Movimiento de los Focolares
Asís convoca a voluntarios

Asís convoca a voluntarios

Asís no es solo la ciudad de San Francisco, sino que se ha convertido en el corazón palpitante y la casa de todos aquellos que desean vivir intensamente los valores de la ecología integral. Inspirado en el Cántico de las Criaturas, poema escrito por San Francisco, nació aquí un proyecto que está cambiando nuestra forma de relacionarnos con el planeta: ASSISI Terra Laudato Si’ (ATLS). Inaugurado el 22 de abril de 2024, ATLS no es un lugar físico, sino un verdadero “ecosistema” donde podemos encontrarnos, recargar nuestras energías espirituales y vivir nuestro compromiso con la casa común.

Este proyecto crucial se basa en los cuatro aspectos inseparables de la ecología integral identificados por el papa Francisco: preocupación por la naturaleza, justicia para los pobres, compromiso con la sociedad y paz interior. Es la respuesta contemporánea al llamado que escuchamos de “ir y reparar nuestra casa común”.

El Ecosistema del voluntariado: Laudato Si’ y los focolares en acción

ASSISI Terra Laudato Si’ ofrece un programa intensivo de Retiros Laudato Si’ y, sobre todo, un Programa de voluntariado que permite a las personas disfrutar de una experiencia inmersiva, ofreciendo su tiempo a los demás. La actividad está impulsada por un deseo compartido y un fuerte espíritu de intercambio “sinodal” entre los diversos interlocutores.

Un ejemplo de esta colaboración proviene del Movimiento de los Focolares, lo que confirma una profunda y significativa colaboración carismática. Cristina Calvo, focolarina argentina, se ofreció como voluntaria durante 40 días, participando activamente en la metodología y el contenido de ATLS. Alojada en el Santuario de San Damián, compartió no solo momentos litúrgicos con frailes, visitantes, grupos escolares y grupos parroquiales, sino también la reflexión sobre la vida de los santos Francisco y Clara, destacando su conexión profética con la encíclica Laudato Si’.

Cristina calificó esta oportunidad como un “inmenso regalo de Dios”, una prueba concreta de que la amable colaboración y la discreta hospitalidad son una fórmula ganadora para una experiencia de vida en beneficio de la creación.

Si tú también sientes una fuerte llamada a contribuir y deseas vivir los valores de la ecología integral en un contexto espiritual único, la invitación es sencilla: “¡Ven y verás!”. Puedes inscribirte ya en un retiro o como voluntario en el sitio AssisiLaudatoSi.org. ¡Te esperamos en Asís, la tierra de Laudato Si’!

por Carlos Mana

Proceso preasambleario: un camino de conversión y comunión

Proceso preasambleario: un camino de conversión y comunión

«Mi oración, mi deseo es que estos meses que tenemos por delante puedan ser verdaderamente meses de crecimiento espiritual, de conversión (…), conversión personal, pero también conversión colectiva (…). Que tengamos este amor recíproco, que nos hace libres para poder darlo todo y estimarnos unos a otros, tener respeto a los demás, sabiendo que cada uno de nosotros tiene ideas diferentes, perspectivas distintas, ideas distintas sobre la Obra, sueños diferentes… Sin embargo, confío en que juntos podamos tener esta luz, que juntos podamos permitir que el Espíritu Santo guíe esta nueva etapa de la Obra».

El pasado 7 de diciembre, con motivo del retiro anual de los focolarinos y las focolarinas en Castel Gandolfo (Roma), Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, saludando a todos los presentes pronunció estas palabras, invitando a cada uno a dirigir la mirada hacia la Asamblea General que se realizará en marzo de 2026 (AG2026), etapa de un proceso que continúa y lleva adelante la historia del Movimiento de los Focolares.

Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, quiso introducir en los Estatutos generales “la premisa de toda regla”, que ciertamente también atañe a la Asamblea general, porque un órgano de gobierno todavía hoy no puede dejar de ahondar sus raíces en el amor mutuo. Dice así: “la mutua y continua caridad, que hace posible la unidad y atrae la presencia de Jesús en la colectividad es, para las personas que forman parte de la Obra de María, la base de su vida en todos sus aspectos”.

Como ya anunciamos en un precedente artículo, después de las varias Asambleas zonales que se han llevado a cabo en todo el mundo, en noviembre de 2025 terminó la fase de consultación sobre las propuestas de argumentos y de modificaciones a los Estatutos y la primera fase de la consultación sobre los nombres. La lista de los participantes e invitados se ha concluido y es ya definitiva.

