No es un error haber puesto una “W” dentro del título en italiano sino que fue el desafío lanzado a los miles de participantes presentes y a cuantos se han conectado vía streaming. Si por un lado hay una Italia en la que los que se consideran pobres absolutos han aumentado del 130% en siete años, en la que cada día sus costas meridionales sirven de puente a centenares de miles de migrantes que huyen de la miseria y de las guerras, por otra parte existe el enorme deseo de hacer algo concreto: voluntarios, asociaciones, jóvenes que quieren experimentar nuevas formas empresariales para ayudar a las personas a sobrevivir en medio de la emergencia cotidiana. Sí, porque el empeño (que viene de “dar algo en-prenda”, según las palabras de Alberto Frassinetti, uno de los fundadores del Polo Lionello Polo Lionello), es el espíritu que anima a aquellos que han presentado sus experiencias en el marco de las iniciativas programadas para Loppiano Lab 2016: economía, pero también política, welfare, inmigración, comunicación, tecnología e instrucción. La iniciativa, que tiene como promotores al Polo Lionello Bonfanti , al Grupo Editorial Città Nuova, Instituto Universitario Sophia y a la Ciudadela de Loppiano, nació en el 2010 con la idea de crear un laboratorio nacional que pusiera en movimiento, como había deseado en su mensaje Maria Voce, Presidente de los Focolares, “las cualidades que han engrandecido a los italianos: su creatividad, su laboriosidad, la acogida y la solidaridad, la cultura y el arte”. Expertos del mundo de la cultura, de la economía y de la política se han alternado en los varios momentos del programa previsto, junto con otras muchas voces de la sociedad civil por medio de las iniciativas promovidas por los centenares de asociaciones, individuos y comunidades, reforzando y creando una red de personas apasionadas por traducir en práctica ideas, proyectos y estilos de vida. Tres jornadas, tres temas focales para acoger diversos desafíos: el de la innovación tecno-científica, el del desarrollo y el de la pobreza para reinventar la paz. Y justamente en LoppianoLab han sido celebrados dos importantes aniversarios: el proyecto de Economía de Comunión (EdC) en su 25° año de vida y el de la revista de los Focolares, Ciudad Nueva, que cumple 60 años. Tres jornadas, treinta workshop multitemáticos, tres transmisiones en directa vía streaming, y también laboratorios para niños y adolescentes: “Loppiano Kids. Es hora de dar” con una serie de encuentros sobre el tema de la pobreza, de la solidaridad y de la ecología, y “Loppiano Young” con performance y presentaciones artísticas promovidas por la banda internacional Gen Verde. Jesús Morán, copresidente de los Focolares y filósofo, ha concluido el último día hablando de los tres desafíos que hoy tiene que enfrentar la humanidad: el de la globalización y la post globalización, el desafío antropológico, el “post humano”, y el último, el humanitario, lo infrahumano, desafío que nos llama a elaborar una “cultura de la resurrección”, para asumir hasta el fondo el dolor del hombre que sufre. La pregunta que debemos hacernos – según Morán – es ¿cuánto espacio concedemos, en nuestra vida, a los últimos, a los “abandonados” de hoy? Y para finalizar, durante el forum “La riqueza de las pobrezas invisibles”, se lanzó la propuesta de crear un observatorio sobre la pobreza que, basándose en un plan de trabajo bienal, desarrolle un sistema informativo para monitorear los efectos de las ayudas de la EdC a nivel global, y estudie algunos casos específicos y significativos por los resultados obtenidos o por las metodologías adoptadas. Lee también: Città Nuova online: Speciale LoppianoLab Loppiano Economia di comunione
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