Movimiento de los Focolares

Pascua, una renovación de todos nosotros

Aunque la emergencia del coronavirus aún continúa, la Pascua es una oportunidad para pasar de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz a través del amor al hermano. La fuerza de la solidaridad y de la fraternidad universal nos ayuda a mantener viva la esperanza de un mundo más unido. Son los deseos pascuales de la Presidente de los Focolares, Margaret Karim y de muchas personas de todo el mundo. Vea el vídeo con subtítulos en italiano, inglés, español, francés y portugués. https://youtu.be/2BVukpY5b5s

Para ser un pueblo de Pascua

Queridísimos: Se acerca Pascua, la fiesta más grande del año, y con ella la Semana Santa, desbordante de los misterios más preciosos de la vida de Jesús. Estos misterios se recuerdan sobre todo el jueves, el viernes, el sábado santo y el domingo de Resurrección y representan para nosotros otros tantos aspectos centrales de nuestra espiritualidad. […] Entonces, ¿qué podemos vivir en el aproximarse la Semana Santa y durante esos benditos días? Pienso que si vivimos la Pascua, es decir, si dejamos vivir al Resucitado entre nosotros, tenemos el mejor modo de vivirlos todos. Para que el Resucitado resplandezca entre nosotros, debemos amar a Jesús Abandonado y estar siempre -como decimos nosotros- “más allá de su llaga”, donde la caridad es reina. Luego, es ella la que nos impulsa a ser el Mandamiento Nuevo en acción; la que nos impulsa a acercarnos a la Eucaristía, […]es la caridad la que nos lleva a vivir la unidad con Dios y con los hermanos. Así, todos juntos seremos, realmente ese “Pueblo de Pascua” que a alguien le pareció entrever en nuestro Movimiento. (1)

Chiara Lubich

https://vimeo.com/529522295 (1) Conexión CH, Sierre, 24 de marzo de 1994

Un viaje vivo de profundización de la fe

Un viaje vivo de profundización de la fe

Es el camino hacia la próxima Jornada Mundial de la Juventud en 2023. Las respuestas de una joven de los Focolares que colabora en la realización del evento. La próxima Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar en Lisboa, la capital de Portugal, en 2023 sobre el tema “María se levantó y fue rápidamente” (Lc 1,39). La pandemia deja preguntas abiertas, pero el trabajo preparatorio se ha puesto en marcha hace tiempo. Mariana Vaz Pato, una joven del Movimiento de los Focolares, forma parte del equipo local que colabora para la realización del evento.

la cruz de la JMJ

El lema de la JMJ elegido por el Papa recuerda el “sí” de María a Dios y su prisa por visitar a su prima Isabel, como narra el Evangelio. ¿Qué significa esto para los jóvenes de hoy, especialmente en estos tiempos de pandemia? “Este tema, en primer lugar, nos muestra una acción “María se levantó”. Podemos entender que el Papa nos desafía a salir de nuestra zona de confort, a levantarnos e ir al encuentro del otro. En segundo lugar, tenemos el “sí” de María a Dios, que nos sirve de ejemplo para decir nuestro “sí” y salir en misión. El Papa lanzó el tema en el 2019, antes de que existiera esta pandemia. En este momento, el tema elegido puede parecer contradictorio con lo que estamos viviendo, pero nos dice que la pandemia no puede ser un obstáculo para seguir a Dios, que hace posible lo que parece imposible”. Se exhorta a los jóvenes de todo el mundo a identificarse con María. Es un modelo elevado: ¿cómo podemos inspirarnos en ella en nuestra vida diaria? “En Panamá, el Papa dijo que María es la “influencer” de Dios y que en su sencillez dijo su “sí”, convirtiéndose en la mujer más influyente de la historia. Es cierto que transformar el mundo es una misión ambiciosa, pero María supo hacerlo con sus virtudes. Si seguimos su ejemplo vamos por buen camino”. ¿En qué momento se encuentran con la preparación del evento? ¿Cuántos jóvenes se esperan? “Dadas las circunstancias es difícil de predecir. El logo se lanzó en octubre, la ceremonia de presentación del símbolo se llevó a cabo en noviembre y el himno se lanzó recientemente. También se desarrolló un itinerario de catequesis para que la JMJ no sea solo un evento sino un camino vivo de profundización de la fe. No sabemos cómo será el mundo en 2023, pero los equipos están trabajando para hacer de este evento un momento decisivo en la vida de los jóvenes y para la renovación de la Iglesia y la sociedad”. Algunos jóvenes del Movimiento de los Focolares están involucrados en este trabajo preparatorio… “La Iglesia se está organizando en comisiones que preparan el programa y se encargan de los aspectos logísticos. Como Movimiento estamos presentes en estas comisiones con jóvenes, focolarinos, parejas y personas del Movimiento parroquial, con diversas tareas: desde la Pastoral de juventud a la comunicación con las comunidades locales y el Movimiento parroquial en Portugal, y luego la comunicación con la región de Europa occidental y con los centros juveniles del Movimiento. Esta experiencia es un desafío, con todos los imprevistos de estos tiempos, pero también es un alegría descubrir el aporte que podemos dar como Movimiento y, sobre todo, poder hacer este camino junto a la Iglesia”. Claudia Di Lorenzi  

