Movimiento de los Focolares

En camino hacia la Asamblea general 2026

Nov 13, 2025

El Movimiento de los Focolares se encamina hacia la Asamblea General que se celebrará en marzo de 2026. Son muchos los pasos que ya se han dado y que nos guiarán, así como los que aún quedan por dar para llegar al final de este camino. Para saber más sobre esto, hemos planteado algunas preguntas a la Comisión Preparatoria de la Asamblea (CPA).

Con vistas a la Asamblea, el 7 de noviembre de 2025 concluyó la primera recopilación de lo enviado desde diversas partes del mundo, sugiriendo preferencias para la elección de la presidenta, el copresidente y los consejeros y consejeras generales. Asimismo, concluyó la fase de recopilación de las ideas y propuestas sobre las temáticas que se abordarán durante la Asamblea. ¿Cuáles son los próximos pasos? ¿Cómo se organizarán estas propuestas?

De todo el mundo, concretamente de las 15 zonas que componen el Movimiento de los Focolares, llegaron varias propuestas que son fruto de la reflexión comunitaria y de personas individualmente. Algunas ya habían sido sintetizadas por las Comisiones zonales presentes en algunos lugares que, junto con todas las demás, serán leídas con atención, agrupadas por argumentos y resumidas para facilitar su lectura. Como Comisión Preparatoria de la Asamblea (CPA) ya estamos trabajando en ello.
Algunas áreas temáticas contendrán las propuestas examinadas y sintetizadas para presentarlas a la Asamblea. Es un camino de verdadero discernimiento, en el que la comunión entre nosotros será fundamental en el proceso de su selección. La Asamblea, al acoger el fruto de este trabajo, tendrá la tarea de examinar las ideas, considerar otras nuevas ‒si lo considera necesario‒ y votar para delinear las orientaciones de los próximos 5 años de actividad de la Obra. Naturalmente es importante subrayar que todas las propuestas ‒que como CPA hemos recogido‒ se incluirán en un “libro de propuestas” una carpeta que los participantes en la Asamblea podrán leer personalmente o durante las varias reuniones. Por tanto, ningún aporte que se nos haya brindado en este tiempo tan valioso se perderá; formará parte de un manual para poder seguir caminando juntos.

En este periodo se han recogido también las propuestas de modificación a los Estatutos Generales. ¿Pueden explicarnos cuáles son los criterios utilizados para llevar adelante semejante trabajo?

Respecto a esta consultación hay que tener en cuenta, antes que nada, la necesidad que ha surgido de profundizar aún más en nuestros Estatutos Generales, para comprender mejor lo que está vinculado al momento histórico en el que fueron escritos y lo que, en cambio, está vinculado al carisma. Por ello, siguiendo las indicaciones de Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, ahora nos centramos en algunos argumentos que están guiando nuestros pasos durante la recopilación de dichas propuestas de modificación de los Estatutos Generales. Por ejemplo, la aplicación de lo establecido en el Decreto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, del 3 de junio de 2021, que reduce los mandatos a un máximo de 5 años. Otro elemento que no hay que olvidar se refiere a algunas necesidades constatadas en la vida del Movimiento, debido, por ejemplo, a la gran reorganización territorial que se ha producido en los últimos años en las distintas áreas geográficas, que conlleva una mayor responsabilidad de todos los miembros de la Obra; la posibilidad de reducir aún más el número de consejeros y consejeras elegidos durante la Asamblea; y la mirada puesta en algunas propuestas que ya surgieron en la precedente Asamblea General de 2021.

A partir de las propuestas, ¿cómo se llega concretamente a la efectiva modificación del Estatuto?

