Movimiento de los Focolares
Participar / presidir / decidir

Participar / presidir / decidir

 El sábado 24 de junio de 2023 se celebró en Loppiano (Incisa Valdarno, Florencia) un seminario teológico sobre el tema «Participar/presidir/decidir. Raíz sacramental y dinámica comunional en el camino del pueblo de Dios en misión». Más de treinta estudiosos han aceptado la invitación del Centro Evangelii Gaudium (CEG) del Instituto Universitario Sophia para elaborar una propuesta de revisión del derecho canónico con el fin de reequilibrar – como exhorta el documento base (Instrumentum laboris) de la XIV Asamblea del Sínodo de los Obispos – «la relación entre el principio de autoridad, fuertemente afirmado en la legislación vigente, y el principio de participación». Dado que “no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales – nos asegura el Papa Francisco – deben resolverse con intervenciones del magisterio» (Exh. apostólica Amoris laetizia, n. 3), la escucha del sensus fidelium de todo el pueblo de Dios es decisiva (pastores y fieles) en la variedad de culturas que la componen. El diálogo entre teología y derecho está, por tanto, animado por un proceso sincero de inculturación sin el cual se corre el riesgo real de sentar las bases para una inobservancia práctica de los principios generales enunciados por la Iglesia. «El punto – subraya el profesor Vincenzo Di Pilato, coordinador académico de la CEG – es precisamente esto: ¿cómo hacer efectiva la participación activa de todos los fieles dentro de nuestras asambleas sinodales? ¿Seguirá siendo solo de asesoramiento? ¿O también será deliberativo? ¿Significará esto llegar a una negociación para una “concesión” jurídica o “reconocer” la capacidad de decisión del sujeto colectivo de la acción eclesial tal como emerge de la eclesiología del Vaticano II y del magisterio posconciliar? ¿Y será necesaria, por tanto, una actualización del Código de Derecho Canónico?». En el saludo inicial a los participantes, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, destacó cómo el camino sinodal entra en una nueva etapa: está llamado a convertirse en una dinámica generativa y no simplemente en un acontecimiento entre otros. En efecto, no se puede escuchar al Espíritu Santo sin escuchar al pueblo santo de Dios en esa “reciprocidad” que lo constituye “Cuerpo de Cristo”. En este vínculo de comunión toma forma esa particular metodología de conversación en el Espíritu, bien descrita con ocasión de la presentación del Instrumentum laboris. De ahí la necesidad, mencionada varias veces por el cardenal Grech, para articular mejor el principio de restitución. En otras palabras, esto significa que la unidad del proceso sinodal está garantizada por el hecho de que vuelve a donde empezó, a la Iglesia particular, y es un momento importante de “reconocimiento” de lo que ha madurado en la escucha de lo que el Espíritu dice hoy en la Iglesia. El camino sinodal parece, pues, presentarse como un momento significativo de la vida eclesial, capaz de estimular y activar el impulso creativo y de anuncio evangélico que nace del redescubrimiento de la relación con Dios que inerva la relación entre los creyentes, y también como signo de un contexto cultural en el que habita un grito silencioso de fraternidad en la búsqueda del bien común. Si en el informe “Los problemas de sinodalidad entre eclesiología y derecho canónico” del profesor Severino Dianich, surgió la recuperación de la eclesiología paulina del ser-cuerpo de Cristo y la puesta en valor de la coesencialidad dinámica de los dones jerárquicos y carismáticos; para el profesor Alphonse Borras, este punto de inflexión necesita una aclaración canónica, que perfile una práctica procesal flexible, capaz de acompañar los procesos de toma de decisiones y de participación a través de los diversos organismos ya previstos (consejo episcopal, consejo presbiteral, pastoral diocesana, pastoral parroquial…). El cardenal Francesco Coccopalmerio, ex presidente del Pontificio Consejo para los textos legislativos, siguió esta línea en su discurso “Sinodalidad eclesial: ¿es concebible una rápida transición de consultiva a deliberativa?”. A su juicio, es posible encontrar una clara definición de sinodalidad en el derecho canónico, entendida como la “comunión de pastores y fieles en el ejercicio de la actividad de reconocer cuál es el bien de la Iglesia y en la capacidad de decidir cómo ponerlo en práctica”. Al final del seminario, muchos hicieron la propuesta de dar a conocer los resultados alcanzados a través de la publicación de las intervenciones. El CEG está trabajando para garantizar que esto suceda en septiembre como una contribución adicional al próximo Sínodo.

