Llegaron en moto, de dos en dos, porque ésta es la forma más común de llegar a la ciudad de Manono, en la provincia de Katanga, en el sureste de la República Democrática del Congo. En esta ciudad se reunieron 92 sacerdotes procedentes de 8 diócesis de la provincia eclesiástica de Lubumbashi para uno de los retiros periódicos organizados por el Movimiento de los Focolares. La invitación para hacerlo allí había sido hecha por el obispo de Manono, monseñor Vincent de Paul Kwanga Njubu, impactado por el testimonio de sus sacerdotes que en el pasado habían participado en este tipo de retiros en Lubumbashi.
También el obispo de Kongolo, monseñor Oscar Ngoy wa Mpanga, diócesis a 300 kilómetros de Manono, involucrada por el mismo acontecimiento – jóvenes sacerdotes que habían participado en retiros similares organizados para seminaristas – pidió a todos los sacerdotes de su diócesis que se unieran a este retiro. Llegaron 43. La prensa local definió al retiro como “inolvidable”. Al final, el Obispo quiso ofrecer a todos un almuerzo que los participantes compartieron después con el hospital de la ciudad, para gran alegría de los enfermos.
Los miembros de la comunidad de los Focolares de Lubumbashi se encargaron de toda la parte organizativa (transportando incluso las ollas para cocinar) y el programa fue confiado a algunos miembros del Centro Internacional del Movimiento.
La ciudad de Manono se encuentra a 800 km de Lubumbashi, es la tercera ciudad más grande del Congo y representa un recurso mineral de importancia mundial debido a la presencia de litio y otros minerales. Lamentablemente, sin embargo, la población no se beneficia de estos recursos. Familias enteras pasan sus días buscando minerales, los niños abandonan la escuela para dedicarse a este trabajo. Hay una gran explotación y los materiales se compran a precios muy bajos. Incluso hay un pueblo en el que las casas se están cayendo porque también se buscan minerales debajo de ellas. La situación en la región es crítica: devastada en el pasado por un conflicto que destruyó infraestructuras civiles y religiosas, tiene instalaciones sanitarias y escuelas en ruinas, con una tasa de asistencia escolar inferior al 30%. La desnutrición y la inseguridad alimentaria afectan gravemente a los niños: el 15% de ellos padece desnutrición. El obispo de Manono quiso realizar este retiro en este mismo lugar: es la primera vez que llegan allí sacerdotes de otras diócesis. Por esta razón, la presencia de un gran número de prelados fue recibida con aire de celebración. Durante la misa dominical, el párroco de la catedral pidió a todos los feligreses que llevaran agua, un bien escaso y precioso aquí, a los participantes del retiro como signo de amor y acogida. Luego comenzaron los días de encuentro: temas espirituales, meditaciones sobre los consejos evangélicos y reflexiones sobre la sinodalidad. Divididos en pequeños grupos, hubo muchos momentos de comunión de vida, de intercambio de testimonios, de conocimiento, de compartir, de fraternidad.
La espiritualidad de comunión, el descubrimiento de Dios Amor, un nuevo estilo de pastoral “sinodal” que “libera de esquemas prefabricados y nos abre al amor recíproco“, como decían algunos, fueron algunos de los puntos que más impactaron a todos.
Al regresar a Lubumbashi, algunos miembros de los Focolares pudieron saludar a algunos obispos de las distintas diócesis, presentes en una reunión de la Conferencia Episcopal, quienes les agradecieron calurosamente la contribución que estos retiros dan a la vida de sus diócesis. En particular, el obispo de Manono agradeció “la contribución dada a la vida espiritual de los sacerdotes y laicos, y a una comunión entre los sacerdotes que desborda la vida de los laicos y les permite vivir el amor mutuo y poner en práctica la palabra de Dios”. También el arzobispo de Lubumbashi, monseñor Fulgence Muteba Mugalu, recién nombrado presidente de la Conferencia Episcopal, agradeció calurosamente estos retiros que se vienen realizando desde hace varios años, esperando que continúe esta formación que da muchos frutos.
