Movimiento de los Focolares
Gen Rosso en Madagascar

Gen Rosso en Madagascar

El conjunto internacional Gen Rosso hizo una gira en Madagascar. Ocho fechas en siete ciudades diferentes. Muchos kilómetros recorridos en esta espléndida tierra para llevar un mensaje de paz y fraternidad a través de la música y la danza.

Fueron necesarios dos días de viaje para recorrer 950 km, desde la capital Antananarivo hasta la ciudad de Tolear, en el extremo sur de la isla.

“La comunidad del Movimiento de los Focolares de Tolear nos acogió festivamente regalándonos tocados y collares típicos, demostrando su alegría con bailes y cantos tradicionales, afirma Valerio Gentile, booking internacional del Gen Rosso. Y en un conocido restaurante de la ciudad actuamos junto a un grupo local, el Choeur des Jeunes de Saint Benjamin. Así comenzó esta gira en el sur de Madagascar”.

Al día siguiente llegó el turno de los talleres en el colegio Don Bosco seguidos por el concierto en el anfiteatro. “Fue el día más lindo de mi vida”, comentó una chica entre lágrimas de emoción. Y un joven profesor añade: “Han sacado a relucir verdaderos valores para que vivamos. Siento que tengo que orientar mi vida sobre los objetivos que escuchamos en sus canciones y que compartimos con ustedes desde el escenario durante los talleres”.

“Entre los diversos talleres de danza y canto, estaba el de percusión, organizado de forma completamente original, explica Valerio. De hecho, el material utilizado estaba compuesto por botellas de plástico recicladas y los contenedores amarillos muy comunes en África, utilizados principalmente para el suministro de agua, aceite y otras cosas. Instrumentos musicales improvisados ​​teniendo en cuenta sobre todo la protección del planeta”.

Otra etapa significativa en la escuela École Père Barré, donde 300 estudiantes de secundaria pudieron compartir escenario con Gen Rosso quien, al inico, lanza el lema a vivir: “haciendo espacio para el amor”.

“No estamos aquí para montar un espectáculo para ustedes, sino para toda la ciudad”, comienza Adelson del Gen Rosso.

Las horas pasan volando y llegamos al concierto final en el Jardin de la Mer. Las voces del Choeur des Jeunes de Saint Benjamin abrirán el evento. Pero ocurre un hecho inesperado: se corta la electricidad y el evento se detiene. Luego de unos minutos se recupera y llega el momento del Gen Rosso. En la plaza reina un agradable ambiente festivo, los jóvenes presentes responden con animada participación.

Pero vuelve el apagón eléctrico, justo cuando el atardecer ha dado paso a la noche y la oscuridad es total.

“¿Qué hacemos?”, se preguntan. “Decidimos improvisar con la ayuda de unas antorchas para iluminar un poco. Uno tras otro se suceden los distintos grupos de jóvenes que participaron en los talleres de los días anteriores. No falta la creatividad y la alegría de estar juntos en ese escenario. ¡Ellos son el espectáculo, los jóvenes de Tolear!”.

“Gracias al Gen Rosso que nos hizo descubrir cuánta resiliencia tenemos dentro de nosotros”, dice un joven. Otros testimonios se hacen eco de él sobre el descubrimiento de los auténticos valores de la vida, sobre los talentos ocultos y sobre la dirección correcta que hay que tomar en la vida.

“Palabras que nos dan un fuerte impulso para afrontar la última etapa, en Antananarivo, la capital, afirma Valerio. Nos esperan en el colegio Fanovozantsoa. Unas pocas horas son suficientes para alcanzar un alto nivel de preparación tanto en el canto como a través del hip-hop, el baile latino o la percusión. Así que el concierto del 18 de mayo va genial entre aplausos, abrazos y selfies. Un momento inolvidable que queda grabado en el corazón de todos”.

La gira finaliza con la santa Misa del día de Pentecostés en Akamasoa, en la Ciudad de la Amistad, lugar nacido y concebido hace 30 años por el padre Pedro, un misionero argentino que decidió ayudar a los pobres mejorando sus condiciones de vida a través de un trabajo digno, educación y servicios de salud.