Antonio Bergamo

Hacia un juramento ético para el mundo digital

Hacia un juramento ético para el mundo digital

El nivel alcanzado por la inteligencia artificial nos enfrenta a nuevas cuestiones éticas: ¿cómo promover el desarrollo tecnológico a escala humana? Call to action (llamada a la acción) para desarrolladores e innovadores del mundo digital. Un horizonte que nos concierne a todos. Junio de 2023, Instituto Universitario Sophia: en la pantalla del Aula Magna, una presentadora digital abre elegantemente el seminario “Hacia un juramento digital / Towards a Digital Oath”. Estamos cruzando un umbral: los preparativos comenzaron hace algún tiempo, pero la aceleración de los últimos meses dice algo nuevo. Promovido por una plataforma de protagonistas -el centro de investigación Sophia Global Studies, el Movimento Politico per l’Unità, NetOne, New Humanity y Digital Oath-, la cita pretende abordar los temas más urgentes del mundo digital desde diferentes perspectivas: filosófica, tecnológica, ética, social, política, hasta debatir la propuesta de un “juramento” que podría representar para los profesionales del mundo digital un análogo del Juramento Hipocrático para los médicos. ¿Dónde surge esta necesidad? ¿Con qué objetivos? El mundo tecnológico tiende a cambiar rápidamente y, cada vez con más frecuencia, a una velocidad superior a nuestra capacidad de adaptación. La complejidad de las máquinas y sistemas que estructuran la realidad afecta no solo nuestra forma de vida, sino también la forma en que vemos el mundo y pensamos en el futuro. El nivel alcanzado por las “inteligencias artificiales” – IA, ve surgir, junto al entusiasmo por sus capacidades operativas, una preocupación general por las nuevas posibilidades que abren estos sistemas y los efectos que pueden derivar de su uso malicioso. La reciente difusión de ChatGPT (noviembre de 2022) y todos sus derivados ha acercado masivamente la IA a nuestra vida cotidiana, dando lugar a nuevas preguntas de sentido vinculadas a la comprensión de lo que es humano y lo que no lo es. En el panorama mundial, la evolución de estos dispositivos ha producido cierta desorientación, no sólo porque su uso aparece al alcance de todos, sino sobre todo porque demuestran que hacen algo que antes era prerrogativa de los seres humanos, con capacidades cuantitativamente superiores. El hecho de que nos encontremos ante sistemas que no son “inteligentes” en el sentido humano del término y que gestionan su base de conocimientos mediante cálculos estadísticos no cambia el resultado final: la sensación de no ser ya los autores de opciones fundamentales, cuestionados por las máquinas que son un poco menos “herramientas” y un poco más “compañeros de trabajo”. A estas preguntas, el seminario “Hacia un juramento digital / Towards a Digital Oath” agregó un tema central: cuestionarse sobre la ética de las tecnologías es cuestionar lo humano. De hecho, es opinión de muchos considerar el desarrollo tecnológico como la actividad humana que más nos caracteriza. Efectivamente, las tecnologías digitales, y la IA en particular, son las que más reflejan, como en un