Sep 18, 2019 | Sin categorizar
El Evangelio hace germinar la semilla de bondad que Dios ha puesto en el corazón humano.Es una semilla de esperanza, que crece en el encuentro personal y cotidianocon el amor de Dios y florece en el amor recíproco. Es un impulso a combatir las malas semillas del individualismo y la indiferencia que provocan aislamiento y conflictos, un impulso a llevar los pesos los unos de los otros, a darnos coraje mutuamente. Herencia Tras la muerte de nuestros padres, entre mi hermana y yo, ambas casadas, habían empezado a nacer incomprensiones por la herencia que considerábamos no estaba bien repartida, y llegamos a convertirnos en enemigas. Me parecía absurdo, pero era así. Pensando en mis hijos imaginaba que ellos también un día podrían volverse como nosotras y empecé a buscar una solución. Me armé de coraje y fui a ver a mi hermana. Ella quedó sorprendida, pero feliz de abrazarme. Después de pedirnos perdón recíprocamente, decidimos ir a buscar las joyas de nuestra madre, que habíamos repartido equitativamente entre nosotras, y las donamos a un ente caritativo. Después de haber actuado así, nos sentimos libres: la generosidad hacia los demás nos había acercado entre nosotras, y también nos hacía sentir más cercanos a nuestros padres desde el Paraíso. (P.F. – Francia) Lo que tengo de más no me pertenece Hace un tiempo, cuando pasábamos las noches en un centro de acogida a los migrantes, Gabriel y yo, tras haber transcurrido la noche allí, por la mañana temprano acompañamos al puerto a un sacerdote y algunos chicos huéspedes del Centro. Tenían que ir a tramitar unos documentos. Hacía frío, nosotros estábamos muy bien vestidos, pero uno de los chicos tenía sólo una camisa muy liviana. Le pregunté si tenía frío, pero por la expresión del rostro caí en la cuenta de que no me había entendido. Entonces me quité el abrigo (yo tenía debajo un sweater muy abrigado) y se lo di. Gabriel, por su parte, le dio un poco de dinero para que pudiera tomar algo durante el día. Volví a casa con una alegría muy grande en el corazón.Cuando llegué a casa, mi esposa me dijo que su hermana hacía tiempo que quería hacerme un regalo, y había optado por un abrigo. (Alfredo – Italia). Todos hijos de Dios Como todas las mañanas, en el metro lleno de gente de todo tipo, generalmente todos absortos leyendo o escribiendo en el smartphone, experimenté por esas personas una sensación de pena, de tristeza. ¿Sabrán por qué vivir? ¿Tendrán un ideal en la vida? Pero luego pensé: cada uno de ellos habrá tenido un dolor en su vida, tal vez alguno de ellos sufre ahora por algo… y los vi de una manera diferente. Ya no como pobre gente, sino como hijos de Dios, quien ama a todos y nos sostiene. (C.T. – Italia) Compartir Estaba en la universidad para rendir un examen, cuando vi que una persona de la administración vino a buscar a un estudiante que debía las cuotas universitarias. Como en ese momento disponía de dinero en mi bolsillo, le propuse a ese estudiante pagar yo por él. Desde ese momento nos hicimos amigos. Conociéndolo mejor, supe que era huérfano de ambos padres y que buscaba un trabajo para pagar el alojamiento universitario. Compartí esa necesidad con otros amigos y nos tomamos el compromiso de ayudarlo tanto económica como espiritualmente. (Steve – Burundi)
Recogido por Chiara Favotti
Sep 17, 2019 | Sin categorizar
Para llevar a cabo su misión de reformar la Iglesia, el jesuita italiano, p. Riccardo Lombardi (1908 – 1979), trató de movilizar a las multitudes predicando en las plazas y a través de la radio. A cuarenta años de su muerte el 9 de septiembre de 2019 en Roma, un congreso para redescubrir a esta figura carismática que también jugó un papel importante en la historia de los Focolares.
