May 11, 2020 | Sin categorizar
“Con la jornada de oración interreligiosa del próximo 14 de mayo, el Alto Comité para la Fraternidad Humana nos recuerda que la actual pandemia ha marcado un punto de no retorno: nos salvamos solo mirando al bien común, no al bien de uno u otro, no a los intereses de una u otra parte sino al bien de todos”. Con estas palabras María Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares, anunció la plena adhesión del Movimiento a la jornada de oración por la humanidad, anunciada también por el Papa Francisco el pasado domingo 3 de mayo, “para que el próximo 14 de mayo los creyentes de todas las religiones se unan espiritualmente en una jornada de oración, ayuno y obras de caridad, para implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar la pandemia del coronavirus”. “Somos una gran familia – añadía María Voce – formada por cristianos, fieles de distintas tradiciones religiosas, junto con personas sin una referencia específica a la fe. Animo a todos a que vivan la jornada del próximo jueves 14 de mayo en un espíritu de oración -según sus respectivos credos y tradiciones- de ayuno y de compromiso concreto para ayudar a quienes están a nuestro lado, especialmente a los más débiles y marginados. Lo haremos a nivel local, como cada comunidad lo considere oportuno, siempre de conformidad con las disposiciones vigentes, y en un espíritu de verdadera y efectiva fraternidad”. “Estamos seguros de que las oraciones que se elevarán a Dios de sus hijos e hijas serán escuchadas por el bien de la gran familia humana y que la prueba que todos estamos viviendo nos hará realmente más fuertes en el peregrinaje común que es la vida”.
Stefania Tanesini
May 11, 2020 | Sin categorizar
La relación con la naturaleza se ha vuelto cada vez más central en nuestra vida personal y en la de las organizaciones y los Estados, así como el deber de preservarla y reparar los daños que le hemos hecho. La pandemia por la cual todavía estamos sufriendo, si por un lado ha puesto más de relieve este deber nuestro, por el otro ha dado paradójicamente un momento de respiro a la creación. La siguiente experiencia espiritual de Chiara Lubich nos remonta a Aquél que es la raíz de todas las cosas: Dios. (…) Durante un momento de descanso vi un documental sobre la naturaleza. (…) A diferencia de otras transmisiones de la TV […] ese largometraje produjo un gran efecto en mi alma. Contemplando la inmensidad del universo, la extraordinaria belleza de la naturaleza, su potencia, me remonté espontáneamente al Creador de todo y adquirí una nueva comprensión acerca de la inmensidad de Dios. La impresión que tuve fue tan fuerte y tan nueva que enseguida me habría arrojado a tierra de rodillas para adorar, alabar y glorificar a Dios. Sentí la necesidad de hacerlo, como si esta fuera mi vocación actual. Y, casi como si ahora mis ojos se abrieran, comprendí como nunca, quién es el que hemos elegido como ideal; o más bien el que nos ha elegido a nosotros. Lo vi tan grande, tan grande, tan grande que parecía imposible que hubiera pensado en nosotros. Esta impresión de su inmensidad ha permanecido en mi corazón durante algunos días. Ahora el rezar: “Santificado sea tu nombre” o “Gloria al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo” es otra cosa para mí: es una necesidad del corazón. (…) Nosotros estamos en camino. Y cuando alguien viaja, ya piensa en el ambiente que lo acogerá a su llegada, en el paisaje, en la ciudad; ya se prepara. Esto es lo que tenemos que hacer también nosotros. ¿Allá arriba se alabará a Dios? Alabémosle, pues, desde este momento. Dejemos que nuestro corazón le grite todo nuestro amor, que lo proclame junto a los ángeles y a los santos (…): «Santo, Santo, Santo, Santo». Expresémosle nuestra alabanza con la boca y con el corazón. Aprovechemos para reavivar algunas de nuestras oraciones cotidianas que tienen esta finalidad. Y démosle gloria también con todo nuestro ser. Sabemos que cuanto más nos anulamos nosotros mismos (teniendo por modelo a Jesús Abandonado que se redujo a la nada), más gritamos con nuestra vida que Dios es todo y por tanto se le alaba, se le glorifica, se le adora. Pero al hacer esto muere también el “hombre viejo” en nosotros y con su muerte vive el “hombre nuevo”, la nueva criatura. (…) Busquemos muchos momentos durante el día para adorar a Dios, para alabarlo. Hagámoslo durante la meditación, o en algún [momento de oración]. (…) Alabémoslo más allá de la naturaleza o en lo más íntimo de nuestro corazón. Sobre todo, vivamos muertos a nosotros mismos y vivos a la voluntad de Dios, al amor hacia los hermanos… Seamos también nosotros, como decía santa Isabel de la Trinidad, una «alabanza de su gloria»[1]. Así anticiparemos algo del Paraíso, y Dios será compensado por la indiferencia de innumerables corazones que hoy viven en el mundo.
