Dic 30, 2017 | Sin categorizar
Creo que para volver a dar a la familia su verdadero rostro, para devolverle su esplendor, junto a los discursos, a las advertencias, a las directivas, (…) sirva aquel ejemplo luminoso y universal que la Sabiduría eterna inventó: la familia de Nazaret. Todas las familias del mundo que existen y que existirán, pueden mirarla como modelo y tipo. Y no sólo las familias, cada uno de sus componentes puede inspirarse en ella para saber qué comportamiento debe adoptar, qué actitudes debe asumir, qué relaciones tiene que reavivar, qué virtudes tiene que cultivar. Cualquier hombre de la tierra que sea esposo y padre, siempre podrá encontrar en José, el Esposo de María, el padre adoptivo de Jesús, una luz, un estímulo, una fuente de inspiración. De él aprenderá la fidelidad a toda prueba, la castidad heroica, la fuerza, la laboriosidad silenciosa, el respeto, la veneración, la protección a la madre de sus hijos, la participación en las preocupaciones familiares… Y toda mujer, que sea esposa y madre, podrá descubrir en María su propio “deber ser”, la igualdad con el hombre y la propia identidad. En la esposa de José verá plenamente realizado el deseo de ser protagonista también ella; gracias a María comprenderá cómo ir más allá del círculo familiar y difundir, para el bien de muchos, las riquezas que le son propias: la capacidad de sacrificarse, la interioridad que la hace segura, la religiosidad que la distingue, la necesidad innata de elevarse y de elevar irradiando candor, belleza, pureza. Del mismo modo los hijos encontrarán en Jesús, hijo de María y de José, compuestos con una admirable unidad, las dos tendencias que pueden atormentarlos: la necesidad de afirmarse como otra generación que tiene que abrir un nuevo capítulo en la historia, y el deseo de ampararse a la sombra de sus queridos padres en el amor y en la obediencia. Sí, que la Sagrada Familia, la joya de la humanidad asociada, que refleja la vida de la Trinidad, donde el amor hace uno a Dios, esté hoy ante nosotros, que esté con todos nosotros (…) para el bien de la familia en el mundo, de la familia en la Iglesia y para la gloria de Dios. De: Chiara Lubich – Mensaje al FamilyFest de 1981
Dic 28, 2017 | Palabra de vida, Sin categorizar
La Palabra de vida de este mes recoge un versículo del himno de Moisés, un pasaje del Antiguo Testamento en el que Israel ensalza la intervención de Dios en su historia. Es un canto que proclama la acción decisiva de Dios para la salvación del pueblo durante el largo recorrido desde la liberación de la esclavitud en Egipto hasta la llegada a la tierra prometida. Es un camino que conoce dificultades y sufrimiento, pero que se realiza bajo la guía segura de Dios y mediante la colaboración de unos hombres, Moisés y Josué, que se ponen al servicio de su designio de salvación. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Cuando pensamos en el poder, lo asociamos fácilmente a la fuerza del poder, que suele ser causa de abusos y conflictos entre personas y entre pueblos. En realidad, la palabra de Dios nos revela que el verdadero poder, tal como se manifestó en Jesús, es el amor. Él recorrió toda su experiencia humana hasta la muerte para abrirnos el camino de la liberación y del encuentro con el Padre. Gracias a Él se manifestó el poderoso amor de Dios por el hombre. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Si nos miramos a nosotros mismos, hemos de reconocer con franqueza nuestras limitaciones. La fragilidad humana es una realidad innegable en todas sus expresiones: física, moral, psicológica y social. Y aquí es precisamente donde podemos experimentar el amor de Dios. En efecto, Él quiere la felicidad para todos los hombres, sus hijos, y por eso está siempre disponible a ofrecer su ayuda poderosa a todos los que se ponen dócilmente en sus manos para construir el bien común, la paz y la fraternidad. Esta frase ha sido elegida sabiamente para celebrar en este mes la «Semana de oración por la unidad de los cristianos». Cuánto sufrimiento hemos sido capaces de infligirnos mutuamente en estos siglos, ahondando grietas y sospechas, dividiendo comunidades y familias. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Necesitamos pedir mediante la oración la gracia de la unidad, como un don de Dios; al mismo tiempo podemos también ofrecernos para ser instrumentos del amor de Dios para construir puentes. Con ocasión de un congreso en el Consejo Ecuménico de las Iglesias en Ginebra en 2002, Chiara Lubich fue invitada a ofrecer su pensamiento y su experiencia, y dijo: «El diálogo se desarrolla de este modo: ante todo nos ponemos en el mismo plano que nuestro interlocutor, quienquiera que sea; luego lo escuchamos haciendo el vacío completo dentro de nosotros … De este modo acogemos al otro en nosotros y lo comprendemos … Porque así, escuchado con amor, el otro es estimulado a oír también nuestra palabra»1. En este mes aprovechemos nuestros contactos diarios para afianzar o recuperar relaciones de afecto y amistad con personas, familias o grupos pertenecientes a Iglesias distintas de la nuestra. Y ¿por qué no extender nuestra oración y nuestra acción también a las fracturas dentro de nuestra propia comunidad eclesial, como también en la política, en la sociedad civil y en las familias? Podremos testimoniar también nosotros con alegría: «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Letizia Magri ___________________________________________ 1 Cf. C. LUBICH, «La unidad y Jesús abandonado, fundamento para una espiritualidad de comunión», Ginebra 28-10-2002.
