Movimiento de los Focolares
Fontem: Un Jubileo de agradecimiento

Fontem: Un Jubileo de agradecimiento

VISITA DI MONS LYSINGE E MONS ANDREW INSIEME A 40 PELLEGRINI DELLA DIOCESI DI MAMFE«No podemos hablar de evangelización en Fontem sin hablar del Movimiento de los Focolares», afirma Mons. Nkea delante de las cámaras, concluyendo su visita al Centro Internacional de Rocca di Papa el pasado 8 de marzo. «Hace 50 años Chiara Lubich vino a Fontem y trajo el Ideal [de la unidad]. Por este motivo vinimos aquí: para agradecer a Chiara y al Movimiento por todo lo que hicieron por nosotros en estos 50 años. Es una peregrinación de agradecimiento». Hace 50 años la Diócesis de Mamfe no existía. Y Fontem era una aldea perdida en la selva camerunense, difícilmente alcanzable. No se pueden comprender las palabras del Obispo sin referirse un poco a la historia de esta región, que ha sido descrito por alguna persona como “un milagro en la selva”. Fontem es la primera de las ciudadelas africanas: en 1966 algunos focolarinos médicos viajaron al pueblo Bangwa, diezmado por la enfermedad, con una mortalidad infantil del 98%. Pocos meses después la misma Chiara Lubich viajó a Fontem: «Aquella gran masa de personas reunidas en una vasta explanada delante de la vivienda de su rey, el Fon,- contará en 1995me pareció tan unida y tan sediente de ideales grandes, que sentí que era un pueblo ya preparado desde hacía tiempo por María para el cristianismo, por su forma de ser tan integral y genuina». «Ellos creyeron en los focolarinos porque los Bangwa sintieron que lo que hacían con ellos lo hacían a Jesús, dando en primer lugar el testimonio del amor entre ellos y luego hacia todo el pueblo». 20160310-01Hoy en Fontem existe un hospital, Mary Health of Africa, que atiende a gran parte de la región. También hay un colegio, Mary Seath of Wisdom, en el cual se forman los muchachos de las escuelas superiores. Surgieron parroquias en Menji, Fotabong, Fojumetaw, que comenzaron con la ayuda de los focolarinos. «Principalmente aprendimos el amor recíproco y la unidad- declara aún el obispo Nkea-. También yo soy Bangwa por lo tanto estoy hablando en nombre de mi pueblo». «Hemos aprendido el diálogo interreligioso: lo que importa ahora es amarnos unos a otros, cristianos o no, vivir la unidad entre nosotros». Quienes rendían homenaje a Chiara Lubich eran una delegación compuesta por obispos – Mons. Nkea y el obispo emérito Mons. Lysinge, – que cumplía 50 años desde su ordenación sacerdotal- sacerdotes, religiosas y muchos laicos, testigos de esa comunión activa en la diócesis, que ambos obispos propician. Fueron recibidos por la presidente María Voce, del Centro Internacional de los Focolares – quien en enero del 2009 realizó su primer viaje a Fontem como nueva presidente de los Focolares- y el copresidente Jesús Morán, quien en cambio visitará la ciudadela del Camerún por primera vez en el próximo mes de diciembre. La visita de la delegación dio comienzo a las celebraciones del 50º aniversario de la llegada de la espiritualidad de la unidad a Fontem (1966-2016). Las celebraciones durarán todo el año. Un momento particularmente impresionante fue la visita a la casa donde Chiara Lubich vivió en los últimos decenios. Como conclusión se realizó una Misa muy recogida y solemne en la capilla donde descansan sus restos. 20160310-02«Vuestra “peregrinación” hasta aquí demuestra los frutos de aquella primera visita de Chiara, que daba comienzo a una aventura Divina que nadie imaginaba – afirma María Voce en su intervención de bienvenida a la delegación-. Ustedes son el fruto de la vida de estos 50 años. Para nosotros es una gran alegría: nos permite ver la gran vitalidad de África. Ya pasaron 50 años. El augurio ahora es el de comenzar un nuevo período, esperamos que sea largo, para ofrecer a Dios árboles plenos de flores y frutos maduros». «Con África –comenta Jesús Morán- vivimos un intercambio de dones: el carisma de la unidad don para África. El continente africano don para todo el Movimiento».   https://www.focolare.org/news/2013/02/11/50-dei-focolari-in-africa/ EL testimonio del Fon de Fontem Lucas Njifua https://vimeo.com/91699633  