“Hemos celebrado juntos entre la ‘colorida’ misa por la mañana en la gran iglesia-gimnasio deportivo y un alegre espectáculo por la tarde en el anfiteatro al aire libre, continúa Valerio. Un concierto junto a familias, jóvenes, ancianos y niños, con un mensaje de esperanza para construir una nueva sociedad basada en el Amor”.

“Gracias Madagascar – dice Valerio en nombre del Gen Rosso – millones de corazones que laten cada día al ritmo de la solidaridad recíproca, de la resiliencia ante las dificultades, de la sencillez, de la serenidad de espíritu ante la adversidad, de la ligereza de vida, humildad, alegría y paz del alma. ¡De ahora en adelante ‘viajas’ con nosotros como un regalo para dar al mundo!”.

Lorenzo Russo

Evangelio vivido: una semilla que germina y crece

Evangelio vivido: una semilla que germina y crece

En el semáforo
Una vez a la semana viajo desde mi ciudad natal a una ciudad más grande para reunirme con amigos con los que comparto los mismos ideales. Intento llevar dinero extra conmigo para ayudar a la gente que pide limosna en los semáforos. La semana pasada, de regreso a casa, me detuve en un semáforo en rojo y se me acercó un joven dispuesto a limpiar el parabrisas. Bajé la ventanilla y mientras buscaba el dinero para darle le dije que no lo limpiara porque no llegaría antes de que el semáforo se pusiera en verde.

Me miró y dijo: “¿Puedes darme un poco más? Tengo que comprar pollo para mis hijos”. Respondí que sí. De hecho, lo que le estaba dando no le habría servido de mucho. Tomó el dinero y dijo: “¿Me deja que me lo gane? Prometo que lo haré rápido”.

Casi sin esperar mi respuesta, comenzó a limpiar el vidrio, terminando justo antes de que el semáforo se pusiera en verde. Acto seguido se acercó a la ventanilla del coche y, con cara de alegría, estrechándome la mano, me agradeció y me deseó todo lo mejor. Mientras regresaba a casa pensé en lo sucedido y entendí que los pequeños gestos a veces nos edifican y enseñan más a nosotros mismos que a las personas para las que las hacemos. Sé que Dios está en todas partes, pero nunca se me ocurrió que me estaba esperando en un semáforo.
(S. Z. – Argentina)

En la cárcel
Por tráfico de drogas acabé en la cárcel de menores, donde sin embargo seguí recibiendo visitas de Valerio, mi profesor cuando iba al colegio. Y esto no podía dejarme indiferente. Si en mi vida había tratado con gente mala que creía amigos, no con Valerio: él me quería sin ningún interés. También me contó historias de otros chicos que habían hecho una elección diferente a la mía, basada en el Evangelio. Un día llegó a mi celda un nuevo “huésped”: un chico tan sucio que apestaba. Los compañeros comenzaron a insultarlo, escupirle y ordenándole que fuera a lavarse. Como no tenía jabón, ni toalla, ni muda de ropa, salí en su defensa y le di mi ropa, jabón y toalla. Fue a darse una ducha y volvió la calma. Esta experiencia fue el comienzo de un punto de inflexión. Pensé que por todo lo que había hecho, el amor había desaparecido dentro de mí. En cambio, fue como una semilla que, más viva que nunca, empezó a florecer.
(T. – Italia)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año X– número 1 mayo-junio de 2024)

Paz y diálogo como metodología: “Juntos por la humanidad”

Paz y diálogo como metodología: “Juntos por la humanidad”

“Abrazar la esperanza”. Con este deseo, alrededor de 200 personas provenientes del continente americano, de África, de Medio Oriente, de Asia y de toda Europa, se encontraron en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (en Italia, cerca de Roma), del 16 al 19 de mayo pasado.

Son los referentes del movimiento Humanidad Nueva, expresión social del Movimiento de los Focolares, de New Humanity la ONG con status consultivo en las Naciones Unidas, junto a los representantes de las disciplinas que dialogan con la cultura contemporánea, los referentes de Chicos por un Mundo Unido y de AMU (Acción por un Mundo Unido), la ONG che tiene a su cargo la realización de proyectos especiales y de desarrollo.