Como ya dije, somos conscientes de que no se podrá afrontar un cambio en los Estatutos Generales en todos los ámbitos, sino centrándonos en particular en algunos aspectos improrrogables. Por eso se hizo un camino que llevó a recopilar propuestas de todo el mundo a través de la Comisión preparatoria de la Asamblea. Fue un proceso participativo realizado en las diferentes áreas geográficas donde está presente el Movimiento de los Focolares. Ahora, Margaret Karram ha confiado el estudio de estas propuestas a una comisión específica, que realizará las evaluaciones oportunas. Esta comisión, compuesta por personas competentes en varios ámbitos, emitirá su parecer, que se sumará al estudio realizado en años anteriores por otra comisión encargada tras la Asamblea de 2021, con el fin de ofrecer a la presidenta y a la próxima Asamblea los elementos necesarios para discernir si estas propuestas son coherentes, en primer lugar, con el carisma, con el derecho canónico, con la realidad que vive hoy la Obra de María, etc. Las propuestas se presentarán a la Asamblea General el próximo mes de marzo, que tiene la facultad de deliberar y aprobar. Las modificaciones que apruebe la Asamblea se someterán posteriormente al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, del que dependemos como Movimiento, que podrá aprobarlas o no. Solo después de esta aprobación serán de aplicación.

La Comisión Preparatoria de la Asamblea (CPA), compuesta por miembros del Movimiento de los Focolares de diferentes continentes y vocaciones, en su primera reunión presencial en abril de 2025. Foto Javier García – CSC Audiovisivi.

El método que se utilizará en algunos momentos de la Asamblea General, se inspirará en la “Conversación en el Espíritu”. ¿Pueden explicarnos en qué consiste?

Este método, utilizado durante el Sínodo, es una dinámica de discernimiento, un instrumento que propusimos adoptar también en las Asambleas zonales: la conversación en el Espíritu a la luz del carisma de la unidad. No se trata de una mera técnica para resolver pacíficamente cuestiones entre personas que piensan de manera diferente. Es algo muy profundo que involucra a todos y se lleva a cabo a través de algunos pasos esenciales, empezando, específicamente, por una preparación personal: cada uno, confiándose al Padre en silencio, en oración y escuchando al Espíritu Santo, prepara su propio aporte inherente a la cuestión sobre la que se está llamado a discernir. Después es necesario dejar espacio a los demás en un clima de gran comunión. A partir de lo que hayan dicho los demás, cada uno puede compartir aquello con lo que más sintonizó y, al mismo tiempo, lo que le cuesta más aceptar. A partir de todo ello, se inicia el diálogo para discernir y recoger el fruto de la conversación en el Espíritu: conocer intuiciones y convergencias, identificar discrepancias, obstáculos y dejar que surjan nuevas preguntas. Es muy importante que en esta dinámica se dé espacio a lo que se denomina “voces proféticas”, esas intuiciones capaces de leer en profundidad la historia y que cada uno, en esta dimensión comunitaria, pueda sentir que su pensamiento forma parte del resultado final de los trabajos. Por esta razón, es necesario que todo esté precedido por el Pacto de amor mutuo, que indique la firme voluntad de caminar concretamente juntos hacia Dios, ayudándose, perdonándose y volviendo a empezar cada vez que sea necesario. De este modo, la conversación en el Espíritu facilitará el discernimiento requerido. Será útil para “reconocer” la presencia de Dios en la complejidad de los acontecimientos históricos, ”interpretarlos” a la luz del carisma de la unidad y tener el valor de creer en la posibilidad de “poner en práctica” lo decidido.

Además de los participantes con derecho a voto, también asistirán a la Asamblea algunos invitados que no podrán votar. ¿Qué significado tiene su presencia?

Es el mismo Estatuto de la Obra el que prevé la presencia en la Asamblea de un cierto número de participantes invitados directamente por la presidenta, ya que su aporte se considera valioso y muy enriquecedor. Se trata de personas que participan en el Movimiento de diversas maneras y formas: pertenecientes a distintas Iglesias, fieles de diversas religiones, personas sin creencias religiosas o de diferentes culturas, expertos en diferentes campos. Con su experiencia, pueden ayudar a discernir sobre varios temas. Su presencia permite ampliar la mirada y los horizontes. De este modo, la Asamblea podrá representar mejor la Obra en su variedad, haciéndola más capaz de vivir por el ‘Ut omnes’. Los invitados participarán, como los demás, en los debates en plenaria y en los trabajos de grupo. La única diferencia es que no podrán votar, pero la votación es solo uno de los momentos de la Asamblea, pues esta quiere ser sobre todo una profunda experiencia de unidad para reflexionar y discernir juntos, escuchando al Espíritu Santo, sobre el futuro de la Obra.

Por Maria Grazia Berretta
Foto de portada: Asamblea General 2014 © GNuzzolo-CSCAudiovisivi

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