Jun 19, 2018 | Sin categorizar
El 20 de junio se celebra en todo el mundo la Jornada Mundial del Refugiado, instituida por la asamblea general de las Naciones Unidas, para sensibilizar la opinión pública acerca de la condición de millones de refugiados y personas que solicitan asilo por haber dejado su propio país obligados a escapar por guerras y violencias. La agencia de la Onu para los refugiado ha lanzado la campaña «#WithRefugees», para dar visibilidad a los gestos de solidaridad hacia los refugiados, dando voz a quien recibe y fomentando el encuentro entre las comunidades locales y los que solicitan asilo. Pero #WithRefugees también es una petición, con la que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (Unhcr) pide a los gobiernos que garanticen que todos los niños refugiados tengan una instrucción, que toda familia refugiada tenga un sitio seguro en donde vivir, que todo refugiado pueda trabajar o adquirir nuevas habilidades para dar su contribución a la comunidad. La petición será presentada a la Asamblea de las Naciones Unidas antes de finales de 2018 con ocasión de la adopción del Global Compact para los refugiados. «Hoy – dice Carlotta Sami, portavoz del Unhcr para el Sur de Europa – estar del lado de los refugiados no es solamente un acto de humanidad, lamentablemente es un acto de coraje. Se ha vuelto incómodo estar del lado de los que no eligieron dejar su País y que afrontan un desafío muy pesado, el de volver a empezar de cero en un ambiente nuevo, a menudo difidente y, en el peor de los casos, hostil». Numerosos los eventos previstos hasta fin de mes. Ver: http://www.unhcr.org/withrefugees/es/
Jun 18, 2018 | Sin categorizar
Las erupciones del 3 de junio no les dieron tiempo a muchísimos habitantes de los pueblos y aldeas a los pies del volcán del Fuego para que pudieran escapar. Y aún siguieron con menor intensidad en los días siguientes, Pero el peligro más grande parece ser el de las continuas avalanchas de lodo, escombros y cenizas incandescentes, llamadas “Lahar”. Descienden a una altísima velocidad desde el cono del Fuego, con una potencia tal que arrasan con todo o tapan lo que encuentran en su trayecto, provocando fuertes vibraciones similares a los terremotos. La Coordinación Nacional para la Reducción de Desastres también confirmó en los días pasados el estado de alerta en tres distritos, dando informaciones actualizadas acerca de los desaparecidos y los centros de acogida y hoteles que con gran generosidad están abriendo sus puertas. Allí también trabaja Lourdes Barrientos. «Una de mis funciones – explica – es la del adiestramiento y organización de las comunidades como respuesta a las emergencias y a los desastres. Ahora estamos viviendo esta emergencia, que ha provocado dolor, pérdidas y muertes en muchas familias que vivían cerca del volcán, especialmente en las comunidades de Chimaltenango, Escuintila y Sacatepéquez», los distritos en donde la alerta sigue siendo “roja”, o sea en el nivel más alto. Mientras tanto continúa, dolorosamente, el recuento de las personas encontradas sin vida, y en la sede central de la agencia, en Ciudad de Guatemala, la capital, se organizan los socorros. «Trato de ir más allá de mi cansancio para realizar plenamente las tareas que se me asignan. Al comienzo no era simple, porque me parecía que no estaba haciendo nada directamente por mi gente y por las víctimas, y que estaba perdiendo el tiempo quedándome en la sede central. De hecho, frente a los grandes problemas que las instituciones tienen que afrontar, mi trabajo consiste en recoger todo tipo de información acerca de las comunidades afectadas. Esta situación me abatía, sabiendo que mis compañeros se encontraban en cambio en el “punto cero”, o sea en los lugares del desastre del 3 de junio, intentando encontrar otros cuerpos y socorrer a las víctimas. Sabía que estaban cansados, que estaban ocupados en la organización y acogida en los hoteles, y todo esto mientras yo estaba sentada en una oficina. Para colmo yo seguía recibiendo mensajes de amigos y conocidos, de mis amigas gen, y de mi familia, preguntándome si me encontraba bien y si estaba en la zona del desastre. Después entendí la importancia de poner todo de mí en cualquier lugar en donde me encontrara actuando, sin perder la paciencia, a pesar de que estuvieran todos cansados y nerviosos. Estamos todos en primera línea: sobre todo puedo ofrecer lo que hago por mis compañeros que están en el frente, en particular por uno que perdió la vida durante las operaciones de rescate. De todos lados llegan pedidos de información sobre las víctimas, hay mucho dolor, en todas partes necesidades de todo tipo. Muchas personas ofrecen ayuda, muchos hoteles han abierto sus puertas. Se siente el amor concreto de mucha gente. Esto nos da la fuerza para continuar».