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 22 de enero de 1987) Extraído de: “La inmensidad de Dios”, en: Chiara Lubich, “Buscando las cosas de arriba”, Ciudad Nueva, Madrid 1993 pp.18-20 [1] Cf., por ejemplo, Carta del 8 de octubre [1905], en Isabel de la Trinidad, Escritos, Postulación general de los Carmelitas descalzos, Roma 1967, p. 380.
May 10, 2020 | Sin categorizar
El Cardenal Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con motivo de la Semana Mundo Unido 2020, mandó a los participantes un video-mensaje. En los difíciles tiempos que estamos atravesando, marcados por la crisis del coronavirus, son muchos los que están confinados en sus apartamentos, teniendo que vivir en cuarentena; sólo su nombre nos recuerda más los cuarenta días de la Cuaresma que a la Pascua. También nuestros servicios litúrgicos, en especial las más importantes liturgias de la Semana Santa y de la Pascua, debido a las restricciones decretadas en los distintos Países, han sido celebradas en iglesias sin fieles, a puerta cerrada, y transmitidas vía streaming. Esta experiencia extraordinaria me ha traído a la mente, en forma más viva que nunca antes, un detalle del relato bíblico de la Pascua. El evangelista Juan inicia su relato de la aparición de Cristo resucitado a sus discípulos con las palabras: “La noche de aquel día, el primero de la semana, mientras estaban las puertas cerradas del lugar donde se encontraban los discípulos por temor a los Judíos…”(Jn. 20, 19). Si bien el Señor ya había resucitado y estaba yendo donde los discípulos, ellos todavía estaban viviendo el Sábado Santo, como lo demuestra claramente el miedo y las puertas cerradas. A este lugar que seguía estando asediado por el miedo, Jesús llega y cambia radicalmente la situación, como subraya el Evangelio: “Y los discípulos gozaron al ver al Señor” (Jn 20, 20). La alegría es la expresión visible del hecho de que el Sábado Santo se ha transformado en Pascua. También hoy, en este momento marcado por la crisis del coronavirus, podemos alegrarnos porque sabemos que el Señor no nos deja solos en medio de nuestros temores y de nuestras preocupaciones, sino que viene en medio nuestro y nos dona su presencia y su preciosa compañía. Cristo está siempre en medio nuestro, sobre todo cuando esperamos su venida. Chiara Lubich nos ha repetido este mensaje más de una vez, sin cansarse. Cuando Jesús está en medio nuestro, también nos trae un don. Es el mismo don que ha traído a los discípulos la noche de Pascua. El Evangelio relata que Jesús se sentó en medio de ellos y dijo: “¡La paz esté con ustedes!” La paz es el primer don que Jesús le hizo a sus discípulos después de la resurrección. La paz es el verdadero don pascual. La paz es también el don que Jesús nos ofrece hoy. Es esa paz que nosotros humanos no tenemos la posibilidad de crear solos, pero que sólo podemos recibir como don. Sin embargo la paz es lo más importante, y todas las formas de paz a las que aspiramos son sólo reflejo de esa paz. De hecho, sólo la paz que viene de Cristo nos da esa unidad que tanto deseamos, la unidad en nuestras comunidades, en nuestra Iglesia, entre todos los cristianos y en toda la humanidad. Esta paz naturalmente no puede quedarse encerrada en sí misma. El Evangelio prosigue relatando que, después del saludo de paz, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ha mandado a mí, también yo los mando a ustedes” (Jn. 20, 21). Estas palabras están dirigidas también a nosotros. También nosotros estamos llamados a transmitir a los demás la paz que nos ha donado Cristo, para que también pare ellos, especialmente para quienes viven en la preocupación y en el temor, el Sábado Santo pueda transformarse nuevamente en Pascua. También en este período de dura prueba por el coronavirus su lema es auténtico y necesario: “En Tiempo de paz”. Les auguro de corazón a todos ustedes un tiempo pascual alegre y lleno de paz. ¡Que el Señor de la Paz Resucitado los bendiga y los proteja!
