Mar 20, 2018 | Sin categorizar
Con una carta de agradecimiento dirigida a los gen 4 de todo el mundo fue publicado el balance de “Han desalojado a Jesús”, la iniciativa en la que todos los años se comprometen los niños del Movimiento de los Focolares durante el período navideño. Gracias a las ofrendas recogidas por las figuritas de los “niñitos” de yeso que representan a Jesús, la pasada Navidad los gen 4, ayudados por los adultos y en algunos casas también por instituciones de sus ciudades, recogieron 3.627,60 euros. La cifra fue destinada a ocho proyectos en Brasil, México, Colombia, Venezuela, Perú, Argentina, Burundi, Uganda y Siria. A esta cifra se le sumó una donación destinada a atención médica, alimentación y material escolar para cuatro proyectos en República Centroafricana, Camerún, Egipto e Irak. Más allá de la cifra, hay que poner en evidencia la “cultura del dar” de la que se nutren los gen 4.
Mar 20, 2018 | Sin categorizar

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La alegría de los primeros cristianos (al igual que la de los cristianos de todos los tiempos y de todos los siglos, cuando el cristianismo se comprende en su esencia y se vive radicalmente), la alegría de los primeros cristianos era una alegría nueva, desconocida hasta entonces. No tenía nada que ver con la risa, con el buen humor, con la euforia. No tenía nada que ver tampoco -como diría Pablo VI- con “la alegría exaltante de la existencia y de la vida “, ni con “la alegría pacificadora de la naturaleza y del silencio”, ni tampoco con la alegría o la “satisfacción del deber cumplido”, ni era solamente “la alegría transparente de la pureza”, o “del amor puro”… todas ellas alegrías magníficas. Pero la de los primeros cristianos era diferente: era una alegría parecida a la embriaguez que invadió a los discípulos cuando vino el Espíritu Santo. Era la alegría de Jesús. Porque Jesús, así como tiene su propia paz, tiene su propia alegría. Y la alegría de los primeros cristianos, que brotaba espontánea de lo más hondo de su ser, saciaba completamente su ánimo. Ellos habían encontrado realmente lo que el hombre de ayer, de hoy y de siempre va buscando: a Dios que, como hemos visto, lo sacia completamente. Ellos habían encontrado la comunión con Dios, elemento esencial que los llevaba a su plena realización. Eran hombres auténticos. De hecho, el amor, la caridad, con la que Cristo a través del Bautismo y de los demás sacramentos enriquece el corazón de los cristianos, se puede comparar con una planta. Cuanto más hunde sus raíces en el terreno de la caridad fraterna (cuanto más se ama al prójimo) más crece el tallo hacia el cielo: más crece en el corazón el amor a Dios, la comunión con Él; una comunión en la que no se cree sólo por fe, sino que se experimenta. Y es ésta la felicidad: amamos y nos sentimos amados. Ésta era la felicidad de los primeros cristianos, adultos y jóvenes, que se expresaba en liturgias maravillosas, gozosas y rebosantes de himnos de alabanza y de acción de gracias. Alegría que aumentaba también en su corazón porque con el amor y por el amor poseían la luz, es decir, “veían”, en cierto modo comprendían las cosas de Dios, que de por sí son impenetrables. Los misterios que aceptaban por medio de la fe, no les resultaban tan oscuros como se podría pensar. En ellos había una cierta percepción de los mismos tan apetecible, tan luminosa, que tenían la impresión de comprenderlos, de poseerlos. Y esto acrecentaba aún más su alegría: a la alegría del amor se añadía la de la verdad. Así, armados únicamente con el amor y la luz y revestidos de alegría, en breve tiempo conquistaron el mundo conocido hasta entonces. Decía Tertuliano: “Somos de ayer y ya hemos invadido el mundo”. Ellos se mantenían alegres incluso en las persecuciones y cantaban ante el martirio. Habían comprendido una paradoja del cristianismo: la alegría, la alegría sobrenatural de Jesús se encuentra precisamente donde parece que no exista: en el dolor, pero en el dolor amado. Fuente: Centro Chiara Lubich
Mar 17, 2018 | Sin categorizar