Jun 18, 2018 | Sin categorizar

Foto: www.santegidio.org
En el 50º aniversario del nacimiento de la Comunidad de Sant’Egidio, difundida en 76 países en los cinco continentes, la ciudad de Asís otorgó la ciudadanía honoraria por la paz al Prof. Andrea Riccardi. En el documento se lee: «en las periferias del mundo, la Comunidad se entrega continuamente, con fidelidad y pasión, en favor de los más pobres y de los más débiles, de los niños, de los ancianos, de los enfermos y de los discapacitados, de los que no tienen vivienda, de las minorías, de los emigrantes y de los refugiados» y «da una contribución importante por la paz en muchos países acosados por la guerra y la violencia; practica con tenacidad el “arte del diálogo” y continúa difundiendo el “espíritu de Asís” con los encuentros anuales de oración por la paz; dentro de un espíritu de oración, de amistad con los pobres y de paz, sabe ser intérprete del mensaje de San Francisco» Ver: Comunidad Sant’Egidio
Jun 18, 2018 | Sin categorizar
«Partí para este país no a título personal, o en nombre de la Comunidad Misionera de Villaregia (Italia), a la que pertenezco, sino en nombre de toda la Iglesia, o también en nombre de quienes no pueden venir aquí por un tiempo tan prolongado. Por eso os escribo, para que seamos “misioneros juntos”». El padre Domenico De Martino, hace pocos días, como ya había hecho en otras ocasiones, aprovechó de un momento libre. Escribió una carta larga y generosa de detalles, fascinado por una realidad «distinta a la nuestra, pero habitada por hombres y mujeres que comparten deseos, miedos, tribulaciones y esperanzas como las que tenemos todos. Cambia el contexto, cambian los problemas y su incidencia en la vida, pero en el fondo el alma de todo hombre, en Europa o en África, tiene el mismo anhelo, encontrarse consigo mismo y encontrar la felicidad». «La semana pasada, una mañana alrededor de las 7, golpearon a mi puerta dos chicas, con el rostro profundamente triste. Dos amigas, de 18 y 20 años. Se habían conocido el año pasado, en la catequesis para recibir el bautismo. La mayor estaba embarazada de tres meses. El novio, cuando supo la noticia, desapareció. Para una mujer, en estas tierras, quedar embarazada sin que ningún hombre reconozca al hijo trae consigo graves consecuencias. Ya marcada como una “no muy buena cosa”, pasa a ser una vergüenza en el pueblo, pierde el trabajo y queda marginada incluso de la familia. La hermana de su amiga la había alojado en la casa, pero la intimó: o te conviertes a nuestra religión (en realidad es una secta, muy difundida) o te tienes que ir. Se escaparon juntas, desesperadas, buscando un alojamiento. “He recibido el bautismo – dice entre lágrimas – conocí a Jesús y ahora no lo quiero traicionar. Pero, ¿cómo hago?”. La idea de abortar, o de convertirse, como solución para volver a una vida tranquila, no le pasa por la mente siquiera. Fiel a sí misma, como mujer y como madre, es capaz de asumir, con sólo 20 años, las consecunecias de sus opciones. Si bien no tiene dinero, ni casa, ni familia, y una reputación ya perdida. Todo esto me hace reflexionar acerca de mi fidelidad. Lógicamente con los otros misioneros de la parroquia decidimos ayudarla. Por el momento fue recibida en la casa de una familia de la parroquia, que le puso a disposición una habitación en su humilde casa. Otros se están movilizando para convencer a su familia de origen para que la vuelva a recibir. Estamos afrontando los gastos de las primeras consultas médicas, que aquí quedan a cargo de cada persona totalmente. Y para quien no tiene nada, es un peso no indiferente».