Después del retiro, algunos miembros del Centro internacional se dirigieron a Goma, en el noreste del Congo, donde los focolarinos organizaron dos escuelas de formación en las que participaron 12 jóvenes seminaristas y 12 sacerdotes, y estuvo presente en una celebración litúrgica también el obispo de Goma, monseñor Willy Ngumbi Ngengele. Varios de los invitados no pudieron asistir debido a la intensificación de los enfrentamientos cerca de la ciudad. Hay 7 millones de refugiados en el Congo, incluidos 1,7 millones en la provincia de Kivu del Norte, donde se encuentra Goma. Durante el encuentro se profundizó en el conocimiento de la espiritualidad de la unidad y la sinodalidad. El programa incluyó una visita a una parroquia rodeada de miles de refugiados donde el párroco da un testimonio muy fuerte del Evangelio vivido. También la visita al “Centro Père Quintard”, llevado adelante por el Movimiento y situado en medio de dos grandes campos de refugiados, donde se presta un servicio de promoción, educación y desarrollo social, fue un fuerte testimonio para todos los presentes. Varios lo vieron como un rayo de esperanza y pidieron que se llevaran a cabo actividades similares también en sus parroquias.
El último viaje del Papa Francisco a Asia y Oceanía ha sido hasta ahora el más lejano, el más largo, y probablemente el más exigente desde el punto de vista físico, de los que el Papa haya emprendido hasta ahora. ¿Qué significado tiene esta visita para las comunidades locales? Se lo hemos preguntado a Paul Segarra, focolarino de la comunidad de Indonesia.
Paul, ¿qué significado ha tenido la visita del Papa a tu país?
“Este gesto heroico del Papa es para mí una imagen del amor de Dios que no conoce límites y llega hasta sus hijos más lejanos, que por cierto no son los menos apreciados delante de sus ojos –nos cuenta–. El Santo Padre dedicó su tiempo a mirarlos con amor, a sorprenderse por sus talentos, a compartir sus sufrimientos y sus deseos de justicia y paz; y luego les ha transmitido el coraje de afrontar juntos sus retos y superar sus limitaciones. Pero no ha pronunciado sólo palabras que inspiraron y alentaron. También ha demostrado, con su ejemplo, la fuerza en la fe, la apertura a la fraternidad y la cercanía en la compasión; e invitó a todos los que lo escuchaban a adquirir todo ello. Lo hizo a través de sus opciones programadas y sus gestos espontáneos; actuó y vivió con el corazón”.
“Con la rápida difusión de la noticia de su llegada –nos sigue contando Paul Segarra– muchos fueron los comentarios, en varias plataformas sociales, acerca del medio de transporte que él había escogido: una sobria berlina blanca, en donde prefirió sentarse al lado de su chófer en lugar de ocupar el clásico asiento posterior presidencial. Me imagino que fue así porque quería conversar con su conductor cara a cara. Viendo ese gesto, me di cuenta de que yo mismo podría haber hecho lo mismo con el taxista que me llevó a mi alojamiento en Jakarta ese día. Pero a partir de allí, mis viajes se volvieron mucho más placenteros, porque adquirí la costumbre de conocer a los choferes que me tocaron a través de una amistosa conversación”.
Paul, ¿cómo ha vivido la comunidad local de los Focolares este evento?
“Algunos miembros de las comunidades de los Focolares de Jakarta y Yogyakarta tuvieron el privilegio de participar en algunos eventos que contaron con la presencia del Papa. En la catedral de Jakarta (dedicada a Nuestra Señora de la Asunción) el Santo Padre reconoció el trabajo de los catequistas, definiéndolos “puentes del corazón que unen todas las islas”. Nos conmovimos cuando nos invitó a fijar nuestra atención en una estatua de la Virgen María, y nos la indicó como modelo de fe que acoge a todos, y también vela por el pueblo de Dios y lo protege como Madre de la Compasión”.
El Papa Francisco y el Imán Umar han firmado una Declaración conjunta. ¿Qué futuro ves para los cristianos y los musulmanes juntos tras esa firma?
