Movimiento de los Focolares
Un acontecimiento casi escandaloso

Un acontecimiento casi escandaloso

Felicitación navideña de María Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares Navidad es para todos los que la festejamos cada año un momento muy esperado, lleno de emociones, de alegría, de relaciones. Pero en medio de este clima natalicio tan gozoso y alegre a menudo olvidamos que en la base de esta fiesta hay un acontecimiento misterioso, diría casi escandaloso: el escándalo de un Dios que se abaja y se hace hombre, del Omnipotente que se convierte en un niño débil, del Infinito que entra en los límites de la carne humana. Y Dios no lo hace solamente por solidaridad, para estar cerca de nosotros y compartir nuestra existencia. Él entra en la condición humana para demostrarnos con nuestras palabras, con nuestros gestos, con nuestras emociones su misma vida: la de un Dios; una vida capaz de recomponer fracturas, resanar heridas, reconstruir relaciones. Lo hizo hace 2000 años y quiere hacerlo hoy también. Dentro de un mes, el 22 de enero, se conmemorará el centenario del nacimiento de Chiara Lubich, la fundadora de nuestro Movimiento de los Focolares. Y en esta ocasión no puedo dejar de recordar el núcleo de su mensaje, de su espiritualidad de la unidad: el descubrimiento de que Jesús puede nacer también hoy, allí donde dos o más se aman “con ese amor de servicio, de comprensión, de participación en los dolores, en los pesos, en las ansias y en las alegrías de nuestros hermanos, con ese amor que todo lo cubre, que todo lo perdona, y que es típico del cristianismo” . De aquí, la propuesta de hacer de nuestras relaciones humanas el pesebre, la cuna que acoja a Jesús en medio de nosotros, que quiere recomponer nuestro mundo, tan fragmentado hoy día. Mi deseo para esta Navidad es que sea una fiesta de alegría profunda para todos, con el compromiso de ejercitarnos cada día en el amor recíproco para atraer con él la presencia de Jesús entre nosotros, permitiéndole transformar el mundo.