A partir del 20 de diciembre de 2025, el camino de preparación proseguirá a través de algunos encuentros del que ha sido definido como proceso preasambleario. Dichas reuniones, están destinadas especialmente a quienes participarán en laAG2026 como miembros elegidos, de derecho, sustitutos e invitados.

Específicamente, se trata de 5 sesiones, a través de zoom, en las que los interesados podrán profundizar varios temas:

20 de diciembre de 2025: “Conversación en el Espíritu”

17 de enero de 2026: “Cómo prepararnos y cómo vivir en la Asamblea”

31 de enero de 2026: “Presentación de las propuestas relacionadas con los Estatutos generales”

7 de febrero de 2026: “Principales temáticas surgidas”, 1ª parte

21 de febrero de 2026: “Principales temáticas surgidas”, 2ª parte

«Un momento de preparación, de discernimiento, pero, sobre todo, de compartición, que involucrará a muchísimas personas de los lugares más variados del mundo ─afirma la Comisión Preparatoria de la Asamblea (CPA)─. Es emocionante. Los participantes en la Asamblea se verán por primera vez. Ciertamente, son numerosos los retos debidos a la distancia física, lingüística, cultural, pero esto refleja la intención del proceso, es decir, la construcción de la unidad. Es un momento en el cual se comenzará realmente a hacer la experiencia de la Asamblea, en la que esta realidad iniciará a concretarse”.

El objetivo de este proceso previo a la Asamblea es ayudar a los participantes, lo más posible, a llegar preparados a la Asamblea, ante todo, a través de la formación en la Conversación en el Espíritu, que se adoptará como metodología en algunos momentos.

Una sesión se dedicará a la explicación práctica del funcionamiento de la Asamblea y de los requisitos normativos que deben cumplirse, pero también a cuál debería ser la actitud espiritual de quienes participan en ella, conscientes de que cada uno representa su realidad, sus comunidades y áreas geográficas, pero con la mirada abierta a la Obra en su globalidad. Además, se pondrá una especial atención a las propuestas de modificación de los Estatutos generales que se presentarán en la Asamblea. Las dos últimas sesiones de febrero, dedicadas a las principales temáticas surgidas de las consultaciones, se pondrán posteriormente a disposición de todos los miembros del Movimiento.

“Este proceso preasambleario que se abre, no es una fase aislada hacia la AG2026 – afirma Ángel Bartol, coordinador de la CPA – más bien (una nueva fase) un instrumento para acompañar y seguir caminando juntos. Es como la imagen de un zum que va focalizando poco a poco la experiencia que se quiere hacer. En este camino de acercamiento, además de conocer lo que más le interesa a toda la Obra en el mundo también es importante “conocerse”, conocer también a las personas que pueden ocupar cargos electivos, su punto de vista, entrar en una dimensión de escucha y acogida. Un proceso –sigue diciendo Ángel Bartol– en el que es importante dejarse convertir y purificar para descubrir lo que Dios quiere hoy de nosotros”.

Prepararse a la Asamblea es, por tanto, un camino que se quiere hacer volviendo a proponerse día tras día vivir el amor mutuo, y poder atraer la presencia de Jesús en medio de nosotros; recoger el fruto de un trabajo que ha durado meses y que reúne una pluralidad de voces, de ideas y de almas y se convierte en la expresión real no del individuo sino de un cuerpo, de una entera familia en el mundo, que en su conjunto mueve sus pasos hacia el futuro.

Maria Grazia Berretta

El Niño Jesús al centro de la Navidad

El Niño Jesús al centro de la Navidad

Nacida en 1997, la iniciativa «Han desalojado a Jesús» surge de una reflexión de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, quien, sorprendida por la ausencia de referencias al significado de la Navidad, invita a volver a poner a Jesús en el centro de esta fiesta.

En todo el mundo, miles de Gen 4, los niños de los Focolares, acogieron este llamamiento y cada año se comprometen a realizar pequeños ‘Niños Jesús’ de yeso que luego ofrecen a los transeúntes en las esquinas de las calles durante el período navideño. Las ofrendas recibidas se utilizan para proyectos dirigidos a sus coetáneos necesitados o que viven en países en guerra en varias partes del mundo.

50 años del Movimiento Diocesano: una estela de luz

50 años del Movimiento Diocesano: una estela de luz

Hace 50 años, en la ciudad de Ascoli Piceno, ubicada en Italia central, dos sacerdotes focolarinos, el Padre Pino y el Padre Mario, decidieron empezar juntos una actividad normal de apostolado proponiendo algunos encuentros para los jóvenes. Tras algunas semanas, para su sorpresa, vieron que a su alrededor había cientos de jóvenes que querían vivir el Evangelio en el día a día. Estaba naciendo el Movimiento Diocesano, expresión del Movimiento de los Focolares, que tenía y tiene la tarea de vivificar las articulaciones de la Iglesia local a través de la espiritualidad de los Focolares. Un Movimiento que en estos 50 años ha visto realizarse obras de Dios en la diócesis y muchas vocaciones a la vida sacerdotal, laical y religiosa.