Dic 28, 2017 | Sin categorizar
En el verano de 1962, Chiara Lubich tuvo la primera intuición de lo que hoy son las “ciudadelas” o “Mariápolis permanentes”. «Fue en Einsiedeln (en Suiza, ndr.) que comprendió, – viendo desde la cima de una colina la basílica y su alrededor- , que debía surgir en el Movimiento una ciudad, que no estaría formada por una abadía o por hoteles, sino por casas, lugares donde se trabaja, escuelas, como en una ciudad común”, escribió Chiara en su diario (marzo de 1967). Son 32 las ciudadelas esparcidas en todos los continentes y habitadas por personas que quieren realizar una experiencia de vida y de donación al hermano. Son laboratorios de fraternidad en los cuales la espiritualidad de la unidad impregna las relaciones humanas, construyendo un boceto de sociedad basada en la ley evangélica del amor recíproco.
Cada una de ellas tiene una característica particular, en armonía con el contexto social en el cual surge. Loppiano, la primera ciudadela que nació en los años ’60, cerca de Florencia (Italia) y Montet (Suiza), tienen el timbre de la internacionalidad, de las multiculturalidad y de la formación. Ottmaring (Alemania), tiene una vocación ecuménica: los habitantes son miembros de varias iglesias. Las ciudadelas de América Central y Meridional están más orientadas al compromiso social, Tagaytay (Filipinas) y la ciudadela Luminosa (USA) al diálogo interreligioso, Fontem, en Camerún a la inculturación. Y así se podría continuar. En estos días, dado que estamos en el período de las fiestas navideñas, las ciudadelas proponen momentos de descanso dentro del espíritu de fraternidad que las distingue. Desde Loppiano los jóvenes escriben: «Mucho más que una gran cena, mucho más que una fiesta. Es lo que queremos que sean los tres días que estamos organizando desde el 30 de diciembre al 1º de enero». No faltará también la experiencia de practicar música con la banda internacional Gen Verde que tiene su sede en la ciudadela. El 31 de diciembre los participantes tendrán la posibilidad de subir al palco junto con las artistas durante el “One World Celebration” precisamente durante la gran vigilia del primero de año en el Auditórium de Loppiano. Al día siguiente, tendrá lugar el Concierto del primer día del año, ofrecido por un equipo de artistas, guiados por el maestro Sandro Crippa.
En los Estados Unidos los habitantes de la Mariápolis Luminosa que se encuentra en Hyde Park (NY) en la hermosa ciudad Hudson Valley, proponen, a partir de la mitad de diciembre, una reseña de los Coros polifónicos que interpretarán los característicos Christmas Carols, con un programa también para los más pequeños. La ciudadela es también la sede de una exposición de 50 Pesebres, comenzada en 1987 y que ha tenido un éxito inmediato. El número de visitantes, estudiantes, familias, adolescentes, continúa creciendo. En el Centro Mariápolis “Am Spiegeln” (Viena), desde el 27 al 30 de diciembre está previsto un lindo programa con paseos, excursiones por el parque y al castillo de Schönbrunn, también habrá juegos, reflexiones y momentos de oración: «Quisiéramos ofrecer un lugar donde las personas puedan encontrarse sin prejuicios», escriben. En Bélgica, la “Maripápolis Vita” está ubicada en Roselaar. Su especificidad está en su orientación ecológica. En estos días está previsto un Mercado anual de anticuarios y el domingo 17 de diciembre la carrera tradicional para recoger fondos para el mantenimiento de la ciudadela. Desde la “Mariápolis Lía” (Argentina), escriben: «Hemos invitado al almuerzo de Navidad a algunas personas ancianas que viven solas. Es ya una tradición. Les ofreceremos a nuestros huéspedes momentos de reflexión y de comunión de vida. También la cena del 24 y el almuerzo del 25 de diciembre significan momentos de fraternidad entre todos. Con los familiares de los numerosos jóvenes presentes en la ciudadela prepararemos un pesebre viviente que se realizará después de la misa del 24, mientras que el coro de la Mariápolis animará el encuentro ejecutando villancicos de distintos países. Este año además, participaremos en el pesebre viviente que realizará la parroquia del cercano pueblo de O’Higgins. Festejaremos a Jesús que nace también en la Pampa argentina».