“Tomy, uno de nuestros fotógrafos, que cubrió la visita del Papa a la Mezquita de Istiqal y resistió las largas horas de espera en el intenso calor de la ciudad, estaba visiblemente conmovido cuando el Santo Padre, finalmente, llegó y los saludó desde su coche. Adoptando una postura discreta, desde apenas fuera de la entrada del túnel subterráneo y peatonal que une físicamente la Gran Mezquita con la Catedral por el otro lado de la calle, consiguió capturar el momento cuando el Papa Francisco y el Alto Imán Umar firmaron la Declaración de Fraternidad frente a una nutrido grupo de obispos, imanes y otras personalidades religiosas, y decía que tenía grandes esperanzas de que esta visita pudiera crear una verdadera armonía entre todas las personas de fe. Pero ¿qué es la fe si no es ver, actuar y vivir con el corazón?”
Probablemente habremos experimentado muchas veces lo difícil que es transformar en acción aquello que, en un momento dado, sentimos con fuerza en nuestro corazón y en la interioridad de nuestra conciencia. Una ayuda puede ser vivir juntos un pensamiento que guíe nuestros días, sabiendo que no estamos solos y que formamos parte de una red mundial.Es con esta intención que la Idea del Mes nació en Uruguay de la mano de algunas personas apasionadas por el diálogo y el ideal de la Unidad.
Alrededor de estas intuiciones y pensamientos han surgido grupos de reflexión y de intercambio de experiencias, y ahora la cita mensual es esperada en todo el mundo. Sin embargo, ¿se convierten en un hábito, en una oportunidad para compartir algunas buenas intenciones en grupos virtuales on line?Sin duda, éste es el mayor riesgo de las iniciativas de este tipo. No nos conformemos con palabras vacías y tópicos repetidos. Los ingleses tienen el dicho: “Las acciones dicen más que las palabras” y en los Países Bajos: “Hablar no llena agujeros”. Estas expresiones no surgen por casualidad. Hay una palabra que protege contra este riesgo: la palabra es “coherencia”.
En el libro “El libro de la alegría” [1], el Dalai Lama y Desmond Tutu destacan en su diálogo algunos puntos que pueden ayudarnos a vivir con coherencia. En primer lugar: escuchar a nuestra conciencia para evaluar cuáles son los deseos de mi corazón y que seguramente tienen que ver con aquellos valores humanos que nos dan un sabor de felicidad; luego preguntarse: lo que realmente quiero es algo ¿sólo para mí o también para los demás? ¿al servicio de unos pocos o de muchos? ¿para ahora o para el futuro? Llegados a este punto: declarar la intención para este día, con compromisos concretos, aunque sean pequeños: “hoy quiero saludar a todo el mundo; hoy seré menos crítico; hoy seré más paciente…”.
Pero, ¿dónde encontrar el valor para hacer lo que dice tu conciencia? Hay que discutir con gente sabia, ponerse a prueba dispuesto a no tener siempre razón. Cuando la decisión esté madura, ponerse en camino juntos. Tomarse regularmente tiempo para recalibrar, renovar y reforzar los objetivos sin dejar que las decepciones, la falta de cooperación, los hábitos los nublen o los oscurezcan.
Este fue el testimonio de un inolvidable hombre de diálogo – Piero Taiti – cuando conoció la experiencia del Movimiento de los Focolares. Los viajes a la ciudadela de Fontem en África, la relación personal con los “focolarinos”, personas hacia las que sentía estima porque vivían antes de hablar y trabajaban con mente abierta codo a codo con quienes, como él, no se reconocían en la misma fe religiosa, fueron un punto de encuentro de valores auténtica y profundamente humanos. Los mismos valores que más tarde encontró a través de su amistad personal con Chiara Lubich. Hasta el final, como padre de familia, esposo, médico, político y amigo de confianza de tantos que reconocieron su calibre moral, Piero vivió y transmitió con sus hechos la fuerza de este auténtico encuentro.
No con palabras, sino con hechos. Esto da energía a una persona. Esto hace que uno sea feliz por dentro. Al hacerlo, uno presta un servicio al prójimo.