Evangelio vivido: 4 sillas y 2 calabazas…

Evangelio vivido: 4 sillas y 2 calabazas…

20160307-01«Hemos conocido una familia de burundeses que –por la terrible y desconocida situación actual del país- se refugiaron, con otras muchas familias, aquí en Kampala donde vivimos nosotros», nos escriben desde Uganda. El padre regresó a Burundi para mantener su trabajo que le permite pagar un costoso alquiler de su casa ugandesa, y la comida para sus hijos todavía pequeños y para la recién nacida, de apenas tres semanas. La madre no lograba quedarse ahí cuando recomenzaron los disparos en la ciudad, para ella era muy fuerte el recuerdo de lo que había vivido en primera persona en los años ’90, cuando estalló otra crisis en Burundi. Se libró de la muerte milagrosamente, después de que por dos días consecutivos el director de la escuela que frecuentaba logró salvarla de los soldados que fueron a buscarla a ella y a otras chicas, dándoles un poco de dinero. Ahora ante los primeros atisbos de horror, decidieron escapar dejando todo lo que tenían en Buyumbura. Con ellos viven también otros parientes: son en total 8 personas. Supimos que el alquiler no incluía el mobiliario y que en la sala tenían sólo cuatro sillas: ¿qué hacer? Se nos ocurrió que quizás cuatro de nuestras sillas plegables, que usamos en casa de vez en cuando, cuando somos muchos, podían seguramente ser utilizadas en forma más provechosa en esa casa: que por lo menos cada uno pudiera tener una silla para sentarse y comer más cómodamente. Saliendo de casa agarramos también dos calabazas del huerto, que habíamos sembrado casi por casualidad, hacía algunos meses, y que habían crecido después de la última estación seca, y en estos últimos meses, en más de una ocasión, han resultado ¡muy útiles! Además, precisamente el día anterior habíamos recibido de regalo algunas provisiones: la Providencia no nos ha faltado nunca en estos meses, pero precisamente es asi si seguimos compartiendo, que esa promesa –“Den y se les dará”- escrita en el Evangelio, se sigue realizando y se multiplica. Entonces agregamos también dos Kg. de azúcar, dos de arroz, uno de sal y un litro de aceite, y fuimos a visitarlos. La casa nueva estaba limpia, había también algunas terminaciones inusuales, en el cielorraso había una linda lámpara, pero en las habitaciones no había camas, solo algunos colchones. En la sala una pequeña mesa redonda de plástico y cuatro sillas, un pequeño televisor en la esquina, puesto en el piso, con el cable de la antena que colgaba volando encima de las cabezas de los visitantes. No vimos alrededor ni juguetes ni otros muebles. Entramos con nuestras sillas y transcurrimos dos horas muy agradables conociéndonos más profundamente, compartiendo el pasado y las esperanzas en el futuro. Los chicos por el momento interrumpieron los estudios: los más grandes quisieran ir a la universidad, pero en Uganda los costos son mucho más altos que en Burundi. Aquí es imposible para ellos, por lo menos por ahora. Además encontrar trabajo es difícil, la desocupación es alta y siendo extranjeros, si no se conoce a alguien, es prácticamente imposible. Además no hablan el luganda, el idioma local, y el inglés no es su lengua madre. Pero, me dicen: “…¡Nosotros confiamos en Dios!”. A las 7.30 de la noche, teníamos que regresar. Nos despedimos. Estaban muy felices con nuestra visita, pero en cuanto les dijimos que se quedaran con las sillas, y que nos las podían devolver cuando ­ dejaran esa casa, sus rostros se iluminan: ¡siguen saludándonos y agradeciéndonos todavía! ¡Antes de subir al automóvil, quieren darnos también su bendición! Regresando a casa, pienso que también 4 sencillas sillas y dos calabazas, si se donan, pueden contribuir a llenar de alegría el corazón de quien las recibe y de quien las da…». (S.M. Uganda)    

