Movimiento de los Focolares

Palabra de vida – Abril 2018

Esta frase de Jesús forma parte de un largo diálogo con el gentío que vio el signo de la multiplicación de los panes y que lo sigue, aunque solo sea para seguir recibiendo de Él alguna ayuda material. Jesús, a partir de su necesidad inmediata, poco a poco va llevando el discurso hacia su misión: ha sido enviado por el Padre para dar a los hombres la verdadera vida, la eterna, es decir, la misma vida de Dios, que es Amor. Él se acerca a todos los que se le cruzan por los caminos de Palestina sin eludir las peticiones de comida, de agua, de curación ni de perdón; es más, comparte cualquier necesidad y devuelve la esperanza a cada uno. Por eso puede pedir luego un paso más, puede invitar a quienes lo escuchan a acoger la vida que nos ofrece, a entrar en relación con Él, a darle confianza, a tener fe en Él. Comentando precisamente esta frase del Evangelio, Chiara Lubich escribió: «Jesús aquí responde a la aspiración más profunda del hombre. El hombre ha sido creado para la vida; la busca con todas sus fuerzas. Pero su gran error es buscarla en las criaturas o en las cosas creadas, las cuales, siendo limitadas y pasajeras, no pueden dar una verdadera respuesta a la aspiración del hombre. … Solo Jesús puede saciar el hambre del ser humano. Solo Él puede darnos la vida que no muere, porque Él es la Vida» «En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna». La fe cristiana es ante todo fruto de un encuentro personal con Dios, con Jesús, que no desea otra cosa que hacernos partícipes de su misma vida. La fe en Jesús es seguir su ejemplo y no vivir replegados en nosotros mismos, en nuestros miedos, en nuestros programas limitados, sino más bien dirigir nuestra atención a las necesidades de los demás: necesidades concretas a causa de la pobreza, la enfermedad o la marginación, pero sobre todo la necesidad de escucha, de comunión y de acogida. De este modo podremos comunicar a los demás, con nuestra vida, el mismo amor que hemos recibido como don de Dios. Y para fortalecer nuestro camino, Él nos ha dejado también el gran don de la Eucaristía, signo de un amor que se da a sí mismo para dar vida al otro. «En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna». Cuántas veces al día damos confianza a las personas que nos rodean: al profesor que enseña a nuestros hijos, al taxista que nos lleva a nuestro destino, al médico que debe tratarnos… No se puede vivir sin confianza, y esta se consolida con trato, la amistad, la relación que se afianza con el tiempo. Entonces, ¿cómo vivir la Palabra de vida de este mes? Siguiendo con su comentario, Chiara Lubich nos invita a reavivar nuestra elección y adhesión total a Jesús: «… Y ya sabemos cuál es el camino para llegar allí: …poner en práctica con especial ahínco esas palabras suyas que nos recuerdan las distintas circunstancias de la vida. Por ejemplo: ¿nos encontramos con un prójimo? «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (cf. Mt 22, 39). ¿Tenemos un sufrimiento? «Quien quiera venir en pos de mí… tome su cruz» (cf. Mt 16, 24), etc. Entonces las palabras de Jesús se iluminarán y Jesús entrará en nosotros con su verdad, su fuerza y su amor. Nuestra vida será cada vez más un vivir con Él, un hacer todo junto con Él. Y ni siquiera la muerte física que nos espera podrá asustarnos, porque con Jesús ya ha dado inicio en nosotros la vida verdadera, la vida que no muere» Letizia Magri

