“Helmut Nicklas, era realmente una persona carismática por su capacidad de escuchar la voz de Dios y de seguirlo con radicalidad”. Dijo Chiara Lubich en su mensaje leído en la Iglesia de San Mateo, catedral evangélico-luterana de Munich, el viernes 17 de agosto de 2007, en el momento del último saludo a este “amadísimo amigo y verdadero hermano” quien, con “pasión”, gastó su vida por la unidad. Helmut Nicklas concluyó su santo viaje terreno el domingo 12 de agosto, debido a una dolorosa enfermedad que lo afligía desde hacía más de un año. Tenía 68 años. Nacido en Nabburg (Alemania), estaba casado, con dos hijos. Desde 1971 hasta el 2002 fue el responsable del YMCA de Munich (La Asociación ecuménica de jóvenes cristianos). De 1982 a 1998 fue también vicepresidente del YMCA World-Urban-Network (que comprende más de 2000 asociaciones difundidas en todo el mundo), y a partir de 1985 era miembro del Advisory Bord del International Carismatic Consultation. De él Chiara Lubich subrayó sobre todo el “papel decisivo” desarrollado en el camino de comunión entre los Movimientos y comunidades de varias Iglesias. De ello dio testimonio también la numerosa representación de comunidades y Movimientos evangélicos y católicos presentes en la celebración fúnebre, y los mensajes de la Comunidad de San Egidio y del Movimiento de Schoenstatt. Este camino de comunión, iniciado en 1999, floreció Un camino que, iniciado en 1999, floreció en las grandes manifestaciones con el título “Juntos por Europa”, que tuvieron lugar en Stuttgart (Alemania) en el 2004 y en mayo pasados, para contribuir a dar un alma al continente y superar los conflictos y las barreras. Ya en los años 60´ había tenido lugar un primer encuentro entre Chiara y Helmut. Reportamos seguidamente el mensaje completo de Chiara Lubich:“He vuelto a ver a Helmut Nicklas después de muchos años, en 1999, en Ottmaring, con varios responsables de Movimientos evangélicos. Era la hora del nacimiento de la comunión entre Movimientos de varias Iglesias. Desde entonces, este camino, que estamos recorriendo, tuvo varias etapas en toda Europa y fuera de ella, con grandes e históricos desarrollos del Pueblo de Dios. Y en las distintas etapas de este camino de comunión, Helmut siempre jugó un papel decisivo. Justamente en la iglesia de San Mateo, el 8 de diciembre del 2001, vivimos un intercambio de dones espirituales que recordamos como algo muy importante. Después de mi intervención sobre el amor mutuo, Helmut invitó a los 800 responsables de los Movimientos presentes a hacer un “pacto de amor recíproco” (Jn.13,34). Este pacto, que renovamos en muchas ocasiones, lo consideramos el fundamento de la comunión entre los Movimientos, y la acompañará siempre. Helmut era una persona carismática, por su capacidad de escuchar la voz de Dios y de seguirla con total radicalismo. Esta capacidad lo orientó a vislumbrar nuevos horizontes y lo colmó de la pasión por la unidad. Fue un verdadero servidor de la comunión entre los Movimientos; uno que –como él mismo decía- debe ser capaz de olvidarse de sí mismo y de los intereses de su propia comunidad, y ponerse al servicio. Y él dio el ejemplo. Todos nosotros del Movimiento de los Focolares siempre tendremos en el corazón a Helmut Nicklas, queridísimo amigo y verdadero hermano”. Durante su enfermedad, Chiara ha estado continuamente en contacto con él a través de algunos miembros de los Focolares en Alemania. Dos días antes de su fallecimiento, a Severin Schmid, quien lo visitó en la clínica de Munich donde estaba internado, le entregó casi un testamento, precisamente refiriéndose a la comunión entre los Movimientos: “Hemos vivido momentos históricos. Son como señales que nos indicarán también en el futuro el camino. Debemos permanecer fieles a lo que Dios nos ha hecho vivir. Debemos contar esta historia.” Helmut Nicklas fue uno de los dos delegados de la Iglesia evangélica alemana invitados al Congreso que precedió el gran encuentro de los Movimientos y nuevas comunidades con el Papa Benedicto XVI, en la vigilia del 2006. En una entrevista de la agencia Zenit, a la pregunta sobre lo que tienen en común los Movimientos y comunidades católicos y evangélicos, Helmut Nicklas respondió: “Con los Movimientos católicos nos une la fuerte convicción de que los hombres de hoy tienen necesidad de Jesucristo “.
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