Movimiento de los Focolares

Paraguay: Todo Brillo

Jun 16, 2012

Una empleada bancaria, atraída por los valores de Economía de Comunión, se convierte, junto con los hijos, en una empresaria exitosa. Hoy su empresa “Todo Brillo” cuenta con 600 empleados.

“Cuando en 1993 – cuenta María Elena González del Paraguay– escuché por primera vez a Chiara Lubich hablando sobre Economía de Comunión (EdC), quedé muy sorprendida por el hecho de que ella invitaba a dividir las utilidades en tres partes: para los más necesitados, para el desarrollo de la empresa y para la formación de jóvenes en los valores del proyecto, que está basado en la ‘cultura del dar’ en contraposición a la cultura del ‘poseer’. Fue para mi como un maremoto que cambió mi vida.

En ese momento trabajaba en un Banco donde las utilidades – como se sabe- terminan en las manos de los accionistas. Pensé en mis cualidades empresariales de las cuales habría tenido un día que dar cuenta a Dios y a los hermanos. Entonces decidí participar en el proyecto de EdC como mi modo de decir un ‘sí’ a Dios, poniendo a disposición mis capacidades a favor de quien estaba a mi alrededor.

Hablé de esto con mis cuatro hijos, todavía adolescentes, y ellos me alentaron a ir adelante. No tenía idea por donde empezar, pero la respuesta no se hizo esperar. De hecho, veía a mi alrededor los empleados de la limpieza mal remunerados, peor aconsejados, no valorados….

Decidí comenzar con algunos de ellos una empresa de  limpieza y encontramos un primer cliente con el cual trabajamos todavía hoy.

Nuestro presupuesto inicial no estaba bien hecho y no nos alcanzaba el dinero para pagar a todos los empleados. Me acuerdo que por tener fé en los contratos asumidos, cuando concluía el trabajo en el Banco, me ponía la túnica y completaba yo las limpiezas. Por más que era un gran esfuerzo sentía adentro la seguridad de estar en el camino justo.

La Economía de Comunión pone en el centro a la persona de acuerdo con el principio de hacer a los otros lo que cada uno quisiera fuese hecho a sí mismo, tratando –como diría Chiara Lubich- que el amor supere la creatividad personal y el producto obtenido. Es verdad  que no es algo mágico, exige un esfuerzo cotidiano, una búsqueda incesante de la calidad en todos los aspectos: administrativo, operativo, en las relaciones humanas, en la elección de los empleados que deben estar dispuestos a adherir a esta visión solidaria de la economía, etc.

Durante todos estos años, a pesar de las innumerables dificultades vinculadas a la situación social y económica de nuestro País y de toda la región, cada empleado puso su granito de arena y así hemos logrado superar cada momento de crisis. Fue en especial en los momentos de ‘tempestad’ cuando nos hemos sentido sostenidos por Dios, nuestro ‘socio oculto’ –como nos gusta llamarlo- ‘el accionista mayoritario de la empresa’, el que nos fue indicando paso a paso el camino a recorrer, a través de esa voz interior, que si uno la quiere escuchar, es siempre fuerte y clara”.

“Agradezco mucho la posibilidad que se me ha dado de trabajar. También mi hija comenzó en Todo Brillo y ahora fue asumida por el Banco”, cuenta Benita S. , que trabaja desde hace 12 años en la empresa de limpieza.

“Aquí me siento importante – agrega M. E. Lopez. Tuve muchas dificultades y siempre encontré el apoyo  de la empresa y mucha comprensión. Los problemas sigo teniéndolos, pero ahora logro resolverlos. Siento que maduré, veo y valoro el fruto de mi trabajo. Me siento parte de esta gran familia que es Todo Brillo”, concluye .

 Hoy en la empresa Todo Brillo trabajan 600 empleados y estamos presentes en todas las ciudades importantes del Paraguay

 

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