Ha fallecido el Gran Maestro Ajahn Thong

Figura de primer nivel en el budismo theravada tailandés, il Venerable Phra Phrom Mongkol Vi dejó de existir el 12 de diciembre pasado a los 97 años. Muy alta la experiencia de diálogo budista-cristiano vivida por él con Chiara Lubich. En la mitad de la década de 1990, gracias a Phramaha Thongratana, monje que había tenido la ocasión de encontrarse con Juan Pablo II y de conocer el Movimiento de los Focolares y Chiara Lubich, el Gran Maestro transcurrió un período en la ciudadela de Loppiano, junto a su joven seguidor, conocido en el ámbito católico también con el nombre de Luce Ardente. Tras los primeros encuentros que él tuvo con la fundadora de los Focolares, nació el deseo de un diálogo entre budismo y cristianismo en Tailandia que, en las palabras del monje debía realizarse «dulcemente, con una caridad exquisita, con mucho amor y dedicándonos a él con el corazón». A esto le añadía una consideración fundamental por el diálogo: «Estos dos términos –budismo e cristianismo– son solamente dos palabras […] el bien, el amor, es lo que une a todos los hombres de cualquier raza, religión, lengua y hace que todos puedan encontrarse y convivir juntos». Por eso su compromiso, decidido y, en algunos aspectos, sorprendente: «Mientras conserve un respiro, mientras viva, trataré de construir relaciones verdaderas y bellas con todos en el mundo». Con esta preparación el anciano y venerable monje llegó a la ciudadela de Loppiano y se alojó en el Centro de espiritualidad llamado Claritas, que acoge regularmente a religiosos de distintas congregaciones que desean vivir una experiencia de comunión de carismas. Dos monjes theravada junto a franciscanos, salesianos, jesuitas, dominicos y otros: una verdadera profecía. El Venerable Phra Phrom Mongkol quedó profundamente impactado por la acogida recibida y, encontrándose con Chiara Lubich, comentó: «El hecho que tú hayas invitado a monjes budistas a venir aquí a estar en medio de tu pueblo, es algo bellísimo». Todo ello no era simplemente formalidad y gentileza, aspectos que sin duda son típicos de la cultura tailandesa. Eran los primeros pasos de una profunda experiencia espiritual, de la que ambos monjes eran bien conscientes. Chiara Lubich confirmó su expectativa de ese primer encuentro, teniendo una actitud de escucha, de alguien que quería aprender más que enseñar: «estoy contenta por esta visita, porque quiero aprender algo bello. ¿Cuál es el corazón de la enseñanza de ustedes?» A partir de allí, empezó un recorrido imprevisible. A comienzos de 1997, en efecto, la líder católica fue invitada a Tailandia a encontrarse con esas personalidades del monaquismo budista, y no era sólo una visita de cortesía. Chiara fue invitada a dirigir su palabra y su testimonio cristiano a varios grupos de monjes, monjas y laicos budistas tanto en Bangkok como, sobre todo, en Chiang Mai. Allí, justamente, en el Templo Wat Rampoeng, el Gran Maestro la presentó con palabras sorprendentes: «Todos ustedes, seguidores míos, se estarán preguntando por qué la madre, que es una mujer, ha sido invitada aquí. Quisiera que ustedes, monjes y novicios, se olvidasen de esa pregunta y no pensasen que ella es una mujer. El que es sabio y está en condiciones de indicar el camino justo para nuestra vida, que sea mujer u hombre, merece respeto. Es como cuando estamos a oscuras: si hay alguien que viene a traernos una lámpara para guiarnos le quedaremos agradecidos, y no nos importa si esa persona que ha venido a traernos la luz para hacernos caminar por el camino justo es una mujer o un hombre, un niño o un adulto». En esas pocas palabras parece condensarse la gran sabiduría de este hombre capaz, junto con otros, de caminar en el sendero del diálogo sin miedos, arrastrando a otros en esta experiencia profética. La misma Lubich, impactada por esta apertura y sensibilidad, captó una presencia superior en esa relación y se dirigió al Gran Maestro con palabras que parecen una profecía: «Sigamos preparando el camino viviendo según la Luz que hemos recibido y muchos nos seguirán». Y ha sido así. Desde hace veinticinco años esta experiencia de diálogo sigue y se desarrolla. En la muerte también algo parece identificar a este anciano monje de la milenaria tradición theravada con la mujer católica fundadora de un movimiento eclesial reciente. El 7 de diciembre, en efecto, en Trento se dio apertura a los festejos para el centenario del nacimiento de Chiara Lubich, que concluirán con un evento interreligioso el 7 de junio de 2020. El Venerable Gran Maestro había expresado su deseo de estar presente para esa ocasión. Una amistad ahora destinada a continuar en la eternidad.

Roberto Catalano (Co-responsable del Diálogo Interreligioso del Movimiento de los Focolares)

En conversación con el Gran Maestre Ajahn Thong, un servicio del Collegamento CH del 13 de febrero de 2016 https://vimeo.com/155648244

