Mar 12, 2018 | Sin categorizar
«También mi marido y yo estuvimos en el Congreso para parejas de voluntarios. Seiscientas personas, 14 idiomas. Un muestrario de sociedad, con participantes de los 5 continentes. Pero empecemos… del inicio. El primer día le di una mirada al programa. Sabía que el 3 de marzo, el Congreso felizmente coincidiría con el evento dedicado al décimo aniversario de la muerte de Chiara Lubich. ¿Pero los otros días? La vida de familia y de pareja, era la temática central, profundizada desde distintas perspectivas, con la guía de expertos. Estamos casados desde hace casi veinte años y tenemos dos hijos de 18 y 16 años. Superamos el “túnel” de las noches en vela, de los pañales y del prescolar. Concluimos la fase de la escuela primaria y secundaria, de los mapas que había que dibujar y de la historia antigua que había que aprender. Estamos navegando entre la adolescencia de nuestros hijos y nuestra experiencia de padres en busca de un presente sereno y un futuro que se presenta día a día. Un entramado de afectos, dificultades y carreras de obstáculos, estupor ante la novedad, dolor por los eventos tristes; a veces decepciones y mangas arremangadas para volver a empezar, pero también alegrías, pasión social, gusto por lo bello, apertura a las novedades y a los imprevistos, carreras de obstáculos entre los mil imprevistos de todos. En fin, una familia normal. Leo el programa y me entristezco un poco. La insistencia sobre temas de “pareja” me hace sentir un poco sofocada: ¿y el mundo? ¿La realidad de nuestro tiempo? ¿El arte, la cultura, las relaciones sociales? ¿Estaremos concentrados sólo “dentro”, analizándonos una y otra vez, después de tantos años? Soy una voluntaria, acostumbrada a mirar hacia “afuera” más que para “adentro”, a soñar en grande, a actuar en estrecho contacto con la realidad, con los esfuerzos de todos, tratando de ofrecer un aporte al mundo unido, como Chiara Lubich nos enseñó. El primer día me cuesta un poco empezar a “rodar”. Además mi esposo no está presente por compromisos de trabajo. En la noche, confieso, con mucho gusto me escapo para ir a la inauguración de una exposición en el Vittoriano, en el centro de Roma. Es mi forma de “oxigenar” la mente. Un poco desilusionada afronto el segundo día, esta vez en pareja. Trato de “resetear” mis pensamientos y entro en la dinámica, con todo mi ser. Descubro que mi esposo está haciendo el mismo esfuerzo. El cambiar de actitud nos permite seguir las distintas intervenciones con una mirada nueva. Es como si por primera vez recibiéramos las claves de lectura para renovar desde dentro “nuestro” sí, pronunciado hace tantos años, y nuestra familia, el ladrillito con el que nosotros componemos la sociedad, en este momento histórico. No puedo ser una buena mamá y profesional y dar mi pequeño aporte si no es a partir de mi relación con el primero y único compañero de mi vida, y a partir de la renovada unidad entre nosotros dos. ¡Así como una casa que sólo está en pie si sus fundamentos son profundos, sólidos, fuertes y sanos!
El tercer día, todos juntos renovamos solemnemente nuestro “sí” para siempre, en el marco del Santuario del Divino Amor. No es un acto formal, sino sustancial y libre, con 598 testigos. En la tarde, mientras gradualmente se llena la sala que hospedará el evento del 10° aniversario, casualmente me siento junto a dos de los participantes. Una pareja que estuvo en el Congreso son nosotros. Todavía no los había visto. Intercambiamos pocas frases de presentación. Me entero que hace dos años perdieron un hijo. Me muestra su foto: un chico espléndido, con ojos claros y barba castaña. Tenía sólo 25 años, estaba en la flor de la juventud. Los ojos se me llenan de lágrimas. Descubro en esa mamá los rasgos de la Madre, representada por Miguel Ángel en la célebre Piedad. Es esta la familia. Un baluarte, una roca. Heroicos fundamentos de la sociedad, sin los cuales todo puede derrumbarse. Era necesario detenerse y enfocarse en la pareja. Ciertamente era necesario». Chiara Favotti
Mar 10, 2018 | Sin categorizar
Señor, dame a todos los que están solos… He sentido en mi corazón la pasión que invade el tuyo por el abandono en que está sumido el mundo entero. Amo a todo ser enfermo y solo, hasta las plantas que sufren me dan pena…, incluso los animales solos. ¿Quién consuela su llanto? ¿Quién llora con ellos su muerte lenta? ¿Quién estrecha contra su propio corazón el corazón desesperado? Haz, Dios mío, que yo pueda ser en el mundo El sacramento tangible de tu Amor, de tus ser Amor: ser tus brazos, que estrechan a sí y convierten en amor toda la soledad del mundo. Chiara Lubich – Escritos Espirituales 1, Ciudad Nueva, Madrid, 1995. Pág. 35
Mar 9, 2018 | Sin categorizar
