Movimiento de los Focolares
Novios: la fuerza del testimonio

Novios: la fuerza del testimonio

P1320454Hace poco concluyó. en Castel Gandolfo (Roma), el Curso internacional para novios organizado por las Familias Nuevas de los Focolares en el que participaron 65 parejas. Se habló de la elección personal y de cómo identificar y superar las crisis en la relación, con amplias aclaraciones sobre comunicación, afectividad y espiritualidad, hubo momentos de intercambio, pero lo que tuvo mayor incidencia fueron las historias de vida. ¿Una entre todas? Massimo y Francesca de Roma, casados hace 17 años, él gerente de una compañía de telecomunicaciones y ella profesora de italiano para extranjeros. Francesca: Según los médicos no podríamos ni debíamos tener hijos y si quedase embarazada, era seguro que no lograría llegar a término. Una condena sin posibilidad de apelación. Sobre el desconsuelo de los primeros momentos llegó una tranquilizadora convicción: la fecundidad no es sólo la capacidad biológica sino el saber generar amor alrededor. Así seguimos llevando adelante con el mismo entusiasmo las iniciativas que habían acompañado nuestras elecciones juveniles en favor de los demás. Abiertos a la vida, a pesar del temor producido por los abortos seguidos y traumáticos. P1320237No habían pasado dos años cuando descubrimos que esperábamos un niño. Como era previsible fue un embarazo difícil que llegó a término no obstante el veredicto de los médicos, quienes no dejaron de recordarnos los grandes riesgos y los muchos cuidados que teníamos que tener. En muchos momentos difíciles apelamos a Dios, el autor de la vida. Esto nos hacía todavía más conscientes de la preciosidad de esa personita que quería crecer dentro de mí a pesar de la severa opinión de los médicos”.  La ternura del uno hacia el otro se intensificó, alejando los temores y dando sentido a nuestro dolor. Alessandro nació bien, sanísimo. También yo bien. Los médicos quedaron sorprendidos, pero  nos dijeron: ahora tienen un hijo, no se arriesguen más. Massimo: Nosotros en cambio seguimos abiertos a la vida y después de dos años llegó un nuevo embarazo, seguido por una nueva ola de incredulidad, escepticismo y recomendaciones por parte de los médicos. Ya cuando el embarazo iba avanzado surgió la sospecha del síndrome de Down, que había que confirmar con una amniocentesis. Una vez más, a pesar de lo traumático de la noticia, sentimos que era más fuerte la certeza en el amor de Dios por nosotros y por nuestro hijo, a quien queríamos dar una acogida incondicional. Por esto, renunciamos al test y a los riesgos que éste implicaba y nos quedamos con la duda hasta su nacimiento. Fueron meses de temor y de desaliento que superamos haciendo el esfuerzo por no dejarnos dominar por el dolor sino tratando de vivirlo como una posibilidad de amarnos entre nosotros y a todos. Cuando nació Matteo nos dijeron que no tenía síndrome de Down, sino una malformación cardíaca que requería una cirugía que se podía hacer sólo cuando tuviera 4 meses de vida. P1320257Francesca: Fueron cuatro meses en los cuales el cansancio y sobre todo la impotencia ante el dolor inocente nos llevaban a momentos de incomprensión. A veces, la disponibilidad de querernos parecía desvanecerse, porque yo tenía que quedarme en el hospital con Matteo y Massimo en casa con Alessandro o tenía que ir al trabajo; nos veíamos sólo en el reparto del hospital y a menudo una frase poco acertada provocaba una discusión. Massimo: Una noche, después de ir a verlos al hospital, al despedirnos en el pasillo ambos advertimos la exigencia de un diálogo sincero, benéfico, a corazón abierto. Comprendimos que en medio de todas las preocupaciones, la única que requería espacio era la de querernos. Y también ahora, cuando las inevitables tensiones cotidianas parecen tomar  preminencia, recordamos nuevamente esos momentos de luz en los cuales como familia el dolor regeneró en nosotros un amor más auténtico.

Cuaresma, tiempo de conversión

Para la Iglesia católica y otras iglesias cristianas, está por comenzar la Cuaresma, el período del año litúrgico que precede a la celebración de la Pascua. Es del 14 de febrero al 29 de marzo según el rito romano, y del 18 de febrero al 31 de marzo según el rito ambrosiano. Este período, caracterizado por la invitación a la conversión a Dios, tiene una duración de casi cuarenta días, número que se repite con frecuencia ya sea en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, el pueblo de Israel pasó 40 años en el desierto, el diluvio universal o el período de permanencia de Moisés en el Monte Sinaí fue de 40 días. En el Nuevo Testamento: Jesús ayunó durante 40 días en el desierto. En el calendario romano, la Cuaresma comienza con el rito de las cenizas, durante el cual el sacerdote derrama una pequeña cantidad de cenizas benditas, sobre la cabeza o sobre la frente de los fieles, simbolizando la caducidad de la vida terrena y el compromiso penitencial.

