Sep 28, 2018 | Sin categorizar
«Lo que hayan hecho al más pequeño de mis hermanos, me lo han hecho a mí» (Mt 25,40): esta Palabra expresa de una manera definitiva quién es el hombre y cuál es su realidad. Esta interpretación del hombre es ciertamente un escándalo, no menor que el que Jesús suscitaba declarándose Hijo de Dios. En el nombre de la libertad de cada uno, de su identidad y peculiaridad, el hombre piensa poder cuestionar el hecho que se lo identifique con Jesucristo. El hombre quiere ser amado por sí mismo, por lo que es, no quiere ser degradado a una suerte de máscara de Jesús. Teme que ese mayor amor que él recibe por amor a Jesús sea algo que no lo tiene en cuenta, que le roba el amor que él quiere para sí mismo, y del cual tiene necesidad. Pero el que para amar a Jesús en el otro descuida al otro como persona, descuida también a Jesús. Y el que considera que reconocer la presencia de Jesús en el hombre significa disminuir su realidad, en realidad no ha entendido para nada la presencia de Jesús en el prójimo. Dado que Jesús se identificó con el hombre, Dios mismo, que es Amor, se identificó con él. Pero el amor no es un afirmarse a sí mismo que consume al otro y lo anula, es algo que se dona, y en esa donación ofrece al otro la libertad de poder ser él mismo. Jesús no me deja solo. Él está de mi lado, me acepta así como soy, y lo que me concierne, lo concierne también a él. Yo sigo siendo yo mismo, más aún, paso a ser plenamente yo mismo, justamente porque no me quedo solo. El misterio de Cristo es el misterio de todo hombre. ¿Qué significa para la persona con quien me encuentro y qué significa para mí y para mi vida? Con referencia al otro, significa que no estoy tratando con alguien que simplemente es un eslabón de una cadena, una arandela de un engranaje o un simple número en la gran cantidad de personas existentes. Cada vez que me encuentro con un rostro humano, me encuentro con Dios en su realidad incondicionada, me encuentro con esa voz que por encima de cualquier rostro humano pronuncia una vez más lo que dijo de Jesús en el monte de la Transfiguración: “Éste es mi hijo predilecto!” (Mc 9,7). Sin excepciones. El hombre no puede robarse a sí mismo su última dignidad. Por más que sea un criminal o un malhechor, yo nunca podré considerarlo un caso perdido. En cada uno me encuentro con Cristo, no porque es bueno o porque se lo merezca, y ni siquiera porque accedió a la luz divina en su vida, sino porque Dios lo adoptó de una manera irrevocable como hijo. Por cierto el hombre está sumergido en la vida divina por la gracia de Dios que dejó entrar en él, por la elección de creer personalmente, que se dio mediante el bautismo en el nombre de Jesús. Pertenecer a Jesús no es algo “automático”. Cuando una persona nace, Cristo ya asumió en él su vivir y su morir, su culpa y su extraviarse: todo fue asumido por la vida y la muerte de Cristo, que dio su vida por cada uno. Por ello, en cada prójimo nos encontramos con Jesús. Y nos encontramos con él en un modo particular en los últimos, en quien parece estar más lejos de él, en las personas en las que su rostro parece haberse oscurecido. ¿Cómo es posible? En la cruz, viviendo el abandono de Dios, haciéndose incluso pecado (2 Cor 5,21), Jesús se identificó con lo que está más lejos de Dios, que parece contraponerse más a él. Sólo descubriendo a Cristo en el prójimo y donando a cada uno ese amor humano que se dirige de una manera indivisa a él y al mismo Cristo, todo prójimo podrá descubrir su propia identidad con Jesús, su cercania a él, el estar plenamente asumido por él. (Extraído de: Klaus Hemmerle,“Offene Weltformel”, Neue Stadt, pág. 31-33)
Sep 27, 2018 | Sin categorizar
FECHAS: 27, 28 y 29 de octubre: talleres artísticos con los jóvenes 30 de octubre: Concierto From the Inside Outside – Conservatoire de la Ville de Luxembourg 31 de octubre: Feedback GenVerde Tours
Sep 26, 2018 | Sin categorizar
El evento contó con la participación de diputados tanto italianos como del Parlamento europeo, embajadores y diplomáticos, docentes e intelectuales, y muchas personas que conocieron a Giordani, también a través de sus escritos. Fue promovido por el Movimiento de los Focolares, a través del Centro Chiara Lubich, el Centro Igino Giordani y el Movimiento político por la unidad. Desde hace años facultades universitarias de los cinco continentes, asociaciones y entes locales, apoyan y comparten este proyecto cutural, social y político, cuya etapa fundamental fue el encuentro entre Chiara Lubich y Giordani. Podemos decir, por lo tanto, que el encuentro en Roma fue expresión de una larga colaboración y sinergia entre muchas personas. En la apertura del Congreso, Donato Falmi, corresponsable de los Focolares de Roma, leyó el mensaje de saludo de la Presidencia de la República Italiana dirigido a la Presidente de los Focolares, María Voce: “… expresando el aprecio por esta iniciativa, dirigida a mantener vivo el ejemplo de hombres y mujeres que trabajaron para promover los valores universales de la paz, de la fraternidad y de la solidaridad, el Presidente Mattarella envía a Ud. y a todo el Movimiento de los Focolares los más cordiales saludos y augurios”. “Tuve la fortuna de conocer a Igino Giordani porque siendo joven – afirma Steni Di Piazza, senador de Palermo – encontré a los jóvenes de los Focolares, y con ellos asistíamos a los Congresos de formación. En julio de 1979, conocí a Igino Giordani; él me dijo que cuando conoció a Chiara advirtió algo nuevo. Después de muchos años comprendí que con esta frase suya, Giordani se refería a la política en la colaboración fraterna y dentro de la dignidad de todos sus componentes. Y tal vez fue después de aquel coloquio con Igino que comenzó a crecer en mí la vocación hacia la política”. “Éste es un lindo momento de diálogo para recordar y para intentar poner en el centro los valores que marcaron aquel 18 de septiembre de hace 70 años – dice Stefano Fassina, diputado de Roma-. La política como vocación debería ser sentida y vivida por cada ciudadano, porque el ciudadano está llamado a ocuparse del bien común”.