El 13 y 14 de diciembre de 2025 en la ciudad de Ascoli Piceno se ha llevado a cabo una ceremonia conmemorativa, con la presencia de Margaret Karram y Jesús Morán –Presidente y Copresidente de los Focolares–, del Cardenal Giuseppe Petrocchi, cofundador del Movimiento Diocesano junto con Chiara Lubich, varios obispos, sacerdotes focolarinos y focolarinas originarios del lugar.

“La relación que tengo con el Movimiento Diocesano es positivo porque aquí en Ascoli Piceno está muy enraizado –afirmó Monseñor Gianpiero Palmieri, obispo de la diócesis, durante el encuentro con Margaret y Jesús–. Los sacerdotes, los laicos y los diáconos del Movimiento diocesano ofrecen a la vida de nuestra diócesis un aporte misionero y evangelizador. Lo que el Movimiento Diocesano puede brindar y brindará como un algo más, en el presente y en el futuro, es justamente esa contribución según su Carisma –que es el de la unidad– a la evangelización misma, con la capacidad de dialogar con todos”.

Por la tarde del 13 de diciembre se han reunido las comunidades de los Focolares de las ciudades de Ascoli Piceno, Téramo, Fermo, Pésaro, Macerata y Cúneo –diócesis, esta última, del Norte de Italia, en donde recientemente ha nacido el Movimiento Diocesano–. “Me sorprende siempre la vitalidad y la alegría de las comunidades que ustedes forman –afirmó Margaret Karram– porque ustedes han sabido atravesar las puertas de las iglesias, de las parroquias y ponerse en red con personas y organizaciones laicas de sus ciudades, demostrando coherencia en la opción evangélica, multiplicando iniciativas de proximidad para con los últimos, los inmigrantes y los marginados. Gracias a la fidelidad de muchísimos de ustedes, hoy podemos decir que el Movimiento Diocesano es una gracia para la Iglesia y para la Obra de María”. Por su parte, Jesús Morán añadió: “El Movimiento Diocesano es fruto del genio eclesial de Chiara Lubich. Es la capacidad de hacer que la Iglesia nazca en un grupo de almas en la comunidad. Aquí en Ascoli Piceno lo hemos experimentado. Chiara con su genio eclesial hizo nacer una comunidad, que es completamente Iglesia al servicio de la Iglesia”.

El el cardenal Giuseppe Petrocchi , que para todos es simplemente el Padre Pino, recorrió algunas de las etapas de los comienzos, resaltando los signos del Espíritu Santo. Luego agregó: “La espiritualidad de la unidad que el Señor le dio a Chiara Lubich y su testimonio ofrecen una intensa luz carismática para explorar también horizontes inéditos, teológicos, pastorales y sociales, teniendo a nuestro lado la humilde Virgen de Nazaret, como madre, maestra y modelo. Para ella y con ella elevamos nuestro Magnificat de alabanza y de reconocimiento. Ustedes hoy aquí son ese Magnificat”.

En los varios testimonios narrados por algunos miembros de las varias comunidades locales se percibía la experiencia de una Iglesia-comunión, pues sabían crear vínculos de caridad entre estructuras y miembros de la Iglesia local, entre carismas y ministerios, y con todos.

El 14 de diciembre, en el prestigioso Teatro Municipal, tuvo lugar una mesa redonda que llevaba como título: “El carisma del Movimiento diocesano de la Obra de María en la Iglesia y en la sociedad actual”. En ese evento han participado instituciones laicas y religiosas, con el alcalde y el obispo, pero también con la presencia de algunos representantes de movimientos y asociaciones católicas y de otras Iglesias, y varios ciudadanos deseosos de conocer algo más.

Monseñor Piero Coda, Secretario General de la Comisión Teológica internacional de la Santa Sede, en su discurso inicial afirmó: “El Movimiento Diocesano se presenta como una original y propicia versión, y como una oportuna “concreción”, de la renovación que ha impulsado y orientado el Concilio. Me refiero al reconocimiento y la valorización de la Iglesia local –la diócesis– como lugar concreto e insustituible de experiencia comunitaria del Evangelio en el ejercicio de su profética encarnación a nivel cultural y social. Y con el corazón y la mente abiertos a todos. En sintonía con el espíritu del Vaticano II y del carisma de la unidad, pueden formar parte del Movimiento Diocesano cristianos de otras Iglesias o Comunidades eclesiales y pueden participar en él personas de otras religiones o personas de convicciones no religiosas. ¿No es acaso todo ello apasionante?”

