Nov 24, 2020 | Sin categorizar
Con motivo del 50º aniversario de Religiones por la Paz, hacemos el balance de los avances y perspectivas futuras con Azza Karram, secretaria general electa.
Azza Karram ha sido elegida secretario general de Religiones por la Paz en agosto de 2019. Egipcia de origen, ciudadana holandesa, profesora de estudios religiosos y diplomacia, ex funcionaria de la ONU, alma con dimensión universal, lidera hoy un movimiento al que se adhieren más de 900 líderes religiosos de 90 países comprometidos a hacer de la paz un lugar de encuentro y un camino a recorrer como comunidad. Religiones por la Paz, del 16 al 21 de agosto de 1970, inauguró su primera asamblea. Dirigido por Nikkyo Niwano, japonés y fundador de Rissho Kosei-kai, con un espíritu de gran visión. En los años 90 también involucró a Chiara Lubich en este encuentro mundial: encontró en ella una consonancia espiritual y pragmática única. Este año Religiones por la Paz celebra su 50 aniversario. Nos comunicamos con Azza Karram en Nueva York para pedirle un análisis de los avances realizados y las perspectivas de futuro. Después de 50 años desde la fundación de Religiones por la Paz, ¿qué misión y qué mensaje sigue dando el movimiento? Después de 50 años de vida, la nuestra es el testimonio de que es inevitable que las religiones trabajen juntas, independientemente de las diferencias institucionales, geográficas o doctrinales. Este es el mensaje que damos aunque todavía no nos demos cuenta perfectamente porque sabemos que es un proceso de aprendizaje constante y que también existe el esfuerzo de trabajar juntos. El Covid, entonces, ha resaltado aún más la necesidad de un trabajo común. Las comunidades religiosas o las ONG inspiradas en valores religiosos lo están haciendo porque fueron las primeras en responder a esta crisis humanitaria y no otros. Es cierto que las instituciones de salud también han intervenido, pero no podrían haberlo hecho de manera tan generalizada sin las instituciones religiosas que no solo han dado una respuesta sanitaria, financiera y psicológica a esta crisis, sino que también han podido ver las necesidades espirituales de una comunidad y están respondiendo en todos los frentes al 100%. Sin embargo, ¿cuántas de estas instituciones religiosas, mientras responden a las necesidades de la misma comunidad, están trabajando juntas? Muy pocas y no por falta de necesidades ni de eficiencia ni de conocimientos. A veces sospecho que en realidad estamos tratando de salvar nuestras instituciones y colaborar en este momento complejo requiere aún más esfuerzo y más compromiso porque es más fácil preocuparse por la santidad y cohesión de nuestros grupos que abrirnos a un compromiso universal y en cambio precisamente el Covid nos obliga a hacer otra cosa. Hemos querido poner en marcha un fondo humanitario multirreligioso precisamente para demostrar que responder juntos a una necesidad es construir el futuro común con intencionalidad y voluntad y los resultados son y serán abundantes: lo sabemos por nuestra historia y queremos seguir demostrando lo fructífera que es la colaboración interreligiosa. ¿Qué desafíos enfrenta Religiones por la Paz? Creo que los desafíos de Religiones por la Paz son los mismos que los de todas las instituciones, no solo religiosas, sino políticas, institucionales, judiciales y financieras en términos de confianza, eficiencia, legitimidad, competencias. En mi opinión, las instituciones religiosas están sufriendo estas crisis desde hace mucho tiempo y sufrirán más que las instituciones civiles. Vuelvo a la pandemia. Los encierros y cierres han creado un colapso institucional en nuestras comunidades. Se puede comprender bien lo que significa no poder reunirnos más, que es una de las funciones básicas y fundamentales de nuestras experiencias y, en cambio, estas funciones se ven amenazadas con iglesias, templos, mezquitas y sinagogas que recibían a miles o cientos de cientos de personas y ahora tienen que limitarse a 50 o unas pocas docenas. La ausencia de reunión, por tanto, exige una reestructuración de nuestro servicio religioso también y de hecho nos hemos trasladado allí, pero ¿cuánto está afectando esto a la práctica religiosa? Incluso aquellos que lideran estas comunidades y no solo los miembros deben reconfigurar su rol y la forma en que lo desempeñan en el mundo. Por ello, si ya estoy luchando por sobrevivir como institución, ¿cómo puedo trabajar con otras personas que tienen los mismos problemas en otras partes del mundo? Todos somos desafiados en este replanteamiento, las Naciones Unidas, los gobiernos y también nosotros como religiones. Y luego están las amenazas precisamente a la existencia de la fe