May 14, 2018 | Sin categorizar
Veinte años atrás, Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, recibía de manos del alcalde Leoluca Orlando la ciudadanía honoraria de Palermo. Hoy, con ocasión de las celebraciones organizadas en Palermo, nombrada en 2018 la “capital italiana de la cultura”, el Movimiento consolida ese vínculo en nombre de la acogida y la fraternidad universal, como contrapartida de las acciones negativas que se registran a diario en una ciudad con fuertes contrastes. Un programa de conferencias, congresos, espectáculos artísticos y talleres marcados por el diálogo entre generaciones, culturas e Iglesias de Sicilia. La conferencia de María Voce a la Pontificia Facultad Teológica de Sicilia está dedicada a este tema: «Llegando a Palermo, en este feliz momento en el que tantos eventos concentran la atención en la ciudad, me pareció oir las palabras de Chiara Lubich que resonaban en mí, esas palabras que dirigió a la ciudad: ‘prometemos que Palermo estará siempre en nuestros corazones, para que, por la audacia y el coraje de sus ciudadanos, sepa llegar a ser modelo para muchas otras ciudades de Italia y fuera de Italia, como verdadera ‘ciudad sobre el monte’».
«Chiara Lubich – prosigue María Voce – nos ha dejado un signo indeleble de su compromiso con la comunión en la Iglesia, con el diálogo ecuménico y la fraternidad entre todos los pueblos. Desde la década de 1940, Chiara manifestaba este anhelo suyo con expresiones ricas de vivacidad y pasión. “Miremos aldedor de nosotros, todos somos hermanos, ¡sin excluir a nadie!”, exhortando así a vivir por “la fraternidad universal en un solo Padre, Dios, que está en los Cielos”. Es un programa que se puede poner en práctica en toda ciudad, pero que encuentra un terreno particularmente fértil justamente aquí, en Palermo, lugar “de encuentro entre los pueblos a lo largo de los siglos, entre culturas y civilizaciones diferentes”, que tiene en sus raíces “los valores de la acogida de la diversidad,la solidaridad y la generosidad”». ¿Qué aporte da este carisma a la Iglesia universal y a las Iglesias particulares, de Sicilia también? Responde María Voce: «Con el carisma de la unidad nació un “camino nuevo” en la Iglesia», una espiritualidad que también encuentra plena consonancia en el Concilio Vaticano II. «De esta espiritualidad de comunión hemos visto florecer la comunión dentro de la Iglesia entre los varios Movimientos eclesiales que la enriquecen, entre los varios carismas antiguos y nuevos. Hemos visto además cuán útil es para favorecer la unidad de los cristianos y asimismo para abrir el diálogo con personas de otras religiones, ese diálogo que representa una de las fronteras más exigentes y urgentes del tercer milenio. Es una realidad que también hemos podido experimentar en las iglesias particulares».
«A pesar de las innumerables emergencias de estos últimos años, y justamente a través de estas emergencias, el compromiso de los miembros del Movimiento, en Sicilia, está profundamente orientado a dar testimonio y a construir la unidad de la familia humana allí donde se encuentra más amenazada y precaria. Ellos tratan de responder así a ese llamado lanzado por Chiara, cuando los instó a “construir una cultura nueva que sea la cultura de los derechos humanos, la cultura de la legalidad, la cultura del amor, la cultura de la vida y no de la muerte”». «Me parece poder afirmar – dice María Voce – que para la realizaciónm de este objetivo algunos pasos se han dado. Ciertamente hay mucho camino por hacer aún, pero éste es un compromiso que hoy también, con todo el Movimiento, queremos renovar: el de dar nuestro aporte para crear esa “civilización nueva”, que contiene todos esos valores que lamentablemente muchas veces son pisoteados, y crecer cada vez más “sin olvidar – como recordaba Chiara – a todos los hermanos cristianos, sin olvidar a las otras religiones, sin olvidar a nadie”. De esta manera se podrá verdaderamente dar vida a una “cultura de la unidad”, definida muchas veces por Chiara Lubich como la “cultura de la resurrección”». Y concluye; «con el deseo de que esta ciudad pueda de veras ser “capital italiana de la cultura”, pero de una “cultura de la resurrección”». Lee el discurs: Leyendo el Carisma de la unidad en diálogo con las iglesias de Sicilia (Maria Voce)
May 14, 2018 | Sin categorizar
“El 15 de mayo pasado se festejó en todo el mundo, la Jornada Internacional de la Familia, decretada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994. Contemporáneamente, se está preparando para realizar desde el 21 al 26 de agosto de 2018, en Dublín, Irlanda, el IX Encuentro Mundial de Familias. El tema a tratar será, “El Evangelio de la familia: alegría para el mundo”. Dado que la familia encuentra hoy numerosas dificultades en llevar adelante sus funciones, auguramos que la Jornada sirva para la promoción de políticas y acciones de apoyo a la familia, reconociendo en ella el rol esencial como “primera célula” de la sociedad. «Salvar la familia – escribió Igino Giordani, político, escritor y considerado por Chiara Lubich cofundador del Movimiento de los Focolares – es salvar la civilización. El Estado está constituido por familias; si éstas declinan, también la civilización vacila». Y es más: «Los esposos se convierten en colaboradores de Dios al dar a la humanidad vida y amor. Amor que desde la familia se dilata a la profesión, a la ciudad, a la nación, a la humanidad».