La grandeza y – podríamos incluso atrevernos a decir – la santidad de las figuras carismáticas se verifican cuando Dios las prueba al quitarles la salud, su inspiración o incluso la obra que fundaron. Esta lógica evangélica se puede entrever de manera muy clara en la vida del p. Riccardo Lombardi, un jesuita italiano, gran predicador, fundador del Movimiento por un Mundo Mejor. Esto ha sido destacado en un congreso en Roma organizado por su Movimiento, 40 años después de su muerte, en colaboración con los Focolares y la Comunidad de San Egidio. Ante el poder de autodestrucción alcanzado por el hombre y entre los escombros del final de la Segunda Guerra Mundial, Lombardi se convirtió en un predicador de la fraternidad universal en las plazas y a través de la radio, por ello lo llamaron “micrófono de Dios”. Después de una famosa exhortación que el Papa Pío XII dirigió a la diócesis de Roma en 1952, el padre Lombardi quería crear un grupo de personas que renovaran la Iglesia de acuerdo con una espiritualidad de comunión. Lombardi – ha subrayado durante el congreso Andrea Riccardi, historiador y fundador de la Comunidad de San Egidio – hizo y dijo lo que el Papa Pío XII no podía decir y hacer públicamente y, por eso, también se convirtió en el “micrófono del Papa”, al que Lombardi estaba particularmente vinculado.

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Pero con la muerte de Pío XII y el nuevo pontificado de Juan XXIII, comenzó la “noche oscura” del p. Lombardi. Su estilo como predicador de las masas ya no era compatible con la visión de la Iglesia del nuevo Papa y del Vaticano II. Lombardi se sintió marginado, fracasado y sufrió una depresión severa. En este período le volvió – como ha dicho la presidenta de los Focolares, Maria Voce – la idea de hacer converger su obra con la de los Focolares que había conocido en la Mariápolis de 1956 y 1957. Pero Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, con la que Lombardi tenía una relación cercana, no aceptó que Lombardi “destruyera” su propia obra, porque veía en ella una obra de Dios. 
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¿Acaso habrá sido una recompensa del Espíritu Santo por el aporte que el propio padre Lombardi había hecho unos años antes para salvar la obra de Chiara Lubich? En la década de 1950, cuando Chiara pasó la “noche oscura”, en la que su obra estaba siendo estudiada por el Santo Oficio y corrió el riesgo de ser disuelta varias veces por la Iglesia, Chiara estaba dispuesta a dejar su obra para obedecer a la Iglesia. Una de las opciones era fusionarse con el Movimiento por un Mundo Mejor. La perspectiva de una colaboración de las dos obras bajo la dirección del p. Lombardi probablemente detuvo la disolución total de los Focolares. Maria Voce, en su discurso, subrayó la actualidad de la amistad espiritual entre p. Lombardi y Chiara Lubich: “Chiara lo había invitado a construir una relación que se inspirara en la Trinidad ‘al dar y recibir cuánto el Señor’ le había dado a ambos. Esto hizo que la comunión entre ellos estuviera lista para el don de sí mismo e incluso el precio de la oferta de lo que cada uno de ellos, por voluntad de Dios, había generado… El diálogo entre estos dos carismas sigue siendo la semilla para el florecimiento de una comunión cada vez más profunda entre las diversas realidades eclesiales, que Dios espera de nosotros en nuestro mundo tan desgarrado por la división”.
Joachim Schwind
Sep 15, 2019 | Sin categorizar
Concluyendo su asamblea, los jóvenes de los Focolars entregaron al Movimiento un documento que resume un recorrido nada fácil. Será un estímulo para el encuentro anual de los delegados de todo el mundo, que está por empezar. Ha sido una superposición de encuentros buscada y significativa: los dos últimos días de la Asamblea de los Jóvenes del Movimiento de los Focolares –el sábado 14 y el domingo 15 de septiembre– coincidieron con los dos primeros días del encuentro anual de los delegados de los Focolares de todo el mundo. De esta forma, los casi 200 jóvenes, de 66 países y de distintas ramas del Movimiento, tuvieron la posibilidad de presentar a los representantes mundiales del Movimiento la síntesis de los trabajos que habían elaborado sobre su identidad, su formación, su rol en el Movimiento y el compromiso en el mundo. A los 44 delegados, en cambio, que representan las subdivisiones territoriales de los Focolares, les ha brindado la posibilidad de empezar su labor tomando conciencia de las sensibilidades y exigencias de las nuevas generaciones. Lo que se presentó durante la mañana del sábado tuvo un fuerte impacto en la reunión: el mismo documento final de los jóvenes y las preguntas que ellos dirigieron a las “generaciones un poco más maduras” –como definían a los adultos en forma risueña– dejaban vislumbrar que los trabajos no habían sido fáciles. En esos pocos días experimentaron y afrontaron la diversidad de proveniencias, culturas, sensibilidades, religiones