Feb 19, 2021 | Sin categorizar
A partir del compromiso de una pequeña comunidad en el territorio de Murcia (España) han nacido muchas actividades para abrir espacios de diálogo y solidaridad: encuentros entre ciudadanos y políticos, eventos culturales, actividades por emergencias sociales y humanitarias.
Aljucer es una pequeña ciudad de la región de Murcia, en el sur de España. Aquí hace doce años la comunidad local de los Focolares se preguntó cómo concretar el compromiso de vivir la fraternidad e incidir a nivel social en esta localidad inmersa en una zona fértil cercana al mar Mediterráneo, en la que tampoco faltan las emergencias pequeñas o grandes. El primer paso fue encontrar el camino para actuar formas de participación en la vida de la ciudad más abiertas e inclusivas. Por ello, en colaboración con otros grupos, dieron vida a la asociación cultural “ACLF Aljucer”. “La primera experiencia que hicimos como asociación -relatan- fue reunir a varios alcaldes que administraron la ciudad en el período democrático español. No fue fácil hacer las invitaciones, pero al final todos aceptaron participar. Tuvieron la oportunidad de presentarse, recordar los tiempos en el que desempeñaron en sus encargos y, en algunos casos, de reconciliarse. Al final, nos agradecieron, nos animaron a seguir en esa línea”.
Fue una experiencia que hizo surgir una idea: replicar cada año encuentros para acercar a políticos y ciudadanos. Así nacieron: “Nuestras manos” y “The Speaker”. “El primer evento, que ya llegó a la décimo segunda edición -explican- se realiza antes de las elecciones y ofrece un ambiente sereno que favorece el diálogo entre ciudadanos y candidatos. En el segundo evento en cambio se elige un argumento de actualidad y se da la palabra a los políticos y a los ciudadanos. Las intervenciones y las propuestas son recogidas, publicadas en el sitio de la Asociación y ofrecidas como aporte al Consejo Comunal. Algunos temas propuestos han sido profundizados y, a partir de esta experiencia, surgió la idea de un Centro Cultural en los espacios municipales que se está realizando”. Otro campo de actividad de la Asociación es el cultural: conciertos, presentaciones de libros y exposiciones. Y después “Aljucereños”, un evento en el cual personajes de la cultura, de la música, de la pintura, de la literatura, de la política, de la economía y de la medicina, relatan sus experiencia de vida y las motivaciones de sus elecciones. Con otras Asociaciones se promueve un encuentro mensual y organizan la Feria Anual de las Asociaciones.
Pero para realizar la fraternidad es necesario también escuchar y responder a los dolores y a las heridas del territorio. “El primer paso en el campo de la solidaridad -prosiguen- fue una cena para el proyecto ‘Fraternity with Africa’, para financiar becas para jóvenes africanos que se comprometieron a trabajar por su país por lo menos por cinco años. En poco tiempo se convirtió en nuestra principal actividad, por la cual muchos nos conocen”. En la realización de las cenas, en donde se reúnen alrededor de doscientas personas, colaboran empresas y asociaciones. En cada edición se ofrece un informe sobre la evolución del proyecto”. Pero la Asociación también colabora con iniciativas promovidas por otros entes en programas de apoyo a emergencias humanitarias (Filipinas, Madagascar, Croacia) y está comprometida a favor de los refugiados que ha provocado la guerra en Siria. La última actividad fue una colecta de fondos a favor de Líbano, después de las explosiones en Beirut de agosto 2020. Y también cuando las emergencias llegan cerca de casa no se echan para atrás. “El año pasado -explican- nuestra prioridad fue recoger agua y víveres para las personas afectadas por las inundaciones de nuestra región. También organizamos actividades de voluntariado y colectas de material escolar para una escuela de nuestro territorio con un alto porcentaje de población en riesgo social. En el último año hemos sostenido a tres familias víctimas de la pandemia, con alimentos, medicinas y ayuda económica. Difundimos todas estas actividades a través del sitio web y la página de facebook de la Asociación, medios que nos ayudan a promover una cultura solidaria a amplia escala”.
