Movimiento de los Focolares
Gen Rosso Music and Arts Village

Gen Rosso Music and Arts Village

Concluyó hace poco en Loppiano, Italia, la primera edición del “Gen Rosso Music and Arts Village” (25 de marzo – 1º de abril de 2018), experiencia residencial de profundización artística a la luz del carisma de la unidad, dirigida a jóvenes entre 18 y 30 años, con profesionales y estudiosos de música, danza, canto y teatro. Con una metodología didáctica diseñada bajo la tutoría del Gen Rosso, el programa propuso talleres prácticos que se alternaron a su vez con el intercambio de experiencias de expertos de fama nacional e internacional. Entre ellos Gabriel Ledda, bailarín, uno de los ocho campeones mundiales de hip hop; Pierluigi Grison, bailarín y coreógrafo de fama internacional, experto en teatro-físico y teatro-danza; Antonella Lombardo, bailarina y docente, promotora del Festival de la Armonía entre los Pueblos y de un proyecto en Tierra Santa con Jóvenes musulmanes, cristianos y judíos. Así se expresaron: Jorge Santana, tutor, docente de arte teatral de la Universidad de Madrid: «Se creó entre nosotros una verdadera relación, que desembocó en arte y en belleza». Emanuel Chirco, poli-instrumentista y tutor agregó: «El encuentro con los jóvenes provenientes de contextos y etnias distintas crea hábitos nuevos, dinámicas que hasta un momento antes eran una incógnita. Es el milagro de la música, pero ¡también de la unidad!» Algunos participantes comentaron: «Fue la semana más linda de mi vida». «Llegué pensando que esto era un Show de Talentos para comprender cuánto valgo, y me encuentro con una nueva e inesperada experiencia del valor de mí misma y de mis talentos». «Descubrí el arte como un don».

La santidad, camino para todos

La santidad, camino para todos

El 9 de abril fue presentada la tercera Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre el llamado a la santidad en el mundo contemporáneo, “Gaudete et Exsultate(Alégrense y exulten). Son cinco capítulos, 44 páginas; no es un tratado sobre la santidad, sino una invitación dirigida a todos, especialmente a los jóvenes: “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades». «La santidad –recuerda Francisco– es el rostro más bello de la Iglesia. También fuera de la Iglesia Católica y en ámbitos muy diferentes, el Espíritu suscita señales de su presencia, que ayudan a los mismos discípulos de Cristo». Para llegar a ser santos –sostiene el Papa– no es necesario copiar estilos de vida que pueden parecer inalcanzables: «Lo que cuenta es que cada creyente discierna su propio camino y haga emerger lo mejor de sí, ese algo tan personal que Dios ha puesto en él y que no se agote tratando de imitar algo que no ha sido pensado para él». ¿Cómo responder a este llamado? Siguiendo el camino de las Bienaventuranzas evangélicas, el modelo positivo “a la luz del Maestro” y camino por excelencia “contracorriente” respecto a la dirección del mundo, que todos pueden recorrer. Ver también: video de Vatican Media, en colaboración con la agencia La Machi. Texto integral  

Las guerras nunca son buenas

Las guerras nunca son buenas

«Llegan desde Siria noticias terribles de bombardeos con decenas de víctimas, de las cuales muchas son mujeres y niños. Noticias de muchas personas afectadas por los efectos químicos contenidos en las bombas. Rezamos por todos los difuntos, por los heridos, por las familias que sufren. No existe una guerra buena y una mala, nada, nada puede justificar el uso de tales instrumentos de exterminio contra personas y poblaciones indefensas. Rezamos para que los responsables políticos y militares elijan el otro camino, el de las negociaciones, el único que puede llevar a una paz que no sea la de la muerte y de la destrucción». Estas son palabras pronunciadas por el Papa Francisco el domingo 8 de abril. Hacemos propio su llamado rogando para que se encuentren soluciones negociadas al terrible conflicto que está ensangrentando a Siria en estos días, y a todas las guerras, también aquéllas a las que la prensa le da poco relieve, que siguen causando víctimas en muchos puntos de la tierra. Y seguimos trabajando a todo nivel promoviendo la paz a través del diálogo.