En Uruguay se apuesta a la paz

En Uruguay se apuesta a la paz

El Centro “Nueva Vida” de CO.DE.SO (Comunión para el desarrollo social, de los Focolares), en convenio con el Instituto del Niño y adolescente del Uruguay, desde hace 15 años lleva adelante una importante acción social de apoyo a los más jóvenes y a sus familias en situación de vulnerabilidad, en un barrio marginal de Montevideo. “Las historias y actos de amor son tantos y tan hermosos que se podría escribir un libro. Los jóvenes son el motor de Nueva Vida, una acción social que nos impulsa siempre a más, que nos interpela, que nos estimula a no perder de vista lo importante: que el amor recíproco sea la ley que rija nuestro Centro”. Así se expresa Luis Mayobre, presidente del Centro casi desde sus inicios, en el 2004, cuando el arzobispo de Montevideo pidió a los Focolares si podían hacerse cargo de una obra social comenzada por una religiosa en un barrio marginal de la capital uruguaya. Fue el nacimiento del “Centro Nueva Vida”, un nombre que indicaba ya su objetivo desde sus primeros pasos: abrir posibilidades de una “nueva vida” más digna para quienes se involucrarían con el Centro. “El año 2018 estuvo marcado por un clima de violencia en el barrio Borro –cuenta Mayobre–. Fueron meses de verdadera angustia, donde corrían riesgo nuestras vidas debido a un enfrentamiento entre dos familias narcotraficantes rivales. La gente, junto a los educadores y al personal de Nueva Vida, enfrentaron con valor y decisión las contínuas balaceras que se producían en horarios en donde la mayoría de las organizaciones funcionaban, agravándose aún más en la noche. Por lo que redoblamos nuestra presencia, ya que las familias nos necesitaban; muchas de ellas fueron sacadas de sus viviendas que fueron ocupadas por los narcos”. ¿Cómo actuaron en un clima tan complicado? “Junto con el Párroco, p. Ricardo Villalba, solicitamos una entrevista con el Ministro del Interior, encargado de la policía, para buscar las soluciones. Pero éstas demoraron en llegar, por lo que nos tocó proteger y acoger a familias que luego derivamos a distintos servicios del Estado que les procuraron nuevas viviendas. No a todas, por lo que tuvimos que buscar otras posibilidades para poder alojar a las familias amenazadas y desplazadas. Una de ellas, cuyos 2 hijos participan del Centro Juvenil, tenían que abandonar su precaria vivienda, ya que fueron amenazados de muerte, y desde las Instituciones del Estado no había respuesta. Es así que la coordinadora del Centro y su equipo se puso en campaña para conseguir una nueva vivienda. Buscaron durante meses, hasta que lograron que una de las hijas con la que no se llevaban bien, les cediera una parte del terreno donde vivía, también muy precariamente. Contactaron a la fundación ‘Un techo para mi País’ que construye casas de emergencia y lograron que aprobaran la construcción de una nueva modalidad de casas, mejor que las de emergencia. Es así que todo el equipo, junto a la familia, construyó la nueva vivienda. Y hasta el padre Ricardo, se puso a disposición con sus grandes dotes de pintor. Finalmente se logró que la familia tuviera una vivienda digna y segura. Otra experiencia importante fue la resolución de un caso de violencia familiar, detectado por nuestro equipo, que llevó a la intervención de las autoridades para salvaguardar la vida