Movimiento de los Focolares
Emergencia Oriente Medio

Emergencia Oriente Medio

El Comité coordinador de Emergencias del Movimiento de los Focolares ha puesto en marcha una recaudación de fondos para Oriente Medio, con el fin de ayudar a las personas que sufren a causa de los conflictos en esos países, a través de Acción por un Mundo Unido ETS (AMU) y Acción por Familias Nuevas ONLUS (AFN).

Se puede donar online:

O también a través de transferencia bancaria a las siguientes cuentas corrientes:

Azione per un Mondo Unito ETS (AMU) IBAN: IT 58 S 05018 03200 000011204344 presso Banca Popolare Etica Codice SWIFT/BIC: ETICIT22XXX

Azione per Famiglie Nuove ONLUS (AFN) IBAN: IT 92 J 05018 03200 000016978561 presso Banca Popolare Etica Codice SWIFT/BIC: ETICIT22XXX

Causa: Emergencia Oriente Medio

En muchos países de la UE y en otros países del mundo existen ventajas fiscales para este tipo de donaciones, según las distintas normativas locales. Los contribuyentes italianos podrán obtener deducciones y desgravaciones de sus ingresos, según la normativa para entidades sin ánimo de lucro.

Foto: © Pixabay

Líbano: Centro Mariápolis “El Manantial”, puertas abiertas a los desplazados.

Líbano: Centro Mariápolis “El Manantial”, puertas abiertas a los desplazados.

El Centro Mariápolis “La Sorgente” (El Manantial) se encuentra en Ain Aar, en un lugar en la montaña, a 20 kilómetros al norte de Beirut. Como sucedió en 2006, el año del conflicto militar que duró 34 días entre Israel y Hezbollah, en estos días también la gente que se ve obligada a escapar por las bombas que están devastando el sur del país, llegan hasta aquí, a esta región cuya población es mayoritariamente cristiana, y nos piden hospitalidad. “Es normal golpear a las puertas del Centro Mariápolis y encontrarlas abiertas de par en par”, cuenta R. de la comunidad de los Focolares. “¿Podíamos no recibirlos? ¿Qué habría pasado con el ideal de fraternidad del que nos nutrimos y que tendría que ser nuestra característica?”. Una experiencia similar se había vivido en el año 2006. En ese momento también el Líbano se vio atravesado por los grandes desplazamientos de familias y también en ese entonces el Focolar había recibido en su Centro Mariápolis a más de un centenar de amigos, familias con marido y mujer, abuelos, jóvenes y niños. “Nos conocimos así, y entre nosotros nació un vínculo de hermanos que nos hacía compartir alegrías y dolores, esperanzas y dificultades, necesidades y oración. En una relación simple y franca, construida en la cotidianeidad nació y creció una verdadera experiencia de hermandad, sin filtros ni prejuicios”.

Nadie esperaba que la situación precipitara de esta forma, de un momento al otro. “Los libaneses se estaban preparando para volver a las clases en los colegios con una mirada de esperanza hacia este nuevo año”, cuenta R. “Y sin embargo una tormenta inesperada se desencadenó, implacable, amenazante, mortal”, con consecuencias terribles sobre una población que tiene sed de paz, justicia y caminos de diálogo”. En pocos días, diría incluso horas, acciones bélicas han impactado en barrios populares y el pueblo se sumergió en “una verdadera pesadilla”. La Unicef hace saber que según el Ministerio de Salud Pública, a la fecha del 25 de septiembre, casi 600 personas han sido las víctimas mortales en el Líbano, entre los cuales más de 50 niños y 94 mujeres, y alrededor de 1.700 han sido los heridos desde el 23 de septiembre. Los desplazamientos de masa continúan, alcanzando la cifra de unos 201.000 evacuados internos (IDP), según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (Oim).

Desde el domingo también el Centro Mariápolis “El Manantial” se ha llenado de huéspedes “que han llegado junto con sus miedos, con el trauma vivido en sus aldeas o barrios alcanzados por el fuego”. Han recorrido en coche 120 kilómetros, empleando entre 5 y 8 horas. Las rutas están repletas de coches que escapan desde el sur. Dejan sus pueblos y antes de llegar a las grandes ciudades de Tiro y Sidón, a su alrededor ven la destrucción de los recientes bombardeos. Actualmente son 128 las personas huéspedes en el Centro Mariápolis de Ain Aar. Algunos provienen del sur, otros de las periferias populares de Beirut impactadas por los últimos atentados. No es fácil: “Nos preguntamos: ¿entre ellos hay miembros de Hezbollah que podrían amenazar la paz en la región? Pero el sentido de la solidaridad es más fuerte que la sospecha”. R. añade: “¿Dónde podrían pedir asilo también esta vez? ¿Adónde podrían ir, sabiendo que serán recibidos sin condiciones?”. Para las comunidades de los Focolares, empieza una nueva aventura. La acogida se hace en coordinación con las autoridades locales, religiosas y civiles.