Anna Lisa Innocenti
Feb 15, 2021 | Sin categorizar
Si la espiritualidad de los Focolares, centrada en el amor al hermano, es una expresión del Evangelio, entonces, también la “perfección en las virtudes”, como la conoce la tradición cristiana, debe ser realizable en la relación con los demás, con los hermanos. Esta es la convicción que Chiara Lubich explica en el siguiente texto. Para poder hacer de la vida un Santo Viaje, y que esa concluya como deseamos, La Imitación de Cristo, ese libro de piedad y de meditación tan rico de espiritualidad, que muchos de nosotros conocemos, dice que hay que tener algunas cualidades muy difíciles: el completo desprecio del mundo, el deseo ardiente de progresar en la virtud, el amor al sacrificio, el fervor en la penitencia, la renuncia a uno mismo y el saber soportar cualquier adversidad… Son cualidades que es necesario que también todos nosotros poseamos. Sin embargo, tenemos que preguntarnos: según nuestra espiritualidad, ¿de qué manera podemos adquirirlas? La respuesta es clara y segura: nosotros no estamos llamados por Dios a realizar todo esto a través de una vida monástica y apartada del mundo. Estamos llamados a permanecer en medio del mundo y a llegar a Dios a través del hermano, es decir, a través del amor al prójimo y del amor recíproco. Comprometiéndonos a proseguir por este original camino evangélico es como descubriremos, como por encanto, nuestra alma enriquecida con todas esas virtudes. Es necesario el desprecio del mundo: No hay mejor desprecio de una cosa que el olvidarse de ella, ignorarla, descuidarla. Si todos nosotros tendemos a pensar en los demás, a amar a los demás, no nos cuidamos del mundo, lo olvidamos, y por tanto lo despreciamos, aunque esto no nos dispense de hacer nuestra parte, para alejar sus sugestiones, cuando nos ataquen. Es necesario progresar en la virtud: Pero es con el amor con lo que se logra eso. ¿No está escrito acaso: “Corro por el camino de tus mandamientos, pues tú dilatas [con el amor] mi corazón”?[1] Si amando al prójimo se corre para cumplir los mandamientos de Dios, quiere decir que se progresa. Es necesario el amor al sacrificio: Amar a los demás significa precisamente sacrificarse a sí mismos para dedicarse al hermano. El amor cristiano es sinónimo de sacrificio, aunque comporte mucha alegría. Es necesario el fervor de la penitencia: En una vida de amor es donde encontraremos la mejor y principal penitencia. Es necesaria la renuncia a uno mismo: En el amor hacia los demás está siempre implícita una renuncia a sí mismo. Es necesario, en fin, saber soportar las adversidades: ¿No es cierto que muchos dolores son causados en el mundo por la convivencia con los demás? Debemos saber soportarlos todos y amarlos por amor a Jesús Abandonado y así superaremos en nuestra vida muchos obstáculos. Sí, en el amor al prójimo encontramos un modo excelente de hacer de la vida un “Santo Viaje”. […]
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 27 de noviembre de 1986) Extraído de: “Cualidades indispensables para hacer un Santo Viaje”. Cf. Chiara Lubich, Juntos en Camino, Ciudad Nueva Argentina, 1988, pp.191-192. [1] Sal 119, 32