de los niños y su madre. A pesar de las amenazas e insultos recibidos, llevamos adelante nuestra causa permitiendo una situación mucho mejor de esa familia”. ¿Cuál es la población y los servicios que ofrece el Centro? “Llevamos adelante tres proyectos por edad: el CAIF, Club de Niños y Centro Juvenil. En este clima de violencia, nos propusimos, en cada uno de los proyectos, ser constructores de paz, de esperanza y sobre todo de alegría, para vencer el odio, miedo y violencia. Y como toda crisis, estuvo llena de oportunidades, crecimiento y de alianzas profundas. Un especial cuidado lo hemos tenido con nuestros niños del CAIF, los más pequeños, a quienes todas estas tensiones influyen más. Se logró generar el ambiente adecuado para que 48 niños (2 y 3 años), así como 60 bebes (0 a 2) con sus madres, pudieran realizar sus talleres con normalidad. También realizamos muchas salidas didácticas, para generara espacios de belleza, armonía y paz. Una experiencia interesante es que a muchos de los paseos venían miembros de las dos familias rivales y siempre se relacionaron bien. En el proyecto Club de Niños atendemos a 62 niñas y niños en edad escolar (6 a 11 años). Estamos abocados en seguir bajando la deserción escolar y la repetición, En estos últimos años hemos alcanzado valores inferiores al 5% del total, muy distante al 36% con el cual iniciamos por el 2004. Hemos incentivado los talleres de arte, música, recreación, para poder sensibilizar a nuestros niños a desarrollar valores culturales de convivencia, de amor por el otro y adquirir la ‘cultura del dar’. Hemos desterrado la violencia y el maltrato como forma de relación. También las clases de natación y paseos acuáticos, favorecen los hábitos de higiene y cuidado corporal que llevamos adelante. En el Centro Juvenil recibimos diariamente a 52 jóvenes (12 a 18 años). Este año el 95% de ellos participan a contra horario del sistema formal, meta que nos propusimos lograr desde que comenzamos. Seis de ellos ya están en niveles superiores de bachillerato, un enorme avance ya que el promedio del barrio no pasa de los primeros años. Además, mantenemos talleres complementarios a su formación secundaria: un taller de tejido y de carpintería y, este año, también de comunicación; todos llevados adelante en forma voluntaria por miembros del Movimiento”. ¿El Centro tiene relación con otras asociaciones que trabajan en la zona? “Sí, con los años se ha ido generando una red con todas las instituciones presentes en el Borro, con las cuales colaboramos y nos ayudamos. También participamos a la vida de la parroquia de la zona, Nuestra Señora de Guadalupe. El párroco y otro sacerdote vienen una vez por semana al Centro. El padre Ricardo lleva adelante un coro y en la fiesta de la primavera dibujó hermosos diseños en los rostros de niños y educadores.” ¿Vienen también, como voluntarios, miembros de los Focolares de otros países? “Siempre vienen. Este año ha sido muy importante el aporte de Elisa Ranzi y Mateo Allione, italianos, que dejaron sus huellas indelebles en nuestros corazones. Por esto, agradecemos a todos los que nos ayudan. Su colaboración es muy importante para sostener parte de las actividades que realizamos. Toda ayuda por pequeña que sea cuenta, por lo que les alentamos a continuar apoyándonos. Saben que cuentan con nuestras oraciones y todo nuestro amor”.

