Entrevista concedida por Maria Voce a Roberto Catalano, del centro de los Focolares para el diálogo interreligioso, con motivo de la IX Asamblea General de las Religiones por la Paz, que se celebró a finales de noviembre de 2013 en Viena. (segunda parte) Chiara Lubich había intuido que en el diálogo interreligioso estaba la solución de muchos de los desafíos de nuestro tiempo… «Chiara, como tuve ocasión de decir también en mi intervención aquí en Viena, nos puso delante de una visión muy clara y muy sencilla: todos somos hijos de Dios y, por lo tanto, todos somos hermanos. Al inicio, no era una perspectiva específica de las grandes religiones, sino, más bien un mirar al hombre. Posteriormente, esta actitud llevó al diálogo y a la relación con los seguidores de otras religiones. Esto, me parece que era profético. De hecho, Chiara, empezó a abrir el Movimiento al diálogo incluso antes del Concilio Vaticano II, después del cual, los diálogos se asumieron como uno de los caminos de la Iglesia, precisamente porque se toma este punto de vista sobre el hombre. Además, Chiara, preparó los medios y los instrumentos para estos diálogos. A medida que se establecían contactos con personas de otras tradiciones religiosas, comprendió que era necesario especializarse en ellos. Por eso fundó centros especiales, […] donde se trata de conocer más en profundidad a los cristianos de otras iglesias, a fieles de otras religiones y a personas de diversas culturas. De hecho, a partir de una comprensión más profunda surge una mayor posibilidad de amor y de abertura. Descubrimos los valores y nos ponemos en una actitud, no de defensa, sino en una actitud de diálogo, tal como debe ser. […] Hoy nos encontramos con personas budistas, musulmanas y de otras religiones que son una parte integrante del movimiento y no podemos decir que tenemos un diálogo con ellos. Ellos son parte de nuestro movimiento y, junto con nosotros, dialogan con los demás. Por lo tanto, hemos superado la etapa de diálogo para llegar a una etapa de unidad y plena colaboración también con ellos». ¿Cuáles son las perspectivas de diálogo interreligioso para el Movimiento de los Focolares? «Vemos que cuando hacemos encuentros de diálogo siempre hay personas nuevas de diferentes religiones, que se sienten atraídas por la relación que han visto entre los miembros de diferentes religiones. Este testimonio abre la posibilidad de que el diálogo se alargue. Se trata de hacer posible la tolerancia, la comprensión y la amistad, todos ellos aspectos a menudo comprometidos por muchos juicios. Tenemos que abandonar los prejuicios para descubrir la belleza que hay en cada persona, sobre todo destacando que la parte más valiosa es precisamente la de pertenecer a una religión. Esto permite poner de relieve la relación de cada persona con Dios.
[…] Los diálogos nos permiten crecer en la capacidad no sólo de entender a aquellos con quienes vivimos […], sino también de contener a otros que provienen de diferentes tradiciones e inspiraciones espirituales diferentes de la nuestra. […] Nuestro movimiento tiende, […] al ut omnes [el “Que todos sean uno”, como pidió Jesús al Padre] y, por lo tanto, debe contener en la medida de lo posible todas las dimensiones. No puede contentarse con la dimensión católica, en la que nació y que también tiene en sí una perspectiva universal, porque católico significa universal. Para ser verdaderamente universal, tenemos que llegar a descubrir toda la belleza que existe en la humanidad». Lea la entrevista completa en Città Nuova online (en italiano)
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