en países y sociedades donde el autoritarismo no permite prácticas de fe y donde los regímenes se sienten amenazados en su fragilidad intrínseca por estas voces que vibran por los derechos humanos, la justicia, el pluralismo. Para dar respuesta a estos retos se necesita una mayor colaboración, se necesitan recursos económicos y me atrevería a decir que también se necesitaría una mayor conciencia política del papel social de las colaboraciones multirreligiosas, las cuales también deben ser apoyadas económicamente porque son espacios de servicio, encuentro, recursos únicos para el crecimiento de una sociedad. Y, en cambio, veo que las religiones a menudo están al margen y si luego trabajan juntas, son las últimas en las perspectivas de los gobiernos. Anteriormente citó la colaboración como un pilar básico de la experiencia interreligiosa. Sabemos que existe una colaboración de larga data entre Religiones por la Paz y el Movimiento de los Focolares. ¿Cómo continúa y cómo implementar este trabajo conjunto? Se trata de una colaboración de años, nacida en 1982 y que vio a Chiara Lubich como una de los presidentes honorarios de Religiones por la Paz desde 1994 y ahora Maria Voce ha continuado siendo una de nuestros copresidentes desde 2013. Me prometí, comenzando mi mandato, honrar a todos los que me precedieron y que permitieron que Religiones por la Paz fuera lo que es y, por tanto, también a Chiara. Realmente tengo que encontrar un espacio, incluso en nuestro sitio, para contar esta amistad. Lo que más me llama la atención de nuestro vínculo, tanto en el pasado como ahora, es que el nuestro siempre ha sido una colaboración vital y viva hecha por personas. Es fruto de esta herencia si aún hoy la comunicación de Religiones por la Paz la maneja una persona de los Focolares y a lo largo de los años, los de los Focolares han servido a nuestro Movimiento de las más variadas formas. Y también lo hizo la Rissho Kosei-kai. Estas colaboraciones interreligiosas capaces de compartir recursos humanos, imágenes vivas de lo divino que honran el espacio sagrado del diálogo con su presencia son para mí un signo de reciprocidad hacia Dios porque a través de este trabajo común en el diálogo interreligioso le estamos sirviendo, mostrando a todos la belleza de habernos creado de tantas religiones ¿Cómo imagina el futuro de Religiones por la Paz? Lo imagino bajo el signo del multilateralismo. Así como las Naciones Unidas es el multilateralismo de los gobiernos, yo veo nuestro movimiento como el multilateralismo de las religiones. Básicamente, nos comprometemos como seres humanos a nivel micro y macro para preservar la diversidad deseada por el Creador y salvarla para todos, incluidas las instituciones. Imagino el beneficio que las instituciones podrían obtener de esta visión y de nuestro trabajo y si trabajamos juntos, ambos prosperarán. Si las instituciones políticas están enfocadas en salvarse a sí mismas, si las entidades religiosas están interesadas en salvarse a sí mismas, esto conducirá a la destrucción no solo de nuestros grupos sino de todo el planeta. Y, en cambio, el Papa mismo, primero con Laudato Sì, ahora con su encíclica, nacida de ese documento común con el mayor líder sunita, nos llama; es un llamado común a salvaguardar la tierra, pero sobre todo a la fraternidad humana inclusiva de todas las religiones. Apoyamos esta encíclica y el llamado a la fraternidad no deja a nadie afuera, ni siquiera a los sin fe y lucharemos para que sea verdaderamente un patrimonio de todas las religiones.
Maddalena Maltese
Nov 23, 2020 | Sin categorizar
El sufrimiento es maestro de sabiduría. Esta es la convicción que expresa Chiara Lubich en la siguiente reflexión. Debemos acercarnos a quien sufre no solo con compasión, sino con una actitud de reverencia y de escucha. ¿Por qué algunos hombres que desconocen las ciencias, incluso religiosas, se han hecho santos con el único libro del Crucifijo? Porque no se han quedado en contemplarlo, venerarlo o besar sus llagas, sino que han vuelto a encarnarlo en ellos. Y quien sufre y está en la oscuridad ve más lejos que el que no sufre, así como es necesario que se oculte el sol para ver las estrellas. El sufrimiento enseña lo que de ninguna otra manera se puede aprender. Ocupa la más alta cátedra. Es maestro de sabiduría, y quien posee la sabiduría es feliz (Cf. Pr 3,13) «Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados» (Mt 5,4) no solo con el premio del más allá, sino también con la contemplación de cosas celestiales aquí abajo. Debemos acercarnos a quien sufre con esa reverencia y más aún, con la que en otros tiempos se iba al encuentro de los ancianos, cuando de ellos se esperaba la sabiduría.