Una gran fuerza espiritual capaz de arrastrar multitudes de diversas edades, clases sociales, culturas: esta fuerza impulsaba a Chiara Lubich y los frutos se ven todavía hoy, también en la Iglesia. El cardenal Pietro Parolin, recordando la obediencia y la docilidad que la fundadora de los Focolares siempre tuvo- también en los momentos más difíciles- con respecto a la Iglesia, manifiesta hoy lo que los Pontífices, desde Pablo VI en adelante, expresaron, ofreciendo su apoyo y su estímulo hacia el Movimiento. Benedicto XVI en el telegrama enviado en ocasión del funeral de Chiara, hablaba de “compromiso constante por la comunión en la Iglesia, por el diálogo ecuménico y la fraternidad entre todos los pueblos”. Y continuaba diciendo “ella gastó su existencia escuchando las necesidades del hombre contemporáneo dentro de la plena fidelidad a la Iglesia y al Papa” Es doble la contribución que Chiara, según el Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Parolin, ofreció a la Iglesia: el haber profundizado y vitalizado el “perfil mariano constitutivo de la Iglesia tanto como el apostólico” y el fuerte e innovador llamado a la unidad– “Que todos sean uno para que el mundo crea”- construido y hecho posible desde el “secreto” del amor recíproco, la “regla de oro” que el mismo Jesús nos enseñó cuando nos dice “no hacer a los otros lo que no quisieras que te hicieran a ti”. Fuente: Vatican News
Mar 17, 2018 | Sin categorizar
Al cristiano no le está permitida la desesperación; no se le consiente el abatirse. Pueden caer sus casas, perder sus riquezas: él se levanta, y sigue luchando, sigue luchando contra cualquier adversidad. Las personas perezosas, acurrucadas en costumbres fáciles y cómodas, se asustan ante la idea de la lucha. Pero el cristianismo existirá mientras exista la fe en la resurrección. La resurrección de Cristo, que nos inserta en Él y nos lleva a participar de su vida, nos obliga a no desesperar nunca. Nos da el secreto para levantarnos después de cada caída. La Cuaresma es – y debe ser- también un examen de conciencia, a través del cual podemos contemplar las sombras que bullen en el fondo de nuestra alma y de nuestra sociedad, donde se esconde la miseria de un cristianismo que en muchos de nosotros se ha vuelto una costumbre, desganado, como un velero sin viento. La Cuaresma nos prepara para la Resurrección de Cristo, motivo de renacimiento de nuestra fe, esperanza y caridad: victoria de nuestras obras sobre las tendencias negativas. La Pascua nos enseña a vencer las pasiones fúnebres, para renacer. Cada uno de nosotros renace, en unidad de afectos, con el prójimo, y cada pueblo a través de obras coherentes, que nos establecen en el Reino de Dios. Esto se traduce en una constitución social, a través de una organización que con una autoridad, leyes y sanciones, actúa por el bien de las personas y llega al cielo, desde la tierra. Y se modela según el orden divino. Su ley es el Evangelio, y esto significa la unidad, la solidaridad, la igualdad, la paternidad, el servicio social, la justicia, la racionalidad, la verdad, la lucha contra la opresión, contra la enemistad, el error, la estupidez… Buscar el Reino de Dios es por lo tanto buscar las condiciones más felices para la expresión de la vida individual y social. Y se comprende: donde reina Dios, el hombre es el hijo de Dios, un ser de infinito valor, y trata a los otros hombres y es tratado por ellos como un hermano, y hace a los otros lo que quisiera que los otros le hicieran a él. Y los bienes de la tierra son fraternalmente puestos en común, y circula el amor con el perdón y no existen barreras, que no tienen sentido en la universalidad del amor. Poner el Reino de Dios como finalidad, significa, pues, elevar la meta de la vida humana. El que pone el reino del hombre en el primer lugar, persigue un bien sujeto a rivalidades y protestas. En cambio el objetivo divino pone a los hombres por encima del de sus peleas y los unifica en el amor. Después, en esa unidad, en esa visión superior de las cosas de la tierra, también la tarea de “qué comer” , “cómo vestirse” y “cómo ser feliz” toma la justa dimensión, se colorea con un sentido nuevo y se simplifica en el amor, se posee la plenitud de la vida. En este sentido, también por nosotros, Cristo ha vencido el mundo. Igino Giordani, Le feste, S.E.I. (Società Editrice Internazionale), Torino, 1954, pp. 110-125.