Por lo tanto, el Movimiento Diocesano puede ser un puente entre el Evangelio y la ciudad y entre sus varios componentes sociales. “Pues bien –agregó Margaret Karram– su alcance hoy es custodiar y encender vínculos, abrir caminos de misión en nuestras Iglesias y en los tantos contextos civiles y ciudadanos. Todo comienza con el amor recíproco, porque si se lo vive genera más comunión en la Iglesia, más fraternidad en nuestros ambientes y más esperanza para el mundo”.

Una experiencia nacida hace 50 años no por casualidad, sino gracias a un recorrido que ha alimentado el alma de la comunidad local en Cristo. “Chiara Lubich no ha fundado el Movimiento Diocesano sentada frente a un escritorio –remarcó Jesús Morán–. En todo caso, ella vio en la experiencia que se estaba llevando a cabo en la Iglesia de esta ciudad (Ascoli Piceno) en los años 70, el sello indeleble de su alma eclesial, de su carisma. Chiara la pudo reconocer que aquí, sobre todo gracias a ese grupo de sacerdotes y jóvenes, la Iglesia de Ascoli Piceno estaba experimentando a Cristo en sí misma. Así ha sido y así deberá ser siempre”.

El Movimiento Diocesano, ya en la década de 1970, estaba encaminando un proceso de sinodalidad en la Iglesia local. Y hoy puede ser, y debe serlo, un instrumento para que el camino sinodal que la Iglesia está atravesando se vuelva vida en las Iglesias locales. Pero “la sinodalidad de la Iglesia necesita –más allá de las equipadas aulas doctrinales– también palestras existenciales. Así lo afirmó el Cardenal Giuseppe Petrocchi en su discurso. El Movimiento Diocesano en este sentido puede ser un laboratorio en donde se aprenda a vivir esa comunión tal cual el Espíritu Santo la va diseñando delante de nosotros en la Iglesia de hoy”.

“Yo soy uno de esos jóvenes que conoció el ideal de la unidad de los Focoalres en Ascoli Piceno a través del Movimiento Diocesano –dijo Luigino Bruni, economista y docente universitario–. Fui a la parroquia porque buscaba a Dios. La experiencia de esos años – éramos unos 200 jóvenes – era muy intensa y rica de idealidad. No entrábamos a un Movimiento, sino al futuro de la Iglesia y del mundo. Estando en Ascoli Picino sentíamos que estábamos cambiando la Iglesia, el mundo y la economía. Tanto fue así que luego opté por todo ello en los años siguientes”.

“Impresiona ver, en la cotidianeidad del Movimiento Diocesano, generaciones distintas vivir y trabajar juntas para sostener y ser un aporte a la vida en las parroquias –subrayó Marie Therése Henderson, del focolar de Ancona–. Además, en la relación entre laicos y sacerdotes, se ve entonces esa realidad simple y profética que la Iglesia espera. Que es la dimensión de la sinodalidad y de la unidad propias de la Iglesia misma”.

Las charlas de los relatores se vieron intercaladas por momentos artísticos con Alessandro Cappella, Enrico Mazzuca, Silvia Capponi, Elena Piermarini y Laura Ubaldi.

Lorenzo Russo
Foto: © Joaquín Masera-CSC Audiovisivi

Chiara Lubich: “A mí me lo hicieron”

Chiara Lubich: “A mí me lo hicieron”

(…) «Tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber…» (Mt 25,35) «¿Cuándo, Señor…?» «Cada vez que lo hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron» (Mt 25,40).

(…)  

Por el amor dado a los pobres, siempre iluminador el Espíritu nos llevó a comprender la necesidad de amar no solo a los pobres, sino a todos. «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 19, 19), quienquiera que sea.

Así, tuvimos una espléndida idea y tomamos una decisión: transformar nuestra vida cotidiana, en contacto con todo tipo de personas, en un sinfín de obras de misericordia materiales y espirituales, porque también en este caso es válido: “A mí me lo hicieron”.

En cada uno de los hermanos que pasaban a nuestro lado veíamos a Cristo, que pedía ayuda, consuelo, consejo, una corrección, instrucción luz, pan, casa, ropa, oraciones…

(…) 

Esperemos que Jesús un día responda, a cada uno (…) cuando le pregunte: «Señor ¿cuándo te di de comer, de beber? ¿cuándo te consolé?». «Cada vez que lo hiciste con el más pequeño de mis hermanos, a mí me lo hiciste».

Chiara Lubich