Chiara Lubich: la misericordia

Chiara Lubich: la misericordia

“El regreso del hijo pródigo” por Rembrandt

[…] Dios es Amor: es el descubrimiento fundamental, la chispa inspiradora que en el origen del carisma de la unidad, el Espíritu Santo dio a Chiara Lubich como un don especial para nuestra época. Descubrir que Dios es Amor fue, para ella y sus primeras compañeras, desde el comienzo del Movimiento, una absoluta novedad, de tal forma que se produjo una especie de conversión. Chiara descubre pues, no a un Dios que está lejos, que es inaccesible, que está fuera de su vida, sino que descubre el rostro paternal de El, y por consiguiente, esa relación particular entre el Cielo y la tierra que nos une como hijos al Padre y permite que nos sintamos hermanos entre nosotros. Dios pues, está cerca nuestro como Padre, Padre que vigila la vida de cada uno y la de la humanidad completa. Todo lo que ocurre por lo tanto, se ve como una realización de su plan de amor sobre cada uno, como prueba tangible de su mirada vigilante, de su presencia cercana. “Hasta los cabellos de la cabeza de ustedes están contados” (Mt 10,30) Es un amor paternal que prevee todas las necesidades, también las más pequeñas, hasta colmar también los vacíos dejados por nuestras imperfecciones, por nuestras omisiones, por nuestros pecados. Es el rostro del Padre misericordioso que – a través del Hijo encarnado- se manifiesta, que revela en su plenitud su amor de misericordia. Un ejemplo cásico es la Parábola del Hijo Pródigo (Lc 15, 11-32). En junio de 1999 Chiara tuvo que explicar esta Parábola a un numeroso grupo de jóvenes reunidos en la Catedral de Paderborn (Alemania). […] «El Padre del Hijo Pródigo seguramente tendría mucho trabajo: trabajar en su chacra, manejar a los empleados, a la familia; pero su principal actitud era la de la espera, la espera del hijo que se le había ido. Subía a la torre de su casa y miraba a lo lejos. Así es el Padre Celestial: imaginen, jóvenes, si pueden, su divina, altísima y dinámica vida trinitaria, su compromiso en sostener la Creación, en dar el lugar a quien llega al Paraíso. Y sin embargo El hace sobre todo una cosa: espera. ¿A quién? A nosotros, a mi, a ustedes, especialmente si nos encontramos alejados de Él. Un buen día, ese hijo, que el papá terrenal amaba tanto, que despilfarró todo, vuelve. El papá lo abraza, le da un traje hermoso, le pone un anillo, ordena que se prepare el ternero más gordo para hacer una fiesta. ¿Qué pensamos de esta actitud? Que él desea ver a su hijo completamente nuevo, no quiere recordar más como era antes. Y no sólo lo quiere perdonar, sino que llega incluso a olvidar su pasado. Este es su amor hacia él, que se ve en la Parábola. Así es el amor del Padre hacia nosotros en la vida: nos perdona y se olvida» Chiara sigue: «Vi recientemente un documental […]. Presentaba y examinaba en detalle un cuadro famoso de Rembrandt que representa al padre del relato evangélico que abraza al hijo que vuelve. Este cuadro es precioso en todos sus detalles. Pero lo que más impresiona son las manos que el padre pone sobre la espalda del hijo arrodillado frente a él: una es una mano de hombre robusta, severa, y la otra es una mano de mujer, más delgada, más fina. Con estas manos el pintor quiso decir que el amor del Padre es paternal y maternal a la vez. Y así tenemos que considerarlo también nosotros» Fuente: Alba Sgariglia, Centro Chiara Lubich, Roma, 14 maggio 2016.