En Bangui ya nada es como antes

En Bangui ya nada es como antes

20160303-02En Bangui, capital de la República Centroafricana, que el papa Francisco definió en noviembre pasado como “capital espiritual del mundo”, «ya nada es como antes». Quien lo afirma es Fidelia, focolarina congolesa, que vive en Bangui desde hace siete años, y que desde 2012 hasta septiembre pasado, vio con sus ojos la continua sucesión de conflictos armados que, en varias etapas, devastaron ciudades y pueblos, sembrando terror y muerte. Ahora la situación ha cambiado completamente y el pensamiento común es que fue precisamente la visita papal la que marcó esta inversión de ruta. «En todos lados, – sigue Fidelia-, también en las provincias, se habla ‘de un antes y de un después’. Por ejemplo, el domingo pasado se produjo la segunda vuelta de votaciones para la elección del nuevo presidente y todo se desarrolló de la mejor manera. Fue así también durante toda la campaña electoral. Sin embargo, tanto la campaña electoral como las elecciones hubieran podido ser ocasión de violencia. En cambio no. Aquí nadie quiere ceder a la violencia. Dicen que al venir el Papa es como si hubiera venido Dios mismo, y por lo tanto, no se puede volver atrás. Sienten que el Papa nos hizo ‘pasar a la otra orilla’ y que debemos ir adelante, hasta lograr la paz verdadera y firme. Estamos todos convencidos de que para llegar a una cohesión social debemos vivir el perdón, la misericordia, la reconciliación. Se advierte que bajo estas palabras existe un verdadero cambio de mentalidad, de comportamiento. También el modo de hablar unos de otros (los cristianos de los musulmanes y viceversa) ¡ha cambiado!» Las expresiones de Fidelia transmiten una gran esperanza, no sólo para la República Centroafricana, sino para todos los puntos de la Tierra donde es sumamente urgente que las armas callen para encontrar soluciones en el diálogo. 20160303-01Fidelia nos hace conocer también otros matices de la realidad Centroafricana. Nos cuenta, por ejemplo, que en un reciente fin de semana, con otras tres personas de Bangui recorrieron 400 km para llegar a la pequeña ciudad de Bambio, donde hace unos veinte años, alrededor de un misionero capuchino, se formó una comunidad que vive el espíritu de los Focolares. «Hemos encontrado allí distintas familias, muchos jóvenes, todos estaban aún muy motivados- cuenta Fidelia-. Y aunque el padre Umberto tuvo que volver a Italia, ellos durante todos estos años han seguido reuniéndose para animarse recíprocamente a vivir el Evangelio, ayudándose con un libro de Chiara Lubich que él les había dejado». Ellos se llenaron de estupor y alegría al conocer esta comunidad, que durante veinte años supo mantener la llama del Evangelio encendida. Pero no imaginaban que otra sorpresa los esperaba en ese viaje. En los alrededores de Bambio hay algunos pueblos donde viven Pigmeos. Es una población característica por su baja estatura, que vive principalmente en los bosques y que vive leyes y costumbres propias. «Muchos piensan que no es fácil establecer una relación con ellos – sigue explicando Fidelia- pero teniendo que pasar a través de su población, resultó espontáneo detenernos a saludarlos y explicarles por qué razón nos encontrábamos en esa zona. Animados por su apertura y disponibilidad, nos presentamos, dialogamos con ellos intercambiando los valores en los que creemos. Algunos de ellos demostraron una gran sensibilidad por todo lo que les contamos sobre la espiritualidad de la unidad. Nos pusimos de acuerdo para volver en la época de Pascua para continuar conociéndonos e intercambiar nuestras vivencias recíprocas».    