Chiara Lubich
Chiara Lubich, Ve más lejos. Escritos espirituales /2, Editorial Ciudad Nueva, Madrid, 1999, pág. 76.
Nov 20, 2020 | Sin categorizar
Jesús no es indiferente ante nuestras tribulaciones y se compromete personalmente a sanar nuestro corazón de la dureza del egoísmo, llenando nuestra soledad, dándonos la fuerza para cada una de nuestras acciones. Un matrimonio salvado Una hija nuestra estaba atravesando un momento extremamente delicado de su vida de pareja. La última vez que había hablado con ella por teléfono me confió que había perdido toda esperanza de salvar su matrimonio, la única cosa que podía hacer, decía llorando, era divorciarse. Siempre nos había impresionado, a mí y a mi esposo, la promesa hecha a los discípulos de Jesús: “Si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo para pedir cualquier cosa mi Padre que está en los cielos se la concederá”. Con esta confianza, le prometí a mi hija que junto con sus cinco hermanos íbamos a rezar para obtener la gracia de la reconciliación. No mucho tiempo después ella me volvió a llamar aliviada y casi incrédula, después de una larga reflexión su esposo aceptó hacer un coloquio con una persona que le podía ayudar a resolver sus problemas. De hecho se reconciliaron. No sólo, un año después nuestro yerno manifestó el deseo de entrar a formar parte de la Iglesia católica. Y por este motivo pidió a un sacerdote que lo acompañara para empezar la preparación necesaria. (G. B. – Usa) Un nuevo inicio No veía la hora de empezar a dar clases en un liceo de la Iglesia de Inglaterra en West London. Pero muy pronto se esfumó mi entusiasmo, no fui acogido por los estudiantes como habría deseado y al entrar en constante conflicto con ellos empecé a usar mi poder. Per al abrirme con mis amigos, comprendí que podía seguir otra táctica, a pesar de que sentía que estaba del lado justo. Jesús no habría actuado así. Al día siguiente, en clase, pedí disculpas diciendo que probablemente había cometido un montón de errores que un profesor más experto habría evitado. En un gran silencio y escucha por parte de mis alumnos, dije que intentaría verlos a todos con una mirada nueva y que esperaba que hicieran lo mismo conmigo. Uno de los principales revoltosos públicamente aceptó mis disculpas y a su vez se disculpó por su comportamiento y el del resto de la clase. Vi que algunos de ellos sonreían. Había sucedido algo imprevisible, un profesor que se disculpaba delante de toda su clase. Fue un nuevo inicio para todos. (G.P. – Inglaterra) El chico de la encrucijada Todas las mañanas, antes de ir a mi lugar de trabajo como fiscal de tránsito, acostumbraba ir a la Misa y pedir a Jesús la ayuda para amar a todos los que encontraría durante la jornada. Un día, en un cruce con mucho tráfico, vi pasar a toda velocidad a un chico en motocicleta. Poco después regresó, siempre a altísima velocidad, y esto se repitió numerosas veces. Le solicité inútilmente que se detuviera, esperando dentro de mi corazón que no provocara ningún accidente. Finalmente se detuvo, sólo para decirme: “Tengo muchas dificultades, quiero terminar con mi vida”. Lo escuché largo rato, aunque seguía trabajando. Le ofrecí mi disponibilidad de ayudarlo y no le puse multa. Lo vi irse sereno. Pasaron algunos años. Mientras estaba de servicio en otro lugar, se me acercó un joven sonriente que me abrazó conmovido. Le dije: “Oye, debes haberte equivocado de fiscal”. Y él: “No, soy el chico del cruce, ahora estoy felizmente casado y contento de la vida. Vine hasta aquí desde la ciudad donde vivo ahora porque le quería agradecer”. En mi corazón sólo puedo agradecer a Dios. (S.A. – Italia)
a cargo de Stefania Tanesini
(Tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio del Día), Città Nuova, año VI, n.6, noviembre-diciembre 2020)
Nov 18, 2020 | Sin categorizar
Se había pensado como uno de los eventos con ocasión del Centenario de Chiara Lubich, pero fue suspendida por la pandemia y los fondos que se habían recaudado fueron donados en beneficencia. Ahora llega a las redes sociales de los Focolares de Brasil con los mismos contenidos y nuevos lenguajes. Una exposición prevista para agosto de 2020 y que luego se había postergado para noviembre ha llegado ahora finalmente a las redes sociales. Un itinerario arduo el de este evento dedicado a Chiara Lubich con ocasión del Centenario de su nacimiento, y hoy al alcance de todos a través de las redes sociales de @focolaresbrasil (Facebook, Instagram e Youtube): fotos, vídeos y contenidos de texto serán publicados durante todo el mes de noviembre de 2020. Una muestra diferente a la que estaba prevista, con un público ampliado gracias a la web y enriquecida con el aporte de un equipo intergeneracional. De todo ello hemos hablado con José Portella, uno de los encargados de la exposición.