Después de la solemne inauguración de la Cátedra Ecuménica Internacional Patriarca Atenágoras-Chiara Lubich el pasado 14 de diciembre en el Instituto Universitario Sophia de Loppiano, con los mensajes de buenos deseos y estímulo del papa Francisco y del Patriarca Ecuménico Bartolomé I, los trabajos inician con una serie de lecciones del 5 al 27 de marzo sobre “La eclesiología de la Iglesia Ortodoxa”. Son co titulares S.E. Maximos Vgenopoulos, Metropolitano de Selyvria, y el prof. Piero Coda. La Cátedra, un unicum en el panorama académico y cultural internacional, ve la luz a 50 años del primer encuentro entre el Patriarca Atenágoras I y Chiara Lubich. Quiere revisitar y actualizar el legado de aquel encuentro, de acuerdo con lo que el Patriarca le dijo a Chiara: « ¡Es una gran cosa conocerse; hemos vivido aislado, sin tener hermanos, sin tener hermanas, durante muchos siglos, como huérfanos! Los primeros diez siglos de cristianismo fueron para los dogmas y para la organización de la Iglesia. En los siguientes diez siglos hemos tenido cismas, división. La tercera época, ésta, es la del amor». En el saludo de apertura pronunciado el 5 de marzo, Piero Coda, decano de Sophia, refiriéndose a la metodología específica del camino de estudio y de vida del Instituto, basada en el compromiso de vivir el amor recíproco según el mandamiento nuevo de Jesús, dijo: «Queremos prepararnos con competencia y estupor para ser servidores y testigos de un ecumenismo que brota del amor de la Santísima Trinidad, el principio, la forma y el objetivo de toda unidad en la riqueza y belleza de la diversidad. Solo de esta manera podemos recibir recíprocamente los dones que los unos ofrecen a los otros, recogiendo los inestimables tesoros de gracia custodiados por las Tradiciones de nuestras Iglesias. Solo de esta manera podemos colmar las distancias que aún nos separan con el amor. Solo de esta manera podemos enriquecernos mutuamente. Solo de esta manera podemos alcanzar, con la gracia de Dios, la plena y visible unidad». En el contexto de la crisis de los equilibrios políticos, sociales y religiosos en el Cercano y Medio Oriente y entre las dos orillas del Mediterráneo, la institución de la Cátedra adquiere una importancia cultural y social a nivel internacional, proponiendo la activación de laboratorios de estudio y de investigación para las nuevas generaciones. Sus objetivos específicos son estudiar la significación cultural, revisar las etapas históricas y ahondar en las implicaciones existenciales y sociales del camino ecuménico hacia la plena unidad de las Iglesias, en el intercambio de riquezas espirituales, teológicas y culturales del Oriente y del Occidente cristianos. Además, ofrecer un lugar e itinerarios de formación académicamente calificados para aquellos que deseen prepararse para ofrecer su propia contribución de pensamiento, diálogo y vida a la promoción de la unidad entre la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia católica al servicio del encuentro entre los pueblos y las culturas.
Mar 6, 2018 | Sin categorizar

Foto © CSC Audiovisivi
El evento comenzó con música, con poesía, con imágenes en movimiento, con coreografía, cantos, para darle un marco y acompañar los testimonios que se fueron relatando, en el año dedicado al recuerdo de la Fundadora de los Focolares, a los diez años de su fallecimiento. Más de dos mil personas procedentes de todo el mundo (se ve porque algunos estaban vestidos con sus trajes típicos), estaban presentes también algunas autoridades religiosas – en primera fila se veía al Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin- y personalidades del mundo de la cultura, de la comunicación y de diversas instituciones que participaron del evento. Tuvo lugar el sábado 3 de marzo, en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo, cerca de Roma. Una celebración que fue definida por muchos, no una conmemoración, sino un festejo de la vida. Vida que nació del Carisma de la Unidad de Chiara Lubich en innumerables contextos del mundo, muy diversos, a menudo en territorios hostiles, en guerra, en zonas deterioradas, dando vida a obras de transformación social con timbre evangélico. Adriana es una artista brasileña: «No quería encerrarme en un taller. Chiara me dijo: elige a Dios, que es Quien te hizo artista». A partir del amor por los hermanos y la disponibilidad para involucrarse en un proyecto social en la favela de Pedreira, en el Sur de San Pablo, con el propósito de dar un techo a 500 familias en situación de pobreza extrema, renació para ella la posibilidad de hacer fructificar su propio talento de pintora. «Vine aquí – dice Adriana- para rendir homenaje a Chiara». Roberto y Maurizio, en Italia, inauguraron una pescadería, con el espíritu de la Economía de Comunión, porque «si la base de nuestro trabajo es la ganancia personal, ¿a quién le sirve? Nadie nos recordará por el dinero que tuvimos, sino por el bien que hicimos». María trabaja desde los 15 años en una escuela en la difícil periferia de París, de la cual, normalmente, los profesores se escapan para buscar otro trabajo, apenas pueden. «Esos niños deben tener las mismas posibilidades del que asiste a las principales escuelas de los mejores barrios de París». Letizia y su marido, empresarios, rechazan un importante ofrecimiento de trabajo arriesgando la quiebra de su empresa, con tal de no producir elementos para la industria bélica. 
