Ago 16, 2012 | Focolare Worldwide

¡Finalmente llegó la hora para los Focolares de Portugal!
Es preciso decirlo, sobre todo si se considera el tiempo de preparación de una visita tan esperada como la de la Presidente y del copresidente del Movimiento de los Focolares por primera vez en tierra lusitana. De hecho, el viaje previsto para enero pasado fue postergado por motivos de salud. Pero ni siquiera la apretada agenda de María Voce ni el fuerte calor, han impedido, que en pleno verano, la comunidad lusitana de los Focolares se reúna para acoger, con un “cálido” abrazo, a la Presidente, acompañada con el copresidente Giancarlo Faletti.
Existen dos “primicias” históricas que los Focolares portugueses conservan con orgullo en su historia.
La primera se remonta a finales de 1948, cuando Igino Giordani (conocido como Foco), entonces diputado en el senado italiano, dictó una conferencia en la “Sociedad Geográfica”. Giordani, quien había conocido a Chiara Lubich hacía sólo 3 meses y había quedado fascinado por la espiritualidad de la unidad en esa ocasión se encontró con el entonces Cardenal Patriarca de Lisboa, Mons. Manuel Cerejeira.
La segunda ‘primicia’ es especialmente amada por los Focolares portugueses: la visita de Chiara al Santuario de Fátima en 1955, cuando el Movimiento todavía no había llegado a Portugal. Ella misma lo recordó en su diario tres años después: “Era septiembre del ’55 cuando una oportunidad realmente excepcional nos permitió la fortuna de encontrar a Sor Lucía de Fátima… recordamos pocas cosas de ese viaje, tan amado, que se prolongó del 8 de septiembre (nacimiento de María) al 12 de septiembre (el nombre de María). Quizás porque el corazón estaba siempre allí, en la ‘Cova de Iria’, donde la Virgen depuso su mensaje al mundo”.

Tendrían que pasar muchos años antes de que Chiara pudiera encontrarse personalmente con la comunidad portuguesa, en 1989, en Santiago de Compostela, junto con la comunidad de España. Sucesivamente, en el 2003, se preparaba para ir a Lisboa, cuando su salud se lo impidió. En esa ocasión escribió a los miembros de los Focolares reunidos para la fiesta: “Queridísimos, los imagino todos reunidos en Fátima (…) aunque me fue imposible venir a visitarlos, siéntanme allí con ustedes, como y más que si hubiese ido personalmente. Estoy segura de que aprovecharán la ocasión para renovar la unidad entre ustedes… para difundir en el mundo el Amor”.
María Voce y Giancarlo Faletti ahora están en Portugal, casi como para realizar el deseo expresado por la fundadora.
En estos días seremos espectadores atentos para acompañar y narrar cuanto sucederá a tantos que, desde distintos puntos del planeta, querrán seguir con interés esta visita al país lusitano.
Del enviado Gustavo Clariá
Foto © M. Conceicao / M. Freitas
Ago 14, 2012 | Focolare Worldwide
«Cuando estallaron las manifestaciones y tuvieron lugar los primeros disparos, llegaron a nuestro hospital muchos heridos. En seguida me puse a disposición y a pesar del peligro fui hasta el lugar para atender a los heridos pasando por los puestos de control de gente armada. Dentro de mí sentía la seguridad que no estaba solo, sino en el corazón de Jesús.
Un día después, vi crecer la división entre los miembros de la sociedad y aumentar la tensión entre las distintas confesiones y los asesinatos con base a la pertenencia religiosa. Elegí ir contra la corriente, aceptando tratar a pacientes de todas las confesiones, asumiendo el riesgo de ser malinterpretado por mi forma de actuar y acusado tanto por parte del Gobierno como de los opositores armados. Para garantizar la seguridad de los pacientes, muchas veces, al terminar una operación, esperaba a los enfermos durante horas para transportarlos en forma segura a sus casas en mi carro.