</aVolviendo a aquel 18 de septiembre de 1948, Giordani cuenta en sus Memorias el encuentro con Chiara: “…en las primeras palabras de la señorita, ya advertí algo nuevo. Había un timbre y una convicción profunda y segura que nacía de un sentimiento sobrenatural, por lo que de golpe, mi curiosidad se despertó y un fuego dentro de mí comenzó a encenderse…”. Chiara llevó a ese encuentro el Ideal de la unidad. “A él le cuenta simplemente la aventura divina comenzada pocos años antes en Trento, de la que había nacido una nueva comunidad cristiana – afirma María Voce en su intervención-. Desde el comienzo, las primeras focolarinas y los primeros focolarinos se alimentan de la Luz de este Ideal. Así ocurre con Igino Giordani, a quien Chiara alimenta espiritualmente también a través de una nutrida correspondencia”. Giordani era el hombre de vanguardia de la época dentro del catolicismo político. No sólo trabajaba en el Parlamento sino también en el Vaticano. El encuentro con Chiara lo transformó profundamente. “Descubrí de forma nueva la unidad, como principio y valor de las relaciones humanas, sobre todo las políticas – afirma el politólogo Alberto Lo Presti-. Comprendí que todas las verdades parciales que hasta ahora había creído como decisivas para hacer una buena política, se verificaban en la unidad. (…). La unidad es la bandera de su vocación política”. Rosco Pezzimenti, profesor de historia de las doctrinas políticas en la Universidad Lumsa de Roma nos recuerda dos publicaciones de Giordani: la primera editada en 1949, con el título Deshumanismo, y la segunda (editada en los años ‘ 60), con el título Las dos ciudades, ambas de una profundidad única y también profética. Giordani dice claramente que desde S. Agustín la política tomó una característica fundamental: la política como un hecho que no es improvisado. Lo que ocurre en la política se madura antes interiormente”. “Si existe un tema que hoy debemos tratar de reflexionar a partir del encuentro entre Igino y Chiara – afirmó María Sereni Vice Presidente de la Cámara de Diputados– es justamente la unidad en la política de hoy. Y la política es vocación si tiene como centro el Bien Común, con valores que no son propiedad de una parte, sino que son valores que apuntan a la unidad”. Beatrice Lorenzin, ex Ministra de la Salud, se sumó a la reflexión afirmando que “Igino y Chiara fueron maestros en la historia de la República Italiana y dieron vida a algo extraordinario. Tenemos necesidad de esos puntos de referencia que nos ayudan a hacer un análisis no hipócrita, sino vivo”. El evento culminó con cuatro testimonios. “La primera vez que escuché hablar de Giordani fue en el verano de 1946 – recuerda la ex-diputada Rosa Russo Iervolino – cuando mis padres fueron elegidos en la Asamblea Constituyente. Las intervenciones de Giordani en el Aula eran siempre respetuosas hacia los demás pero al mismo tiempo duras cuando se trataba de sacar a la luz la verdad. Giordani era tan humilde, que su humildad casi escondía su inteligencia, pero tenía una inteligencia tan vivaz que emergía por otro lado”. Quien continuó fue Patience Lobe, primera mujer del Camerún que asumió un cargo dentro del Ministerio como Directora de Obras Públicas, y dijo: “Aprendí de la espiritualidad de la unidad de los Focolares la coherencia entre la vida y las palabras, la importancia de amar y de servir a los demás. Tener como modelo a una mujer, Chiara, me dio la fuerza y el valor, para no permitir la corrupción. Chiara abrió mi alma y mi inteligencia al Evangelio”. Concluyó Luca Basile, Presidente del Consejo Comunal de Arzano en la provincia de Nápoles: “Gracias a los Focolares pude vivir experiencias significativas como intercambio cultural y como estímulo para mi compromiso político en el territorio. Mis dos antecesores renunciaron porque el Consejo Comunal fue disuelto por infiltración mafiosa. Pueden muy bien imaginar lo difícil que es trabajar en un territorio de este tipo, pero no se pierde la esperanza cuando existen ejemplos a seguir como Chiara e Igino”. Para que sea actual lo generado por el encuentro entre Chiara Lubich y Giordani hay que “tener en cuenta lo que vive el país y la humanidad – afirmó Letizia De Torre, Coordinadora internacional del Movimiento político por la unidad. Que nuestro compromiso, animado por el carisma de Chiara Lubich, pueda ofrecer, a este mundo complejo, posibilidades sorprendentes hacia la unidad”. Lorenzo Russo Mira la transmisión en diferido