Cardenal Kurt Koch
https://youtu.be/PVa0bCLphzE
May 9, 2020 | Sin categorizar
Testimonios de quien está en primera línea y de quien se queda en casa, muchos modos de vivir por los demás. https://vimeo.com/402592092
May 8, 2020 | Sin categorizar
Una jornada de encuentro entre Comunidades, Movimientos y países para dar testimonio de la paz y la solidaridad entre los pueblos. El 9 de mayo se conmemora el Día del Continente Europeo que celebra la paz y la unidad entre los pueblos. A partir de la histórica firma del 31 de octubre de 1999 de la “Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación” entre los responsables de los distintos Movimientos y Comunidades, católicos y evangélicos, de Italia y de Alemania, nació la red together4europe, un camino juntos para redescubrir los valores de paz y fraternidad del viejo Continente. Este año la pandemia del Covid-19 impide verse en la iglesia, en las plazas de la ciudad, en lugares de encuentro, para conferencias y plegarias comunes. Ello no significa que las actividades de este día se hayan anulado, por el contrario: con mucha creatividad han nacido conferencias digitales, oraciones, grupos de discusión y diálogo online entre Comunidades, Movimientos y representantes políticos, que parten, por ejemplo, de Utrecht, Graz, Roma, Lyon o Esslingen.
Los eventos de este año tienen la bendición papal ya que el el 22 de abril pasado llegó la carta del Papa Francisco. El Papa aprecia el servicio al bien común que la red together4europe realiza a través de Comunidades y Movimientos muy comprometidos, inspirados en los valores de solidaridad, paz y justicia. Para el Día de Europa, en comunión con Graz, las Comisiones de Juntos por Europa de Italia han promovido y organizado para la jornada del 9 de mayo un evento online dedicado al Sí a la Creación, defendiendo la naturaleza y el ambiente, con el título “Ecología integral: utopía sustentable para Europa”. A través de las reflexiones de Stefania Papa, docente y experta de ecología, y de Luca Fiorani, físico experto de clima, y con vídeos síntesis de los tres mensajes del Papa Francisco, del Patriarca Bartolomé I y de Antonio Guterres (ONU) para la 50a Jornada Mundial de la Tierra, se nos ayudará a tomar conciencia de cómo podemos juntos actuar por un presente y un futuro mejores, respetando nuestra Tierra, en una cultura del respeto, de la cooperación y de la reciprocidad. Juntos por Europa, de hecho, tiene como objetivo una “cultura de la reciprocidad”. En ella los individuos y los pueblos distintos pueden acogerse el uno al otro, conocerse, reconciliarse, aprender a estimarse y a apoyarse recíprocamente. Resume múltiples actividades en favor de la reconciliación y de la paz, de la tutela de la vida y de la creación, de una economia equitativa, de la solidaridad con los pobres y los marginados, de la familia, del bien de las ciudades y de la fraternidad en el continente europeo. Las diversidades no tienen que ser un motivo de miedo o separación, sino más bien deben verse como riquezas que se desarrollan y armonizan para una Europa unida, viva, fraterna. Para mayores informaciones visite la página www.together4europe.org
Lorenzo Russo