espejo, nuestra forma de ser y entender la existencia. Las crisis del siglo pasado (valores, medioambiental, social y política) están íntimamente relacionadas con ellas y nos dicen que el desarrollo tecnológico debe ir acompañado de un compromiso educativo igualmente decidido, para que cualquier forma de progreso pueda estar guiada por una conciencia ética más profunda. El sentido de un “juramento” para el mundo digital va exactamente en esta dirección. El programa del seminario de principios de junio reunió a expertos cualificados (link al programa). Después de una primera visión general de las tecnologías digitales actuales, el debate exploró los riesgos y las regulaciones asociadas a su uso en Italia y en la Unión Europea, en los EE. UU., en Brasil y en China, entrelazando soluciones tecnológicas con cuestiones políticas, reflexiones filosóficas con fenómenos sociales. «Es necesario hacer visible y suscribir un compromiso concreto y universalmente compartido – explica Fadi Chehadé, ex director ejecutivo de ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números) y promotor del “juramento” por una ética del mundo digital, profesor invitado en el Instituto Sophia, con el que los desarrolladores, técnicos y usuarios de tecnologías digitales pueden anclar firmemente su trabajo en un enfoque centrado en el ser humano». Fadi Chehadé acompaña las primeras etapas del camino desde noviembre de 2019, cuando un primer grupo se reunió en Trento (Italia) para dar forma al proyecto. Posteriormente, el grupo promotor involucró a académicos de varios países y participó en la consulta pública promovida por la ONU para el Pacto Mundial Digital 2024. Hoy el propósito del Juramento Digital es preciso: sugerir lineamientos y motivar éticamente a los desarrolladores e innovadores del mundo digital a enfocarse en la dignidad y calidad de vida de las personas y comunidades, el sentido humano de la existencia, el respeto por los derechos fundamentales y el medio ambiente. “La propuesta de traducir, por así decirlo, el Juramento Hipocrático para el mundo digital – recordaron los impulsores del congreso – ya ha surgido en varios estudios internacionales, que subrayan la urgencia del tema y la responsabilidad de quienes crean y gestionan lo digital y gestionan datos. El pensamiento no va solo a las nuevas redes neuronales sino también a las redes sociales, o criptomonedas… Nuestro trabajo se suma al de otras redes: ahora es necesario unir fuerzas para una coalición entre las universidades, el sector privado y las organizaciones comprometidas con la redacción de un código de ética, un protocolo de autorregulación del que se puedan beneficiar las personas, la sociedad y el medio ambiente”. En el nuevo sitio de  Digital Oath  hay una redacción inicial del juramento disponible para todos y las firmas están llegando; el texto está abierto a sugerencias y modificaciones con elaboración progresiva. Próximamente, el sitio incluirá también las grabaciones y documentos del Seminario. Aunque el camino sea ciertamente cuesta arriba, somos muchos los que caminamos: es un horizonte que nos concierne a todos.