El milagro del deporte

El milagro del deporte

Deporte y Paz. Un binomio vigente desde la antigüedad, desde cuando, en ocasión de los juegos que se celebraban en honor a Zeus, regía la “tregua olímpica”, una suspensión de todas las enemistades públicas y privadas, para custodiar a los atletas y a los espectadores que atravesaban territorios enemigos para llegar al Olimpo. La jornada internacional que se celebra hoy, en el mismo día que, en el año 1896 vio la apertura, nuevamente en Grecia, de los Primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, reafirma la actualidad y el valor de esta combinación. Paolo Cipolli, responsable de Sportmeet, red internacional de deportistas y operadores del deporte que desde el 2002 trabaja en la elaboración de una cultura deportiva orientada a la paz, al desarrollo, a la fraternidad universal; y está convencido de esto. «El deporte, definido por algunos sociólogos como “mímica de guerra” o “guerra sin disparos”, también en sus formas de mayor competitividad puede constituir un elemento de pacificación. A través de un proceso de catarsis, de purificación del elemento competitivo, el elemento de la confrontación, regulado según la forma del juego, constituye un gran potencial relacional». Los recientes Juegos invernales lo demuestran. «Lo ocurrido en PyengChang es verdaderamente sorprendente: al comienzo la elección de una localidad cercana a la frontera entre las dos Coreas, justo en un período de fuertísima escalada de tensiones, parecía nefasta. Sin embargo, el milagro del deporte se produjo y las Olimpíadas se revelaron no sólo como una extraordinaria ocasión para invertir las previsiones de fracaso, sino también como una sorprendente ocasión para acercar las dos naciones. Un milagro que ha superado a la política internacional. Ya ha sucedido, muchas veces, en la historia reciente, que el deporte se revele como una ocasión de distensión. Recuerdo el famoso partido de ping pong entre China y los Estados Unidos, en 1971». Sportmeet nació en el seno del Movimiento de los Focolares. Está difundiendo en el mundo del deporte los valores del crecimiento integral de la persona y de la paz. ¿Con qué objetivos? «Nos mueve el deseo de llevar también a este campo nuestra herencia espiritual, el ideal de la unidad de Chiara Lubich. Es necesario sostener las experiencias positivas que ya existen, reconociendo todo lo bueno que ya la historia del deporte ha producido. Es crecer además en la conciencia de que el deporte, de por sí, tiene grandes posibilidades de desarrollar sentimientos de fraternidad. Recientemente tuvimos la oportunidad de promover y participar en la primera edición de la “Via Pacis Half Marathon” de Roma. Nos mantendremos comprometiéndonos, en red con las diversas comunidades religiosas y con algunas instituciones deportivas, en vista de la segunda edición, que tendrá lugar el próximo 23 de septiembre. La realidad del límite, la matriz común de malestares, dificultades, barreras sociales, pero también físicas y psicológicas, atraviesa cada día nuestra vida, de forma individual y también colectiva. ¿Qué respuesta puede ofrecer el ejercicio deportivo? «La experiencia deportiva ofrece una contribución a la comprensión del límite, también más allá de su campo específico. El deporte, por su naturaleza es el terreno de la confrontación con el límite. Promoviendo la participación el ser humano se acostumbra a las diferencias, facilitando recorridos de integración y de superación de las barreras sociales, étnicas, religiosas o políticas». ¿Las próximas citas? «Sobre estos temas estamos organizando un congreso internacional, desde el 20 al 22 de abril, en Roma, abierto a quienes trabajan en el mundo del deporte y no sólo, para conocer y promover muchas buenas prácticas deportivas. En la jornada central, el 21 de abril, en el contexto del “Villaggio per la Terra”, en pleno centro de Villa Borghese, experimentaremos una interacción con los participantes en el Congreso de Eco-One “Nature Breaks Limits” (La naturaleza rompe los límites), con una lectura multidisciplinaria del límite. Será un congreso itinerante, entre el barrio Corviale, en la periferia geográfica y social de la ciudad, y el centro de Roma. Una ocasión para comprender las dificultades, la fragilidad y las “fronteras” en nuestra realización como límites que tenemos que reconocer y gracias a los cuales podemos ser más humanos». Chiara Favotti