Una noche, mientras acompañaba a una paciente alauita a dar a luz en Hama, ciudad en su mayoría sunita, nos topamos con una manifestación de protesta contra el régimen. En el carro todos estaban estaba asustados y tampoco yo estaba seguro sobre la forma de preceder, sobre todo cuando un grupo de manifestantes que acercó para saber quién estaba dentro. Hablando con ellos dije en voz alta: “Aquí en el auto hay una mujer que está por dar a luz, tengan temor de Dios”. Se calmaron y después se alejaron y así pudimos entrar al hospital.
La señora estaba a punto de dar a luz. Poco después se escucharon los gritos del neonato. Era una vida que nacía en medio de la muerte. Nos conmovimos hasta las lágrimas porque ese niño era el símbolo de nuestras esperanzas de un nuevo nacimiento.
Tratar de amar a todos significa también pensar en los familiares de los heridos y de las víctimas, tratando de estarles cerca y de tranquilizarlos, y también ayudándolos a superar la rabia y el deseo de venganza. Un día murió un oficial musulmán de una aldea cercana a la nuestra. Con otros médicos cristianos fuimos a darle el pésame a la familia. Cuando su padre lo supo se conmovió, y después se dirigió a nosotros diciendo: “Hoy me han honrado ustedes y su gente, y me han traído un poco de paz”.
El pasado septiembre, hacia el final del Ramadán, traté de involucrar a mis colegas médicos en una acción de reconciliación. Invitamos a 120 médicos de la ciudad, de todas las confesiones, a un Iftar en donde estuvo presente el gobernador de la ciudad. Se creó un clima bello y sereno que tranquilizó los ánimos y tuvo un eco muy positivo en Hama ayudando a sanar las heridas.
Esta vida por la unidad no ha pasado desapercibida. He sido llamado a trabajar en el comité del diálogo ciudadano donde también he podido aportar la visión política iluminada por la espiritualidad de la unidad. Sucesivamente fui elegido para formar parte del comité de Diálogo nacional llamado a reunirse con el Presidente para encontrar una solución justa. Lamentablemente esta acción pacífica no ha obtenido el resultado anhelado pero sigo esperando y trabajo para que el diálogo y la reconciliación tengan la última palabra».
Y. S. – Siria
Ago 10, 2012 | Focolare Worldwide
Para la población, en no pocas localidades de Siria, la vida se ha vuelto dura: bombardeos y choques armados, aunque no constantes; miedo, encarecimiento de los víveres, escasez de gas; se puede salir de casa, pero la vida ha disminuido su ritmo, con puestos de control temibles; muchas familias cristianas se tienden a escapar a Líbano, al menos momentáneamente.
Desde Siria nos cuentan: “Todavía en noviembre de 2011 esperábamos un desenlace pacífico, que sin embargo se fue disipando hasta el estado actual, que ve un país atrapado en una espiral de violencia con consecuencias imprevisibles y seguramente desastrosas. Para nosotros que creemos en el mundo unido es muy doloroso constatar la falta de voluntad real para encontrar una solución por la vía diplomática y política. Desde el inicio de los acontecimientos nos dimos cuenta, al igual que muchos en el país, que el interés prioritario no era el proclamado a través de la prensa y los canales de televisión árabes y occidentales, es decir la libertad y el pluralismo, sino más bien un juego de poder que está destruyendo a todo nivel un país conocido entre otras cosas por la convivencia pacífica entre grupos de religiones distintas”.
Los miembros del Focolar, después de los primeros momentos de desaliento y desorientación han visto “los frutos de la vida del Evangelio sembrada en estas décadas y de la comunión plena en y entre las varias comunidades esparcidas en el país. La prueba que el país está viviendo –prosiguen- ha llevado a una relación esencial con Dios, con la Palabra y con los demás. Se ha manifestado un creciente compromiso de confiar en Él”.
Creer en el amor de Dios, estar atentos y abiertos a la necesidades del prójimo es el modus vivendi de pequeños y grandes. Es impresionante la vitalidad de la parte juvenil. Los jóvenes de Aleppo distribuyen a las familas pobres con las que están en contacto comida gratis que obtienen a través de una gran empresa. Además han suscitado una competencia de solidaridad entre sus amigos y sus familias en modo tal de poder hacer llegar regularmente víveres de primera necesidad a otras personas necesitadas. Algunas muchachas ( las gen3) han preparado y vendido meriendas para los estudiantes que todos los días van a prepararse para los exámenes en una biblioteca parroquial. Los niños (los gen4) recogen y venden tapas de botella. Los jóvenes de Damasco, con un cine foro y otros encuentros tratan de difundir la cultura de la paz y de la fraternidad. Cuando los refugiados ocuparon en julio pasado los jardines y las escuelas de la ciudad, los jóvenes de los Focolaresi junto a otras personas inmediatamente se dieron qué hacer para acudir a sus necesidades.
