Jesús conoce bien las necesidades básicas de las personas: ser comprendidos en lo más íntimo y tener, además de apoyar los esfuerzos, indicaciones claras sobre el camino a seguir. No perdamos la oportunidad de comportarnos con los que nos encontramos con el amor que sugiere en el Evangelio.Con paciencia y tenacidad Mi tío, considerado “un hombre de honor”, vivía desde hacía años en el Supramonte, una región montañosa de Cerdeña. Volvía al pueblo de vez en cuando y, cuando los carabinieri vinieron a arrestarlo, ya estaba lejos. Mi padre había tratado de evitar que nos metiéramos en líos con la justicia y con la familia del tío, de la que, entre otras cosas, nos separaban cuestiones de herencia. Sin embargo, como cristiana, esperaba la oportunidad adecuada para hacer las paces con ellos. La primera se presentó con la llegada al pueblo de una prima. Sin importarme de la gente que nos miraba, fui a saludarla. Cuando ella y su esposo me devolvieron el saludo, suspiré aliviada: el primer paso estaba dado. Más tarde, cuando supe de la hospitalización de mi tío, quise ir a verlo. Mi madre me desaconsejó, diciendo que yo no tenía tíos. Pero para mí era un hermano. Fui y me dio recibió conmovido. Con el tiempo, me acerqué a todos los demás familiares. La última fue la tía, la que más nos había hecho sufrir: hacía 18 años que no nos veíamos y habían sido necesarios tantos para que la paz volviera a nuestras familias con un amor paciente y tenaz.
(Gavina – Italia)
Las necesidades de los demás Cuando estoy saliendo en el coche, noto que el vecino está tratando de quitar el hielo del parabrisas y de las otras ventanas. Voy a ayudarlo, dejando de lado mi apuro. Con una sonrisa, pregunta: “Pero, ¿quién te empuja a hacerlo?”. No tengo respuestas preparadas, pero por dentro agradezco a Dios por señalar las necesidades del otro antes que mis tareas. Unas horas después me telefonea el mismo vecino: “Me alegré tanto con tu gesto que me dije: yo también debo vivir estando atento a las necesidades de los demás. Y no fue necesario mucho tiempo: en el trabajo, de hecho, me encontré con una situación difícil, que luego se resolvió con bastante facilidad poniéndome en el lugar del otro. ¡Gracias!”.
(F.A. – Eslovenia)
Adoptar un hermanito Somos estudiantes de un instituto técnico. Desde que nuestra profesora nos trajo Cittá Nuova para leer en clase, al principio algunas cosas nos parecieron un poco ilusorias… Pero la idea de ayudar a construir un mundo más unido juntos parecía, después de todo, hermosa. También porque, a medida que íbamos leyendo, nos dimos cuenta de que no eran palabras. La revista traía noticias que no encontrábamos en otras revistas, una forma diferente de ver los hechos. En fin, ¿qué perdíamos con intentar? Probamos. Cada mañana, junto con la profesora, nos dábamos una pequeña “máxima” para vivir. Por ejemplo: “Amar a todos” ¿quién lo había pensado? Luego, leímos un artículo sobre adopciones a distancia. Entonces, se nos ocurrió la idea de hacer una, todos juntos. Ese pequeño gesto de aportar cada uno una pequeña suma mensual también nos hace crecer como personas. A estas alturas Nader, aunque vive lejos (es un pequeño libanés), se ha vuelto muy importante: hablamos de él, de sus necesidades, como si fuera nuestro hermanito.