Nace espontáneamente –como, por otro lado, en estas horas en todo el país– una “carrera” de solidaridad. Párroco, fieles de la parroquia, voluntarios. Algunos se hacen cargo de los niños organizando para ellos actividades y partidos de fútbol. Otros se ocupan de las ayudas necesarias para recibir a la gente. “Las personas llegan en estado de shock, preocupadas por su futuro, llevando en sus ojos el espectáculo apocalíptico de las casas destruidas, de los campos quemados, pero también agobiados por las noticias de conocidos, parientes, vecinos, amigos o alumnos que han sido víctimas fatales en los ataques y que no volverán a ver nunca más. Juntos estrechamos nuestros vínculos, sumergiéndonos en el momento presente, con la fe que nos ha permitido durante siglos poder atravesar las adversidades”.

El Centro “El Manantial” trata de ser, junto con muchos lugares diseminados por el país, verdaderos “oasis de paz”. “La esperanza, el deseo más profundo es que pronto se pueda volver a casa. Mucha sangre derramada tiene que hacer florecer el desierto de los corazones. Esperamos que este calvario que estamos viviendo, abra una brecha en la conciencia de los poderosos y de todos y haga evidente que la guerra es una derrota para todos, como repite el Papa Francisco. Pero sobre todo creemos y esperamos que de este crisol de dolor emerja del Líbano un mensaje de fraternidad posible para toda la Región”.

Maria Chiara Biagioni
Fuente: AgenSir
Foto: Focolari Libano

Lenguaje y fraternidad: el aporte de Chiara Lubich

Lenguaje y fraternidad: el aporte de Chiara Lubich

El Seminario, en su segunda edición después de la primera realizada en 2017 en la Universidad Federal de Paraíba en Joao Pessoa, reunió 15 trabajos académicos elaborados por investigadores de seis universidades, en torno a la Cátedra Chiara Lubich de Fraternidad y Humanismo de la Universidad Católica de Pernambuco (Unicap). Fueron dos días de presentaciones y diálogos, introducidos por un cordial saludo del vicerrector profesor Delmar Araújo Cardoso, y seguido en streaming para una audiencia de aproximadamente 350 personas.

El evento, organizado con el apoyo del Centro Chiara Lubich, se desarrolló principalmente en portugués y fue particularmente apreciado por la apertura a una dimensión internacional; por la contribución consistente y calificada de los ponentes; por la perspectiva interdisciplinaria que reunió, en torno al tema del lenguaje, exposiciones no sólo en el campo de la lingüística sino también del derecho, la pedagogía, la comunicación, la sociología y la arquitectura.

De esto se desprende, en pocas palabras, que un lenguaje inspirado en el amor, del que Chiara Lubich supo crear un modelo eficaz, puede contribuir a construir un mundo de paz y fraternidad.

Anna Maria Rossi

(1) La Escuela Abbà es un centro de vida y de estudio querido y fundado por Chiara Lubich en 1990. Está formada por miembros del Movimiento de los Focolares, unidos en el nombre de Jesús y expertos en diversas disciplinas, cuyo objetivo es la enucleación y elaboración de la doctrina contenida en el carisma de la unidad.

12/08/24 – Mañana: https://www.youtube.com/watch?v=W7bZbiZz_T4
12/08/24 – Tarde: https://www.youtube.com/watch?v=R65O526wQCE

13/08/24 – Mañana: https://www.youtube.com/watch?v=JTnP2OF87xY
13/08/24 – Tarde: https://www.youtube.com/watch?v=rGtpHakqrvs

Hacia la celebración de la Pascua juntos

Hacia la celebración de la Pascua juntos

Estamos convencidos de que la cooperación del mundo cristiano es esencial. La celebración común de la Pascua de 2025 por parte de todos los cristianos, junto con los eventos del aniversario del Primer Concilio de Nicea, puede servir como un punto de partida significativo para asumir juntos los desafíos de la humanidad y promover acciones conjuntas. Esperamos poder organizar un encuentro de representantes del mundo cristiano, con la presencia de ustedes, en el lugar donde originalmente se celebró el concilio de Nicea ”.