La familia de Sima y Walid, ella profesora y él ingeniero, empezó a tener serias dificultades para pagar el préstamo de la casa y del automóvil, y la mensualidad de la escuela de los niños. “El temor empezó a invadirnos –cuentan- preveíamos la eventualidad de perder la casa, y además Walid había perdido el trabajo. Pero nos dábamos ánimo creyendo en el amor de Dios, pensando que Él habría intervenido en el momento oportuno. El día después de haber hecho este propósito llegó una ayuda económica que correspondía a dos cuotas de la escuela”. Otras familias que quedaron sin nada experimentaron el amor de la gente de su barriada. “Nos ofrecieron todo lo que estaba faltando en la casa –cuentan Mariam y Fouad, quienes desde hacía 4 meses no recibían el sueldo- incluso una alfombra y el televisor”.
Sin embargo la difícil situación ha generado temor y desconfianza recíproca, nos miramos con sospecha. El reto de construir relaciones fraternas con todos es un testimonio que va contra la corriente. Es lo que vivió Rima, quien trabaja para un proyecto de apoyo profesional para mujeres iraquíes. Un día una mujer vino para inscribirse en el curso. Su atuendo –completamente velada- sugería prudencia: de hecho podía suscitar sospechas entre las participantes. Con una excusa encontró la forma para no inscribirla, pero después se abrió camino en ella un pensamiento más fuerte: “Jesús nos ha amado a todos y ha venido para salvar a todos sin excepción. También nosotros tenemos que tener una caridad que no hace distinciones”. Y así hizo todo lo posible para volver a encontrar a la mujer e inscribirla en el curso.
Fahed es taxista. “Trabajar es un reto y una fuente de estrés siempre creciente. Un día un señor anciano, musulmán, empezó a imprecar contra un bombardeo que según su parecer había puesto en la mira a propósito una mezquita. Lo escuché con atención, después le dije: “No te entristezcas, porque las casas de Dios sólo Él las puede construir”. Cuatro meses después subió al taxi el mismo cliente, pero no me reconoció. “Durante el trayecto me contó confidencialmente que había quedado impresionado por lo que le había dicho un ‘hermano’ cristiano, que sólo Dios construye Sus casas”.
Youssef es médico ginecólogo, en medio del caos y la rabia de los primeros desórdenes, enseguida se puso a disposición para ir a atender a los heridos en el lugar. La decisión inusual de atender pacientes de todas las confesiones, con el riesgo de ser malentendido, ha sido una semilla de reconciliación. Alrededor de él se ha creado una red de médicos que, en todo sentido, tratan de sanar las heridas.
Y todavía está la experiencia de un joven profesor, que hace un año fue reclutado por el ejército. La oración, la unidad con los otros jóvenes que viven el ideal cristiano y la decisión tomada de confiar su vida a Dios, lo sostienen cotidianamente. También cuanto tiene que ir donde las familias de soldados que han muerto para darles la noticia de su fallecimiento.
Mona es una joven refugiada con su familia en una aldea cerca de la ciudad. Desde hace algunos meses quiso volver sola a la ciudad para trabajar en un Centro de religiosos que ayuda a niños de todos los credos a retomar sus estudios y sobre todo el deseo de vivir.
“En mi barriada –cuenta Bassel – enseguida después de las primeras manifestaciones estallaron auténticos ataques de personas armadas contra la policía. Muchas veces, encerrados en casa para protegernos de los disparos que caían como una lluvia sobre el barrio, teníamos en la mano el Rosario, con la convicción de que la Virgen nos iba a proteger. Recordando la potencia de la oración en la unidad con un amigo empezamos a hacer un “Time Out” a las once de la noche, la hora en que generalmente estallaban los choques armados. Muchos se sumaron a nosotros. Creemos que, a pesar de todo, las armas no tendrán la última palabra”.