Stefania Tanesini

Chiara Lubich y el Padre Oreste Benzi. Las sorpresas del Espíritu

En noviembre de 2019 tuvo lugar la clausura de la fase diocesana de las causas de beatificación de Chiara Lubich y del Padre Oreste Benzi fundadores respectivamente de un Movimiento y de una nueva Comunidad eclesial. En el fermento del ’68, en medio de un fenómeno revolucionario del siglo XX que involucró a países en varias latitudes, nacieron, suscitadas por carismas, muchas nuevas Comunidades eclesiales. Fundadas por laicos, irrumpieron en la vida de jóvenes, hombres y mujeres, e inmediatamente echaron raíces, se involucraron y se difundieron en la sociedad. También ellas aportaron una revolución, pero evangélica, y la oración al Espíritu Santo de los Padres que participaron en el Concilio Ecuménico Vaticano II, concluido en 1965, encontró una respuesta inmediata. Ya en los albores del ‘900 brotaron nuevas realidades carismáticas en la Iglesia. Hacia mediados de siglo, unos veinte años antes del Concilio, surgió el Movimiento de los Focolares trayendo consigo una novedad; la inspiración había sido “donada” a una joven trentina laica, Chiara Lubich. Nacida en 1920, tenía una fe generosa. Realizó su sueño de donarse a Dios la madrugada del 7 de diciembre de 1943, en el marco de la segunda guerra mundial. La predilección por los pobres, la vida comunitaria caracterizada por una espiritualidad colectiva, basada en la Palabra de Dios, es el lugar donde se encarna el carisma de la unidad que muy pronto se abre al mundo. El Padre Oreste Benzi nace en 1927 en San Clemente, un pueblito del interior de Rimini. Fue ordenado sacerdote con 24 años, se dedicó a los adolescentes. El lema de su vida era tener “un encuentro simpático con Cristo”. Con los adolescentes transcurría los períodos veraniegos en la Casa Madonna delle Vette de Canazei, allí, en 1968, nació la Asociación Papa Juan XXIII, que hizo propio el compromiso de amar a los más pobres entre los pobres en estrecha relación con Chisto porque: “sólo quien sabe estar de rodillas puede estar de pie junto a los pobres”. Realizó obras consideradas irrealizables, desde el cotidiano compartir con los marginados a la lucha contra la trata de seres humanos. Chiara y el Padre Benzi son dos personas diversas: una mujer y un hombre, una laica y un sacerdote, una mujer de montaña y un hombre de la colina cerca del mar, ambos fundadores de obras generadas por un carisma, luz que se injerta en la historia. Realidades inéditas en la Iglesia, reproponen el anuncio antiguo y nuevo de Jesús, involucrando a quien adhiere un camino de fe y de humanidad. El testimonio cristalino del Evangelio, no se detiene en los fundadores, sino que se extiende a los miembros. Es también gracias a los Movimientos y nuevas Comunidades que a finales del milenio, y seguidamente, la santidad de pueblo avanza y se injerta en la cotidianidad. Chiara inventó el simpático lema de las “6 S”, para seguir a Jesús: “Seré santo si soy santo súbito (enseguida)”. Entre los Focolares hay varias causas de beatificación en curso. E n el 2004, cuando llegó el Decreto eclesial de reconocimiento definitivo de su Asociación, el Padre Benzi afirmó: “Es un don inestimable”, porque “los hermanos y las hermanas miembros de la Comunidad (…) pueden vivir alegres y serenos en la certeza absoluta de que la vocación de la Comunidad es un camino seguro para santificarse” (…) En la Asociación Papa Juan XXIII está en camino la causa de beatificación de la Sierva de Dios Sandra Sabattini. El 2 de octubre pasado llegó la noticia de que Sandra será proclamada beata en el 2020. Entre las últimas llamadas telefónicas realizadas por el Padre Oreste se encuentra la del 31 de octubre de 2007 al Centro internacional del Movimiento de los Focolares, con voz serena le urgía informar a Chiara sobre una iniciativa que la Asociación estaba organizando y preguntarle se la podía apoyar. Lamentablemente no pudo recibir la respuesta positiva de Chiara porque la noche siguiente, entre el primero y el dos de noviembre dejó esta tierra. En el 2008, el 14 de marzo, Chiara regresó a la casa del Padre. Hoy, este mes de noviembre, parece el símbolo de sus dos itinerarios, distintos pero cercanos.