May 14, 2018 | Sin categorizar
Promovido por el Centro de Estudios e Investigaciones A. Rosmini – Universidad de Trento y por el Centro Chiara Lubich se desarrollará (en Trento, Italia) un Congreso sobre las Raíces e Intersecciones históricas de Antonio Rosmini y Chiara Lubich. No sólo pretende ofrecer una posibilidad de profundización y descubrimiento de dos grandes personalidades trentinas de los últimos dos siglos, sino preparar el terreno para el centenario del nacimiento de la fundadora de los Focolares (1920-2008) ofreciendo un aporte original e inesperado. El congreso se realizará, el 24 de mayo, en la Sala de los Espejos de la Casa Rosmini; y el 25 de mayo en la Sala de Conferencias de la Fundación Caritro.
May 12, 2018 | Sin categorizar
: palabra divina. Si en un momento dado fuese pronunciada por el Omnipotente y los hombres la llevasen a la práctica en sus más variadas aplicaciones, veríamos el mundo pararse de golpe en su marcha general y, como en una moviola, reanudar la carrera de la vida en dirección opuesta. Innumerables personas desandarían el ancho camino de la perdición y se convertirían a Dios, encaminándose por la senda estrecha… Familias desmembradas por peleas, heladas por la incomprensión y el odio y como muertas debido a los divorcios, se recompondrían. Y nacerían niños en un ambiente de amor humano y divino y se forjarían como hombres nuevos para un mañana más cristiano. Las fábricas, normalmente llenas de «esclavos» del trabajo en un ambiente de tedio, si no de blasfemia, se convertirían en lugares de paz, donde cada cual trabaja en su parcela para bien de todos. Y las escuelas reventarían los muros de la limitada ciencia para poner conocimientos de todo tipo al servicio de la contemplación eterna, aprendida en los pupitres como en un continuo desvelarse de misterios intuidos a partir de pequeñas fórmulas, de leyes simples, hasta de los números… Y los parlamentos se transformarían en un lugar de encuentro de hombres a los que les apremia, más que la idea que cada uno sostiene, el bien de todos, sin engaños a hermanos ni a patrias. En definitiva, veríamos el mundo hacerse más bueno y el Cielo bajar como por encanto a la Tierra, y la armonía de la creación serviría de marco a la concordia de los corazones. Veríamos… ¡Es un sueño! ¡Parece un sueño! Y sin embargo, Tú no pediste menos cuando rezaste: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». Chiara Lubich Fuente: Lubich, Chiara Fermentos de unidad, Ed. Ciudad Nueva, 1969.