Ago 9, 2012 | Focolare Worldwide
“Pertenezco a la Orden de las Hnas. Domínicas de Betania, una congregación de vida contemplativa fundada en 1866 por el padre Lataste, domínico francés. El fue enviado a predicar en las cárceles femeninas de Cadillac, tuvo la inspiración de abrir también a estas mujeres las puertas de la vida contemplativa, luego de haber concluido sus años de prisión, y fundó una comunidad en la cual las ex presas, junto con mujeres de un pasado íntegro, viven sin distinción, con total discreción sobre su propio pasado, una vida de oración y de trabajo.
La espiritualidad de la unidad y la Palabra vivida y comunicada nos hicieron captar aún más el valor y la actualidad de nuestro carisma. Una vez por semana vamos a la cárcel de mujeres de nuestra ciudad, Turín. Como en Cadillac, tratamos de testimoniar la esperanza que viene de Dios. Encontramos muchas mujeres, les ofrecemos la posibilidad de pasar con nosotros las “salidas” a las que tienen derecho, respetando las obligaciones prescriptas por el juez, como por ejemplo presentarse cada día en la policía.
En la cárcel escuchamos sus angustias, sus ansias, sus dolores, las alegrías inesperadas. Para encarnar nuestro carisma al momento actual, comenzamos a frecuentar la población de la noche. Toxicodependientes, aventureros sin escrúpulos, extranjeros e italianos, que viven en “Porta Nuova”. Les ofrecemos amistad desinteresada, posibilidades de encontrarnos, sin pretender de ellos ningún cambio. “¿Tienes hambre?” le pregunté hace tiempo a un joven de Marruecos. “Sí, hambre de que me escuchen, de relación, no de pan. También ésta es hambre”
En “Porta Nuova” nos conocen y nos esperan. Como en la cárcel, también aquí presenciamos los milagros que el Amor compartido realiza. Muchos hechos podríamos contar. Una noche siento que me llaman. La voz, alterada, viene de abajo de un montón de frazadas. El muchacho está en una evidente crisis de abstinencia. “Dime, hermana, ¿Jesucristo era alto, rubio y con los ojos azules?”. “No lo sé – respondo- nunca lo vi personalmente”. “El – continúa el joven –era seguido y amado por mucha gente”. Respondo: “También él tuvo algún problema con los suyos”. “Físicamente me le parezco, pero la gente me desprecia”. Trato de comprender de donde provenía tanta rabia. Las lágrimas caen por su rostro agrietado” “¿Podrías hacerme un poco de compañía?”, susurra. Sentada en el carrito de la estación, escuché por largo rato su historia, un rio de calamidades. Pasan algunos años. Un día, caminando por la calle, siento que me llaman. Reconozco enseguida sus ojos azules, que ahora se ven límpidos, sanos. “Me acuerdo todavía de la frase sobre Jesucristo! ¿Ves? ¡Todavía existo!”
Mientras estoy en “Porta Nuova”, mi comunidad me acompaña haciendo la adoración del Santísimo, para que sea Jesús el que pasa a través de mis palabras y yo reconozca su rostro en aquellas mujeres y hombres que encuentro”
(Hermana Silvia, Italia)
Extraído de Una buona notizia. Gente che crede gente che muove – Città Nuova Editrice, 2012
Ago 9, 2012 | Focolare Worldwide
«Cuando empezaron las dificultades en el país, fui enrolado en el ejército para hacer el servicio militar. A pesar del temor sentía que también esto formaba parte del proyecto de Dios sobre mí. Lo que me dio la fuerza fue la Palabra de vida, el único alimento espiritual que podía tener. Cada tanto, lograba llamar por teléfono a los míos para dar noticias y enseguida después llamaba al focolar y a los gen –otros jóvenes con los que comparto el camino- para contarles mis experiencias.