¿Cómo nació la idea de sustituir la exposición presencial con una virtual? ¿Quién ha formado parte del equipo de realización y ustedes, cómo han trabajado? Somos un equipo de dieciséis personas del Movimiento de los Focolares, de distintas edades y vocaciones: jóvenes y adultos, voluntarios y focolarinos. Desde el comienzo del año 2019 veníamos trabajando juntos para presentar en Brasil una versión reducida de la muestra montada en las Galerías de Trento, en Italia. Después llegó el Covid-19. En mayo de 2020, dándonos cuenta de la gravedad de la situación, comprendimos que podíamos “celebrar” el Centenario ayudando a los necesitados afectados por la pandemia. De acuerdo con la gente que ya había colaborado económicamente dando donaciones para la exposición, dimos todo lo que teníamos a personas que pasaban dificultades. Fue en ese momento cuando supimos que la muestra de Trento se estaba preparando en su versión online. Pero no era suficiente realizar una simple traducción para llegar a la realidad brasileña. ¿Por qué, entonces, no llevar a cabo algo virtual y específico para nuestro país? Con algunos expertos de las nuevas generaciones, que se unieron al equipo, nos dividimos en tres grupos para adaptar el material que nos llegaba de Trento. Además hubo que preparar vídeos locales y evaluar las exigencias financieras. Una experiencia de unidad realizada entre generaciones. La dificultad principal fue la de mantener la narración de la muestra de Trento, pero con un enfoque brasileño y un lenguaje que se adaptase a las redes sociales. ¿Cuáles son las características del recorrido que ustedes han pensado para los visitantes virtuales? Hay cuatro vídeos promocionales y un vídeo para el lanzamiento de la exposición. Luego se presenta a Chiara Lubich y su carisma según tres temáticas: ser, con la historia de Chiara Lubich; influir, con el testimonio de las personas que la conocieron y que viven la espiritualidad de la unidad; actuar, con todas las instancias que han nacido a través de su carisma. ¿Qué tiene que decir Chiara Lubich a Brasil, según la opinión de ustedes, en el particular momento de pandemia que estamos viviendo a nivel planetario? Chiara Lubich durante un viaje a Brasil en 1991, frente a la desigualdad que observaba, intuyó la Economia de Comunión y afirmó que el Movimiento en Brasil está llamado a actuar en la comunión de los bienes a nivel global. Hoy, en el contexto de la pandemia, encarnar este carisma significa cuidar del otro, compartir no sólo los bienes materiales, sino también dedicar la propia vida al servicio de los demás, no preguntarse quién es mi prójimo, sino de quién yo soy prójimo. En sintonía con la Encíclica del Papa Francisco “Fratelli tutti” estamos llamados, como pueblo, a actuar en fraternidad, según el ejemplo del buen samaritano. Sólo así surgirán hombres nuevos para construir una sociedad más inclusiva y fraterna.