Mar 16, 2018 | Sin categorizar

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Cada preocupación en Dios Hemos aprendido a dejar todas las preocupaciones en Dios. Cuando me internaron, fue la ocasión para reforzar las relaciones de amor en la familia y para crearlas con personas desconocidas. El hospital y la terapia eran muy costosas, no sabíamos cómo hacer para comprar leña para la calefacción y para pagar la matrícula de la escuela. Después de algunos días de suspensión, alguien fue instrumento de la providencia de Dios, y nos hizo llegar la suma necesaria. R. – Serbia “Don nadie” Como director general de una empresa de salud, me consideraban sospechoso de haber pagado un soborno por una consultoría importante. Sin ninguna explicación por parte de la Procuraduría, me obligaron a suspender todo tipo de actividad laboral de carácter público o privado y de un momento a otro me convertí en un “Don nadie”. Todo a mí alrededor se movía como si yo fuera culpable. Sentí la muerte dentro de mí, y la deseé fuertemente. Parecía que Dios había desaparecido. Mi único apoyo era la cercanía de una persona querida: «Jesús abandonado te ha querido semejante a Él. La prueba pasará pero en tu alma quedará la riqueza de tu amor por Él». Después de ocho años de desierto y angustia reconocieron mi inocencia. Esos momentos de infierno se convirtieron en la más fantástica y rica experiencia de mi vida. M.B. – Italia Creer fuertemente He experimentado lo que significa la frase de Jesús: «Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo». Nuestrod hijos aún estudiando, y mi esposo, el único que tenía un ingreso en la familia, se quedó sin trabajo. Uno de ellos no podía presentarse a rendir un examen porque no tenía el dinero necesario. Creí fuertemente que Dios se encargaría. Ese mismo día me regalaron la suma que se necesitaba. Y.– Croacia ¡Oigo! Desde hace muchos años nuestro hijo tiene problemas con el oído y para curarlo nos trasladamos a otro país. Me puse a buscar trabajo y a dedicarme al prójimo, y el peso se volvió más ligero. Necesitaba exámenes especializados Providencialmente, en lugar del mes de espera previsto, ¡fue suficiente sólo una semana! Así mi hijo pudo empezar el tratamiento. Poco después una empresa de logística y transporte me llamó para un empleo. Después de una semana de tratamiento, mientras le ponía unas gotas, mi hijo dijo: Papá, ¡de este oído escucho! S.- Italia Ojos tristes Acababa de salir de casa. Se me acercó un hombre, sucio, con los ojos inmensamente tristes. Fue uno de esos momentos en los que se piensa que no es posible cambiar el mundo y asumir sus problemas. Pero esos ojos me miraban sólo a mí. “Hace tres días que no como”, me dijo. Le pedí que esperara y corrí a la casa a calentar algo ya listo. Después regresé donde él. Devoró todo en un instante. Entonces lo invité a la cafetería de la esquina. La gente me miraba un poco sorprendida. Pedí un café y cuatro croissant, tres para él y uno para mí. Pero mi amigo los devoró todos. Me contó su historia de dolor y sufrimiento. En un momento me vino la duda si todo era verdad, pero lo importante era escucharlo. No podía parar de hablar. Otro café, otra leche, gasto mi poco dinero. Le doy la dirección de un lugar para personas que viven en la calle. «Es la primera vez que alguien se interesa por mí, voy a ir, me dijo Despertarme esta mañana tenía sentido». (Tomado de Urs Kerber, “La vida se hace camino” – nuestra traducción).
Mar 15, 2018 | Sin categorizar
Si tienes entre 16 y 29 años de edad puedes dar un aporte a la próxima Reunión pre-sinodal, que tendrá lugar en Roma del 19 al 24 de marzo. ¿Cómo? A través del sitio www.synod2018.va. Desde el sitio es posible inscribirse en el grupo de Facebook, en uno de los 6 idiomas previstos. Dentro de estos grupos sus miembros tendrán la posibilidad de dar su proprio aporte sobre los temas que proponen las preguntas –que servirán para “relanzar” el debate de los jóvenes presentes en Roma-, cada una está vinculada con un hashtag. Al final, con base en estos aportes se redactará un documento final, que exprese el punto de vista de los jóvenes y las propuestas que han emergido, el cual será presentado a los Padres Sinodales que se reunirán en Asamblea en octubre 2018 para abordar el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.