La Iglesia de Siria se niega a morir

La Iglesia de Siria se niega a morir

20160301-01La paz como prerrequisito de cualquier otra acción a favor de Siria. Ésta es la idea de Mons. Samir Nassar, arzobispo maronita de Damasco, presente en el congreso de los Obispos amigos de los Focolares que se llevó a cabo en Castelgandolfo del 23 al 26 de febrero, es decir en vísperas del cese al fuego en el país. Mons. Nassar llega por segunda vez a las colinas romanas para esta cita: «La primera vez recibí tanto que decidí volver – contó -. Vengo de Damasco, lugar atormentado por la violencia y la guerra. Esta estadía aquí me permite mirar más lejos, tener una visión más global sobre el futuro del mundo, de la Iglesia, de los cristianos en Medio Oriente, junto con mis hermanos obispos y gracias a la atención de los Focolares. Por lo tanto esta permanencia aquí me da un apoyo fraterno para la vida de mi diócesis». Ante la situación de guerra en la que vive su país, Mons. Nassar recalca con fuerza que «la Iglesia de Siria se niega a morir y se aferra a la esperanza, que se manifiesta en signos concretos. En 2015, por ejemplo, empezamos la construcción de tres capillas precisamente cuando la gente se iba, para dar confianza a los fieles de los barrios periféricos, desde los cuales las personas ya no vienen hasta la catedral por motivos de seguridad. Mantenemos viva la esperanza también a través de las vocaciones: hay jóvenes sacerdotes y seminaristas que llegan, y también éste es un signo de vitalidad y esperanza para el porvenir». 20160301-02El arzobispo expresó también su gratitud hacia la obra del Movimiento de los Focolares, que sigue estando presente en Siria a pesar del conflicto: «Realmente el Movimiento, de manera especial por lo que yo veo en Damasco, hace un trabajo excelente con jóvenes, familias y niños – afirmó – . Anima a la gente para que miren hacia el futuro con fe y esperanza, y esto es un apoyo para todas las comunidades, un signo del Espíritu que nos ayuda a proseguir por este camino». Con respecto al anuncio de la llegada de otra focolarina a Damasco dijo: «Es un signo más de que en Siria hay una Iglesia que mira hacia el futuro y no tiene miedo de morir. Vuestra presencia es un símbolo de esperanza y de renovación y estoy muy agradecido por ello». Un signo aún más importante en un país en el cual «la gente está cansada, vive la guerra, el sufrimiento, la indigencia, y las noticias no animan a nadie. Nuestra misión como Iglesia y como Focolares es infundir valor». Finalmente, por lo que concierne a la comunidad internacional, Mons. Nassar constata con pesar como «el mundo dice interesarse mucho por Siria, pero cada uno lo hace a su manera: tanto que al final nadie hace nada realmente por los intereses del país». Y lanza un llamado: «Detengan la guerra. Si la guerra no se detiene, todo lo que hacemos es inútil. Volvamos a traer la paz y luego reconstruiremos el país, cristianos y no cristianos. Todos los ciudadanos han perdido y sufrido mucho, y merecen la caridad y el amor de la Iglesia. Como dice el mismo papa Francisco: los pobres no tienen religión, lo que importa es sólo el ser humano. Esperamos antes que nada unos pasos hacia la paz, todo lo demás es secundario».