(Los chicos de la IIIB – Italia)
editado por Lorenzo Russo
(tomado de El Evangelio del Día, Città Nuova, año VII, n. 3, mayo-junio de 2021)
Jesús invita a reconocer la cercanía amorosa de Dios e indica cómo actuar en consecuencia: descubrir en la voluntad del Padre el camino para alcanzar la plena comunión con él.Huracán Las imágenes de la televisión mostraban las localidades afectadas por el huracán y que habían quedado aisladas, y como allí vivían nuestras familias es posible imaginar nuestra ansiedad, de nosotros seminaristas. La Palabra de vida del mes era muy adecuada: exhortaba a tener fe. Unidos, rezamos por nuestros queridos parientes y obtuvimos por parte de nuestros formadores el permiso para ir a verlos al día siguiente. Pero justamente esa noche la capital también fue objeto de esa calamidad: calles inundadas, puentes caídos, sin electricidad… Nuestro seminario, sin embargo, quedó en pie. De todos modos salimos. Durante el viaje, caminando o con medios precarios, en bote o atados a sogas para vencer la resistencia de los ríos, infinitas veces nos vimos obligados a desviar el camino. Pero al final llegamos a nuestro pueblo… ¡irreconocible! En donde antes había campo sembrado ahora había un lago. Tras haber abrazado a nuestros seres queridos (lo habían perdido todo, pero estaban sanos y salvos), nos pusimos a disposición del párroco para los primeros auxilios. La nueva Palabra propuesta para ese mes parecía que estuviera dirigida justamente a nosotros, para darnos coraje e infundirlo a los demás: “Bienaventurados los afligidos…”
(Melvin – Honduras)
El paraguas Sabiendo que en los pobres y los marginados está Cristo que pide ser amado, trato de no perder las ocasiones para hacerlo. Por ejemplo, en el bar que está cerca de mi casa había detectado a un pobre, al que llamaban Penna, que ese día estaba empapado porque llovía mucho. Yo sabía que él había tenido tuberculosis, y superando una cierta resistencia de que me vieran en su compañía, lo invité a mi casa, para darle algo de ropa seca. Mi familia quedó estupefacta e incrédula. “Papá, necesitaría un poco de ropa…”. Al comienzo mi padre no estaba demasiado convencido, pero luego me consiguió un par de pantalones, mientras yo buscaba una chaqueta. Pero la lluvia no daba señales de querer terminar… Y yo, volví a la carga: “Papá, ¿y si también le damos un paraguas?”. Llegó también el paraguas. El pobre estaba feliz, pero más lo estaba yo, porque nos habíamos esforzado juntos para ayudarlo. Pero la cosa no terminó allí. Algunos días después, Penna volvió para devolvernos el paraguas. En realidad, no era el que le habíamos dado, sino que era uno más bonito. Lo que había pasado era que se lo habían robado, y alguien después le había regalado uno nuevo. Y él quería devolvernos el favor.
(Francesco – Italia)
El amor no se explica con palabras Poco después de nacer, le habían diagnosticado a Mariana una lesión cerebral. No iba a poder hablar ni tampoco caminar. Pero Dios nos pedía que la amáramos así y nos encomendamos a sus brazos de Padre. La niña vivió con nosotros sólo cuatro años; nunca oímos de su boca las palabras papá o mamá, pero en su silencio hablaban sus ojos, que tenían una luz resplandeciente. No pudimos enseñarle a dar los primeros pasos, pero ella nos enseñó a dar los primeros pasos en el amor, en la renuncia a nosotros mismos para amar. Mariana ha sido para toda la familia un regalo de Dios, que podríamos resumir en una única frase: el amor no se explica con palabras.