Mi tropa, en donde era el único cristiano, estaba compuesta por 50 oficiales, provenientes de todos los rincones del país y de todas las confesiones. Entre nosotros nació una relación sincera que no tenía en cuenta la diversidad, construida con sacrificios y con actos de altruismo y de generosidad de parte de todos. A finales de Noviembre de 2011, nos informaron que nos iban a transferir a cada uno a un lugar distinto del país y esto creó incertidumbre en todos. También yo me preguntaba que iba a ser de mí. Poco a poco empecé a advertir en el corazón una voz que me decía: “Confía toda tu vida a Dios”, y esto me daba paz. Antes de separarnos nos encontramos por última vez para una velada de despedida en la cual, para mi sorpresa, cada uno expresó qué había aprendido del otro y al final nos abrazamos como verdaderos hermanos.
En el mes de marzo de 2012 fui destinado a ocuparme de los nuevos reclutas además de ir donde las familias de los soldados asesinados para darles la noticia de su fallecimiento. Son momentos dramáticos en los que trato de vivir el dolor con ellos. En el trabajo de oficina trato de hacer las cosas con transparencia y prontitud y que cada decisión responda al bien de la persona. Por ejemplo, una recluta tenía que ser dada de baja por motivos de salud, pero habían olvidado los papeles. A penas me di cuenta, hice todo lo posible para acelerar el proceso, quedándome en la oficina más tiempo de lo previsto, de modo que la joven pudiera volver a su casa como realmente sucedió.
Desde un inicio me propuse vivir como un auténtico cristiano, y llevar el amor también en este ambiente. Siempre tengo la posibilidad para vivir concretamente esta decisión, incluso arriesgando mi vida. Por ejemplo, una vez un colega tenía que ir a buscar personalmente los nuevos reclutas a una ciudad muy lejana. Había peligro de un ataque durante el viaje y tenía miedo. Me ofrecí a ir en su lugar, tal como sucedió. Al último momento la dirección decidió mandarme en avión.
Un día, volviendo de Misa, recibí la noticia de que un soldado compañero mío había muerto en un atentado en el terminal del autobús. Fue un shock que me acompañó por varios días. Recordarme que había donado toda mi vida a Dios me dio la fuerza para creer nuevamente en Su amor. Un día me comunicaron por teléfono una lista de soldados asesinados. La escribí mecánicamente, pero de repente me di cuenta que detrás de cada número había una persona y esto me empujó a empezar a rezar por cada una y por sus familias como única forma útil para intervenir en esta tragedia.
Cada día es una conquista, mi fe y mi Ideal son puestos a prueba, la única arma que tengo es vivir en el amor en cada momento, ayudado sólo por el pensamiento de que muchos rezan por mí».
(Z. M.– Siria)
Ago 8, 2012 | Focolare Worldwide
Los últimos visitantes estuvieron hace algunos días. Un ómnibus de jóvenes que venía de Oporto, la segunda ciudad de Portugal, acompañados por el obispo. Llegaron a Sassello, en la provincia de Savona, para visitar donde habitaba Chiara Luce Badano y conocer como ella vivía el Evangelio en lo cotidiano.
Desde septiembre 2010, o sea desde la beatificación, el pueblo donde nació y vivió Chiara Luce, se convirtió progresivamente en lugar de arribo de recorridos juveniles de muchas partes de Europa y de otros lados. El lunes 6 de agosto se produjo una posterior –y verdaderamente singular- prueba de la fama que llega lejos y de una santidad universal, porque siendo 1900 los habitantes de este pueblo que queda entre Liguria y Piemonte, llegaron 65 en total, obispos, arzobispos y cardenales de muchas partes del mundo.
Cada uno de ellos fue en cierto sentido para atestiguar que el ejemplo de Chiara Luce había impresionado a muchos jóvenes de su diócesis (de Brasil al Pakistán, inclusive Madagascar), ellos eran espectadores de la eficacia con la cual la beata sabe hablar al corazón de los coetáneos de cada latitud. No es casual, que esta joven de Sassello haya sido elegida como una de los “intercesores” de la Jornada Mundial de la Juventud 2013, que se desarrollará en Rio de Janeiro.
Es cierto, estos pastores son amigos del Movimiento de los Focolares y viven la misma espiritualidad que animó a Chiara Luce. Pero son justo ellos los que cuentan a María Teresa y a Ruggero (los padres) y a Maria Voce y a Giancarlo Faletti (presidente y copresidente de los Focolares) que el radio de influencia de la beata va más lejos del ámbito de los Focolares.