Feb 12, 2021 | Sin categorizar
Éste es el título del congreso que tendrá lugar los días 18 y 19 de febrero próximos, promovido por el Centro Chiara Lubich y por la Biblioteca Nacional Central de Roma. Consonancias y puntos de encuentro de la espiritualidad de la unidad con las ideas y el pensamiento de los grandes de nuestro tiempo. ¿Cómo nos imaginamos un diálogo entre Chiara Lubich, Dietrich Bonhoeffer, Simone Weil, el Mahatma Gandhi, y también con Giorgio La Pira, Martin Luther King o incluso Mijail Gorbachov? Cuando sucede que la visión de una personalidad se cruza con la de otros “grandes” de su tiempo o de otros tiempos, a menudo tales convergencias potencian o enriquecen un movimiento de ideas transversal, capaz de alcanzar porciones de humanidad vastísimas e imprimir una dirección de marcha hacia un cambio duradero. Además, poner en diálogo la idea de la unidad de Chiara Lubich con distintas personalidades que hicieron historia, es la intención del congreso “Más allá del siglo XX. Chiara Lubich en diálogo con nuestro tiempo” (18/19 de febrero de 2021), promovido por el Centro Chiara Lubich y por la Biblioteca Nacional Central de Roma. Será posible seguir el evento online en el canal YouTube de Città Nuova, en castellano, italiano, inglés y portugués. JUEVES 18/02 Y ITALIANO https://youtu.be/hePSudSFdbo PORTUGUÊS https://youtu.be/91uF6G4uJ80 ENGLISH https://youtu.be/_vKWn0NNP_Q ESPAÑOL https://youtu.be/Awo4Z3sbQU0 VIERNES 19/02 ITALIANO https://youtu.be/R1NtYaCUifA PORTUGUÊS https://youtu.be/pQKtuCs1loQ ENGLISH https://youtu.be/s8H4u-LHC70 ESPAÑOL https://youtu.be/TNFO84-RZBM El congreso afrontará el pensamiento, la experiencia histórica, política, económica y literaria de Chiara Lubich gracias al aporte de académicos y estudiosos de distintas disciplinas: Miguel Ángel Moratinos, Andrea Riccardi, Piero Coda, Alessandra Smerilli, Vincenzo Buonomo, Pasquale Ferrara, Maurizio Gentilini, Giulia Paola De Nicola, Adriano Roccucci, Cristiana Freni, Lucia Tancredi, Aldo Civico, con la participación de otros países a través de Andras Fejérdy de Hungría y Vinu Aram de la India, sólo para citar a algunos. El congreso se desarrollará en cuatro sesiones: histórica, literaria, socio-política y una última dedicada a algunas figuras del siglo XX. Chiara Lubich atravesó el siglo XX y vivió el inicio del nuevo milenio, mirando este cambio de época desde la perspectiva de la fraternidad universal, convencida –como dijo muchas veces– que “la unidad es un signo de los tiempos”. Las consonancias que el congreso quiere poner de relieve superan ampliamente el análisis del pensamiento de Chiara Lubich, porque lo colocan en diálogo y lo cotejan con figuras de grandes personalidades que, aun con recorridos de vida y culturales distintos, fijaron la mirada hacia la misma dirección. Además del Movimiento de los Focolares, colaboran con el congreso el Instituto Universitario Sophia, la editorial Città Nuova, New Humanity y la Fundación del Museo Histórico de la Provincia de Trento.