Jesús Morán. Foto © CSC Audiovisivi
Y todavía más. Una pareja de sirios ofrece un testimonio a través de un video-mensaje: «No quisimos escapar de la guerra para no cerrar nuestra escuela para niños sordos. ¿A quién habrían podido acudir?». La voz y la intensa expresión de una actriz, transmite la historia de una niña filipina: escuchada en el Centro Social Bukas Palad (“con las manos abiertas” en idioma tagalog), en Manila: «Estoy agradecida, porque siendo pobre me he convertido en una persona especial, amada. Así comenzó mi renacimiento» Son sólo algunos de los frutos de la “intrínseca socialidad” del carisma de Chiara Lubich, como fue definido por el Copresidente de los Focolares Jesús Morán: «Chiara no fue una reformadora, su sueño apunta más arriba, al fundamento antropológico y teológico de cada reforma social: la fraternidad universal». La opción preferencial por los últimos – “rescatados del anonimato y convertidos en protagonistas”- caracteriza desde el inicio la historia de los Focolares. 
Foto © CSC Audiovisivi
Es María Voce, quien recuerda las premisas de una experiencia que llegó a 182 países del mundo, con frutos tangibles de fraternidad, como las 25 ciudadelas, “bocetos de mundo unido”, presentes en todos los continentes. Ella cuenta: en los años de la Segunda Guerra Mundial, «las primeras focolarinas no se median a la hora de correr de una lado a otro de Trento para llevar su auxilio a cualquiera que lo precisara. Invitaban a los pobres a almorzar en su casa y, poniendo el mantel más lindo que tenían, se sentaban alrededor de la mesa: una focolarina, un pobre, una focolarina, un pobre; les daban de comer como hermanos, no como benefactores. El Evangelio, que leían juntas a la luz de una vela en los refugios antiaéreos, que lo descubrían y vivían con la intensidad con la que irrumpe esta Luz, se revelaba como fuente de la más profunda transformación social» En la gran pared de la sala, que se había convertido en una pantalla cinematográfica, van pasando como parte integrante del relato, las imágenes en movimiento de una larga historia, que partió de un sueño: “el gran atractivo del tiempo moderno_ penetrar en la más alta contemplación y permanecer mezclados entre todos, hombre junto al hombre”. En todos los países del mundo, donde Chiara Lubich será recordada, este sueño hoy se renueva. Chiara Favotti
Mar 5, 2018 | Sin categorizar
“Sociological Imagination and social promotion: the category of “Love” to read the changes taking place and imagine new future” (“Imaginación sociológica y promoción social: la categoría del amor para hacer una lectura de los cambios en curso e imaginar nuevos futuros”) es el título del Congreso. Es promovido por el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Estudios de Salerno y el research network Social-One, con el patrocinio de la Sección de Teorías Sociológicas y Transformaciones Sociales de la Asociación Italiana de Sociología (AIS) y en colaboración con Universidades de Recife (Brasil), Buenos Aires (Argentina), Roma y Trieste (Italia) y el Instituto Universitario Sophia (IUS) de Loppiano (Italia). El objetivo del encuentro es sondear todas las perspectivas de análisis y de acción suscitadas por la categoría de la “acción agápica” en el ámbito de las disciplinas sociales y humanas, en la hipótesis de que dicho concepto pueda ofrecer nuevas claves de lectura y perspectivas de intervención para la promoción de una sociedad plural basada en la equidad, la inclusión y el diálogo. En los varios paneles se presentarán los aportes y testimonios que conjugan teoría, investigación y acción. Para información: Social-One online Invitación