(Alba – Brasile)
Recopilado por Lorenzo Russo
(extraído de El Evangelio del día, Città Nuova, año VII, número 3, mayo-junio de 2021)
El Balashanti Program es un proyecto nacido para ayudar a las madres solteras, para sostenerlas y garantizar a sus hijos los cuidados necesarios, la formación escolar y una condición de bienestar, salud y dignidad. Estamos en Coimbatore, región al sur de India. En 1991 nace el Balashanti Program un proyecto que ayuda y acoge a los niños más vulnerables y necesitados, entre los 3 y los 5 años, y a sus madres, que a menudo están solas. El programa forma parte de Shanti Ashram que es un centro internacional para el desarrollo cultural, social y sanitario al servicio de los necesitados de la comunidad en el territorio, inspirado en los ideales y las enseñanzas de Mahatma Gandhi. “Mi abuela siempre tuvo que vivir sola, por este motivo mi madre tuvo que dejar de estudiar cuando estaba en la secundaria y se tuvo que casar cuando tenía 16 años. Cuando esto sucedió era el ‘78 pero hoy, después de 40 años, sigo escuchando historias parecidas o iguales a esta”. Son las palabras de Deepa, responsable del Balashanti Program. De hecho, explica que todavía hoy los hijos de las madres solteras experimentan tres tipos de dificultades muy grandes: la pobreza, el abandono escolar y la obligación a un matrimonio precoz. El Balashanti Program se propone por lo tanto ayudar a estas mujeres para que saquen adelante a sus hijos en una condición de bienestar, salud y dignidad. Según el reporte de las Naciones Unidas del 2019-2020, alrededor del 4.5% de las familias en India son llevadas adelante por madres que están solas y se estima que de ellas el 38% vive en condiciones de pobreza. “Una mujer en India, en condiciones de vulnerabilidad difícilmente puede vivir sola, no se trata de una elección personal -explica Deepa- muchas de ellas se encuentran en condiciones de abandono, inseguridad y explotación”. El objetivo último del Balashanti Program es por lo tanto combatir la pobreza, la desnutrición y las enfermedades que se desarrollan en contextos de mucha precariedad, para construir una sociedad pacífica. Para hacer esto, además de la ayuda económica, los niños y sus mamás reciben instrucción sobre temas como la educación, la paz, la alimentación sana, las normas de higiene y el liderazgo. Hoy día existen 9 Balashanti Kendra – centros de desarrollo para la primera infancia – que acogen a más de 200 niños por año. Desde el ‘91 a hoy más de 10 mil niños han completado el itinerario de estudios y durante el año de la pandemia del Covid-19 se le han dado ayudas a 15 mil personas, entre niños y familias. Desde el ‘98 el proyecto inició una colaboración con AFN Onlus, la organización sin fines de lucro vinculada al Movimiento de los Focolares que, mediante apoyo a distancia, ayuda a dar a los niños becas del Balashanti Porgram. Son muchos los que podrían dar testimonio de la importancia del Balashanti Program en sus vidas, como Fathima, de 45 años, quien hasta hace pocos años era una madre soltera en dificultad económica que no sabía cómo hacer para sacar adelante y educar a su hijo, el pequeño Aarish. Desde que el Balashanti Program empezó a ayudarla su vida ha cambiado. Aarish ha participado en los programas de formación gracias a una beca para estudiar a distancia. “También me ayudaron con alimentos -explica- me pusieron en contacto con médicos competentes y me invitaron a espectáculos y danzas que me permitieron distraerme y pensar en algo bello. Para mí ha sido muy importante”. Ahora Aarish ha crecido, tiene 15 años, es voluntario en el Shanti Ashram desde hace tres años. También gracias a su ayuda el Balashanti Program podrá ofrecer apoyo a más madres solteras y a sus hijos. Así, permanece encendida la esperanza de que esta cadena de ayuda se vuelva cada vez más robusta y contagiosa.