y confesiones cristianas. Y con autenticidad y coraje también presentaron las dificultades y los interrogantes abiertos que en no pocos de ellos habían provocado perplejidad y sufrimiento. Más aún impresiona y sorprende la profundidad humana y espiritual que los jóvenes demuestran en sus trabajos. Se percibe un hondo e incansable deseo de esforzarse y comprometerse en todos los campos de sus vidas por la unidad en gran escala, el “mundo unido”, y la disponibilidad para afrontar situaciones dolorosas con un amor preferencial por Jesús en su abandono en la cruz. Con esa base, los jóvenes, demostrando una gran libertad, alientan al Movimento a valorar aún más la diversidad como parte integrante y constitutiva de toda experiencia de unidad y a crear instrumentos y espacios que favorezcan mejor el diálogo incluso sobre temas controvertidos. Con naturalidad piden más participación en la dirección del Movimiento tanto a nivel local como central para compartir en mayor medida la responsabilidad respecto de las futuras generaciones. Pero con la misma sinceridad también presentan la necesidad de ser más formados en la espiritualidad de los Focolares y profundizar las relaciones con los miembros adultos del Movimiento. Maria Voce y Jesús Morán, la presidente y el co-presidente de los Focolares, destacaron la importancia y la madurez de la experiencia que estos jóvenes habían hecho en sólo pocos días. Veían en esa Asamblea y en su documento final “un paso fundamental y una gran herencia para el Movimiento”.
Por la tarde de ese día memorable, jóvenes y adultos juntos celebraron la inauguración del auditorio restructurado, ubicado en la sede internacional del Movimiento en Rocca di Papa, cerca de Roma. Para Maria Voce fue una ocasión para ofrecer a las dos asambleas su mensaje espiritual programático para el próximo año, que tendrá como tema la realidad de Jesús presente en medio de “dos o tres, reunidos en su nombre” (cfr. Mt 18,20). Es el Alfa y Omega de la espiritualidad del Movimiento, como lo definió la presidente en una charla muy incisiva y personal, como si fuese su consigna para todos iniciando el último año de su mandato.
Vivir el amor recíproco, incluso en los momentos dolorosos, para crear el espacio en el que Jesús pueda estar presente en medio de los hombres de hoy y donar su alegría: ése es el recorrido al que Maria Voce invita a los Focolares en los próximos meses. Para los jóvenes esa invitación podrá ser una clave de lectura de la experiencia hecha en esos días. Para los delegados del Movimiento será un aliciente y un impulso para los trabajos que están por comenzar.
Joachim Schwind
Sep 13, 2019 | Sin categorizar
Para sanar la crisis del trabajo se requiere una economía nueva, y para ello hay que darles voz y espacio a los jóvenes que, más que los demás, comprenden lo nuevo y saben actuar. Ése será uno de los objetivos del evento “The Economy of Francesco” que se llevará a cabo en Asís en 2020. En mayo de 2019 los desocupados en Europa han disminuido. Según Eurostat el porcentaje ha bajado al 7,5% en los 19 países de la Eurozona y al 6,3% en los 28 de la UE. Pero es un dato en claroscuro, que va de la mano con una tasa alta de desocupación juvenil: a pesar de que hayan mejorado los datos, urgen políticas más eficaces. Hemos hablado de este tema con Luigino Bruni, economista en la Universidad Lumsa de Roma y director científico de la Comisión que organiza el evento “The Economy of Francesco”, querido por el Papa y dedicado a los jóvenes economistas y emprendedores de todo el mundo, que tendrá lugar en Asís, del 26 al 28 de marzo de 2020.
¿Qué le parece que podemos esperar de este evento? Creo que habrá un gran protagonismo del pensamiento y de la praxis de los jóvenes, que dirán su idea acerca del mundo, porque ya lo están cambiando, en varios frentes, como la ecología, la economía, el desarrollo, la pobreza. No será un congreso, sino un proceso que se encamina, si bien a un ritmo lento, que permite pensar y preguntarse por ejemplo –en los lugares en donde vivió San Francisco– qué significa hoy construir una economía nueva o quiénes son los marginados de hoy. Sobre todo será el momento en el que los jóvenes sellarán un pacto solemne con el Papa Francisco, asegurando su compromiso para cambiar la economía. Ése será el corazón del evento. Además, justamente los jóvenes tienen ideas claras al respecto… Los jóvenes hacen cosas interesantes. Son los primeros que reaccionan bien frente a los cambios, porque son los que más entienden lo nuevo. Hay muchas experiencias de valor en el mundo en el plano de las empresas, de los start-ups (arranque de las empresas), hay un pensamiento de los jóvenes sobre la economía, pero los adultos –que tienen el poder y las cátedras en las universidades– no logran escuchar y dar lugar porque razonan con 20 años de atraso; mientras que los jóvenes tienen algo para decir. En Asís hablarán ellos y los adultos estarán a disposición para escuchar y ayudar.