Con estas palabras, el grupo ecuménico “Pasqua Together 2025” (PT2025), que reúne a realidades y comunidades de diferentes confesiones cristianas, viajó primero a Estambul (Turquía), para una audiencia con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, y luego al Vaticano con el Papa Francisco, respectivamente el 14 y 19 de septiembre pasados.

A los dos líderes cristianos, el grupo les pidió que la celebración común de la Resurrección el próximo año no sea una excepción, sino que se convierta en una costumbre para todas las Iglesias cristianas: un paso más hacia la unidad, en preparación para el próximo Segundo Milenio de la Redención en 2033, en el que se cumplirán los 2000 años de la resurrección de Cristo.

“Pasqua Together 2025” nació precisamente en vista del próximo aniversario excepcional que, en 2025, verá coincidir la fecha de la Pascua en los calendarios Gregoriano y Juliano: cristianos de las iglesias de Occidente y ortodoxos, por lo tanto, la celebrarán el mismo día. Además, se recordarán los 1700 años del Concilio Ecuménico de Nicea que promulgó el Símbolo de la fe (el Credo) y trató el tema de la fecha de la Pascua.

El grupo está compuesto por representantes de diferentes Iglesias cristianas y Movimientos políticos y sociales cristianos, como la Asamblea Interparlamentaria Ortodoxa (I.A.O.) que ha sido la promotora; el proyecto “Juntos por Europa”, el Movimiento “Jesus Christ 2033” y el “Centro Uno” del Movimiento de los Focolares. Desde hace dos años, el grupo está recorriendo un camino común que los ha llevado a firmar una declaración conjunta que establece el compromiso de trabajar para que todas las Iglesias cristianas lleguen a celebrar juntos el evento pascual. Además del Patriarca de Constantinopla y del Santo Padre, el documento ha sido entregado previamente al Secretario General del Consejo Mundial de las Iglesias, el Rev. Jerry Pillay y al ex Secretario General de la Alianza Evangélica Mundial, el Obispo Thomas Schirrmacher. Se están preparando contactos con otros líderes cristianos.

El Patriarca Bartolomé I ha anunciado que una comisión conjunta, compuesta por cuatro miembros ortodoxos y cuatro católicos-romanos, ya está trabajando en la redacción del programa para la celebración del 1700 aniversario del primer Concilio ecuménico precisamente en Iznick – nombre turco de la antigua Nicea– donde ha ido ya para examinar su factibilidad. Ha informado que el alcalde de la ciudad está a favor y dispuesto a colaborar. Por supuesto, la invitación se extendió al Papa Francisco y este sería su decimotercer encuentro.

El Patriarca también señaló que la fecha de la Pascua no es una cuestión de dogma o de fe, sino que es el resultado de un cálculo astronómico.

También el Papa Francisco, en su discurso, reiteró que “la Pascua no sucede por iniciativa nuestra o por un calendario u otro. El acontecimiento Pascual tuvo lugar porque Dios «amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna». No olvidemos la primacía de Dios, su ‘primerear’, su haber dado el primer paso. No nos encerremos en nuestros esquemas, en nuestros proyectos, en nuestros calendarios, en ‘nuestra’ Pascua. ¡La Pascua es de Cristo!”.

También el Papa invita a compartir, proyectar y “caminar juntos” y lanza una invitación: la de
“volver a partir, como los apóstoles, de Jerusalén, lugar desde el cual el anuncio mismo de la Resurrección se difundió al mundo”. El Papa exhorta a volver allí “a rezar al Príncipe de la Paz para que nos dé, hoy, su paz”.

Una invitación que se hace eco de lo que ya había expresado el Patriarca ecuménico Bartolomé I, que había exhortado al grupo PT2025 a promover acciones para defender los derechos humanos y una convivencia pacífica para todos los pueblos, rezando así: “Imploramos al Señor que ilumine los corazones de los responsables y los guíe por el camino de la justicia y del amor, para que podamos sanar estas divisiones y restablecer la unidad que está en el centro de nuestra fe”.