Cada día ante cualquier acción podemos descubrir qué rostro de Jesús Abandonado podemos amar a través de la misma. Esta es la sugerencia de Chiara Lubich para cumplir bien, perfectamente todo lo que tenemos que hacer. Amar a Jesús Abandonado. Es precisamente a este nombre, que toca tantos aspectos de nuestra vida como individuos y como comunidad, al que quiero referirme también hoy. Más precisamente quisiera decirles algo sobre una forma especial de amar a Jesús Abandonado, que es puerta y camino hacia nuestra santidad. […] En todas partes tenemos la maravillosa oportunidad de amarlo, de aliviarlo, de consolarlo, de poner remedio a males concretos, expresiones de Él. Esto es una gracia grande, porque con este trabajo siempre estamos en contacto con Él, con Jesús Abandonado, y amándolo podemos construir nuestra santificación. Pero hay distintos modos de amarlo. Se le puede amar mucho y se le puede amar poco, lo cual significa que con este amor podemos contribuir a nuestra gran santidad o a una pequeña […] Los santos buscaron y buscan, para la Gloria de Dios, ese amor que da el máximo rendimiento. ¿Escribimos nuestra historia para donar nuestra experiencia? Hagámoslo bien, muy bien, escuchando con gran atención su voz dentro de nosotros, esa voz que arroja luz sobre nuestro pasado y nuestro presente, esa luz que agrada a quien escucha y que atrae; y prestemos atención a lo que esa voz nos sugiere y a lo que corrige. Hagamos todas las cosas con empeño, con el máximo empeño. Dejemos de retocar nuestro trabajo solamente cuando esa voz ya no tenga nada más que decirnos. No maltratemos nunca la Obra de Dios; no hagamos nunca obras imperfectas. Hagámoslo todo bien, todo muy bien. […] Ante cualquier obra que emprendamos, tratemos de descubrir qué rostro de Jesús Abandonado podemos amar con ella y lancémonos a hacerla con perfección. Obras perfectas, pues, por amor a Jesús Abandonado y construir así nuestra santidad, nuestra gran santidad.
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Loppiano 20 de febrero de 1986) Cf. Chiara Lubich, Juntos en camino, Ciudad Nueva, Buenos Aires 1988, pp. 143-146
Entrevista a la presidenta de los Focolares publicada por Città Nuova italiana sobre el decreto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida sobre el relevo de los dirigentes de las agregaciones laicales. Favorecer la alternancia. Aprobado por el Papa Francisco, fue promulgado el pasado 3 de junio por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida un Decreto que regula la duración del mandato de los cargos de gobierno de las asociaciones internacionales. Cada mandato tendrá una duración máxima de cinco años por un período máximo de diez años consecutivos; es la norma indicada (con sus específicos detalles correspondientes entre los cuales posibles dispensas para los fundadores), mientras que una articulada nota explicativa ayuda a comprender el espíritu de dicha normativa: favorecer una mayor comunión eclesial, una sinodalidad más amplia, un auténtico espíritu de servicio, evitar los personalismos, los abusos de poder, aumentar el entusiasmo misionero y un verdadero estilo evangélico. Hemos hablado de ello con la presidenta de los Focolares, Margaret Karram. Presidenta, ¿les sorprendió el decreto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida referente al relevo de los dirigentes de las agregaciones laicales? No esperábamos un decreto de esta naturaleza en este momento del año, pero el contenido no nos sorprendió. Desde hace años, en el Movimiento de los Focolares se inició un proceso que tiene en cuenta la alternancia en los órganos de gobierno, en el centro internacional y en los países donde estamos presentes, estableciendo límites en los mandatos. El Decreto nos muestra una vez más a la Iglesia como madre. Estando al cuidado de asociaciones como la nuestra, acompaña y ayuda a cada realidad a encontrar formas organizativas que le permitan permanecer fiel a su carisma y misión, en consonancia con el camino de la Iglesia en el mundo de hoy. Por ello acogemos plenamente el espíritu y las determinaciones del Decreto, que además sale al encuentro de la reflexión abierta en el Movimiento sobre la representatividad en los órganos de gobierno, ya compartida con el Dicasterio. El íncipit del Decreto afirma que “las asociaciones internacionales de fieles y el ejercicio