A cargo de Anna Lisa Innocenti
Nov 16, 2020 | Sin categorizar
En la espiritualidad de la unidad la persona no solo busca a Dios en el interior de su alma, sino que descubre su presencia en el espacio que se abre cuando dos o más personas se aman en el espíritu del Evangelio. La imagen que usa Chiara Lubich para describir esta realidad es la de un castillo: no interior, sino exterior. Para los que recorren el camino de la unidad, Jesús en medio de los hermanos es esencial. Es necesario mantener siempre viva su presencia so pena de fracaso personal. Y precisamente esta presencia caracteriza el carisma de la unidad. Así como los dos polos de la luz eléctrica, aunque haya corriente, no producen luz hasta que no se unen, pero lo harán en cuanto entren en contacto, del mismo modo dos personas no pueden experimentar la luz propia de este carisma hasta que no se unen en Cristo mediante la caridad. En este camino de la unidad todo tiene significado y valor –en el trabajo, en el estudio, también en la oración y en el aspirar a la santidad, lo mismo que en la irradiación de la vida cristiana– si se da la presencia de Jesús en medio de los hermanos, que es la “norma de las normas” de esta vida. En esta espiritualidad alcanzamos la santidad si hacemos una marcha en unidad hacia Dios. […] Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, habla de un “castillo interior”: la realidad del alma habitada en el centro por Su Majestad, que hay que descubrir y que debe iluminarlo todo durante la vida superando las distintas pruebas. Este es el culmen de la santidad en un camino prevalentemente individual, aunque luego ella arrastraba a esta experiencia a todas sus hijas. Sin embargo, ha llegado el momento, al menos, nos parece así, de descubrir, iluminar y edificar, además del “castillo interior”, también el “castillo exterior”.[…] Pero si tenemos en cuenta que esta nueva espiritualidad que Dios le dona hoy a la Iglesia llega incluso a responsables de la sociedad y de la Iglesia, comprenderemos inmediatamente que este carisma […] tiende a hacerlo también (el castillo exterior) con el tejido social y eclesial. El Santo Padre, hablando recientemente a unos setenta Obispos amigos del Movimiento, dijo: «El Señor Jesús […] no llamó a los discípulos a seguirlo individualmente, sino que su llamada era inseparablemente personal y comunitaria. Y si esto es verdad para todos los bautizados –continúa el Papa– es válido de un modo especial […] para los apóstoles y sus sucesores, los obispos”1. De este modo, esta espiritualidad, como todos los carismas, está hecha para todo el pueblo de Dios, cuya vocación es ser cada vez más uno y más santo..
Chiara Lubich
De: Una espiritualidad de comunión. Cf. Chiara Lubich, La Doctrina espiritual, Buenos Aires 2005, pp. 66-67. 1) Insegnamenti di Giovanni Paolo II, XVIII (1995) 1, Città del Vaticano 1997, p.382.
Nov 14, 2020 | Sin categorizar
Un Webinar promovido por la Comisión Pontifica para América Latina abierto a todos, para reflexionar y analizar el impacto y las consecuencias del Covid-19. La transformación social, económica, política y el pensamiento del Papa Francisco.
El seminario virtual con el título Latinoamérica: Iglesia, Papa Francisco y el escenario de la pandemia tendrá lugar el 19 y 20 de noviembre y estará abierto a todos los interesados en esta parte del mundo, que ha sido tan fuertemente afectada por el virus; un escenario que ya era complicado por sus grandes áreas de pobreza y marginación. Es organizado por la Comisión Pontificia para Latinoamérica, por la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales y por la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM). La cita tiene como objetivo reflexionar y analizar la situación de la pandemia en el continente latinoamericano, sus consecuencias y, sobre todo, las líneas de acción y de ayuda de los gobiernos y de la Iglesia. El Papa se hará presente con un video mensaje y entre otros participarán el Card. Marc Ouellet, Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Mons. Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, Presidente del CELAM, Carlos Afonso Nobre, Premio Nobel de la Paz en el 2007, el economista Jeffrey D. Sachs, Director del Centro para el desarrollo sostenible de la Columbia University y Gustavo Beliz, Secretario de asuntos estratégicos de la Presidencia argentina. En la nota introductoria al seminario se explica que en todo el continente latinoamericano, como en el resto del mundo, es imposible calcular los daños de la pandemia: “En muchos casos, los efectos negativos de la clausura de las fronteras y las consecuentes repercusiones sociales y económicas son sólo el inicio de una espiral de daños que todavía no se han cuantificado, mucho menos existe la receta de una solución a medio término”. Por ello el seminario será la ocasión de un encuentro y de un diálogo amplio entre la acción misionera y pastoral de la Iglesia católica y el aporte de varios especialistas del mundo de la economía y de la política, para poder potenciar una red cultural y operativa y garantizar así un futuro mejor para el continente. También el Papa Francisco se hará presente con la presentación de la Task Force contra el Covid-19, instituida por él y representada en el seminario por su director quien expondrá el trabajo. En tiempos de incertidumbre y de falta de futuro la Iglesia mira hacia el “continente de la esperanza” y busca instrumentos compartidos que puedan transformar la crisis en oportunidad o al menos permitir encontrar caminos para salir de ella. El programa del evento Inscríbete aquí
Stefania Tanesini