Señor, en ti he puesto mi esperanza

Señor, en ti he puesto mi esperanza

«En ti Señor he puesto mi esperanza: no quedaré defraudado eternamente (Sal 71, 1)». Así empezó su última homilía, en la Catedral de Aachen (Alemania), el obispo Klaus Hemmerle, ya gravemente enfermo. Era a finales de 1993. «Dios, Tú me sostienes fuerte, así como soy. Dio, Tú sostienes el mundo así como es. Dio, Tú sostienes fuerte a este prójimo así como es. Ser sostenidos por Él que bajó a la “kenosi”, que se despojó de todo y asumió la figura de siervo, éste es el único camino para volver a abrir para nosotros la puerta de la esperanza. Acogerlo a Él que fue el primero en acogernos. Hacernos llevar por Él. Creer que Él nos sostiene. Éste es el ojo de la aguja a través del cual tenemos que pasar cuando recibimos el hilo de la esperanza que hay que enhebrar. Este Dios puede verdaderamente darnos la esperanza. Y aquí nuestra Iglesia, con todos sus errores y debilidades, con todas sus solicitudes y sus grandes y pequeños desafíos, puede convertirse en una realidad extraordinaria. Una comunidad de personas que creen en el hecho que han sido acogidas y sostenidas, una comunidad de personas que se sostienen recíprocamente, en donde cada uno sostiene al otro». De “Klaus Hemmerle, innamorato della Parola di Dio” (“Klaus Hemmerle, enamorado de la Palabra de Dios”) – Città Nuova Ed.. pp 290/91

Juntos para dar esperanza

Juntos para dar esperanza

“Lo que es imposible a millones de personas aisladas y divididas, parece que se vuelve posible que ha hecho del amor recíproco, de la comprensión recíproca, de la unidad, el motor esencial de su vida” (Chiara Lubich, a un grupo de musulmanes, el 7 de diciembre de 2002 en Madrid) Promovido por el Centro del diálogo interreligioso del Movimiento de los Focolares, el 21 de abril de las 16.00 a las 19.00 hrs.), está prevista una tarde abierta a todos, en el contexto de los días de comunión compartidos entre musulmanes y cristianos como fruto de un diálogo y fraternidad consolidados. Se propondrán reflexiones y experiencias, surgidas en distintas áreas socio-geográficas, nacidas y maduradas a la luz del carisma de la unidad de Chiara Lubich. El auspicio común es poder ofrecer retazos de esperanza en medio de la compleja y a menudo dolorosa situación que vive el mundo de hoy. El encuentro tendrá lugar en el Centro Mariápolis de Castelgandolfo (Roma, Italia) Para informaciones: congressoaprile18@focolare.org

El Papa entusiasmado de escuchar

El Papa entusiasmado de escuchar

“He visto en el Papa el entusiasmo de escuchar. Nos ha pedido que hablemos con valentía, sin filtros, líbremente y nosotros así lo hacemos. La Iglesia se pone a nuestra disposición, y estamos seguros de que el Sínodo de octubre dará muchos frutos”. Stella Nishimwe viene de Burundi, es miembro del Movimiento de los Focolares y en la reunión pre-sinodal representa a su país. “Quedé impresionada por lo que dijo ayer el Papa Francisco. Es un Papa fantástico, que vive con el pueblo de Dios y que de verdad conoce la realidad del mundo y quiere buscar con el pueblo las soluciones, a partir de la vida. Espero que el Sínodo, sea un nuevo camino de la Iglesia con los jóvenes donde nos sintamos responsables de llevar la Iglesia juntos”. Nishimwe habla después de la situación de los jóvenes de su país: “Viven en la pobreza, en la incertidumbre del futuro, con una desocupación muy alta. Con este Sínodo veo a una Iglesia que escucha, que camina con nosotros, que comparte las dificultades que los jóvenes vivimos en los distintos países, en situaciones de guerra, pobreza, desocupación. Son situaciones que difícilmente podrán cambiar, pero por lo menos podemos tratar juntos de que éstas cambien y de este modo experimentar que seremos, como Iglesia, una única familia”. Fuente: SIR


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Pre-Sínodo: la Iglesia de los jóvenes