del gobierno en ellas son objeto de especial reflexión y consecuente discernimiento por parte del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida”. ¿Sienten que haya cierta preocupación por los Movimientos en general? ¿Y en relación al Movimiento de los Focolares? Yo diría que el Dicasterio ciertamente tiene una atención particular a los Movimientos, y somos testigos de ello, teniendo en cuenta que es de su particular competencia. Además, al ser una realidad tan variada, el Dicasterio ciertamente también tendrá alguna preocupación. El mismo Decreto subraya el “florecimiento” de dichas asociaciones y reconoce el hecho de que estas han aportado “a la Iglesia y al mundo contemporáneo una abundancia de gracia y de frutos apostólicos”. No es la intención de la Iglesia frenar el impulso carismático de los Movimientos, su fuerza innovadora y su impacto misionero. Quiere ayudarlos a lograr sus propios objetivos, que están siempre orientados al bien de la persona, de la Iglesia y de la sociedad. El Decreto ofrece elementos estructurales que pueden ayudar a reducir algunos de estos riesgos al limitar el tiempo en el que una persona puede ocupar cargos directivos. Sin embargo, no veo en estas intervenciones una particular concentración en el Movimiento de los Focolares, también porque ya es una práctica recogida en nuestros Estatutos la alternancia en los cargos de gobierno. El Papa Francisco en su discurso a los participantes en el III Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades en noviembre de 2014 indicó un método para alcanzar la madurez eclesial deseada también por sus dos predecesores: «No olviden que, para alcanzar este objetivo, la conversión debe ser misionera: la fuerza para vencer las tentaciones y las insuficiencias proviene de la alegría profunda del anuncio del Evangelio, que está a la base de todos los carismas”. ¿Qué opina? ¡Estoy plenamente de acuerdo! El deseo del Papa nos exige un doble compromiso: siempre es necesario volver al Evangelio, a la Palabra de Dios y ser conscientes de que el carisma del fundador no es otra cosa que una lectura nueva y actual de las palabras de Jesús, iluminadas por un don del Espíritu Santo que hace que las vivamos desde una perspectiva particular. Por lo tanto, debemos tener en cuenta que la espiritualidad que nace de un carisma, es una forma de anunciar el Evangelio y, por lo tanto, de trabajar por el bien de la Iglesia y de la humanidad. ¿Basta un saludable relevo generacional, una alternancia de las personas en los cargos directivos para asegurar un gobierno sinodal, realizado con espíritu de servicio y capaz de no repetir los errores del pasado, de los personalismos hasta los abusos de poder? Yo diría que esto no puede bastar si se quiere implementar un verdadero cambio cultural, duradero y fructífero. Creo que primero deberíamos preguntarnos cuál es el propósito del gobierno de una asociación como la nuestra. No es –aunque esto sea importante– el cambio generacional ni tampoco el evitar los errores del pasado. El objetivo principal de nuestro gobierno –como pienso de todo Movimiento eclesial– es garantizar que el Movimiento avance y se desarrolle en el espíritu genuino de su propio carisma, siguiendo el designio que emana de él y realizando las finalidades para las que el Espíritu Santo lo hizo nacer. El mismo decreto subraya que el gobierno “se ejerza en consonancia con la misión eclesial de las mismas (asociaciones), como un servicio orientado a la realización de sus propios fines y a la protección de sus miembros”. Es un trabajo de continua actualización, mejora y renovación que requiere sobre todo una conversión del corazón al Evangelio y a las propias raíces carismáticas. El relevo generacional en los órganos directivos, a través de una frecuente rotación en los cargos de gobierno, puede favorecer la actualización de una asociación, puede ayudar a evitar –como dice una nota explicativa del Dicasterio– “formas de apropiación del carisma, personalismos, centralización de las funciones así como expresiones de autorreferencialidad, que fácilmente producen graves violaciones de la dignidad y la libertad personales e, incluso, abusos reales”. Pero la alternancia de los cargos por sí sola no garantiza una gestión justa del poder. Necesitamos otros elementos que desde hace algunos años venimos implementando y