Sep 26, 2018 | Sin categorizar
La Jornada Internacional decretada por la ONU en 2013, evidencia la necesidad de la eliminación total de las armas nucleares, como objetivo fundamental para la paz y la seguridad. La artillería atómica, efectivamente, sigue representando una amenaza inaceptable para la población mundial. La fecha elegida por la ONU recuerda la noche del 26 de septiembre de 1983, cuando el coronel soviético Stanislav Petrov decidió, correctamente, considerar como un error las alarmas por los misiles que procedían de los Estados Unidos, que aparecían en las pantallas, a pesar de la opinión contraria de los técnicos. Petrov eligió, en el lapso de pocos segundos, no proseguir con el procedimiento que habría causado la reacción de la Unión Soviética con el lanzamiento de sus propios bombarderos atómicos. El hombre que salvó al mundo de un verdadero holocausto murió en el mayor anonimato, en 2017, en una ciudad cercana a Moscú.
Sep 25, 2018 | Sin categorizar
Era un día nublado y húmedo. Tenía en mi corazón la sensación de no sentirme lleno. El día anterior había celebrado mi cumpleaños y me había propuesto hacer de todo para que este nuevo año brillara como nunca por el amor puesto en cada cosa. Sabía ciertamente que tendría que volver a empezar una y otra vez, pero quería dar lo mejor que pudiera. En agradecimiento a Jesús por el don de la vida, quería confeccionar un regalo que no se aislara en un único momento, sino que se extendiera por todo el año. El proyecto era ambicioso, pero estaba seguro de que Jesús mismo me iba a ayudar. Sin embargo ese día, caminando rumbo a una cita, me daba cuenta de que en mi corazón había una nube: me había permitido –silenciosamente– un juicio sobre una persona que me había defraudado una vez más. Poco importaba si yo tenía razón o no. En mi corazón había quebrado la caridad. Un dolor grande me invadió. ¿Cómo era posible? Mientras caminaba me encontré con un muchacho que a menudo cruzo en mi camino. No era muy atrayente, ya que estaba sucio, poco cuidado, y la botella en su mano hablaba por sí sola. Estaba temblando del frío y descalzo. No me dijo nada, simplemente me miró. Lo saludé lo más cordialmente que pude, pensando que con eso todo estaba hecho. Sin embargo, la parábola del buen samaritano se me cruzó por la cabeza. ¿Era yo uno de esos fariseos? ¿O me dejaría interpelar por ese rostro de abandono? Me saqué el pullover y volví sobre mis pasos: “¿Tenés frío?” “Sí, mucho”. “Tomá, probá si te anda mi pullover”. Su desconcierto era completo, casi no osaba tocar la prenda, sus manos verdaderamente estaban necesitadas de una buena limpieza. “Coraje, veremos si te anda”. La medida era perfecta y su rostro parecía el de un niño en una noche de Navidad frente al árbol. Lo saludé y continué mi camino, ciertamente con un poco más de frío, pero contento. Estaba esperando el momento de encontrarme con mi amigo con el cual tenía cita, cuando de repente sentí que una voz sutil me decía: “Lindo lo que has hecho, pero es fácil sacarse una prenda y dejar aquel juicio que hiciste flotando en el aire. Quiero reconciliación”. “Pero Jesús, ni la persona se ha dado cuenta…”. “Yo sí, y yo estuve presente en aquella persona”. No había argumento que valiera. Por lo tanto, al volver a casa llamé por teléfono al involucrado para hablar acerca de lo que había sucedido. En una serena conversación la unidad plena se reconstruyó, aunque hubiera sido rota solamente por mi parte. Cuando concluyó la llamada, en mi corazón la paz había vuelto de manera plena e inconfundible. Dos horas más tarde tocaron el timbre de casa. Era una amiga muy querida que me traía un regalo desde su ciudad. La sorpresa fue enorme: yo había dado a Jesús presente en ese pobre mi pullover, uno de esos que uno quiere tanto, y ahora me llegaba por medio de mis amigos un hermoso regalo de cumpleaños: ¡un pullover! Parecía como si Jesús me dijera: todo OK, ¡vamos por más! Da “La vida se hace camino”, Urs Kerber, Ciudad Nueva Ed., Buenos Aires 2016, pp 41-42
Sep 21, 2018 | Sin categorizar