Se ha instaurado con Adam también una amistad muy bonita. « Con 23 años, huérfano de padre y madre desde cuando tenía siete años y criado por un tío paterno, Adam consiguió ir a la escuela hasta comenzar el bachillerato, sostenido por una ong francesa con un programa de adopción a distancia. En un momento dado, se le interrumpieron las ayudas, porque alguien robaba el dinero. Así terminaron también sus posibilidades de estudiar. Ahora vive solo, en una casa de ladrillos de barro, y no siempre logra comer. Tiene un sueño: abrir una pequeña oficina, con un ordenador y vender material de librería. Está siempre contento, y nunca falla en sus compromisos con la parroquia. Un domingo por la tarde yo estaba en su casa con otros jóvenes. En un momento de silencio, me preguntó: “¿Por qué estás aquí? ¿Qué impulsa a un sacerdote misionero europeo, que tiene también muchos compromisos en la parroquia, que conoce gente que tiene dinero, autos, casas bonitas, a estar con nosotros, que no tenemos nada para ofrecer, más que un plato de alubias y maíz? E incluso hoy es domingo…”. En silencio esperaban una respuesta. “Vosostros sois importantes para Dios y para mí, por eso estoy aquí”. “Bueno, si somos importantes – dijo uno de ellos – entonces hay que festejar”, y fue a comprar una cerveza».
El tiempo del calor sofocante ha terminado. «Nuestra casa era un horno. Sábanas calientes, agua que salía del grifo a 50 grados. Ahora la gente se prepara para la estación de las lluvias. Un joven me contó que el año pasado, por las fuertes lluvias, su casa de ladrillos de barro, prácticamente se deshizo. Desde hace pocas semanas su mujer dio a luz a su tercer hijo. Su trabajo no le da mucho para vivir, tiene tres niños y una casa medio destruida. No consigo encontrar nada positivo en lo que cuenta. Pero, viéndome, exclamó: “¡Has venido a visitarnos! ¡Es el signo de que Dios está con nosotros!”». Ésta es la belleza del pueblo de Burkina Faso, que no por casualidad quiere decir: “El pueblo de los hombres íntegros”.
Jun 15, 2018 | Sin categorizar
No recogeremos laureles, ciertamente, por lo que hagamos; pero como contrapartida tendremos la conciencia tranquila. No consigo entender que entrando en la política, entrando en la órbita de la colectividad, uno tenga que dejar, de hecho, de ser cristiano; que en ese terreno tenga que separar la fe de las obras; que deba reducir el apostolado a una negación que hoy se llama anticomunismo, y antes se llamaba antiliberalismo, antiluteranismo… Está bien la negación, pero una vez que la hemos presentado, también vale – debe actuar – y aún más, la afirmación. Pues bien, la afirmación esencial es ésta: que, cuando me encuentro con un hombre, ya sea en una iglesia, o por la calle o en el Parlamento, me encuentro con un hermano, un hijo de Dios, un redimido por la sangre sin precio; le debo amor, cualquiera sea la forma en que ha sido catalogado, o esté vestido o los galones que tenga. Limitarse a la negación es atribuirse un absurdo derecho a odiar, evadir las positivas obligaciones del servicio social, empobrecer el Evangelio; así por lo menos me parece. Creer que el cristianismo puede adornarse con deformaciones, por lo que quede legitimado el odio, es creer que el cristianismo es un lubrificante de pasiones humanas, de avaricia y de homicidio. (Igino Giordani, Carta al sacerdote Primo Mazzolari, 2 de febrero de 1951) Servir al pueblo es servir a Dios; servir a un ciudadano, a un trabajador, al ama de casa, a los escolares, a los pueblos, es trabajar por Cristo. “Lo que hayáis hecho al más pequeños de mis hermanos, a mí me lo habréis hecho” (Mt. 25,40): Jesús mismo lo aseguró. Mirándola así la política pierde ciertos caracteres de hostilidad, odio, exclusivismo. Incluso en la pluralidad de opiniones, que quiere decir también riqueza de ideas, el cristiano ve también a un hermano en quien está afiliado a otro partido y, aunque rechace las opiniones, no rechaza el alma, nacida del mismo Padre Cesletial y por lo tanto heredero del derecho a su amor. (Igino Giordani, Difficoltà del cristiano oggi, Città Nuova, Roma, 1976, p.129) Los católicos en la política tienen que propugnar la creación de una sociedad inspirada en el Evangelio. Ahora bien, ello compromete a una pobreza interior, a un desprecio de la riqueza y la vanagloria, a una moralidad que en la política es lo que representa el oxígeno en la respiración, al ejercicio del poder como de un servicio, a un dejar de lado castas y privilegios; compromete a una revolución… (Igino Giordani, «La via», junio de 1950, p.1) Recogido por el Centro Igino Giordani