Movimiento de los Focolares

Chiara Lubich: Los 40 días

Palabras como perfección y santidad pueden parecer metas inalcanzables, pero Chiara Lubich, partiendo de una frase de San Buenaventura, reflexiona sobre cómo es posible caminar hacia ellas, a partir de los gestos más sencillos de la vida cotidiana. La última vez hablamos de la santidad, es más, de “santidad de pueblo” y nos despedimos con decididos a alcanzarla, con la ayuda de Dios, viviendo el lema “santos enseguida”, como resumen del: seré santo si soy santo enseguida. Y sin duda, cada uno de nosotros ha experimentado los frutos. Sigamos hablando hoy de santidad. Los primeros días de este mes, haciendo meditación con nuestros libros, encontré un pensamiento sobre la santidad, atribuido a san Buenaventura, que seguramente muchos de nosotros conocemos pero que quizá aún no esté presente en nuestra vida. (…) Ese pensamiento suscitó en mi corazón el enorme deseo de ponerlo en práctica con todos ustedes. ¿Acaso no tenemos que hacernos santos juntos? Se trata de la afirmación de un santo, alguien que entiende bastante de caminos para ir a Dios. Él asegura con audacia que una persona avanza más espiritualmente en cuarenta días si no se detiene en los valles de las imperfecciones y de los pecados veniales, que otro en cuarenta años que sí se detiene. Bonito, ¿no? Naturalmente me he preguntado: « ¿En qué consisten las imperfecciones y los pecados veniales?». Está claro que podríamos hacer una larga lista… Sin duda, son lo opuesto a la perfección. ¿Y en qué consiste la perfección? En vivir la caridad; «la caridad es el vínculo de la perfección», dice san Pablo ; «que sean perfectos en la caridad», reza Jesús en la última cena, como recuerda el Evangelio de Juan . Esa caridad que, si somos varios, como nosotros, se hace recíproca: «Les doy un mandamiento nuevo –dice Jesús–: que se amen los unos a los otros; que como yo los he amado, así ámense también ustedes los unos a los otros» . Por ello, para no permanecer en los valles de las imperfecciones y de los pecados veniales, es necesario vivir así y, en el caso de que se nos olvidara o perdiera fuerza, volver a empezar. Y ¿por dónde conviene empezar? Por casa. Sí, por casa, comenzando por la mañana, porque de esta forma el día arranca bien. Por casa, porque a veces nos esforzamos en vivirlo bien con los demás, en las reuniones, en los congresos, y luego, cuando volvemos a casa, quizá cansados, perdemos la paciencia con los hermanos, el control y… ¡adiós amor recíproco! (…) Recordémoslo. Si hacemos así, dentro de cuarenta días, el 30 de noviembre, sin duda habremos progresado espiritualmente y habremos dado un notable impulso a nuestra santidad personal y a la santidad de pueblo.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, Conversazioni in Collegamento telefonico, Roma 2019, p. 561-562)