Tesis de graduación Nº 100 en Sophia

Tesis de graduación Nº 100 en Sophia

SophiaUniversity_01«Cuando la Secretaría nos comunicó que estábamos ya en la tesis Número 100, caí en la cuenta de que debía ser así. Cada tesis marcó un momento importante de nuestro recorrido, pero el hecho de que estuviésemos en la Número 100 y de que se trataba de la tesis de Akie Otomo, nos impresionó mucho». Quien se expresa de este modo es Judith Povilus, vicerrectora del Instituto Universitario Sophia (IUS), que acompañó los estudios de Akie Otomo y de Yukie Ohi, dos estudiantes del movimiento budista Rissho Kosei-kai que culminaron el curso de maestría en Fundamentos y Perspectivas de una Cultura de la Unidad. Yukie Ohi se graduó en el período de verano, mientras que el pasado 11 de febrero tuvo lugar la graduación de Akie Otomo. El éxito de su investigación fue saludado con un caluroso aplauso, subrayando el aprecio de la comunidad académica por el resultado de sus estudios. El tema de la tesis, una comparación entre “La Hoza en la Rissho Kosei-kai y la vida de unidad en la espiritualidad del Movimiento de los Focolares”, fue madurando en un clima de recíproca escucha y acogida con una activa integración de los dos docentes que, en calidad de tutora y co-tutora, siguieron a la candidata. Los docentes que calificaron su tesis fueron Anna Pelli, docente de Filosofía y Antonella Deponte, docente de Psicología. «El punto central y el más interesante es el que trataba de indagar cómo dentro de realidades distintas, como la Rissho Kosei-kai y el Movimiento de los Focolares, late un ritmo de vida análogo: la comunión. Y esto ocurre porque ponen en acción dos prácticas muy especiales: por un lado, la Hoza, característico “círculo de compasión”, constituido por un grupo de personas que se reencuentran para compartir sus problemas personales y encontrar ayuda recíproca a la luz de las enseñanzas de Buda; y por otro lado, la “comunión espiritual” guiada por las Palabras del Evangelio, en que se hace posible el compartir las experiencias vividas, para caminar juntos hacia Dios». Conforme se avanzaba en el trabajo, era cada vez más claro que éste podía ser entendido sólo si se colocaba en el marco de aquella profética experiencia de diálogo que brotó en el encuentro entre Nikkyo Niwano y Chiara Lubich, eminentes figuras del siglo XX: el primero, un líder budista, fundador de la Rissho Kosei-kai, único observador no cristiano en el Concilio Vaticano II; y la segunda, una personalidad del mundo católico que inspiró un movimiento mundial de renovación espiritual que tuvo el don de saber hablar a los hombres y mujeres de fe y culturas distintas. Con el correr de los años, numerosas semejanzas los condujeron a colaborar concretamente en favor de la paz y de la comprensión recíproca entre los hombres y los pueblos, llegando a donar la propia y peculiar experiencia de fe. Entre otras cosas, la tesis documenta la correspondencia epistolar mantenida entre ellos, haciendo referencia a algunos párrafos que le permitieron a la estudiante japonesa profundizar de forma sorprendente algunos puntos relevantes de la cultura de la unidad, que, según su opinión, abren profundos espacios de diálogo y comunión. Sophia University_02«Es sobre esta raíz – comenta la profesora Pelli- que tomó cuerpo la intuición por la cual Akie fue guiada en su investigación. En este camino, cada uno vio que se encontraban lo verdadero que habita en sí mismo con lo verdadero que habita en el otro: hemos descubierto que tal encuentro era algo que en cierto modo ya existía, y, que, al mismo tiempo se abría a perspectivas más amplias. Estoy convencida de que esta experiencia fue posible realizarla gracias a este lugar privilegiado que es Sophia, en su cotidiana tendencia a la vida y al pensamiento, a la búsqueda intelectual y al enfoque existencial a fin de que éstos se traduzcan en una sustancial convergencia hacia el bien, a través del don recíproco de nuestra diversidad». «Estoy muy agradecida por el período que viví en Sophia – con estas palabras concluyó Akie su presentación-. No sólo pude aproximarme más al pensamiento de Chiara Lubich que aprecio mucho, sino que también pude conocer más en profundidad la vida y el mensaje de Nikkyo Niwano. Ahora llevaré adelante la investigación. Quisiera comprometerme cada vez más en la vida cotidiana de modo que con la contribución de todas las religiones podamos llevar al mundo la armonía, la unidad y la paz» Fuente: IUS online  

