“Soy empleado público y trabajo en el sector de pesca y recursos marinos. En mis 22 años de matrimonio, me he mudado cinco veces a distintas zonas de Japón por motivos laborales”. Quien habla es Nagatani Hiroshi, focolarino casado, con tres hijos ya grandes. Nagatani nació y creció en una familia budista. Quiso seguir a su esposa católica y decidió recibir el Bautismo. “Pensaba – cuenta- que era bueno ofrecer a los hijos una única referencia religiosa, dado que vivimos en un contexto social espiritualmente bastante variado”. En 1993, Nagatani y su esposa conocen la espiritualidad de la unidad, y encuentran ella un impulso para vivir las palabras del Evangelio poniéndose al servicio de los demás, ocupándose especialmente de la formación espiritual de los laicos de la propia parroquia. La vida de la familia se ve marcada por muchos cambios de residencia, y subraya Nagatani, esto “implica un cierto aspecto de aventura. Una vez – cuenta- fuimos a vivir todos juntos a la isla de Tsushima donde no había iglesia católica. Al principio nos sentíamos completamente perdidos, pero después nos hicimos amigos del pastor anglicano de la isla y el domingo comenzamos a asistir a la función anglicana. Gracias a esta amistad, cuando un sacerdote católico comenzó a venir a la isla y visitarnos, el pastor anglicano puso con mucho gusto a disposición su iglesia para celebrar la misa católica. De esta forma, los católicos de la isla comenzaron a reunirse y fue para nosotros la ocasión de ocuparnos de su crecimiento espiritual”. Recientemente Nagatani y su esposa comenzaron a formar parte del equipo diocesano encargado de organizar los cursos prematrimoniales para jóvenes parejas. Enfrentan en especial el tema de la procreación y la vida. “Mi esposa, que es obstetra, da las enseñanzas desde el punto de vista técnico específico, yo me preocupo más del aspecto de las relaciones familiares, es decir, de cómo enfrentar y resolver juntos las diversas problemáticas que se presentan. Desempeñando este servicio me encuentro transmitiendo a los jóvenes lo importante que ha sido para nuestra vida familiar un pensamiento de Igino Giordani, según el cual, cuando la pareja no está viviendo el amor mutuo está perdiendo el tiempo”.
Pequeños actos, gran impacto
Pequeños actos, gran impacto
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