Andrea Galluzzi

Ecumenismo: Sinodalidad y Primado en el segundo milenio y hoy

Ecumenismo: Sinodalidad y Primado en el segundo milenio y hoy

La Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa ha llevado a cabo su sesión plenaria número 15 del 1 al 7 de junio de 2023 en Alejandría (Egipto), huésped del Patriarcado greco-ortodoxo de Alejandría y de toda África, alcanzando un acuerdo sobre un nuevo documento llamado “Sinodalidad y Primado en el segundo milenio y hoy”. Nuestra entrevista al teólogo Piero Coda, presente en el encuentro. Mons. Coda, ¿podría decirnos qué momento ha sido, quién ha participado y cuál es el objetivo primordial? Se realizó la 15° Sesión plenaria de la “Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. Tuvo lugar  en Alejandría (Egipto), bajo la presidencia del Metropolita  Job de Pisidia (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla) y del Cardenal Kurt Koch (Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos), con la cordial hospitalidad del Patriarca de Alejandría, Theodoros II. Consistía en llevar a término la etapa del diálogo inaugurada por el documento de Rávena (2007). Éste preveía –tras la elaboración del cuadro teológico compartido por Ortodoxos y Católicos acerca de la interdependencia en la vida de la Iglesia de sinodalidad y primado– el  examen histórico de la situación vivida en el primer milenio, propuesto por el documento de Chieti (2016). Todo ello con el fin de alcanzar la descripción de la situación vivida en el segundo milenio, objeto del documento aprobado en Alejandría. Por las conocidas vicisitudes que convulsionan al mundo ortodoxo, el Patriarcado de Rusia abandonó los trabajos de la Comisión. También estuvieron ausentes en Alejandría los representantes de los Patriarcados de Antioquía, de Bulgaria y de Serbia, pero estaban presentes las restantes diez delegaciones de los demás Patriarcados (Constantinopla, Alejandría, Jerusalén, Rumania, Georgia) e Iglesias autocéfalas (Chipre, Grecia, Polonia, Albania, República Checa y Eslovaquia).  ¿En qué términos es posible hablar de Sinodalidad en ámbito ecuménico y qué consideraciones han surgido teniendo en cuenta el pasado? El tema está ilustrado en la Introducción: “El presente documento considera la convulsionada historia del segundo milenio (…), se compromete a dar –en la medida de lo posible–  una lectura común de esa historia y ofrece a los Ortodoxos y a los Católicos la oportunidad de explicarse recíprocamente acerca de varios puntos, como así también promover la mutua comprensión y la confianza que son requisitos esenciales para la reconciliación empezando el tercer milenio. El resultado es una inteligencia más clara y compartida de las razones que han llevado –no raramente por motivos de naturaleza histórico-política más que teológica–  a incentivar una distancia que no sólo impidió los intentos de reconciliación hechos a lo largo de los siglos y el deseo de alcanzar un buen resultado, sino que además exasperó la interpretación polémica respecto de la otra parte y la rigidez apologética de la propia posición. Hay que registrar el valor que tiene la apertura a una situación nueva marcada por el acercamiento que se produjo en el siglo XX. Ello propicia una más pertinente valoración del efectivo significado y peso teológico de lo que aún impide la plena y visible unidad. ¿Cuáles son las perspectivas futuras? El documento hace hincapié en que son decisivos el “retorno a las fuentes” de la fe y la estrategia del diálogo de la caridad entre las  “Iglesias hermanas”, promovido todo ello por Paulo VI y el Patriarca Athenágoras (en la línea del Vaticano II).  También es importante el actual compromiso de la Iglesia Católica, incentivado tenazmente por el Papa Francisco, en redescubrir y reactivar el principio de la sinodalidad, que estimula la esperanza. ¿Hacia dónde apuntar la mirada? El documento hace una precisión diciendo que “la Iglesia no está concebida correctamente como una pirámide, con un primado que la gobierna desde lo alto, pero tampoco se la comprende correctamente con una federación de Iglesias autosuficientes. Nuestro estudio histórico de la sinodalidad y del primado en el segundo milenio ha mostrado lo inadecuado de ambas visiones.  En el mismo sentido, es claro que para los Católicos la sinodalidad no es meramente consultiva y para los Ortodoxos el primado no es meramente honorífico”. Entonces, la interdependencia entre sinodalidad y primado –éste es el punto firme adquirido– es “un principio fundamental  en la vida de la Iglesia. El mismo está intrínsecamente relacionado con el servicio de la Iglesia a nivel local, regional y universal.  Sin embargo, el principio debe ser aplicado en específicos contextos históricos (…);  lo que se requiere en las actuales circunstancias es una nueva y correcta aplicación del mismo principio”. Esta perspectiva allana el terreno para proseguir en el camino y continuar con la apertura de una fase nueva.

Carlos Mana e Maria Grazia Berretta (fotos: ©Dicastero per la promozione dell’Unità dei cristiani)

Evangelio vivido: “Vivan en paz y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes” (2 Corintios 13, 11)