¿Qué es lo que no funciona en las recetas económicas que hasta ahora se han puesto en acción contra la crisis del trabajo? Hay que leer con atención los datos de Eurostat y de la Oficina Estadística de la Unión Europea: el hecho que haya disminuido la desocupación en Europa no quiere decir que haya aumentado la ocupación. En Italia, por ejemplo, hay mucha gente que ya no busca trabajo. Además, se trabaja menos porque muchos contratos prevén un número menor de horas para dar un empleo a más personas. Hoy las máquinas hacen trabajos que hasta hace 10 años los hacían los hombres. Los robots son nuestros aliados, pero tenemos que inventar trabajos nuevos, porque los tradicionales ya no consiguen absorber suficiente trabajo. Estos nuevos instrumentos, además, ejercen una selección natural de los trabajadores, privilegiando a los más competentes, porque cada vez son menos las personas en condiciones de poder competir con las máquinas. Significa que trabajan menos personas y que son las más capacitadas, y eso crea desigualdades. Entonces es necesario que se dé un “pacto social” para que todos puedan acceder a trabajos remunerados, imaginando nuevas formas de trabajo. ¿Se necesita entonces un enfoque nuevo? En pocos años hemos sufrido un cambio de época, a una velocidad extraordinaria, pero las categorías de pensamiento, los sistemas de trabajo, cambian mucho más lentamente y ese contraste produce la crisis. Por lo tanto, tenemos que trabajar más a nivel cultural, científico y de investigación, porque –como dijo el Papa Francisco– hoy el mundo sufre por la falta de un pensamiento que esté adecuado a los tiempos.
Claudia Di Lorenzi
Sep 11, 2019 | Sin categorizar
Con estas tres palabras la presidente de los Focolares dio inicio al trabajo de la Asamblea de los jóvenes, que se concluirá el domingo 15 de septiembre.
Al mirarlos, pero sobre todo escuchándo como se presentan a María Voce y Jesús Morán, respectivamente presidente y co-presidente de los Focolares, dejan la impresión de un parlamento “under 30“, que más que ocuparse de una sola nación, tiene en su radio de acción el mundo entero. Son los 190 representantes de los jóvenes de los Focolares que llegaron a Castel Gandolfo (Roma) provenientes de 67 países para la primera Asamblea de los jóvenes que reúne gen, jóvenes religiosos y seminaristas, chicos y chicas comprometidos en los Movimientos Parroquial y Diocesano. “No estamos aquí sólo para hacer y organizar, sino sobre todo para conocernos y compartir las motivaciones más profundas, que están en la base de nuestra decisión de trabajar por un mundo más unido”, explica uno de los organizadores.
Llegan de mundos diversos por proveniencia, cultura, religiones; están comprometidos en los más variados campos que van de la justicia a la paz y al desarme; de la economía a medida del hombre, a las luchas ambientales, al diálogo entre religiones y pueblos. Están llegando de un verano lleno de compromisos, si consideramos el congreso gen de Amman en Jordania para los gen de Medio Oriente, con una representación de los otros países, como expresión de que cada parte del mundo les pertenece; otro en Oceanía; varios talleres en los que profundizaron temas como la legalidad y el compromiso para aliviar la pobreza; además de los campamentos y vacaciones organizadas por los Movimientos Parroquial y Diocesano. En esta Asamblea se aprende, se comparte y se diseña, apoyados por expertos y por muchos talleres. Se habla de identidad y de elecciones de vida con el Padre Vincenzo Di Pilato, de liderazgo y protagonismo con Jonathan Michelon, de testimonio y compromiso con Sor Alessandra Smerilli. Con Francisco Canzani se profundizará el documento “Chritus Vivit”, fruto del reciente trabajo de la Iglesia católica dedicado a los jóvenes.