mejorando continuamente, como por ejemplo, un itinerario de formación espiritual y humana hacia un liderazgo coherente con un estilo evangélico y con el propio carisma, por lo tanto, un estilo de gobierno que resalte el discernimiento comunitario, con nuevas formas de acompañamiento y modalidades sinodales para la elección de los candidatos a los cargos de gobierno. En concreto, dentro de tres años, varias de las personas elegidas durante la Asamblea General del pasado mes de febrero deberán ser sustituidas. ¿Tienen ya una idea de cómo proceder también para modificar los Estatutos actuales que prevén seis años para la duración de los cargos y la posibilidad de un segundo mandato? En algunos puntos ya estamos en línea con el nuevo Decreto, especialmente en lo que se refiere al límite máximo de dos mandatos consecutivos para los cargos de gobierno, lo que hay que cambiar ahora es la duración: de 6 a 5 años. Ya habíamos iniciado la constitución de una comisión para la necesaria revisión de nuestros Estatutos en varios puntos, a lo que ahora se suma el trabajo prioritario para la adecuación al Decreto. Es un trabajo que queremos hacer con calma y con cuidado, porque no quisiéramos solamente acoger esta nueva normativa “al pie de la letra” sino también y sobre todo su espíritu y estudiar bien cómo realizarlo no solo para los órganos centrales e internacionales, sino a gran escala, también en el gobierno local de los centros territoriales. En todo caso, nos gustaría hacer todo esto en diálogo con el Dicasterio, profundizando algunos aspectos puntuales y algunas dudas. Han dicho expresamente que están dispuestos a escucharnos en relación a eventuales cuestiones. El Papa Francisco, al reunirse con los participantes en la Asamblea General, había destacado algunas cuestiones a las que se debía prestar especial atención: la autorreferencialidad, la importancia de las crisis y saber gestionarlas bien, la coherencia y el realismo al vivir la espiritualidad, la sinodalidad. ¿Qué se ha hecho o se piensa hacer para dar seguimiento a estas indicaciones? Consideramos el discurso del Papa Francisco a los participantes de la Asamblea General como un documento programático, así como el documento final de la misma Asamblea. . Con gran alegría vemos cuánto la profundización y la búsqueda de formas de aplicación de estos dos documentos están dando sus frutos en las distintas áreas geográficas en las que nuestro Movimiento está presente. Están emergiendo dos puntos centrales: la escucha atenta al grito de sufrimiento de la humanidad que nos rodea, en el que redescubrimos el rostro de Jesús crucificado y abandonado y un nuevo espíritu de familia en nuestro Movimiento más allá de cualquier subdivisión. Esto expresa el núcleo de nuestra espiritualidad: ofrecer al mundo un modelo de vida al estilo de una familia; es decir, hermanos y hermanas a nivel universal, unidos entre ellos por el amor fraterno hacia cada hombre y mujer y preferencial por los que más sufren, por los más necesitados. ¿Con qué estilo y con qué modalidades se inició el nuevo gobierno del Movimiento de los Focolares? ¿Margaret Karram tiene al respecto alguna novedad en su corazón? Siento especialmente importante vivir en el gobierno del Movimiento una experiencia de “sinodalidad”. Esto significa llevar a cabo todo con espíritu de escucha y restablecer en las relaciones interpersonalesese amor evangélico fraterno, en la verdad y en la caridad, que también ilumina el puesto que le corresponde a cada uno, como por ejemplo en el Centro. Como Consejo General, por ejemplo, hemos hecho recientemente la maravillosa experiencia de ponernos a la escucha de nuestros responsables territoriales en todo el mundo. Ellos son los que tienen las “manos en la masa”, que conocen las potencialidades, las necesidades y las características culturales y antropológicas de nuestras comunidades. Escuchándolos, sobresalió toda la vivacidad y la creatividad del “pueblo de Chiara”, que quiere hacerse cargo de las diferentes formas de desunión y curar las heridas de la humanidad que lo rodea. Quizás ni siquiera sea necesario que el Centro Internacional dé siempre las directrices o dirija el itinerario del Movimiento. Lo importante es que el Centro siempre garantice la unidad de toda la Obra y que pueda poner de relieve lo que el Espíritu Santo va indicándonos para todos.