Mae Sot: entre Tailandia y Myanmar para ayudar a los más pobres

Mae Sot: entre Tailandia y Myanmar para ayudar a los más pobres

A pesar de los violentos enfrentamientos en Myanmar prosigue la ayuda de la comunidad de los Focolares “Gota a gota” para dar testimonio de la fraternidad universal en medio de la pandemia y la revolución. Referimos noticias del viaje que hicieron los focolarinos de la zona a principios de marzo (las actividades se realizaron siguiendo la normativa Covid prevista en el país). Todavía hoy Myanmar vive una revolución que empezó el pasado 22 de febrero bajo el nombre ‘22222’. Este país, conformado por grupos étnicos diferentes y rico de bellezas naturales y de materias primas, de 1947 al 2010 vivió la guerra civil más larga de la historia de la humanidad. Entre las varias revoluciones intentadas está la del 8 de agosto de 1988 denominada ‘8888’ (con miles de muertos) y la del 2007, la ‘revolución azafrán’ por el gran número de monjes budistas que iniciaron la protesta y que perdieron la vida. En los enfrentamientos de 1988 miles de personas empezaron a emigrar a la frontera con Tailandia, precisamente a la provincia de Tak, a la pequeña ciudad de Mae Sot, después a Mae Hong Song, y también más al sur, hacia Kanchanaburi. Hoy, después de 32 años, todavía hay nueve campos de refugiados con millones de birmanos que trabajan en Tailandia. Los focolarinos presentes en la zona desde 1988 empezaron a ayudar a muchos jóvenes conocidos algunos años antes en Rangoon y en Bassein. “Nuestro contacto con ellos -cuenta Luigi Butori, focolarino que vive en Ho Chi Min en Vietnam y que desde hace años viaja a estas zonas -se remonta a cuando el Padre Justine Lewin, un sacerdote vinculado a los Focolares, llegó a Mae Sot para ayudar a esta gente que vivía no sólo en los campos de refugiados, como el de Mae La que era el más famoso, donde había 50 mil personas, sino también en la pequeña ciudad de Mae Sot, esparcida en los campos, a menudo en las cercanías de las fábricas donde trabajaban, o en los sembradíos de maíz. Eran los primeros años del 2000 cuando empezamos a encaminar pequeños proyectos en el campo de Mae La y poco a poco también en la ciudad de Mae Sot, el objetivo era dar de comer y vestir a la gente”. En el 2011 nació un puente de solidaridad entre Italia y Mae Sot. La comunidad de los Focolares de Latina en Italia central, junto con algunos alumnos de la profesora Maria Grazia Fabietti, empezaron a hacer algo para ayudar a los niños y a las personas que viven en la frontera entre Tailandia y Myanmar. “Para los 50° cumpleaños de uno de estos amigos italianos, Paolo Magli, se recogió dinero para ayudar a estos grupos de la etnia Karen (una población que escapó de Birmania durante los conflictos y que durante años se vieron obligados a vivir como refugiados en la frontera entre Myanmar y Tailandia), en el campo de refugiados de Mae La pero sobre todo fuera -explica Luigi-. Fue el inicio de Gota a Gota. Hoy día a través de este proyecto se ayuda a más de 3300 personas en tres países del sudeste asiático y se colabora también con la asociación Charis de Singapur para ofrecer una ayuda a quien se ve afectado por la pobreza, la soledad, la enfermedad y también por la pandemia. Vietnam, Tailandia y Myanmar representan para nosotros la ‘posibilidad de amar concretamente’, hay personas que han conocido el espíritu de la fraternidad universal y hoy hacen todo lo posible para ayudar al excluido, al marginado, al rechazado, al enfermo y al solo”. Gota a Gota ayuda a todos, a personas de la etnia Karen, Bama, Kachin, Thai Yai, y a los Xtieng y Hmong en Vietnam pero también a musulmanes indigentes que están en contacto con el focolar de Bangkok. A principios de marzo los focolarinos fueron a Mae Sot con una buseta llena de alimentos, tela, juguetes y otras cosas, como presenta el vídeo que podrán ver (las actividades se realizaron siguiendo las normas Covid del país). Los donativos llegaron de parte de musulmanes, budistas, cristianos y de tantas personas en contacto con el focolar. “Cada uno es un hermano y una hermana -prosigue Luigi-. Queremos vivir una de las páginas más bellas escritas por Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares hace muchos años: “Señor, dame a todos los solos, siento que mi corazón late por toda la soledad que hay en el mundo entero*’’. El último proyecto que ha nacido es para ayudar a seis mamás abandonadas en Mae Sot con sus quince niños. “Les hemos hecho llegar dos máquinas de coser y 15 Kg de tela de algodón para poder cortar y coser, para fabricar camisas, faldas y pantalones para quienes tienen necesidad -cuenta Luigi-. Es una alegría y una fiesta ver cómo las personas se ayudan entre ellas. La fraternidad universal es una realidad que toma cuerpo, día tras día, y Gota a Gota representa esto precisamente”.