María, maestra de vida

María, maestra de vida

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Foto: Pixabay

La Virgen se le presentó a Bernardette bajo el aspecto que la humanidad más esperaba: la Inmaculada Concepción, cuya pureza resplandece sobre una montaña de basura; lo que quiere decir que es Ella quien purifica el mundo de la podredumbre en la que con todos sus valores se estaba descomponiendo. María, la hija del pueblo, nacida en una aldea humilde de gente pobre, se aparece a Bernardette, una hija de obreros, de una humilde aldea de montaña, en un momento en el que la reciente proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, realizada por Pío IX en 1854, había puesto en la más cruda evidencia el contraste entre el Ideal de la pureza, encarnado por la Madre de Dios y transmitido a la doctrina y la práctica cristiana, y la realidad de la degradación en el vicio y en las pasiones desenfrenadas promovidas por corrientes filosóficas materialistas y positivistas y favorecida por una política interesada en demoler la ética de la Iglesia para demoler la dignidad de la persona. El urgente valor de esa aparición se consolidó enseguida por los milagros de la gruta de Lourdes, con los cuales la Madre divina ayudó a innumerables hijos de esta tierra a recuperar la salud el cuerpo y la pureza del alma. Y su valor se amplió y creció después de que se comprendió la urgencia de los cristianos, quienes vieron que esa agua liberaba del mal físico y al mismo tiempo del moral: María, agua que brota de lo Eterno, purifica la sangre humana para liberarla de toda fealdad. El Papa (Pío XII), en su Encíclica por el centenario, puso en evidencia la actualidad de esta acción restauradora, mediante la cual la Virgen, quien es la Pureza sin mancha, se eleva cada vez más contra la corrupción de las costumbres y de las ideas, llevada adelante con instrumentos como el arte, la política y el ejemplo. María, vestida de blanco y azul, representa el Ideal de la Vida contra la Muerte, de la que todo vicio es precursor. Nueva Eva, ante la primera que cedió ante el Adversario desde el primer encuentro. Por los méritos del Hijo, Ella posee desde su concepción el privilegio de la “Inmaculatización”. Con Ella entró en la vida humana un elemento nuevo: la pureza absoluta, la humanidad sin mancha, esa sanidad divina de la que el ser humano tenía más necesidad para frenar su descomposición moral e intelectual. La Inmaculada Concepción significa por lo tanto la más radical –divina- intervención para provocar un vuelco en el curso de la historia, encaminada a la disolución. El significado de las apariciones y de los milagros es fácil de entender y fue expresado por una jovencita tosca y sin cultura, y es universal ya que se ha difundido entre las gentes de todas las condiciones, lugares y categorías. La pureza es una condición esencial, preliminar, de vida y de convivencia, para todos y para siempre, pero especialmente para nuestros tiempos, cuando se cree que se exalta el valor fisiológico de la carne degradándola a perversiones que van contra la naturaleza humana. Maestra de vida, la Iglesia la ofrece a los pueblos, como un ideal de belleza sin sombras, la Inmaculada, aquella que, Virgen y Madre, nos transmite a Dios y nos da a Jesús, quien es, “Camino, Verdad y Vida”, y es la Salud de todo ser humano. Igino Giordani, Il significato di Lourdes, Città Nuova, n.3, 5.2.1958, p.5.

50 años de la Comunidad de San Egidio

50 años de la Comunidad de San Egidio

AndreaRiccardi_ChiaraLubichLa Comunidad de San Egidio cumple 50 años. Una historia que empezó el 7 de febrero de 1968, en Roma, a través de Andrea Riccardi junto a un pequeño grupo de colegiales que querían cambiar el mundo. «Descubrimos en estos años, junto a tantas personas del mundo, la alegría del Evangelio», declaró el presidente de la Comunidad, Marco Impagliazzo. «Desde San Egidio, en el corazón de Trastevere (Roma) – se lee en el comunicado difundido para la ocasión – inició una aventura que ha llevado a la Comunidad a las periferias humanas y existenciales de distintos continentes, desde el compromiso con los pobres de todo tipo de condición hasta los programas de tratamiento del Sida y el su registro etnográfico, del diálogo interreligioso al trabajo por la paz». El próximo sábado 10 de febrero “el pueblo de San Egidio” se reunirá en la Basílica romana de San Juan de Letrán para una celebración precedida por el Cardenal Secretario del Estado Vaticano,  Pietro Parolin. A nombre de los Focolares estará presente la presidente María Voce, junto con algunos de sus colaboradores. En su cálido mensaje agradeció «vivamente al Espíritu Santo por el Carisma que ha otorgado a la Iglesia y a la humanidad y por los frutos surgidos en estos cincuenta años de vida, gracias también a la fidelidad de ustedes». Agregó que «la Comunidad, esparcida hoy en 70 países, ha contribuido y contribuye a edificar la paz en el mundo, mediante un diálogo valiente a todo nivel con una atención muy especial hacia los más olvidados por la sociedad», y recordó la paz obtenida en 1992 en Mozambique y los “pasillos humanitarios” en favor de los refugiados. María Voce subrayó, entre los tantos momentos vividos juntos, uno “especial”: «el feliz compromiso asumido al unísono y en forma del todo especial por Chiara Lubich y Andrea Riccardi, después del histórico encuentro de los Movimientos con el Papa en Pentecostés de 1998, que produjo muchos frutos para la gloria de Dios». Y concluyó con el augurio suyo y de los Focolares «de realizar plenamente el designio de Dios sobre su Comunidad». Mira el nuevo sitio: www.santegidio.org

“Itinerario Oncity: la belleza de la diversidad”.

“Itinerario Oncity: la belleza de la diversidad”.

Scuola NH2018_IT_V_Pagina_1Es con este título que se está por inaugurar, en menos de tres semanas, una cita promovida por el Movimiento Humanidad Nueva, que tendrá lugar en el Hotel Príncipe a Pomezia (Roma). Cinco días de intercambio de experiencias, reflexiones, balances y nuevas pistas de trabajo: una auténtica “escuela” para “aprender”, una vez más, coómo actuar la fraternidad en la ciudad, a partir de la riqueza que comporta la diversidad de cada uno.   Programa   Para informaciones: Movimiento internacional Humanidad Nueva Telf +39-06 943156 35 newhumanity@focolare.org