Stefania Tanesini
Feb 12, 2021 | Sin categorizar
29 de marzo de 1922 – 1° de noviembre de 2020 Jesuita y religioso de los Focolares, fue un gran educador y padre espiritual. Poco antes del amanecer de la fiesta de todos los santos, en la enfermería de los padres jesuitas de Roma, el Padre Paolo Bachelet subió a la Casa del Padre. El 29 de marzo del 2020 había cumplido 98 años. El Padre Paolo entró en la Compañía de Jesús el 7 de diciembre de 1941. Fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1951. Terminó su formación con los votos solemnes el 3 de febrero de 1958. Conoció el Movimiento y su Espiritualidad de la Unidad en los años ‘50, cuando era estudiante de Teología en la Universidad Gregoriana, donde tuvo como compañero de estudios a Pascual Foresi, co-fundador del Movimiento. Enseguida se creó entre ellos un vínculo espiritual que nunca se interrumpió. Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, le “confió” una frase del Evangelio para que viviera en su cotidianidad, para que se convirtiera en su Palabra de Vida: “Es necesario que Él crezca y que yo disminuya” (Jn. 3,30). Cuando adhirió a la Espiritualidad de los Focolares entró a formar parte del grupo de religiosos del Movimiento y vivió muchos años, primero en el seminario regional de Anagni (Italia), después en la Capilla de la Universidad La Sapienza de Roma. Fue un gran educador y padre espiritual. Muchos ex-seminaristas de Anagni, incluso aquellos que llegaron a ser obispos, siguieron dejándose guiar espiritualmente por él. En la Capilla universitaria de La Sapienza, donde vivió de 1987 al 2003, fue muy amado y buscado como acompañante espiritual tanto por los estudiantes como por los docentes universitarios. Vivir con él una fuerte relación espiritual siempre era fuente de enriquecimiento y de edificación espiritual. Tenía una gran capacidad de escucha. Realmente sabía hacerse a un lado para acoger plenamente al otro. Al comunicar su alma dentro del pequeño grupo de los religiosos que compartían con él la Espiritualidad de la Unidad, a menudo refería cómo en muchos coloquios se encontraba delante de temas para los cuales no tenía una respuesta. No se preocupaba por eso porque constataba que quien le confiaba sus problemas, gracias a su escucha discreta y atenta, encontraba por sí mismo la luz y la respuesta. Lo comunicaba como un fruto de la presencia espiritual de Jesús que estaba en ese momento presente entre él y su interlocutor, tal como dice el Evangelio «Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos» (Mt 18,15-20). Tenía un amplio conocimiento de la Teología Moral y del Derecho Canónico. Siempre le dedicó gran atención a las familias y, con la colaboración de un focolarino casado y otros del Movimiento de los Focolares, en los años ‘90 colaboró con la formación de la asociación Familias Separadas Cristianas (FSC). Siguió con mucha dedicación el grupo romano de la asociación hasta el 2017, cuando se transfirió a la enfermería de Via dei Penitenzieri en Roma. Siguió con atención la preparación y realización del Sínodo de los Obispos sobre la familia. Algunas de sus observaciones, que llegaron a la Secretaría General del Sínodo, se pueden encontrar en el documento final: Amoris Laetitia. Recordamos al Padre Paolo como un hijo espiritual de Chiara Lubich y como un verdadero hermano en el compartir la Espiritualidad de la Unidad, que ahora nos acompaña desde el Cielo.
Armando Ceccarelli S. J.
Feb 10, 2021 | Sin categorizar
De las comunidades de los Focolares de Croacia, Macedonia y Serbia, donde se experimenta la alegría de dar gratuitamente para ayudar a quien pasa dificultades. “La comunión de los bienes que nosotros hacemos nació observando la primitiva comunidad cristiana: hemos visto que ahí ponían en práctica y debido a la comunión de los bienes no había ningún indigente (…). Entonces esa es la fórmula, nosotros decíamos: si todo el mundo viviera la comunión de bienes los problemas sociales, los pobres, los hambrientos, los desheredados, etc. ya no existirían”. Son las palabras de Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, cuando lanzó el proyecto de la Economía de Comunión, en 1991, relatando cómo nació en el Movimiento la costumbre de practicar la comunión de bienes, materiales y espirituales. En 1943, en Trento, la guerra había destruido la ciudad y muchos habían perdido la casa, el trabajo, algún familiar. Delante de tanta desesperación, a la luz de las