Dejar que Dios habite en nosotros: éste es el punto de partida para custodiar y dar testimonio con alegría del valor inestimable de la unidad y de la paz, en la caridad y en la verdad; para enriquecerse y ser semillas de bien y de hermandad para el mundo. Sin medir el odio Vivo en una pequeña ciudad de Ucrania, en el límite con Eslovaquia. Aquí no llegan bombas, pero sí llegan sus tremendas consecuencias: gente desplazada, con sus carencias; la necesidad de linternas, velas, medicamentos, abrigo… Una gran oscuridad ha invadido nuestra tierra.  Las noticias de los que traicionan, de los que se enriquecen en estas dramáticas situaciones, o de los que se aprovechan de los demás, los chacales… están a la orden del día. Cuando el mal triunfa, no tiene reglas, ni límites. Pero a pesar de todo, también vemos otra cosa: gente que se siente partícipe del dolor de los demás y busca soluciones. Se percibe la necesidad del calor de la familia, de la protección y la solidaridad. Asisto a esta paradoja de una guerra del mal y del triunfo del bien. Nos contamos la historia de Chiara Lubich y de sus primeras seguidoras; ellas también empezaron durante una guerra y no midieron el odio que había, sino que encendieron el bien y luego lo esparcieron por todas partes. Realmente las fuerzas del mal no prevalecerán. Nuestra gratitud es una verdadera oración que se levanta hasta el cielo como un canto de alabanza a Dios que es Amor. (S.P. – Ucrania) Una cadena de amor En la sala de espera de mi negocio, entre las clientes, el intercambio de noticias es una costumbre, y como desde hacía tiempo no veía a una anciana, la señora Adela, que periódicamente venía a vernos, pregunté por ella a una de las señoras. De esa manera me enteré de que Adela estaba gravemente enferma. Impulsada por el deseo de volver a verla, un día decidí ir a visitarla. Encontré a la señora Adela sola y sin parientes, en un estado de completo abandono y enseguida lancé un pedido de ayuda, buscando a alguien que pudiera hacerle compañía. Muy pronto tres clientes respondieron y se comprometieron positivamente. Nació así una hermosa competencia hasta que el hijo de una de ellas hizo de todo para que pudiera ingresar en una casa que le ofrecía asistencia y atención médica. Yo también me ofrecí para prestar mis servicios como peluquera, no sólo para Adela sino también para todas las que lo quisieran. La historia de Adela me demostró que es suficiente empezar con actos concretos de caridad; la cadena del amor se pone en marcha con mayor velocidad y eficazmente. (F.d.R. – Italia) Una escuela de solidaridad En el desierto, en las afueras de la ciudad de Egipto en donde me encuentro, viven 1000 personas enfermas de lepra. Hasta hace algunos años nadie sabía de esa colonia. Fuimos para verificar la situación y descubrimos que carecían de todo. Ni siquiera los médicos iban a verlos. Acordé la acción con la Caritas, abrimos nuestro grupo a otros jóvenes cristianos y musulmanes con los que vamos allí en los días libres del trabajo. Dos de nosotros, estudiantes de medicina, se ocupan de la asistencia médica, para lo cual se informaron sobre los nuevos métodos de tratamiento de la lepra. Otros pusieron a disposición su tiempo para pintar las casas y hacerlas más habitables. Un joven periodista publicó algunos artículos en varios periódicos y revistas con la finalidad de informar y sensibilizar al problema a la mayor cantidad de personas posible. Sobre todo nos dimos cuenta de que los enfermos de esa colonia necesitan que alguien los escuche, ya que eso es casi más importante que los medicamentos. Esta experiencia ha sido para cada uno de nosotros un verdadero aprendizaje: nos ha hecho entender que cada uno de nosotros puede dar su aporte en función de los demás. (H.F.S.- Egipto)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(extraído de  Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año IX – número 1, mayo-junio de 2023)