Lorenzo Russo

https://youtu.be/xv5W3hxZInc * Meditación: “Señor dame a todos los solos” de Chiara Lubich – septiembre de 1949

Ahora al cien por cien

Amar a Dios y amar al prójimo cuando se está bien, es bastante fácil. Pero cuando se está mal, también físicamente, puede convertirse en un enorme reto. Chiara Lubich propone un programa de entrenamiento, para prepararse bien, un programa que también prevé el fracaso. Como todos sabemos, nuestro Ideal se puede definir con una sola palabra: amor. El amor es toda nuestra vida. El amor es el alma de nuestra oración, de nuestro apostolado, de todas las expresiones de nuestra existencia El amor es también la salud de nuestra vida spiritual individual, igual que el amor recíproco es nuestra salud como comunidad, como Cuerpo místico de Cristo. En efecto, cuando amamos estamos bien, íntegros, delante de Dios, tanto si disfrutamos de la integridad física como si estamos enfermos. Pero amar cuando estamos sanos es fácil: es fácil amar a Dios y a los hermanos. Amar cuando estamos enfermos, es más difícil. […] [Quisiera] hacerme y hacerles una pregunta: ¿Es justo tal vez que quien se encuentra en unos momentos tan difíciles de su vida terrenal viva con tanto empeño el enlace de su alma con Jesús Abandonado, y nosotros, que tenemos quizás más salud física, vivamos con mediocridad nuestra tensión a la santidad? ¿Debemos dejar siempre que Dios permita que nos enfrentemos a pruebas especiales, de esas que parecen quitarnos el respiro, para que nos decidamos a amarlo enteramente? […] Entonces […] no podemos perder el tiempo. Todos tenemos al Espíritu Santo en el corazón y sabemos lo que nos pide y sus indicaciones. Es Él quien nos dice: aquí hay que amar a Jesús Abandonado, en un dolor por ejemplo, o en una dificultad. En esta ocasión hay que preferirlo en una virtud, en el amor fraterno por ejemplo; en esa otra hay que elegirlo en un aspecto de la Obra, de la Iglesia, o de la humanidad… Tenemos que hacer el propósito de amarlo día a día, siempre, […] al cien por cien. Y […] repetir antes de cada una de nuestras acciones: «Por Ti». Además, si nos asustase una vida así, […] recordemos lo que Jesús nos recomendó: «A cada día le bastan sus problemas» (Mt 6, 34). Ocupémonos, pues, del rostro de Jesús Abandonado de hoy, de cada momento; mañana tendremos otras gracias. Así iremos acumulando días plenos, totalmente consagrados a Él, y con ellos construiremos nuestra santidad. Si sucede que fallamos, si traicionamos, si nos bloqueamos, sabemos que más allá de todas estas circunstancias está su rostro. Que cada noche podamos respondernos a nosotros mismos, o mejor, a Jesús  que en el fondo del corazón nos pregunta cómo ha ido el día: «Bien, al cien por cien». […] Al abrazar a Jesús Abandonado al cien por cien, el Resucitado resplandece en nosotros y entre nosotros y da testimonio. […]

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 16 de enero de 1986) Cf. Chiara Lubich, Juntos en camino, Ciudad Nueva Argentina, 1988, pp. 137-139.  

