En Budapest, el sábado 16 de septiembre, se mostrará la novedad y el pensamiento que está emergiendo en el mundo de la economía, del derecho, de la comunicación y de la política. Una novedad que tiene su raíz en la primacía de Dios, en la radicalidad del Evangelio, vivido en la vida cotidiana de miles de personas de diversos contextos culturales, suscitada por el carisma de la unidad de los Focolares. En primera fila “los voluntarios de Dios”, (ramificación de los Focolares) comprometidos en la renovación de la sociedad. En un clima de fiesta empezó la doble jornada (14-15 de septiembre), titulada “50 años al servicio de la humanidad”, que ha reunido a 9.000 voluntarios de todo el mundo en el modernísimo gimnasio “SportArena”, de la capital húngara, para volver a las raíces de su historia y relanzar su compromiso en la renovación de la sociedad. Budapest 1956 – Sus raíces se ahondan en un momento histórico dramático revivido con emoción durante la apertura del encuentro: la invasión de las tropas rusas que en noviembre de 1956 sofocaron el anhelo de libertad del pueblo húngaro. En el SportArena resonó la voz de Pío XII quien en un mensaje radial lanzó un llamamiento: devolver “a los Parlamentos, a las casas, a las oficinas, a Dios, fuente de todo derecho, justicia y libertad”. Fueron recordadas las palabras de Chiara Lubich, al dar inicio a la aventura de los voluntarios y de las voluntarias: “Si ha habido una sociedad capaz de quitar el nombre de Dios (…) del corazón de los hombres. Debe haber una sociedad capaz de volverlo a poner en su lugar. Son necesarios auténticos discípulos de Jesús, un ejército de voluntarios, porque el amor es libre”. Budapest 2006 – Chiara Lubich, en un mensaje, recordando estas raíces, trazó el perfil del voluntario hoy, mostrando una singular sintonía con el Papa Benedicto XVI, y con su llamado de estos días, en Munich, de responder a los desafíos del momento histórico actual que más que nunca tiene necesidad de Dios, y hacer de Él “la fuerza determinante para nuestra vida y nuestro actuar”, “para que la justicia y el amor lleguen a ser fuerzas decisivas en el ordenamiento mundial”. Chiara recordó la meta que ella propuso hace 50 años: “formar un bloque de hombres de todas las edades, razas, condiciones, unidos por el vínculo más fuerte que existe: el amor recíproco, el amor que funde a los Cristianos en una divina unidad”. Una meta que considera actual “en sociedades trastornadas como las nuestras, y sin embargo repletas de anhelos y de potencialidades”. Chiara subrayó la vocación de los voluntarios, quienes -en cuanto laicos- viven “en las condiciones ordinarias de la vida familiar, laboral y social”, que es “tan totalitaria, tan libre, tan esencial” y los llamó, hoy, “en el siglo XXI, a emular a los primeros cristianos”, a “edificar, como fermento en la masa, ‘cielos nuevos y tierras nuevas’ renovadas por la luz del Evangelio”. Fueron recorridas las etapas más significativas de la historia de los voluntarios, en el camino que ha precisado su vocación específica. Se recordaron las primicias que se remontan a los años ’40, a los inicios de los Focolares, cuando Chiara Lubich empezó su aventura espiritual junto con sus primeras compañeras precisamente entre los más pobres, con el objetivo de resolver el problema social de Trento, y con la certeza de que “la revolución evangélica es la más potente revolución social”. Seguidamente se presentaron las figuras de los pioneros de los “voluntarios de Dios”, testimonios de un gran amor por la humanidad y de la capacidad de construir en el ambiente donde cada uno está, auténticos fragmentos de “fraternidad social”. En estos días seguirán los testimonios y de las gritas de esta vida emergerá el impacto social del Evangelio vivido en lo cotidiano, en los más diversos contextos culturales. Los responsables de la manifestación comunicaron los datos actualizados relativos a la manifestación del 16 de septiembre: 11.700 participantes, de 92 países, de los 5 continentes. Además de 3.800 de Italia, alrededor de 600 de Asia, 170 de Medio Oriente, más de 1300 de las Américas, 130 de África, 40 de Australia. La previsión de una representación de: 13 movimientos eclesiales y nuevas comunidades, – cristianos de diversas Iglesias – seguidores del Islam y de otras religiones Entre las personalidades civiles y religiosas se espera: – El Primado de Hungría, Arzobispo de Esztergom-Budapest, y Presidente de la Conferencia Episcopal, Card. Péter Erdõ – El Vicepresidente del Parlamento Húngaro, Péter Harrach – El embajador de Italia en Hungría, Paolo Guido Spinelli – El Secretario General de la Iglesia Reformada de Hungría, Zoltán Tarr – El Presidente de la Iglesia Evangélica de Hungría, obispo János Ittzés
Ser constructores de paz
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