[1]The Book of Joy: Lasting Happiness in a Changing World, Tenzin Gyatso, the 14th Dalai Lama, and Archbishop Desmond Tutu with Douglas Abram published in 2016 by Cornerstone Publishers
LA IDEA DEL MES,LA IDEA DEL MES es producida actualmente por el «Centro para el diálogo con personas de convicciones no religiosas» del Movimiento de los Focolares. Se trata de una iniciativa nacida en 2014 en Uruguay para compartir con amigos no creyentes los valores de la Palabra de Vida, es decir, la frase de la Escritura que los miembros del Movimiento se esfuerzan por poner en práctica en su vida cotidiana. Actualmente LA IDEA DEL MES está traducida a 12 idiomas y se distribuye en más de 25 países, con adaptaciones del texto a diferentes sensibilidades culturales. www. dialogue4unity.focolare.org
La escucha y la práctica es un tema fundamental sobre el que insiste el autor del versículo de este mes. La carta continúa: «En cambio, el que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ese, practicándola, será feliz» (St 1, 25). Y es precisamente este empeño por conocer sus palabras y vivirlas lo que nos hace libres y nos da alegría.
Se podría decir que la cita bíblica de este mes es de por sí el motivo para la práctica de la Palabra de vida, que se ha difundido en todo el mundo. Una vez a la semana, y más adelante una vez al mes, Chiara Lubich elegía una frase completa de la Escritura y la comentaba. Nos reuníamos, compartíamos los frutos de lo que había obrado contando las experiencias de vida, y se iba creando una comunidad unida que mostraba en germen las consecuencias sociales que era capaz de obrar.
«No obstante su sencillez, la iniciativa de la fundadora del Movimiento de los Focolares contribuyó notablemente a redescubrir la Palabra de Dios en el mundo cristiano del siglo XX»[1], transmitiendo un método para vivir el Evangelio y poner en común sus efectos.
«Poned por obra la Palabra y no os contentéis solo con oírla, engañándoos a vosotros mismos».
La carta de Santiago retoma lo que Jesús había anunciado para que viviésemos y experimentásemos la realidad del reino de los cielos entre nosotros: declara bienaventurado a quien escucha su Palabra y la observa (cf. Lc 11, 28); reconoce como su madre y sus hermanos a quienes la escuchan y la ponen en práctica (cf. Lc 8, 21); la compara a la semilla que, si cae en un terreno bueno, es decir, en quienes la escuchan con corazón íntegro y bueno y la guardan, estos producen fruto con su perseverancia.
«En cada Palabra suya Jesús expresa todo su amor por nosotros –escribe Chiara Lubich–. Encarnémosla, hagámosla nuestra, experimentemos la gran potencia de vida que desarrolla si la vivimos, en nosotros y alrededor de nosotros. Enamorémonos del Evangelio hasta dejarnos transformar en él y derramarlo sobre los demás. […] Seremos libres de nosotros mismos, de nuestros límites, de nuestras esclavitudes;
y no solo, sino que veremos estallar la revolución de amor que Jesús, libre para vivir en nosotros, provocará en el tejido social en el que estamos inmersos» [2].
«Poned por obra la Palabra y no os contentéis solo con oírla, engañándoos a vosotros mismos».
¿Cómo poner en práctica la palabra? Miremos a nuestro alrededor y hagamos de todo para ponernos al servicio de quienes están necesitados, con pequeños o grandes gestos de cuidado mutuo, transformando las estructuras injustas de la sociedad, oponiéndonos a la violencia, favoreciendo gestos de paz y de reconciliación; con más sensibilidad y acciones a favor de nuestro planeta.
Así irrumpe una auténtica revolución en nuestra vida, en la de la comunidad donde vivimos y en el lugar de trabajo donde actuamos.
El amor se manifiesta en las acciones sociales y políticas que procuran construir un mundo mejor. Del compromiso de una pequeña comunidad de los Focolares para con las personas más frágiles, nace en Perú un centro para ancianos con el nombre de la fundadora del Movimiento, en Lámud, una ciudad de la Amazonia peruana a 2.330 metros sobre el nivel del mar.