May 10, 2018 | Sin categorizar

Foto © D. Salmaso – CSC Audiovisivi
“Quiero alzar la mirada hacia el horizonte e invitaros a alzarla junto a mí, para mirar con fidelidad confiada y con generosidad creativa al futuro que ya empieza hoy”. En su primera visita a Loppiano, primer pontífice que se encuentra con la Ciudadela del Movimiento de los Focolares, cerca de Florencia, Papa Francisco lanza un desafío a la comunidad presente, para la iglesia universal y para la humanidad entera: “construir una cultura compartida del encuentro y una civilización global de la alianza”. Una cultura que sea respuesta a las llagas de este tiempo, caracterizado por una pobreza creciente y el drama de las migraciones forzadas. “En el cambio de época que estamos viviendo” –señala de hecho el Papa- es necesario “comprometerse” para “trazar nuevos caminos para recorrer juntos”, y sirven “hombres y mujeres, jóvenes, familias, personas de todas las vocaciones y profesiones” que estén a la altura de esta tarea Desde la entrada al Santuario dedicado a María Theotokos, Madre de Dios, a los siete mil presentes, hijos espirituales de Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, el Santo Padre propone el desafío de la “fidelidad creativa: ser fieles a la inspiración originaria y juntos estar abiertos al soplo del Espíritu Santo y emprender con valor los nuevos caminos que Él sugiere” 
Foto © R. Bassolino – CSC Audiovisivi
Para hacer esto –señala Francisco- es necesaria “humildad, apertura, sinergia, capacidad de riesgo”, y además practicar el “discernimiento comunitario”, esto es: “es necesario escuchar a Dios hasta sentir con él el grito del pueblo, y hay que escuchar al pueblo hasta transmitirle la voluntad a la que Dios lo llama”. Un reto para el que se pide fidelidad también cuando el entusiasmo de los comienzos deja paso –para los movimientos- a la búsqueda de nuevas vías para actualizar el carisma. Respondiendo a las preguntas de los Focolares el Papa cita entonces a San Pablo e invita a tener en cuenta dos palabras clave: parresía y hyponomè. La primera expresa “el coraje y la sinceridad en el dar testimonio de la verdad y junto a la confianza en Dios y en su misericordia”, el antídoto contra “cada falso temor, cada tentación de esconderse en el vivir tranquilo, en ‘lo correcto’”. La segunda traduce la perseverancia en las “situaciones complicadas que la vida nos presenta”, y encuentra fundamento en la conciencia del amor de Dios que “nos hace capaces de vivir con tenacidad, serenidad, positividad, fantasía… y también con un poco de sentido del humor”. El Pontífice invita por tanto, a traer a la memoria los primeros días, cuando Chiara imaginó Loppiano como “un boceto de ciudad nueva en el espíritu del Evangelio”, expresión de un pueblo unido en la diversidad y con el corazón en la Eucaristía, fuente de vida nueva. Un pueblo que el Papa insta a salir “para lanzar la levadura del Evangelio en la pasta de la sociedad” sobre todo donde hay pobreza, sufrimiento y búsqueda. “El carisma de la unidad – es un estímulo providencial y una ayuda potente para vivir esta mística evangélica del Nosotros”. 
Foto © R. Orefice – CSC Audiovisivi
Pero la renovación de la cultura no puede no pedir una formación nueva. En Loppiano, que nace también como ciudad-escuela con centros de estudio como la Universidad Sophia, el Papa insta a inaugurar un “pacto formativo” basado en el diálogo y la proximidad, para “ejercitar juntos los tres lenguajes: de la cabeza, del corazón y de las manos”. En esta perspectiva –añade- “es importante que Loppiano sea un centro universitario destinado a quien busca la Sabiduría y se pone como objetivo la construcción de una cultura de la unidad”: una experiencia académica “de frontera”. Pero es María sobre todo – concluye Francisco- “la escuela a seguir (…) para aprender a conocer a Jesús, a vivir de Jesús y con Jesús”: “y no olvidéis que María, la primera discípula de Jesús, era una laica. Ella es la mujer de la fidelidad, del coraje, de la parresía, de la paciencia”. En la ciudad de Loppiano la invitación del Papa hace eco a la intuición de Chiara Lubich, “primera piedra” de la Obra de María, y resuena consolidando un recorrido: “Nuestro deseo –son las palabras de Maria Voce, Presidente de los Focolares- es que quien visita esta ciudad, encuentre una casa, una familia, una madre: ¡María! Es ella que forma e informa cada expresión de la vida social del Movimiento de los Focolares (…) Es ella quien en el Magníficat nos señala un programa de vida y de acción y nos empuja a abrir de par en par la puertas del corazón a todos aquellos que sufren, que buscan la felicidad”. Discurso completo del Santo Padre
May 10, 2018 | Sin categorizar

Foto © D. Salmaso – CSC Audiovisivi
En las calles aún envueltas en la niebla matutina, desde las primeras horas de la jornada, “el pueblo de Loppiano” sube hacia la Ciudadela, a veinte kilómetros de Florencia. Las formas de los vestidos y sombreros de distintos colores revelan proveniencias también muy lejanas. Pero ninguno puede decirse “lejano” de este boceto de mundo que está por acoger y hacer propias las palabras del Papa. Roger, veintiséis años, es de Costa de Marfil. Vive en la Ciudadela Internacional desde hace poco más de un año. “Cuando se anunció la visita del Papa, como ciudadanos de Loppiano no preguntamos cómo acogerlo para hacerle encontrar el pueblo del Evangelio. Nos dividimos en pequeños grupos para poner en común las experiencias cotidianas de Evangelio vivido. Éste es el regalo que queremos hacerle. Ha sido bonito acogerlo, pero aún mejor será, después, vivir lo que nos dirá”. Y Franco Galli, corresponsable de la Ciudadela junto a Donatella Donato Di Paola: “Este tiempo ha sido la ocasión para asistir a la acción de Dios. 