Nuestra aventura en Huaycán

Nuestra aventura en Huaycán

En la periferia oriental de Lima, en Perú, la comunidad de los Focolares asiste cada día a personas que viven en la extrema pobreza, compartiendo alimentos, ayuda material, alfabetización y experiencias evangélicas. Huaycán, está ubicada en la perifería Este de Lima (Perù). De los 200.000 habitantes, el 90% son inmigrantes de los  Andes, huyendo de la pobreza. Conservan sus tradiciones y su lengua, el quechua, el antiguo idioma de los incas. En las partes altas de los cerros, viven personas en la pobreza extrema. Sus viviendas con piso de tierra y de un solo ambiente (las camas junto a la cocina), carecen de agua potable, luz, desagües… Son, en su mayoría, vendedores ambulantes. Algunas mujeres son limpiadoras de casas y algunos hombres ayudantes de construcción o recolectores de chatarra. La comunidad de Lima, miró y eligió esa “llaga de Cristo” para amarla con predilección. “Llegamos a Huaycán –recuerda Elsa– alrededor del 1998, cuando con Tata, Carmen, Mary y Milagros llevamos la Palabra de Vida a una comunidad cercana al “Colegio Fe y Alegría”, de las Hermanas franciscanas. Luego se unieron Elba, Mario, Lula, Yeri, Fernando y Eury, Cristina… Íbamos a las partes altas de los cerros y compartíamos con los más pobres las experiencias del Evangelio vivido. Padecían enfermedades, violencia familiar, promiscuidad, desempleo, droga, hambre…”. “Nos sentábamos sobre piedras –cuenta Elba–. Luego, entrando en confianza, sacaban sus sillas. En el invierno, nos invitarnon a sus humildes habitaciones. Allí conocimos a Olinda, la cocinera del Colegio, quien nos abrió su casa para reunirnos. Una hermosa persona que fue nuestro punto de referencia local. La muerte de su hijo, primero, y luego la suya repentina nos causó mucho dolor”. Para aliviar las necesidades, la comunidad de Lima impulsó varias iniciativas: ayudas materiales, sostén educativo de los niños, formación y alfabetización de los adultos, apoyo psicológico, seguimiento y ayuda sanitaria, venta de ropa usada … “Cada año celebramos juntos la Navidad, el Día de la Madre, organizamos paseos y, algunos, participan de las Mariápolis anuales –recuerda Mario–. Una pareja, luego de prepararse, se casó durante una de las Mariápolis, presentes sus 5 hijos y los familiares. Un hecho que marcó sus vidas, como la de tantos que se encontraron con Dios Amor.” “Con la pandemia –sigue Cristina–, muchos perdieron el trabajo y no tenían para dar de comer a sus hijos. Nos organizamos con algunas familias para procurar los víveres necesarios y distribuirlos entre los más necesitados. Una mujer puso en función un horno, que tenía inactivo, para producir pan. De marzo a junio, distribuímos 140 canastas de víveres y 12.720 panes. Conocimos la más pobre comunidad “Granja Verde”, necesitada de un comedor donde preparar alimentos. Nos organizamos: ellos ofrecieron un terreno, colocaron el piso de cemento. Nosotros, la cocina con los utensilios necesarios y un tanque de 2.500 litros de agua potable. El comedor se inauguró el 15/11/2020 y comenzó a operar al día siguiente. Hoy se producen 100 menús diarios. Sabemos, como nos recuerda el Papa Francisco, que si nos olvidamos de los pobres, Dios se olvidará de nosotros. Huaycán, llaga de Cristo, es nuestra predilecta y nuestra gran oportunidad para obtener la bendición de Dios”.

Gustavo E. Clariá