Stefania Tanesini
Fotos: © Vatican Media e Centro Uno

“Tengo un solo esposo en la tierra”

“Tengo un solo esposo en la tierra”

Han pasado 75 años desde el día en que Chiara Lubich escribió el texto “Tengo un solo esposo en la tierra”, que volvemos a proponer aquí. Un escrito destinado a convertirse desde el principio en un verdadero Manifiesto programático para Chiara y para quienes la seguirían haciendo suya la espiritualidad de la unidad.

El manuscrito autógrafo, conservado en el Archivo Chiara Lubich (en AGMF) y plasmado en una sola hoja a doble cara, registra la fecha de composición: 20-9-49. Publicado por primera vez en 1957 de forma no integral y con algunas variantes en la revista “Città Nuova”, se siguió proponiendo en otras publicaciones de escritos de Chiara, hasta que se retomó, finalmente de forma integral y correspondiente al manuscrito original, en Il grido (Città Nuova, Roma 2000 – Edición en español: “El Grito”, Ciudad Nueva, Madrid, Buenos Aires, 2002), libro que Chiara Lubich quiso escribir personalmente “como un canto de amor” dedicado precisamente a Jesús Abandonado.

El poema nace como una especie de página de diario escrita espontáneamente. Teniendo en cuenta la particular intensidad lírica que lo impregna, podría definirse como un “himno sagrado”. Esta definición parece oportuna si se tiene en cuenta que el término “himno” tiene su origen en el griego hymnos. La palabra, a pesar de ser de etimología discutida, tiene una estrecha relación con el antiguo Hymēn, el dios griego del matrimonio en cuyo honor se cantaba. Por otro lado, la dimensión esponsal en esta composición está más presente que nunca, aunque ─y precisamente porque─ nos movemos en un contexto fuertemente místico. Es precisamente un “canto” de amor a Jesús Abandonado.

El contexto de esta composición nos remonta al verano de 1949, cuando Chiara, con sus primeras compañeras y los dos primeros focolarinos, se encuentra en las montañas –en el valle del Primiero, en Trentino-Alto Adige–, durante un período de vacaciones. Se une a la comitiva, durante unos días, Igino Giordani (Foco), que había tenido la oportunidad de conocer a Chiara en el Parlamento poco antes, en septiembre de 1948, y estaba fascinado por su carisma.

Se trata de un verano “luminoso”, definido así por Chiara misma ya que, recorriendo sus etapas, no dudará en afirmar que precisamente en ese período comprende mejor “muchas verdades de la fe, y en particular quién era para los hombres y para la creación, Jesús Abandonado que todo lo había recapitulado en sí”. “La experiencia fue tan fuerte –señala– que nos hizo pensar que la vida siempre sería así: luz y cielo” (El grito, p. 60). Pero llega el momento –solicitado por Foco mismo– de “bajar de las montañas” para ir al encuentro de la humanidad que sufre, y abrazar a Jesús Abandonado en cada expresión de dolor, en cada “abandono”. Como Él. Solo por amor.

Escribe entonces: “Tengo un solo esposo en la tierra: Jesús Abandonado”.

Maria Caterina Atzori

20-9-49

Tengo un solo Esposo en la tierra: Jesús Abandonado. No tengo otro Dios fuera de Él. En Él está todo el Paraíso con la Trinidad y toda la tierra con la Humanidad.

Por eso lo suyo es mío y nada más.

Y suyo es el Dolor universal, y, por tanto, mío.

Iré por el mundo buscándolo en cada instante de mi vida.

Lo que me hace daño es mío.

Mío el dolor que me acaricia en el presente. Mío el dolor de las almas que están a mi lado (ese es mi Jesús). Mío todo lo que no es paz, gozo, bello, amable, sereno…, en una palabra: lo que no es Paraíso. Porque yo también tengo mi Paraíso, pero es el que está en el corazón de mi Esposo. No conozco otros. Así será por los años que me quedan: sedienta de dolores, de angustias, de desesperaciones, de melancolías, de separaciones, de exilio, de abandonos, de desgarros, de… todo lo que es Él, y Él es el Pecado, el Infierno.

Así enjugaré el agua de la tribulación en muchos corazones cercanos y – por la comunión con mi Esposo omnipotente – lejanos.

Pasaré como Fuego que consume lo que ha de caer y deja en pie solo la Verdad.

Pero hay que ser como Él: ser Él en el momento presente de la vida.

Chiara Lubich
El grito (Ciudad Nueva, Madrid – Buenos Aires 2000, pp. 60-61)

Fuente: https://chiaralubich.org/