World Meeting on Human Fraternity: la fraternidad como tarea compartida

World Meeting on Human Fraternity: la fraternidad como tarea compartida

El 10 de junio de 2023 tuvo lugar en el Vaticano el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana, un encuentro internacional sobre la fraternidad humana en el que participó el Movimiento de los Focolares junto con otros movimientos eclesiales, organizaciones y asociaciones internacionales. En nombre de la presidente de los Focolares, Margaret Karram, algunos focolarinos entre ellos Christian Abrahao Da Silva, que nos cuenta sus impresiones. Promover un proceso participativo, que ayude a redescubrir el sentido de la fraternidad y construirla juntos a través del diálogo, el conocimiento, los momentos de encuentro, las palabras y los gestos compartidos. Con este objetivo se celebró el 10 de junio el World Meeting on Human Fraternity, un encuentro internacional en el Vaticano sobre la fraternidad humana, promovido por la Fundación Fratelli Tutti y por la Basílica Papal de San Pedro, bajo el patrocinio del cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano, Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano. El evento inspirado en la encíclica Fratelli Tutti contó con la presencia de varios Premios Nobel de la Paz, personalidades de la ciencia, la cultura, el derecho, asociaciones y organismos internacionales, quienes tuvieron la tarea de redactar un “Llamado al compromiso por la fraternidad humana”. El documento leído por dos premios Nobel, Nadia Murad y Muhammad Yunus, durante el Festival celebrado en la plaza de San Pedro por la tarde, fue firmado posteriormente por el secretario de Estado, Cardenal Parolin, en nombre del Papa Francisco y por el grupo que redactó el documento. Christian Abrahao Da Silva, focolarino que ha participado, nos cuenta cómo fue ese momento. Christian, ¿qué ha significado para ti participar en este momento mundial dedicado a la fraternidad? Ha sido un gran honor en primer lugar. Otra focolarina, Corres Kwak, y yo fuimos llamados a representar a la presidente de los Focolares, Margaret Karram y a todo el Movimiento, durante este evento con un noble propósito, el de promover la fraternidad y la amistad social entre las personas y entre los pueblos, como antídoto contra las muchas formas de violencia y guerras en el mundo. El encuentro se desarrolló en dos momentos: el de la mañana que tuvo lugar en la antigua sala sinodal, con la presencia de representantes de diversos movimientos y asociaciones eclesiales. En cambio, por la tarde, tuvo lugar un gran Festival en la plaza de San Pedro con conexiones realizadas desde varias plazas del mundo. ¿De qué modo se abrieron los trabajos? Durante la mañana participamos en dos mesas de trabajo en las que se nos pidió responder esencialmente a dos preguntas: “¿Qué hacemos concretamente para lograr la fraternidad social y la fraternidad ambiental?”. Y también “¿hay un ‘nosotros’?”. Han sido momentos muy bonitos y participativos. Se ha hablado mucho del concepto de jardín en referencia al jardín del Edén, expresado por el papa Francisco en “Fratelli tutti”. Las palabras más pronunciadas fueron: compasión, responsabilidad (política y económica), compartir, promoción integral, reconocimiento de cada persona humana, cuidado, acogida. Una verdadera experiencia eclesial con la esperanza de que pueda expandirse y testimoniar la necesidad de redescubrir y fortalecer la fraternidad humana. ¿Qué te impactó particularmente? Además del grupo de premios Nobel de la paz, de movimientos y asociaciones eclesiales, también había un grupo de 30 jóvenes estudiantes de varias escuelas italianas, acompañados por sus profesores de religión, que habían participado en un concurso con artistas de varios tipos, expresando creativamente el tema del encuentro. Su presencia dio un importante toque de compromiso de las nuevas generaciones con la educación en la fraternidad. Además, las experiencias contadas en el escenario del Festival por la tarde, las de algunos artistas que compartieron su talento de forma gratuita y con alegría, fueron un gran aporte. ¿Qué se lleva el Movimiento de los Focolares después de este momento? El papa Francisco relanza la fraternidad como un nuevo paradigma antropológico sobre el que reconstruir gestos y leyes porque “la fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad” (Fratelli tutti, n. 103). Esta clave nos recordó un discurso de Chiara Lubich titulado: “Libertad, igualdad… ¿qué pasó con la fraternidad?”. Bueno, este fue uno de esos eventos que nos llaman a lanzarnos cada vez más al centro de nuestro carisma de la unidad. Además, al explicar la idea del evento, el cardenal Gambetti realmente tocó el corazón, definiendo este momento juntos como “proceso y experiencia, como un primer paso para ayudar a redescubrir el sentido de la fraternidad y construirla culturalmente porque no se da biológicamente, la fraternidad necesita encuentro y diálogo, conocimiento, palabras y gestos compartidos, lenguajes comunes y una experiencia de belleza”.

Maria Grazia Berretta