Lina Ciampi

Evangelio vivido: una espera llena de vida

Cada pequeño gesto de amor, cada gentileza, cada sonrisa donada trasforma nuestra existencia en una continua y fecunda espera. Coro de niños En preparación a las fiestas navideñas fuimos a un hospital con un lindo grupo de niños para alegrar a Jesús presente en los pequeños internados con nuestros cantos. No nos permitieron entrar en su reparto, pero nos dieron permiso para presentarnos en la sala de entrada del hospital. Era sorprendente asistir a la metamorfosis de los visitantes: entraban con la cara seria y, en cuanto veían los rostros de los niños cantando, esbozaban una sonrisa. Después varios regresaron para escuchar junto con los pacientes que habían venido a visitar. Otros enfermos que no esperaban visitas pidieron que los llevaran a la sala grande para asistir a la presentación y muchos se unieron al coro. También el personal del hospital disfrutó la insólita atmósfera. La dirección del hospital ya nos invitó para el próximo año, prometiendo que nos dejará entrar también en el reparto de los niños. (N.L. – Holanda) En la cocina Soy el cocinero de la cocina de un asilo, y estaba completamente entregado a mi trabajo. Un día, mientras escuchaba a una empleada contar que para ella cada niño era un tesoro que había que proteger, me di cuenta de que yo realmente no pensaba en poner amor en todo lo que hacía. Ahora en cambio, al considerar que cada comida es el alimento de una persona que un día tendrá el mundo en sus manos, se ha vuelto un verdadero incentivo a la fantasía. Empecé a poner alguna decoración sorpresa en los platos, a presentar la comida en forma siempre nueva. La alegría y la sorpresa de los niños me han confirmado que nunca sabemos que puede nacer de un simple gesto de amor. (K.J. – Corea) El accidente El trabajo en un centro para la recuperación de drogadictos se había vuelto alienante. Tomada por el sinnúmero de cosas que había que hacer, sentía cada vez más una sensación de vacío y a Dios cada vez más lejano. Una noche que llovía a cántaros el auto que me llevaba a casa derrapó, chocó con un muro y terminó en el carril contrario. Cuando llegué a emergencias, ver un crucifijo que colgaba del muro me dio ánimo. Mientras los médicos me atendían, sentí una paz sutil, como hacía tiempo no experimentaba. Por suerte, aparte de heridas y golpes de poca importancia, no tuve lesiones graves y después de poco tiempo me dieron de alta. Durante esas semanas, junto a la cama donde estaba inmóvil hubo un ir y venir de personas, entre llamadas telefónicas y regalos. Me impactaron las repetidas visitas de mis drogadictos: “Vas a salir adelante porque haces el bien”. También mis colegas estuvieron muy cerca de mí, evidentemente habíamos construido una relación sólida. Gracias a ese reposo forzado, volví a encontrar el gusto por la oración y me pareció entender que en ese momento Dios me había tomado con Él. (Lucia – Italia) Platos por lavar Después de una fiesta que había organizado la parroquia para dar una comida caliente a los indigentes, me encontré en medio del desorden de los restos de comida, de las ollas y platos que había que lavar. En la cocina ya estaba el párroco recogiendo, feliz de la velada. Impresionado por una frase suya, “Todo es oración”, le pregunté: “¿También lavar los platos?”. Y él: “El tesoro más grande es comprender que todo tiene un inmenso valor porque detrás de esa olla hay un prójimo que necesita de mí”. Desde ese momento mi pesado trabajo como albañil, los hijos que tengo que llevar a la escuela, la lámpara que hay que arreglar… toda se ha convertido en una posibilidad para mí de sublimar cada acción y hacer que sea sagrada. (G.F. – ltalia)

Recogido por Stefania Tanesini (extraído de El Evangelio del día, Città Nuova, anno V, n.6,novembre-dicembre 2019)