«El Centro se inauguró en plena crisis de la pandemia y alberga a 50 personas ancianas y solas. La casa, los adornos, la vajilla y los alimentos llegaron como regalo de la comunidad vecina. Ha sido una apuesta no exenta de dificultades y trabas, pero en marzo de 2022 el Centro celebró su primer aniversario abriendo las puertas a la ciudad con una fiesta en la que participaron incluso las autoridades políticas. En los dos días de celebración se añadieron nuevos voluntarios, adultos y niños, que quieren cuidar de los mayores solos y ampliar así su familia»[3].
Patrizia Mazzola y el equipo de la Palabra de Vida
[1] C. LUBICH, Palabras de vida/1 (1943-1990) (ed. F. Ciardi), Ciudad Nueva, Madrid 2020, p. 5, Introducción.
[2]EAD., «Palabra de vida», septiembre de 2006: Ciudad Nueva n. 434 (8-9/2006), p. 23.
LA IDEA DEL MES,basada en la Palabra de Vida del Movimiento de los Focolares, surgió en Uruguay en el contexto del diálogo entre personas de convicciones diversas. Su lema es “construyendo diálogo”. La finalidad de esta publicación es contribuir y promover el ideal de la fraternidad universal. Actualmente LA IDEA DEL MES se traduce a doce idiomas y se distribuye en más de 25 países.
La familia ecuménica de todo el mundo se une para escuchar y cuidar a nuestra casa común. Como ya es costumbre, el 1 de septiembre empieza el Tiempo de la Creación, un período de oración y reflexión asociado a acciones concretas para el cuidado del Planeta Tierra. El evento concluirá el 4 de octubre con la fiesta de San Francisco de Asís, patrono de la ecología, amado por muchas confesiones cristianas. El Movimiento de los Focolares adhiere a la iniciativa. Desde la Semana de oración para la unidad de los cristianos del último mes de enero hasta hoy hemos vivido la fase de “Preparación” para el Tiempo de la Creación, fundamental para crear vínculos y relaciones, renovando la alegría de encontrarse y cultivando los dones de la comunión y de la paz como Pueblo de Dios, junto con nuestra casa común.
Tema del año 2024
El tema de este año es Tener esperanza y actuar con la Creación. ¿De dónde nace este tema? En la carta del apóstol Pablo a los Romanos, la imagen bíblica presenta a la Tierra como una Madre, que gime y siente dolores como durante el parto (Romanos 8:22). San Francisco de Asís lo había entendido cuando en su Cántico de las Criaturas se refería a la Tierra como a nuestra hermana y nuestra madre.
Lastimosamente los tiempos en que vivimos demuestran que no nos relacionamos con la Tierra como con un regalo de nuestro Creador, sino más bien como un recurso para ser utilizado.
¿Puede haber una esperanza?
Sin duda, tiene que haberla, junto con una expectativa por un futuro mejor. Tener esperanza, en el contexto bíblico, no significa quedarnos inmóviles y silenciosos, sino por el contrario gemir, llorar y luchar activamente por una nueva vida en el medio de las dificultades. Justamente como durante el parto –retomando la imagen del apóstol Pablo–, se atraviesa por un período de dolor intenso pero, simultáneamente, está naciendo una vida nueva.
La esperanza es un regalo de Dios. Sólo a través de la esperanza podemos desarrollar plenamente el regalo de la libertad, que junto con la responsabilidad nos permiten hacer del mundo un lugar mejor. Solamente cuando colaboramos con la Creación pueden nacer las primicias de la esperanza.
Tener esperanza y actuar
La esperanza es confianza en que nuestra acción tiene un sentido, por más de que los resultados de esa acción no se vean inmediatamente. Sabemos cuán urgente es una acción valiente para contener la crisis climática y ecológica y también sabemos que la conversión ecológica es un proceso lento ya que los seres humanos a veces somos reacios a cambiar nuestra mente, nuestro corazón y la forma de vivir. O a veces no sabemos cómo tendrían que ser nuestras acciones. Hay mucho por aprender de otras culturas y países acerca de cómo tener esperanza y actuar junto con la Creación.
Este año el 1 de septiembre cae en domingo; estamos todos invitados a celebrar el comienzo del Tiempo de la Creación en nuestros respectivos países y comunidades.