Como brújula de estos días, la presidente de los Focolares indicó tres palabras: unidad, valentía, transmisión. Unidad – María Voce los animó a “olvidar los distintos ‘campos’” de los que provienen, y tener un “amor recíproco total” para hacer la experiencia de la unidad. Valentía – “Espero de ustedes esta valentía. Espero que su valentía nos desafíe, que nos ponga a prueba”. Los invitó a hablar y a compartir, a no esconder los puntos críticos, sino a señalarlos, siempre en un espíritu constructivo. Y al final los animó a transmitir el carisma de la unidad: “Tienen que prepararse a dar a las nuevas generaciones lo que han recibido. La transmisión tendrá lugar solo a través de personas que viven el Carisma, que quieren el Carisma y que lo transmiten”. El camino de estos días de asamblea desembocará en un documento final que recogerá los aportes y las instancias de las nuevas generaciones de los Focolares comprometidas a trabajar siempre más unidas.
Stefania Tanesini
Sep 10, 2019 | Sin categorizar
En Austria 61 obispos católicos amigos del Movimiento de los Focolares se reunieron en un meeting internacional. Las “heridas” de la Iglesia y los retos de las comunidades cristianas hoy estuvieron en el centro de sus reflexiones en un encuentro enriquecido por momentos de profundización espiritual y compartición fraterna.
Una especie de tsunami arremetió en estos últimos años sobre la institución Iglesia. De hecho, si bien hace un tiempo que en muchos países tradicionalmente cristianos ella se presentaba en recesión, el surgimiento de escandalosos abusos ha afectado desde los cimientos su credibilidad. Sin embargo, no es la única llaga que aflige a las comunidades cristianas en el mundo. Urbanización, pobreza, situación de guerra, corrupción en la sociedad y en la misma Iglesia, presiones políticas y culturales, formas de intolerancia y de integrismo religioso, falta de oportunidades de desarrollo y riesgos ambientales, dejan sin aliento ni esperanza a muchos. Éstas son algunas de las “heridas” que los 61 obispos, de cuatro continentes, que conocen y viven la espiritualidad de los Focolares, compartieron cuando se encontraron del 2 al 10 de agosto cerca de la ciudad de Graz en Austria. Si bien se habían citado sobre todo para un encuentro de profundización espiritual y hacer la experiencia de unos días de vivencia fraterna, se pusieron a la escucha del “grito” de su gente. Si no es así, ¿cómo se puede ser testigos de un Dios crucificado y resucitado que se hizo cargo de todo mal, dando una respuesta?
No hay que quedarse en los fenómenos –se dijeron– ni ceder ante el pesimismo, sino ir a las raíces. Entre éstas, en el frente de la Iglesia, fueron evidenciados el individualismo y el clericalismo, un déficit de formación y de testimonio coherente, la necesidad de una sólida espiritualidad y de acompañamiento, la urgencia de crecer en la capacidad de escuchar y dialogar. ¿Cómo es posible responder a estos desafíos? No desde lo alto, creyendo que se pueden imponer soluciones, sino desde abajo, recorriendo el camino de Jesús que, haciéndose pequeño e incluso nada para ser un don, llevó al extremo el amor y por eso generó la fraternidad. Mirar la situación desde esa perspectiva permite vislumbrar potencialidades de bien incluso allí donde, a primera vista, pareciera que sólo existe el mal. Es el camino por el que estos obispos quieren caminar con decisión, conscientes de que –como recomienda la Exhortación Apostólica “Evangelii gaudium”– hay que activar procesos que solamente con el tiempo darán fruto. Hoy es lo que se requiere: en la fidelidad a los orígenes, explorar nuevos modos de ser Iglesia.Con pistas bien precisas, entre las cuales: basar el anuncio y la catequesis sobre la vida del Evangelio y la comunión de las vivencias; formar a la espiritualidad de comunión y al “nosotros” eclesial y social; suscitar “células vivas”; escuchar también al que piensa diferente. “Muéstrense como un grupo alegre” fue el deseo del papa Francisco para este encuentro de obispos amigos del Movimiento de los Focolares. Así fue, porque en la sincera comunión entre ellos, hicieron una experiencia de Dios. Así todo cambia, desde las raíces. Sólo desde el ser puede nacer un iluminado hacer.
Hubertus Blaumeiser