El tiempo de la Creación

Entrevista a Stefania Papa, la nueva responsable de Eco One, la iniciativa cultural del Movimiento de los Focolares en el ámbito ambiental, la adhesión de los Focolares al “Tiempo de la Creación” y a varias iniciativas en el ámbito ambiental. Del 1° al 4 de octubre de cada año tiene lugar en todo el mundo el “Tiempo de la Creación”, una iniciativa de oración y de acciones concretas para salvaguardar y proteger nuestra casa común. Stefania Papa es la nueva responsable de EcoOne, la iniciativa cultural del Movimiento de los Focolares promovida por una red de docentes, académicos, investigadores y profesionales que trabajan en el ámbito de las Ciencias Ambientales. Le hicimos una entrevista sobre la adhesión de los Focolares al “Tiempo de la Creación” y a varias iniciativas del ámbito ambiental. ¿Qué es “Tiempo de la Creación”? Es un período específico que va del 1° de septiembre, día de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, al 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, el santo patrono de la ecología. Es un período en el cual distintas Iglesias en todo el mundo se reúnen para rezar y promover acciones concretas para salvaguardar y proteger nuestra casa común. Este año el tema es: “¿Una casa para todos? Renovar el Oikos de Dios” y Oikos en griego significa casa. ¿Por qué es importante que cada vez más se convierta en un evento de las distintas Iglesias? Para responder a esta pregunta me viene a la mente un antiguo proverbio africano que dice así, “Si quieres ir rápido corre solo. Si quieres ir lejos, hazlo con los demás”. El mismo Papa Francisco en la Encíclica “Laudato Sí” dice que “tenemos necesidad de un intercambio que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interpelan y nos impactan a todos”. Tenemos necesidad de “unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”[1]. Esto lo podemos realizar sólo uniéndonos, buscando una colaboración y comunión cada vez mayores también entre las distintas Iglesias cristianas que hay en el mundo. Han pasado seis años desde la “Laudato sí” del Papa. Sin embargo todavía hay mucho camino por recorrer… Son muchas las iniciativas que han surgido y que siguen yendo adelante, pero todavía queda mucho por hacer. La tarea por realizar puede parecer ardua, pero todavía podemos revertir algunas tendencias negativas, adaptarnos para reducir al mínimo los daños, restaurar los ecosistemas cruciales y proteger mejor los que tenemos, a partir de un replanteamiento de las soluciones habitacionales y de la movilidad social, promoviendo la recolección diferenciada de basura y en tantos otros campos. Pero el camino emprendido es el correcto. Y la Encíclica del Papa marca un punto que no tiene marcha atrás. Existe también una petición para firmar: ¿en qué consiste? Es una oportunidad importante que se nos ofrece para pedir con fuerza a los líderes mundiales que se comprometan urgentemente para combatir la crisis climática y la crisis de la biodiversidad. De hecho, próximamente tendrán lugar dos eventos muy importantes: del 11 al 24 de octubre de 2021 se realizará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad (COP15) donde los líderes mundiales podrán fijar objetivos significativos para proteger la creación y del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 se realizará la 26a. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), donde los países anunciarán sus proyectos para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. El Movimiento de los Focolares es aliado del Movimiento Laudato sí. ¿De qué forma los Focolares se comprometen en el “Tiempo de la Creación”? El Movimiento de los Focolares desde siempre ha estado comprometido con el ambiente. Con el “Tiempo de la Creación”, específicamente, ha participado y está participando en las iniciativas de la Iglesia Católica, como la Laudato si’ action platform del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (a través de Familias Nuevas ) y en los eventos promovidos por el Movimiento Laudato sí, también adhiere al Global Catholic Climate Movement. Además, en la última Asamblea General de los Focolares, que se concluyó en febrero de 2021, se relanzó la conversión ecológica de sus miembros y estructuras, con actividades pequeñas, medianas y grandes (como son los proyectos internacionales para la cooperación al desarrollo, financiados por:  Acción por Familias Nuevas, Acción Mundo Unido, etc). Al mismo tiempo, existe un compromiso constante por parte de todos los miembros de los Focolares a favor de la reducción del uso de combustibles fósiles. Además, precisamente este año, los jóvenes del Movimiento se comprometieron con el Itinerario llamado DareToCare. Es una campaña que significa “osar hacerse cargo”, es decir responsabilizarse, interesarse, ocuparse activamente, dar importancia a los más frágiles, al planeta, a las Instituciones, a  nuestras ciudades, a nuestros barrios, a los problemas de nuestra sociedad. Además desde mayo pasado, fue acreditada la ONG New Humanity como observadora ante el organismo de gobierno de las Naciones Unidas responsable del ambiente, es decir el UNEP, o sea el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, que es la agencia que se ocupa de todas las cuestiones ambientales globales. New Humanity ejerce su actividad de tutela del ambiente especialmente a través de la iniciativa cultural EcoOne. También quisiera recordar la colaboración nacida entre el Movimiento de los Focolares y FaithInvest, una organización internacional que se encarga de ayudar a las religiones a desarrollar planes estratégicos a favor del medio ambiente a largo plazo. En el ámbito cultural-educativo existen distintos convenios en programa promovidos por EcoOne, la participación de EcoOne en la Red Europea Cristiana para el Ambiente ECEN (European Christian Environmental Network) y los proyectos en las escuelas como el “Dar para salvaguardar el ambiente”, que es reconocido por el Ministerio de Educación italiano.