Dic 27, 2017 | Sin categorizar
Dic 26, 2017 | Sin categorizar
«En mi familia la Navidad no tiene ningún significado religioso, aunque la noche del 24 de diciembre es tradición cenar todos juntos. Pero este año para mí todo cambió: ¡festejé mi primera auténtica Navidad! “Guiselle te presenta a unas chicas que viven en Santiago y viven el Evangelio”, me había dicho una amiga hace algunos meses. A través de ellas, de las gen de mi ciudad, conocí a Jesús y este encuentro cambió mi vida. Incluso recibí de regalo un pesebre que, por primera vez, entró en mi casa. Sabía que no había podido festejar la Navidad como lo habría deseado, porque mis familiares seguían pensando como antes. Pero este año quería hacer algo diferente. Trascurrí la vigilia de la Navidad en los preparativos para la cena, como todos los años, pero a diferencia de otras veces después de la cena fui a la misa, junto a mis amigos. A pesar de los preparativos para cenar juntos, por distintos motivos nadie vino. Al principio me quedé un poco mal e incluso pensé que lo habían hecho a propósito, para burlarse de mí. Pero después pasó por mi mente una idea: lo más importante para mí no necesariamente lo es para los demás, es más ¡era claro que no lo era! Antes de cenar, recité en silencio una oración de agradecimiento. Era mi primera cena de Navidad. Después fui a la misa. ¡Cuánto me habrá gustado compartir con mis familiares la alegría del nacimiento de Jesús! Después, pensé, quizás todavía no están listos, y quizás no lo estarán nunca. Pero de mi parte quiero hacer todo lo posible para que les llegue el regalo que cambió mi vida: conocer a Jesús. Es lo que más deseo para quienes amo. Una vez en casa, mientras todos estaban ya durmiendo, envolví pequeños regalos, detallitos, para darle una sorpresa a mi familia. Los puse bajo el árbol con una nota que decía: «¡Feliz Navidad! Sigue la flecha y busca tu regalo». A las 5.30 de la mañana, mi papá se levantó y enseguida vio la nota. Entonces despertó a mi mamá. Como a las nueve me despertaron a mí y a mi hermano quien es muy fuerte, y me llevaron del brazo hasta la sala. No lograban contener la alegría de poderme hacer una sorpresa: ¡también ellos habían preparado un paquetito para mí! Me conmoví mucho. El bellísimo ver lo que hace el Amor, también en quien no sabe cómo llamarlo. Para mi familia la Navidad todavía no tiene ningún significado, sin embargo sintieron todo el amor por ellos que había dejado bajo el árbol. Y nadie puede resistir al Amor».
Dic 25, 2017 | Sin categorizar
Estaba en los planes de la Providencia que el Verbo se hiciera carne, que una palabra, la Palabra, fuera escrita en la tierra en carne y sangre, y esa Palabra necesitaba un fondo. Las armonías celestiales anhelaban, por amor a nosotros, transferir su concierto único y solo, bajo nuestras tiendas: pero necesitaban un silencio. El Protagonista de la Humanidad que daba sentido a los siglos pasados e iluminaba y convocaba detrás de sí a los siglos futuros, debía hacer su aparición en el escenario del mundo, pero tenía necesidad de una pantalla blanca que la pusiera de relieve. El proyecto más grande que el Amor-Dios pudiera imaginar, tenía que trazarse majestuoso y divino, y todos los colores de las virtudes tenían que encontrarse ordenados y preparados en un corazón para servirlo. Esa sombra admirable que contiene el sol y ante él se retira y en él se reencuentra; ese fondo blanco inmenso casi como un abismo, que contiene la Palabra que es Cristo y en Él se pierde, luz en la Luz; ese altísimo silencio que ya no calla porque en él cantan las armonías divinas del Verbo y en Él se vuelve nota de las notas, casi el “la” del eterno canto del Paraíso; ese escenario majestuoso y hermoso como la naturaleza, síntesis de la belleza prodigada por el Creador al universo, pequeño universo del Hijo de Dios, que ya no se observa porque cede su parte y su interés a Quien tenía que venir y ha venido, a Quien tenía que hacer y ha hecho; ese arco iris de virtudes que dice “paz” al mundo entero porque ha dado al mundo la Paz; esa criatura imaginada en los abismos misteriosos de la Trinidad y dada a nosotros, era María. Chiara Lubich – Maria, trasparenza di Dio (María, transparencia de Dios )– Città Nuova 2003 – pp. 9-11