Ahora llegan muchísimos jóvenes de todo el mundo –confirmó la mamá-. Es una caravana de ómnibus. Muchos jóvenes que no creen vienen a casa, miran, escuchan, y cuando dejan la habitación de Chiara se hacen el signo de la cruz, como para recoger la consigna de mi hija”.También los obispos visitaron en pequeños grupos su cuarto donde la joven Badano sufrió y murió, en esa cama de dos plazas transformada en un altar por el sufrimiento ofrecido y una cátedra por el ejemplo del dolor transformado en alegría.
El lunes era la fiesta de la Transfiguración de Jesús y el card. Ennio Antonelli, hasta hace poco responsable del Pontificio Consejo para la Familia, presidiendo la celebración eucarística concluyendo la jornada en Sassello, indicó un rasgo de la santidad de esta joven de dieciocho años justo como “la capacidad de hacer ver que la vida vence la muerte, mostrando la transfiguración de la persona”.Poco antes de morir le había dicho a su mamá: “Sé feliz, porque yo lo soy”
En ese pueblito nunca se habían visto tantos obispos reunidos y el alcalde Paolo Badano (apellido común en el pueblo) estaba impresionado y orgulloso del acontecimiento, agradecido a la joven co-ciudadana, definida por él, luego de haber leído el mensaje de saludo del Presidente de la Región, Claudio Burlando, como “la santa de la sonrisa”
Los obispos estuvieron delante de su tumba para “pedirle a Chiara Luce intercesión y protección en el camino de santidad a lo largo de la espiritualidad de la unidad abierta por Chiara Lubich”, como puso en evidencia el card. Miloslav Vlk, arzobispo emérito de Praga.
Un momento de la jornada apareció como el ápice, sea por su significado, como por la simbología. Debía haber un breve saludo de los padres Badano al nutrido público de prelados sentados en el jardín de la habitación de la beata. El cielo estaba nublado y soplaba una ligera brisa. Estaban con temor los dos esposos. Los obispos hicieron preguntas (¿Qué tipo de jóvenes vienen acá? ¿Chiara Luce actúa solo sobre los jóvenes? ¿Cómo se forman los santos?) y los interpelados acudieron a la sabiduría de su hija, contando episodios y frases. Fueron 45 minutos de catequesis de esta simpática joven de dieciocho años. Casi un preludio de lo que la joven realizará aquí en el futuro en la tierra. Al terminar un cálido sol brillaba en el cielo.
“La Iglesia tiene ahora un ejemplo muy actual de lo que significa vivir el Evangelio y el amor cristiano –comentó el arzobispo de Bangkok, Tailandia, mons. Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij-. Pero hemos visto también lo que es una familia cristiana y cómo se camina en la vida de la fe durante las pruebas, el dolor, la muerte”. Coincidía con él el arzobispo de Pamplona, España, mons. Francisco Pérez González: “Jesús se ha manifestado a los pequeños y a los simples. Lo he comprendido una vez más en Chiara Luce y lo he visto en la humildad que muestran los padres”
“Tal vez estamos delante de dos santos, viendo la simplicidad y la sabiduría de los cónyuges Badano- quiso expresar el card. brasileño Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los institutos de vida consagrada-. Chiara Luce nos muestra una vida realizada bajo la insignia de la alegría, encontrada en la aceptación del imprevisible plan de Dios. Eligiendo el amor ha centralizado el corazón del cristianismo. Es una “grande” porque ha quedado como una chica normal. Tenemos necesidad de estas personas. Los jóvenes que no van a la Iglesia encuentran en ella un ejemplo de normalidad que conduce a Dios y luego conduce a la Iglesia”
Antes de la llegada de los obispos, María Voce había visitado por primera vez el dormitorio de la beata y se quedó allí unos treinta minutos con los padres. “La siento como una hermana por el carisma de la unidad que nos une –confió a María Teresa y a Ruggero-; una hermana menor porque es hija del Movimiento de los Focolares que ahora dirijo; una hermana mayor porque, corriendo como los atletas en las Olimpíadas, se me ha adelantado en la santidad”
Del enviado Paolo Lóriga