Lorenzo Russo

[1] Papa Francesco, Lettera enciclica Laudato si’, 13-14.  

Chiara Lubich: Lo más bello que puedo hacer

La pandemia sigue adelante, mientras se agravan las crisis económicas y sociales que genera; la situación medioambiental del planeta parece dramática y los conflictos en algunas zonas del mundo no parecen atenuarse. ¿Qué hay que hacer? Según Chiara Lubich solo hay un remedio: la fraternidad universal. Hacer de la humanidad una sola familia, empezando por las pequeñas acciones concretas y cotidianas de cada uno. Ante las múltiples dificultades de relación entre mentalidades tan opuestas, entre pueblos tan distintos, culturas tan alejadas unas de otras y religiones con presencia de extremistas que las distorsionan, solo hay un remedio: la fraternidad universal: hacer de la humanidad una sola familia con Dios como Padre y todos los hombres como hermanos. Y ¿cómo hacerlo? ¿Quién está mejor capacitado para ello? No hay duda: uno que supo morir por su ideal pero que luego resucitó para dar a todos la misma posibilidad, Jesús. Tenemos que hacer todo lo posible para traerlo de nuevo a la tierra a través de nosotros y ser nosotros otro Cristo, otro Amor encarnado, Santidad, Perfección, como es Él. Esta es la hora de aspirar decididamente a la perfección. Pero ¿en qué consiste la perfección? Recientemente, en un ensayo sobre la vida espiritual, he leído unas palabras espléndidas de Padres y santos de la Iglesia de gran calibre. Quizá las conozcamos, pero no está de más recordarlas en este momento. Para todas estas personas eminentes de la Iglesia, la perfección consiste en no dejar nunca de crecer, porque quien no avanza, retrocede. Y como el nuestro es un camino del amor, la perfección consiste en crecer siempre en la caridad. Amar, entonces, amar cada vez mejor. Cada vez mejor. ¿Cómo? Fijando la mirada en nuestro modelo perfecto: […] Dios Amor. […] San Francisco de Sales dice: « Quien no gana, pierde; por esta escalera quien no sube, baja; quien no vence, fracasa»*. Es impresionante esta radicalidad que el amor exige. Pero en Dios todo es radical. […] ¿Es difícil? ¿Es fácil? Hay que probar para ver. Entregarnos en cada instante a la voluntad de Dios, al otro, al hermano que debemos amar, al trabajo, al estudio, a la oración, al descanso, a la actividad que nos toca cumplir. Y cada vez mejor, pues de otro modo retrocedemos. Nos ayudará a comportarnos así el repetir antes de cada acción, hasta la más simple y trivial: “Esto es lo más bello que puedo hacer en este momento”. […] De este modo nos entrenamos también nosotros para el cometido que nos espera, específicamente nuestro: la fraternidad universal.