May 7, 2020 | Sin categorizar
Hemos recibido el mensaje del Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, Secretario General del Consejo Ecuménico de Iglesias (WCC). Le agradecemos su apoyo y aliento para esta edición de la Semana Mundo Unido. ¡Hacemos nuestro su estímulo para ser siempre constructores y promotores de la unidad en nuestro contexto diario y para el mundo! Saludo a la Semana Mundo Unido 2020 Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca Secretario General Como Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias, es una alegría para mí saludarlos y alentarlos con motivo de la Semana de la Unidad con la solemne proclamación de Pascua: ¡Cristo ha resucitado! ¡Realmente ha resucitado! La comunión mundial de iglesias es solidaria con ustedes, y oramos por la curación y la sanación de la humanidad y de toda la creación de Dios, sobre todo en este momento de incertidumbre y miedo causado por la pandemia de COVID-19. En estas circunstancias, nos damos cuenta de cuán unidos estamos como una sola humanidad: compartimos los mismos temores, los mismos desafíos y el mismo anhelo por el bienestar de nuestra única familia humana. Además, a la luz de la resurrección de Jesús, tenemos razones para compartir la misma esperanza de una vida renovada, en el obrar y en el caminar hacia el reino de justicia y de paz de Dios. Ustedes, jóvenes de los Focolares, claramente orientados a unir la humanidad, revelan las dimensiones y aspiraciones reales de la visión de Chiara Lubich para el movimiento ecuménico: no solo para curar las antiguas divisiones entre los cristianos, sino para vivir el seguimiento de Cristo de modo de sanar el mundo. Son un regalo para nuestras comunidades. Vuestra pasión y deseo de cambiar el mundo nos inspiran y motivan a todos los que nos enfrentamos a la realidad de hoy. En formas grandes y pequeñas, esta generación se enfrenta a los desafíos más difíciles del cambio climático, de la desigualdad económica, de las necesidades de los migrantes y refugiados. Y, como podemos ver hoy, la experiencia digital de su generación nos lleva a nuevas formas de reflexionar y a reflexionar sobre nuestra visión común de la unidad de los cristianos, como expresa en la oración de Jesús en Juan 17:21. Allí Jesús oró “que todos sean uno; como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”. La visión de Jesús no se limita a nuestra familia cristiana, sino que incluye a toda la humanidad y lo que Dios ha creado. Por lo tanto, a pesar de las incertidumbres y el miedo, el nuestro también es un tiempo de resurrección con enormes oportunidades para conocernos y servirnos los unos a los otros, hermanas y hermanos. La oración de Jesús nos recuerda que la unidad crece para servir a una necesidad mayor. En Juan 20:21, Jesús se aparece a sus discípulos que se han aislado en una habitación cerrada. Jesús los tranquiliza, diciendo: “La paz esté con ustedes”. Pero no se detiene ahí. Dando paz por segunda vez, añade: “Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes”. La tarea y el llamado a trabajar por la paz son claros. Al comenzar esta edición de la Semana de la Unidad en diferentes partes del mundo, los invito a reflexionar sobre las palabras de Jesús en el contexto actual de la necesidad de unidad y paz: ¿cómo vivimos la unidad de Dios hoy en un mundo que sufre? Como jóvenes, ¿cómo respondemos a las disparidades y necesidades del mundo, para que la paz de Dios pueda habitar en toda la humanidad y en toda la creación? Ginebra, 28 de abril de 2020
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