Las migraciones desde la costa sur del Mediterráneo/2 parte

El fenómeno de la migración forzada a Europa sigue siendo uno de los temas sin resolver en el debate entre los países de la UE. Demasiado divididos por intereses especiales para identificar una política común, inspirada en los principios de solidaridad y sostenibilidad. Hablamos de ello con Pasquale Ferrara, embajador italiano en Argelia. Según el ACNUR*, 75.522 migrantes desembarcaron en las costas europeas de Italia, Malta, Chipre, España y Grecia del 1 de enero al 21 de octubre de 2019. A estos se suman los 16.222 que llegaron por tierra a Grecia y España por un total de 91.844 personas, de las cuales 9.270 en Italia, 2.738 en Malta, 1.183 en Chipre, 25.191 en España, 53.462 en Grecia. Datos que siguen una tendencia descendente y archivan la fase de emergencia, pero no lo suficiente para que Europa inicie un diálogo amplio y constructivo sobre el tema: la posibilidad de crear un sistema europeo de gestión de flujo sigue siendo muy remota, y en general la comparación a nivel institucional no tiene en cuenta la perspectiva de los países africanos. En Argel hablamos con el embajador italiano, Pasquale Ferrara: (2° PARTE) Se dice desde hace mucho tiempo que es necesario estructurar una colaboración con los países del norte de África, pero también con los de tránsito. Buenas intenciones pero pocos hechos concretos… Para pasar a hechos concretos, debemos tomar nota de la realidad, del hecho de que los países africanos, especialmente los del Norte, que consideramos países de tránsito, son en sí mismos países de destino para la emigración. Egipto alberga a más de 200 mil refugiados en su territorio, mientras que en Europa en 2018, llegaron más de 120 mil personas. Los pocos cientos de migrantes irregulares que llegan de Argelia son todos argelinos, no africanos subsaharianos, porque estos migrantes a menudo se quedan aquí. Además, estos países no aceptan programas destinados a crear “hotspot” (centros de acogida) para migrantes subsaharianos. Aquí el modelo de Turquía no funciona, al que la Unión Europea ha otorgado 6 mil millones de euros para administrar los campos donde pueden recibir a más de 4 millones de refugiados sirios y otros. Con Turquía, la operación funcionó porque hubo una guerra en Siria y por los intereses estratégicos de Turquía. En África los fenómenos son muy diferentes, hay que encontrar otras formas. ¿Cuáles podrían ser las formas de colaboración? No sirven colaboraciones asimétricas, sino de paridad. Debemos tener en cuenta que no solo nosotros, los europeos, tenemos el problema de la migración y, por lo tanto, es necesario respetar a estos países con sus necesidades internas, también en términos de migración. Solo entonces podemos intentar juntos manejar el fenómeno. Por ejemplo, ya existen acuerdos de cooperación entre Italia y Argelia que datan de 2000 y 2009 y que funcionan bien. ¿Qué se espera? La gestión conjunta del fenómeno migratorio en materia de lucha contra la explotación y la trata de seres humanos, delincuencia transnacional que utiliza el fenómeno para financiarse, el peligro de infiltración terrorista. También hay disposiciones para la repatriación acordada, ordenada y digna de los migrantes irregulares. Se habla del hecho de que los países occidentales deberían apoyar a los africanos para crear mejores condiciones de vida, como desalentar las salidas. ¿Qué tan practicable es este camino? En las condiciones actuales de la economía internacional y la cultura política, lo veo poco práctico y, en general, poco efectivo. Primero, ya estamos hablando de mil millones de africanos: ningún “Plan Marshall” europeo o mundial podría abordar estas dimensiones demográficas. Entre otras cosas, África es muy diversa, hay países en condiciones avanzadas de desarrollo: Ghana tiene una tasa de innovación tecnológica superior a la de muchos países desarrollados; Angola es un país rico en recursos que está tratando de reorganizar su estructura económica de una manera más participativa. Tenemos líderes, como el nuevo ganador del Premio Nobel de la Paz, el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, que tiene 42 años y mira a las nuevas generaciones. Él ya ha plantado 350 millones de árboles en un programa global de reforestación llamado “Trillion Tree Campaign”. Uganda está experimentando una fase de fuerte desarrollo. El problema es más bien las disparidades económicas, dramáticas e injustas, y aquí Occidente puede intervenir ayudando a mejorar la gobernanza de estos países, para que sea más inclusiva y participativa. Pero recordemos que son los mismos problemas de polarización socioeconómica que tenemos en Europa: desafortunadamente, no podemos dar muchas lecciones en este campo. En las reflexiones sobre el fenómeno de la migración a nivel institucional, la dimensión económica está en primer plano, mientras que la dimensión humana se descuida. ¿Qué significa poner al hombre en el centro del problema migratorio? Detrás de cada migrante hay una historia, una familia, un itinerario lleno de accidentes, el esfuerzo por obtener el dinero y tal vez deudas con organizaciones criminales. Ciertamente no podemos admitir la inmigración irregular porque todo debe ser conforme a las leyes, pero dar valor a la dimensión humana significa tener en cuenta este pasado y no ver en estas personas los números que llegan a bordo de barcos o por tierra. Me impresionó profundamente la historia de aquel chico de 14 años de Mali, encontrado en el fondo del mar con una libreta de calificaciones cosida en su chaqueta, con excelentes calificaciones. Esa es una historia que nos deja sin palabras. Y detrás hay una tragedia familiar, humana, un tejido social desgarrado. Recomiendo el hermoso libro de Cristina Cattaneo, “Naufraghi senza volto. Dare un nome alle vittime del Mediterraneo”. Pero no olvidemos las historias de nuestra Armada, en particular la de la comandante Catia Pellegrino, que salvó a miles de marineros náufragos. Personas, rostros, hechos reales. * https://data2.unhcr.org/en/situations/mediterranean (Leer la 1° parte de la entrevista)

por Claudia Di Lorenzi