Pre-Sínodo: la Iglesia de los jóvenes

Jonathan Michelon

Jonathan, ¿cómo se desarrolla el trabajo?  «Hay sesiones en plenaria y de grupo. Son unos veinte grupos, divididos por idioma: inglés, francés, español e italiano. Cada grupo tiene un redactor y un facilitador. Los participantes tienen que responder juntos a las 15 preguntas que propone el documento del Sínodo. Al final, se producirá un documento que será entregado a los Padres Sinodales». ¿De qué tratan las preguntas? «La primera parte está dedicada a los desafíos y a las oportunidades de las generaciones jóvenes en el mundo de hoy. Por lo tanto, la formación de la personalidad, la relación con los otros pueblos, los desafíos interreligiosos, las diferencias vistas como oportunidades, los jóvenes y el futuro, sus sueños, la relación con la tecnología, la búsqueda del sentido de la vida, la relación entre la vida cotidiana y lo sagrado». ¿Y la segunda parte de las preguntas? «Habla de la fe, de la vocación, del sentido específico de la misión del joven en el mundo, del discernimiento y del acompañamiento vocacional. Después, de su relación con Jesús, sobre cómo es percibida la figura de Jesús en el tercer milenio. La última parte está dedicada a las actividades formativas y pastorales de la Iglesia, la relación de los jóvenes con la Iglesia y sus experiencias». ¿De dónde provienen los jóvenes de tu grupo? «De Europa (Eslovenia, Alemania, Grecia, Polonia), pero también de los continentes, incluso de las Islas Samoa americanas, en el océano Pacífico. Un joven sijs compartió su experiencia de fe y su relación con los sacerdotes de su templo, que siempre están dispuestos a dar una palabra de paz. También está una joven anglicana de Zimbabwe, que estudia para ser sacerdote. Hay mucha sabiduría, el intercambio es enriquecedor». ¿Hay experiencias que te impresionaron? «Una, en especial, la de un joven médico polaco, vinculado al Camino Neocatecumenal que, con su esposa, fundó una asociación que se ocupa de la atención a los moribundos. Estimulado por la meditación del primer día, sobre el sentido profundo del dolor, basada en la experiencia de Chiara Luce Badano, contó lo que viven. Con las otras personas de la Asociación van donde los enfermos, los asisten, los invitan a ofrecer su dolor por todos. De este modo estas personas dejan la tierra “llenos de vida” porque, como él dice, “la muerte es el período más bello de la vida, porque nos acercamos a Dios, a Quien más amamos”». A los jóvenes de los Focolares se les confió la animación de la misa y las meditaciones cotidianas…  «Si, algunos jóvenes de la Escuela Gen de Loppiano y de los Centros Gen de Roma formaron el coro, que ahora se está convirtiendo en un grupo inclusivo: invitan a quien tiene talento a participar en la animación de la Misa. Ayer, se unió un violinista. Es realmente una bella experiencia». Entonces, ¿los jóvenes están felices con esta experiencia? «Nos estamos dando cuenta de que estamos viviendo un momento histórico en la Iglesia. ¡Es la primera vez, en 2000 años, que se hace un sínodo de los jóvenes con los jóvenes! Pero para ellos es natural contribuir así a la Iglesia. La Iglesia es de ellos. Se comportan con el Cardenal y también con el Papa Francisco como con sus mejores amigos; les dan la mano, los abrazan… Es muy bello». ¿Y para ti? «Para mí es una experiencia única, me doy cuenta de la vastedad de la Iglesia y de su incidencia en el mundo. Aquí está el mundo, la universalidad de la Iglesia».   Fuente: Loppiano online

La fiesta del “nuevo día”

Para celebrar el principio de Año persa, que coincide con el equinoccio y por lo tanto con la llegada de la primavera, el 21 de marzo, en muchos países de Asia y de Europa Oriental, se festeja la fiesta de Nawrūz (que significa “nuevo día”), proclamada Jornada internacional de las Naciones Unidas e inscripta desde el 2009 en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Nawrūz es una fiesta muy antigua, alegre y festiva, que se calcula se celebra por casi 300 millones de personas. Se une a la idea de la naturaleza que renace. Posee un rico simbolismo y promueve valores de paz, de reconciliación, solidaridad entre generaciones, amistad entre familias, pueblos y comunidades.