Foto © R. Orefice – CSC Audiovisivi
Ahora esperamos escuchar las palabras que él tiene en el corazón para decirnos. Existen grandes transformaciones en acto en el mundo. El Papa nos hará ver la realidad con sus ojos”. Rodeado por el grupo de monjes budistas que, como él, han llegado desde Tailandia, con la típica túnica naranja, se encuentra Prahama Thongratana Tavorn, conocido aquí como Luce Ardente. Un “monje itinerante” que recorre su país visitando escuelas, cárceles, llevando a todas partes un mensaje de paz. En Italia y especialmente en Loppiano, Luce Ardente está en casa. Acercándose a él no se puede no quedar fascinado por la alegría que transmiten sus palabras, en una lengua dulce y muy musical. Gracias a la ayuda del traductor nos explica: “en el budismo decimos que nos hemos conocido ya en nuestras vidas precedentes. Por esto, cuando nos vemos, no nos conocemos, pero nos reconocemos, porque ya somos hermanos, hay algo que nos une desde siempre”. Han pasado solo veinte minutos desde que aterrizó el Papa Francisco en la Ciudadela Internacional. Pero parecen una eternidad. Minutos densos de emoción, con el festivo repiqueteo de las campanas, interpretando una acogida que no encuentra palabras para expresarse. “Ha vuelto el sol” canta Gen Rosso, y de verdad vuelve el sol, inesperado, tras las lluvias torrenciales del día anterior. Papa Francisco, tras pasar junto a la alegre multitud, entra en el Santuario dedicado a la “Madre de Dios” a la que, al mismo tiempo, en el lugar sagrado, le vienen dedicadas unas notas musicales que la saludan como “Madre dulcísima”.
Hace cuatro años, con ocasión del cincuenta aniversario de Loppiano, Papa Francisco deseó a la Ciudadela “mirar hacia adelante, siempre, y aspirar a lo más alto con confianza, coraje y fantasía”. Recordando estas palabras Maria Voce toma la palabra: “Hemos intentado el guiarnos por sus palabras. Gracias, Santidad, en nombre de todo el Movimiento de los Focolares, que ve en esta visita suya una mirada del amor de Dios”. Tras una presentación del variado perfil de la Ciudadela, le dirigen algunas preguntas y, en su responder, Papa Francisco comienza diciendo, entre otras cosas: “En Loppiano todos se sienten en casa. He querido venir a visitarla porque quiere ser una ilustración de la misión de la Iglesia hoy”. El Papa invita a la perseverancia, con tenacidad, serenidad, positividad, y también con sentido del humor, “el comportamiento humano que más se acerca a la gracia de Dios”. “El carisma de la unidad es una ayuda para vivir la mística evangélica del nosotros, esto es, a caminar juntos en la historia de los hombres. Lo opuesto al individualismo es el ‘nosotros’. En Loppiano –continúa el Papa- se vive la experiencia de caminar juntos”. Pero advierte, “la historia de Loppiano no está más que en sus inicios, una pequeña semilla lanzada en los surcos de la historia. Dramáticas urgencias piden el máximo. Es necesario empeñarse no solo por el encuentro entre las personas, las culturas y los pueblos, sino para vencer todos juntos al reto enorme de construir una cultura compartida del encuentro en una civilización global de la alianza”. “Cambia la realidad, el miedo no me para, yo vuelvo a empezar desde aquí”. Sobre las notas de los conjuntos musicales de Loppiano se ha lanzado, y superará sus pequeños confines, el llamamiento a construir una cultura del “nosotros”. Chiara Favotti
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