Stefano Zamagni, economista, director de la academia de Ciencias Sociales del Vaticano, habló recientemente en Loppiano (Italia) en el acto por los “30 años de la Economía de Comunión”. Transcribimos un fragmento de su discurso en el que destacó la contribución de la Economía de Comunión a la evolución del pensamiento económico.“(…) Debo confesar que cuando, hace exactamente 30 años, escuché el discurso de Chiara Lubich en Brasil cuando lanzó el proyecto Economía de Comunión, quedé muy impactado, casi conmocionado. Porque la economía como ciencia tiene muchas palabras: riqueza, rédito, eficiencia, productividad, equidad, pero no tiene la palabra comunión. Y me preguntaba: “¿Cómo es posible que una persona como Chiara, cuya matriz cultural no incluía una formación en materia económica, se haya podido lanzar a un desafío intelectual de ese tipo?”. Tenía que haber un carisma especial, hoy sabemos que así es. Esto me perturbó positivamente. Comencé a reflexionar y me pregunté: “Pero, ¿cómo es posible que, en la larga historia del pensamiento económico, en los siglos pasados, nunca se haya abordado un concepto como este?”. Unos años más tarde me encontré con la obra de Antonio Genovesi, el fundador de la economía civil y comprendí toda una serie de conexiones entre la Economía de Comunión y la economía civil. Evidentemente, al principio hubo muchas dificultades para la Economía de Comunión. Recuerdo que en 1994 en Ostuni (Puglia-Italia), el Meic (Movimiento eclesial de compromiso cultural) organizó seminarios culturales durante el verano. En una presentación presidida por un célebre economista italiano, dos focolarinas recién recibidas se atrevieron a presentar el proyecto de Economía de Comunión. Este profesor empezó a decir: “Esto es una tontería, porque no reúne el criterio de racionalidad”. Yo, que estaba presente, le pregunté: “¿Pero crees que el gesto del buen samaritano reúna el criterio de racionalidad?”. Él que era inteligente lo comprendía. “Ves – continué – tú eres esclavo de un paradigma, de una forma de pensar que has mamado de tus estudios sin ponerte el problema, porque la racionalidad en la que piensas es la racionalidad instrumental, pero también existe la racionalidad expresiva. ¿Quién dijo que la racionalidad instrumental es superior a la expresiva? ¿No sabes que la Economía de Comunión está inscrita en el modelo de la racionalidad expresiva? Donde expresiva significa que se expresa un carisma, porque los carismas deben expresarse y traducirse en realidad histórica”. La Economía de Comunión ha permitido recuperar esa tradición de pensamiento de la economía civil que nació en Nápoles en 1753. Hoy pensamos en la economía y en la escuela de economía civil que precede Luigino Bruni. Pero pensemos en el último gran evento que es la “Economía de Francisco” que no es más que una mezcla entre la economía civil – que es un paradigma, que significa una mirada a la realidad que luego se plasma en modelos, proyectos, en diferentes teorías – y la economía de comunión. Evidentemente, el evento aún es reciente, pero estoy seguro de que pronto conocerá una nueva temporada. Para terminar, quiero utilizar una palabra que, lamentablemente, ha desaparecido del uso al menos desde hace un siglo: “conazione”. Es una palabra acuñada por Aristóteles hace 2400 años. Es el resultado de la mezcla entre conocimiento y acción y significa que el conocimiento debe ponerse al servicio de la acción y la acción no puede ejercitarse y dar frutos si no sobre una base de conocimiento. Digo esto porque el desafío de la Economía de Comunión para los próximos 30 años y más es fortalecer el componente cognitivo. Hasta ahora, se ha dado prioridad a la acción, a los logros. Pero debemos ser conscientes de que, si la acción no se nutre continuamente del conocimiento, corre el riesgo de implosionar. Chiara Lubich tenía capacidad de intuición, comprensión y, por tanto, de anticiparse incluso en temas en los que no era especialista. De hecho, la contribución de la Economía de Comunión a la evolución del pensamiento económico como ciencia ha sido notable. Y hoy podemos hablar de ello en nuestras universidades: el profesor Luigino Bruni dirige un programa de doctorado de investigación en la Lumsa (Universidad Maria Assunta) en Roma (Italia) en economía civil y economía de comunión. Aquí en Loppiano está el Instituto Universitario Sophia y también en otras universidades ya no está prohibido hablar de Economía de Comunión. Desde mi punto de vista, este es un gran resultado (…)” Para ver la transmisión en directo de Loppiano por el 30 aniversario de la Economía de Comunión clic aquí