Chiara Lubich

Evangelio vivido: donarse a los demás

Ser los primeros en amar, amar desinteresadamente, amar siempre, enseguida y con alegría. Es una oportunidad para encarnar el arte de amar en nuestra vida. Es allí donde nace la comunión fraterna, casi por atracción. Es vida nueva, un mundo que cambia. Fisioterapista En el centro donde estaba trabajando habían disminuido las solicitudes debido al Covid, de modo que durante el día tenía muchas horas libres. Entonces me dieron el permiso para ayudar en un reparto de contagiados. También otros colegas siguieron mi ejemplo. Un día uno de ellos me contó confidencialmente que su servicio nunca había sido tan humano y solidario: “Sólo ahora me doy cuenta de lo que significa un gesto de solidaridad, una caricia, aunque tengas guantes. Me parece que he descubierto una dimensión más humana de mi trabajo. Quisiera que mis hijos hicieran este servicio, porque es una verdadera escuela de vida”. (J.H. – República Checa) Nuestra proximidad Cuando el Papa Francisco habla de “proximidad”, parece que anula todas las reglas que nos hemos creado con respecto a un cierto estilo de vida. Para él lo que cuenta es el otro y nuestra capacidad de acogida. Un día en la oficina nos pusimos a hablar al respecto con una colega que en cambio pensaba que esta actitud sin normas está arruinando a la Iglesia. La escuchaba sorprendido y desanimado ante su seguridad al condenar al Papa, a pesar de ser una mujer inteligente y, a su modo, católica practicante. A partir de ese día evité tocar el argumento y cada vez que ella me atacaba con algún artículo sobre el Papa, trataba de cambiar la conversación. Hace un tiempo me avisó por teléfono que no podía venir al trabajo porque tenía problemas con una hija anoréxica. En cuanto pude fui a visitarla. Efectivamente la vida de la chica estaba en riesgo. Mi esposa es psicóloga y, gracias a su habilidad, logramos empezar a frecuentarnos. Ahora su hija está mejor, viene a menudo a nuestra casa. La colega me escribió un mensaje: “Ahora comprendo lo que quiere decir el Papa con la palabra “proximidad”. (F.C. – Francia) Voy yo Mi maestro de primaria nos había contado la historia de un soldado, quizás un alpino, algo especial: estaba siempre disponible para cualquier tarea, incluso la más ingrata, y decía a sus superiores:“Vago mi” (Voy yo). Hasta que “Vago mi” (como lo habían apodado) no regresó más, lo mataron en la guerra. Esa muerte, que era el sello de una vida caracterizada por el altruismo, impactó mi fantasía de niño. Habría querido ser como él. En fin, “Vago mi” se convirtió para mí en el modelo de quien se prodiga por los demás. Y esto muchos años antes de encontrarme con Aquél que dio la vida por nosotros y dio sentido a mi vida. (Giuseppe – Italia)

 A cargo de Lorenzo Russo

  (Tomado de ”Il Vangelo del Giorno” (El Evangelio del día), Città Nuova, año VII, n.4, julio-agosto 2021)