palabras del Evangelio meditadas en los refugios -Chiara y sus primeras compañeras decidieron hacerse cargo de los más necesitados. “Teníamos el objetivo de actuar la comunión de bienes en la más amplia escala posible para resolver el problema social de Trento. Yo pensaba: “hay dos, tres localidades donde están los pobres… vamos ahí, llevamos lo que tenemos, lo compartimos con ellos”. Era un razonamiento sencillo, es decir, nosotros tenemos más, ellos tienen menos; elevaremos su nivel de vida hasta llegar a una cierta igualdad”. Después de ochenta años, la práctica de la comunión de bienes es en el Movimiento una realidad siempre viva. Cada uno dona libremente según sus posibilidades; a menudo es una expresión de gratitud por haber recibido. Se multiplican las experiencias por doquier en el mundo. Desde Croacia cuentan: “Fui a comprar 10 Kgs. de semilla para mis pollos. El señor que me la vendió no quiso el dinero. Doné lo que había ahorrado para la comunión de bienes extraordinaria en este tiempo de pandemia”. Ciertamente no siempre se trata de dar bienes materiales y dinero, pero el compromiso refuerza el valor del gesto: “Recientemente le vendí vino a un vecino, el me dio más dinero y no quiso el vuelto. Lo di para la comunión de bienes extraordinaria, pero no fue fácil, tuve que superar mi modo de pensar humano”. En cambio es común la experiencia de recibir después de haber donado. Es el “Den y se les dará”(Lc 6,38) evangélico que Chiara y sus primeras compañeras experimentaban concretamente. Desde Macedonia: “Ayudamos a algunas familias que se quedaron sin trabajo por la crisis causada por la pandemia, dándoles comida, medicinas y material escolar. Una pequeña ayuda, pero una de ellas nos dijo que con eso había podido comer durante dos semanas. Poco después una familia nos hizo una donación que cubría todos nuestros gastos. Todo circula”. Y también es común la alegría de dar y de recibir. En Serbia la comunión de bienes pudo ayudar a una familia con hijos donde el padre y la madre estaban enfermos y sin trabajo. Viven de la producción de su huerto y para pagar las facturas Toni ayuda en la parroquia. “Cuando fuimos a llevarle el dinero él estaba regresando a casa después de haber pedido un préstamo para comprar leña. Les explicamos de dónde estaba llegando la ayuda se sintieron conmovidos porque sentían que Dios a través de nosotros los había “mirado”. La comunión de bienes, en el fondo, no es otra cosa que un instrumento de la Providencia de Dios.
Claudia Di Lorenzi
Feb 8, 2021 | Sin categorizar
Los Estatutos generales del Movimiento de los Focolares, así como los Reglamentos de cada una de sus ramas, contienen una “premisa de toda otra regla” una “norma de las normas”: el compromiso de cualquiera que forme parte del Movimiento a vivir la mutua caridad según el Mandamiento de Jesús. En el texto siguiente Chiara Lubich subraya que este compromiso debe renovarse continuamente. [En la Carta a los Romanos el apóstol Pablo] dice: “Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz”[1]. Las “obras de las tinieblas” son los frutos de los vicios y del pecado. Las “armas de la luz” son las virtudes, y el poner en práctica en la vida la Palabra de Dios. Ahora bien, sabemos que el Mandamiento nuevo de Jesús es casi un resumen de todos sus mandamientos, de todas sus Palabras. Llevaremos por tanto “las armas de la luz” volviendo a centrar nuestras vidas en este mandato. Por este – como sabemos – el Resucitado resplandecerá en medio de nuestra comunidad. […] “Armas de luz” por tanto. Mandamiento nuevo realizado con un novísimo empeño. […] Es esta la invitación que extiendo a todos ustedes. Para comenzar enseguida, analicémonos un poco sobre nuestro amor recíproco: consideremos la medida de nuestro amor (recordando que debe ser la misma que la de Jesús hacia nosotros, es decir, estar dispuestos a dar la vida), evidenciemos así nuestra poca generosidad, nuestras limitaciones al ponerlo en práctica, para superarlas; observemos si nuestro amor recíproco no es demasiado humano, para llevarlo a un plano más sobrenatural… Si hacemos así, mejorándolo de esta forma, Jesús, el Santo, estará entre nosotros y Él podrá hacer del año actual el más santo de nuestra vida. […]
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 13 de noviembre de 1986) Extraído de: “Renovar el amor recíproco”, Cf. Chiara Lubich, Juntos en Camino, Ciudad Nueva Argentina, 1988, pp. 188-190. [1] Rm 13, 12