugar celebraron el Cry Die, (el fin del luto) por la fundadora de los Focolares, un evento mediante el cual Chiara Lubich fue agregada solemnemente a los antepasados y por lo tanto digna de ser recordada e invocada, porque “su ideal de solidaridad, espiritualidad, cooperación, amor, no puede morir”. Hay quienes, a lo largo de los años se han ido involucrando en la acción de la “Nueva Evangelización”, un plan organizado, que establecieron en el 2000 entre Chiara y el Fon (el rey) de Fontem (en el suroeste del país) quien fue el primero en comprometerse delante de su pueblo e vivir el espíritu del amor y de la unidad del Evangelio. Y fue el mismo Fon quien seguidamente involucró a los jefes de las tribus y a los notables.
La cita de Shisong de sábado pasado empezó con el Time Out por la paz, y prosiguió con la ‘oración por la celebración del Jubileo’, en la que se le pide a Dios hacer crecer la fe en Él, con la mirada dirigida a los ‘pioneros’ de esta aventura (Chiara Lubich, el obispo Julius Peeters y el Fon Defang); de saber recomenzar a amar a cada hermano con humildad, de caminar hacia la fraternidad universal; de aumentar la llama de la caridad en cada comunidad, en modo de ser apóstoles del testamento de Jesús “Que todos sean uno” (Jn, 17.21).
Presentes en forma especial, a través de un mensaje, también dos de los primeros focolarinos, que se prodigaron mucho por África: Bruna Tomasi y Lucio Dal Soglio. La lectura de sus palabras, introdujo el documental: “Focolares, 50 años en África”, que recorre las etapas de esta historia, que para también por la experiencia de Piero Pasolini y de Marilen Holzhauser.
Desde los inicios la Palabra de Dios no fue simplemente objeto de contemplación, sino que se tradujo en elecciones concretas en la vida cotidiana. Con el nacimiento de varias comunidades se pudo experimentar ese espíritu de familia que pone en común también las necesidades, además han nacido muchas iniciativas en el continente, incluyendo programas sociales, escuelas y centros de salud: desde el Colegio de Fontem, a preescolares, escuelas y programas extracurriculares en Camerún, Nigeria, Tanzania, Burkina Faso, Costa de Marfil, Kenia. Un hospital en Fontem, centros médicos en Uganda, R.D. de Congo e Costa de Marfil. Actividades para combatir de desnutrición; talleres de carpintería para jóvenes en Sud África, Camerún, Costa de Marfil y Kenia; un proyecto agrícola en Nigeria.
Desde principios de los años ’70 muchos jóvenes africanos han descubierto el “camino de Chiara” y, con ella, un nuevo estilo de vida.
La serie de testimonios de niños, chicos e jóvenes, contadas el 9 de febrero, marcan la continuidad de hoy con el Ideal de la fraternidad que echó raíces hace 50 años.
«Un pueblo nacido del Evangelio, capaz de testimoniar el ser familia más allá de la distinta pertenencia a una tribu, etnia o pueblo» escribió María Voce en su mensaje, con el augurio de iniciar juntos esta etapa importante –que durará todo el año, con la celebración en Kenia, en la Mariapoli Piero, el 19 de mayo, durante el congreso panafricano de los Voluntarios de Dios, y otras citas en varios países africanos.
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