Como olas que danzan en el océano

Recientemente ha muerto el Profesor Sureshchandra Upadhyaya, docente y estudioso indio, profundo conocedor de la cultura hindú.  Se había encontrado con Chiara Lubich en 2001. Su rostro se veía adornado por una cándida barba que le llegaba hasta la cintura. Era un hombre menudo del que emanaban pensamientos nítidos y esenciales.  El Profesor Sureshchandra Upadhyaya era una persona con una vastísima cultura y con una honda espiritualidad.  Conocía muy bien el sánscrito y la cultura hindú, a cuya profundización y difusión dio un gran aporte a través de su actividad docente. El encuentro con Chiara Lubich y  su carisma en 2001 marcó el comienzo de una profunda amistad espiritual e intelectual en la que luego involucró también a otros académicos indios. El Profesor Upadhyaya fue un exponente de relieve del “Bharatiya Vidya Bhavan” de  Mumbai, el Instituto de Cultura india, presente en toda la nación. Había llegado allí en 1960, a la edad de 28 años, como docente de sánscrito. Luego, en 1972, fue nombrado director académico y continuó su carrera con gran pasión, guiando a muchos estudiantes en el doctorado de investigación. Son numerosos también los premios que recibió, entre ellos: el premio “Eminent Vedic Scholar” de la Universidad de Mumbai (India), el “Certificate of Honour” del Presidente de la India, el premio “Eminent Sanskrit Scholar” del Gobierno del país y el “Best Teacher Award” del Gobierno del Estado indio de Maharashtra. El 5 de enero de 2001 en Coimbatore (India), en la sala del College Nani Kalai Arangam se llevó a cabo la ceremonia de entrega del prestigioso “Defender of Peace Award” (“Premio Defensor de la paz”) a Chiara Lubich. Estaban presentes 500 personas, en su mayoría hindúes, un público cualificado entre los cuales el Profesor Upadhyaya.  “Mientras haya personas así, Dios está con nosotros –dijo después de escucharla– y un día la tierra será como el cielo. Todas las religiones buscan la verdad y la verdad no es otra cosa que amor y paz como nos dice Chiara”. Más adelante explicará aún más: “Chiara Lubich me revela tangiblemente que a Dios se lo puede experimentar mediante un profundo e incondicional amor.  Ni bien amas a Dios, tú te amas a ti mismo y amas a los demás así como Dios ama a toda la creación.  Difundiendo tu amor, tu experiencia de Dios se hace más profunda dentro de ti y se vuelca fuera de ti. Amar se vuelve tu misma naturaleza, como las flores que emanan alrededor de ellas su fragancia.  Regidos por el amor y la compasión, se fluye sin ningún esfuerzo, olvidándonos de nosotros mismos, como olas que danzan en el océano divino. Dejémonos inspirar por la consigna de Chiara para vivir amando a uno y a todos, experimentar la presencia de Dios dentro y fuera de nosotros y sentirnos felices sin medida”. El 12 de agosto de 2021 el Profesor Upadhyaya alcanzó para siempre la beatitud “Ananda” (el estado puro de alegría y felicidad), de la que a menudo hablaba.

A.M.A

https://vimeo.com/155552113 He aquí el recuerdo del profesor Upadhyaya escrito por Roberto Catalano, profesor de teología y praxis del diálogo interreligioso en el Instituto Universitario Sophia de Loppiano (Italia) http://whydontwedialogue.blogspot.com/2021/08/uppadhyaya-ji.html  

Chiara Lubich: Apóstoles del diálogo

Chiara Lubich nos recuerda que todos estamos llamados al diálogo. Y si vivimos momentos de la jornada solos, podemos hacer cada cosa en función de nuestros hermanos y hermanas, como verdaderos “apóstoles del diálogo”. … cada vez que tenemos que entrar en relación con uno o más hermanos o hermanas, directamente o por teléfono, o por escrito, o porque se trabaja para ellos, o se reza por ellos, debemos sentirnos en un perenne diálogo, llamados al diálogo. ¿De qué modo? Abriéndonos a ellos  ̶  al hermano, a la hermana  ̶  escuchando con el alma vacía lo que el hermano quiere, lo que dice, lo que le preocupa, lo que desea. Y cuando esto ha ocurrido, darle nosotros lo que desea o lo que sea oportuno. Y si tengo momentos y horas en los cuales debo dedicarme a mí misma (para comer, descansar, vestirme, etc.) hacer cada cosa en función de los hermanos, de las hermanas, teniendo siempre presentes a aquellos que me esperan. De este modo y solo de este modo, viviendo continuamente la “espiritualidad de la unidad” o  “de comunión”, puedo contribuir con eficacia a que mi Iglesia sea “una casa y una escuela de comunión”; a que progrese, con los fieles de las otras Iglesias o Comunidades eclesiales, la reunificación de la Iglesia; a que se realicen con personas de otras religiones o culturas, espacios cada vez más amplios de fraternidad universal. […] Sintámonos pues “apóstoles del diálogo” y vivamos como tales. Un diálogo a 360º, ciertamente, pero iniciando con el pie justo: amando a cada prójimo que encontramos con la medida del don de la vida.

Chiara Lubich

Cf.  “Conversazioni in collegamento telefonico” Citta Nuova ed. pag. 667, –  2004