Maria Voce: La relevancia del diálogo en el mundo de hoy

Maria Voce: La relevancia del diálogo en el mundo de hoy

20160117Después de haber esbozado algunos desafíos del mundo actual – amenaza para la paz y búsqueda de la afirmación de la propia identidad – Maria Voce ofrece algunas reflexiones a partir de la experiencia carismática de diálogo propuesta por Chiara Lubich. Es el 26 de enero, en el India International Centre de Nueva Delhi. «Si tratamos de captar cuáles son las características específicas que el diálogo del Movimiento propone, nos parece que la primera es su fundamento. Chiara [Lubich] nos ha enseñado siempre a mirar a Dios como Padre de todos, por consiguiente, a mirar a cada hombre y mujer que encontramos como hijo o hija suya, y por tanto, como a un hermano o hermana nuestra. Ella misma lo revelaba, escribiendo a sus compañeras ya en 1947: “Dirigir siempre la mirada al único Padre de muchos hijos. Después, mirar a las criaturas como a hijos del único Padre. Sobrepasar siempre con el pensamiento y con el afecto del corazón, cualquier límite puesto por la naturaleza humana y tender constantemente, por hábito adquirido, a la fraternidad universal en un solo Padre: Dios”[i]. Recuerdo con cuánta alegría Chiara nos refirió el comentario de nuestra queridísima hermana, la profesora Kala Acharya, después de que se habían encontrado en India en 2001: “Cada uno había crecido cerrado dentro de sus propios muros para admirar su propio jardín, sin saber que al otro lado de estos muros altísimos, hay bellísimos jardines que hay que contemplar. Es la hora de derribar estos muros y descubrir el jardín del otro”. Si éste es el fundamento, el método del diálogo que Chiara nos enseña ¡no puede ser otro que el amor! Es un diálogo entre hermanos, por tanto, un diálogo entre personas, no entre ideologías o sistemas de pensamiento. Es un diálogo que necesariamente debe sostenerse y sustanciarse con la misericordia, con la compasión, con la caridad, así como sintetiza la Regla de Oro [Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti]. El amor y la misericordia, puestos a la base del diálogo, no sólo nos permiten ver con una nueva luz a quien tenemos al lado, sino que nos hacen descubrir la diversidad, cualquiera que sea, como un don. “Quien está a mi lado – decía Chiara – ha sido creado como un don para mí y yo he sido creada como un don para quien está a mi lado. En la Tierra, todo está en relación de amor con todo: cada cosa con cada cosa. Pero es necesario ser el Amor para encontrar el hilo de oro entre los seres”[ii]. Actualmente los contactos, en virtud de las grandísimas posibilidades ofrecidas por los medios de comunicación, se multiplican, pero son breves, efímeros, privados de sentido, mientras que se resquebrajan o disminuyen las relaciones. Sólo cuando se inserta en la relación yo-tú un amor que supera la dimensión puramente natural, los contactos pueden transformarse en relaciones, es decir, podemos construir redes de fraternidad verdadera. Y en esto la religión tiene mucho que ver para dar un sentido, un alma, respuestas verdaderas y satisfacientes a la humanidad confundida, traumatizada y perdida de hoy. Y en estos años hemos constatado el papel insustituible de las religiones para llevar a sus seguidores a reconocerse recíprocamente, a respetarse, a colaborar y a hacerse verdaderos protagonistas en la construcción de un mundo de paz, donde reinen la justicia y el respeto por la persona humana. También Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, ha vivido y ha contagiado a cuantos se inspiran en ella, en esta extraordinaria aventura, en la cual no basta un amor cualquiera, sino que es necesario aprender un arte, como ella misma lo ha definido: el “arte de amar”. (…) Si todo vivimos este “arte”, actuaremos también algunos principios indispensables en el diálogo entre las religiones. Cito algunos: Unidad en la diversidad. Es necesario que cada religión sea acogida con pleno respeto de todo lo que ella considera sagrado, según su tradición. Proselitismo y sincretismo son incompatibles con la paz. (…) Reciprocidad. En el compartir la espiritualidad vivida cada uno se enriquece, no sólo sin peligro de comprometer la propia fe, sino con la posibilidad de profundizarla. (…) Igualdad en la común dignidad humana. Es la llave para cualquier relación armoniosa de colaboración en el construir sociedades democráticas fundadas en la paz. Muchos saben cómo el carisma de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, puede resumirse en una sola palabra: unidad. Es la vocación específica de todo el Movimiento que, este año, en el mundo entero, se compromete a vivirla con una particular intensidad: trabajar, comprometerse en todos los frentes para contribuir en la construcción de un mundo unido, en llevar la unidad, la paz y la reciprocidad en cada ambiente. Lo exige la fidelidad a nuestro Carisma, a aquella primera intuición que Chiara expresaba así desde 1946: “En nuestro corazón una cosa está clara: la unidad es lo que Dios quiere de nosotros. Nosotros vivimos para ser uno con Él y uno entre nosotros y con todos. Esta espléndida vocación nos une al Cielo y nos sumerge en la fraternidad universal. Nada más grande. Para nosotros, ningún ideal lo supera”[iii]». Nueva Delhi, 20 de enero de 2016   [i] C. Lubich, L’arte di amare, Città Nuova, Roma 2005, p. 29 [ii] C. Lubich, Scritti Spirituali 1, “L’attrattiva del tempo moderno”, Città Nuova, Roma 1978, 140. [iii] C. Lubich, L’unità e Gesù Abbandonato, Città Nuova, Roma 1984, p. 28.