«Trabajo en la Administración de Aduana y me estoy por jubilar. ¡Una carrera de 29 años! Hubo alegrías y dolores, pero sobre todo, elecciones a veces difíciles.

Desde los primeros años de mi carrera, como mujer y además cristiana, tuve problemas de conciencia; ¿cómo hacer para escuchar la voz de Dios y seguirla en un ambiente de fáciles ganancias y de compromisos a veces inevitables? La respuesta me llegó en 1984. En esa época conocí el Movimiento de los Focolares y me impresionó la vida de estas personas sencillas y felices. Tenían una alegría y una libertad que yo nunca había probado. Quise conocerlos mejor. El secreto era el amor hacia Dios y hacia los demás.

Este encuentro transformó mi vida. Tomaba conciencia de que en la vida lo más importante es amar. No importa el trabajo que uno realice, la función que tenemos confiada es una gran ocasión para amar a Dios y a los hermanos. ¡Esto cambiaba todo! El colega, el cliente, no eran más un obstáculo, una barrera, sino que se convertían en socios para construir la unidad.

El esfuerzo constante para ir más allá de mis límites y del de los otros, para ir contra corriente fue acompañado siempre por la alegría que probamos después de cada acción realizada, por un sentimiento de libertad cada vez que fui capaz de renunciar a mis intereses y fáciles ganancias.

En 1999 la Asociación de Mujeres Dirigentes de la Aduana del Camerún junto con  los usuarios del servicio me otorgaron el premio de “excelencia”.

La Palabra de vida de ese mes era: “Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”(Mt 5, 14-16).

Con este reconocimiento oficial me sentí interpelada en primera persona: “Sé fuerte, no cedas a las dudas y al desánimo, mejora cada día”

Al final de mi carrera siento que ninguna profesión es la ante cámara del infierno! Que nuestra función específica como cristianos en la sociedad es la de hacer cada cosa con un espíritu nuevo, con total adhesión a la voluntad de Dios. El nos acompaña siempre con Su gracia».       (Jeanne – Camerun)

 

1 Comment

  • Thank you Jeanne! You are a light of God for everyone in the world! There is so much need for your experience so that people may believe that it is possible to live the Gospel no matter how difficult the situation!

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