Estuvo presente también una delegación de estudiantes muy jóvenes de escuelas secundarias que adhieren a Living Peace International, junto a los jóvenes embajadores de la paz, como Joseph,

de Sierra Leona, que contó que a la edad de sólo seis años fue reclutado como un niño soldado, hasta convertirse ahora en un joven líder de paz.

Hace ya tiempo que estas distintas expresiones sociales –cada una con características y finalidades propias– trabajan para ayudar a dar una respuesta concreta a las problemáticas candentes y a las exigencias del mundo contemporáneo: “Juntos por la humanidad” es el nombre nuevo que se han dado. Aceptando la invitación que el Papa dirigió al Movimiento de los Focolares con ocasión de la audiencia privada del 7 de diciembre de 2023, que era la de “ser artesanos de paz en un mundo despedazado por los conflictos”, han querido dedicar el encuentro justamente a la paz.

Una experiencia de escucha, reflexión común y proyecto concreto, realizada en las ocho comunidades distinguidas por ámbitos y pasiones. Un recorrido que continuará con el Genfest de Brasil, en julio próximo, se entrelazará con el Summit for Future de la ONU en septiembre de 2024 y con la cita en Nairobi con los jóvenes y las ciudades del mundo, con ocasión de los 80 años de las Naciones Unidas. Durante el encuentro, los presentes, con la ayuda de expertos y testigos, docentes, diplomáticos, actores sociales y culturales, y ciudadanos organizados, se han preguntado sobre qué es en realidad la paz, y si de veras es posible alcanzarla y con qué medios.

Han sido muchas las experiencias impactantes, narradas por testigos de países en conflicto. De Siria contaron la crudeza de la guerra que viven desde 2011, agravada por el embargo que afecta a una población exhausta. Proyectos de la Ong Amu, como RESTART, que sostiene micro-empresas con préstamos y acompañamiento personalizado, contribuyeron a ralentizar procesos constantes de migración. Christiane, de Líbano, a pesar de la situación de su país, caracterizado por una inflación elevadísima y una fuerte tasa de emigración, y todo ello agravado por los impactos de la guerra en Medio Oriente, no se detuvo: creó con su esposo una empresa productiva para el sustento familiar y para ayudar también a los demás artesanos y productores rurales a vender sus productos. La iniciativa productiva se extendió también a Egipto. Representantes de Congo presentaron los frutos de la escuela para la formación de líderes para la paz. Una graduada de esa escuela, Joëlle, periodista y candidata a la presidencia de la República del Congo, lanzó su plataforma presidencial con los valores de la paz y de la justicia social. Los chicos ucranianos saludaron a los presentes con un vídeo y lo mismo hicieron algunos chicos de Belén, de Pakistán, de Cuba y Filipinas. Se presentó el proyecto “Juntos por una nueva África”, destinado a los jóvenes africanos interesados en cambiar el continente: se formaron cientos de jóvenes y se involucró a otros 9000 jóvenes en una experiencia que llegó a 14 naciones africanas. Lo mismo se hace en México con la Agenda Nacional por la paz, en los Estados Unidos con las valientes conversaciones en contra del racismo.

Se destaca la exigencia de una verdadera formación a la paz y a los derechos humanos, como así también la necesidad de dar un nombre a los conflictos, profundizando sus razones, intentando resolverlos con una estrategia comunitaria, que escuche las distintas y plurales posiciones y que preceda y acompañe toda negociación. Se ha dicho que la paz no es sólo ausencia de guerra. No todo lo que se define como orden es paz. No es un hecho ideológico: no es pacifismo. Es la condición en la que toda persona pueda pensar y realizar su propio futuro. Pero es necesario aprender el diálogo como metodología, con el cual estamos disponibles a perder algo por un bien mayor. En el fondo, ésta es la motivación por la cual no van adelante las negociaciones y tampoco las organizaciones internacionales parecen estar en condiciones de gestionar la crisis. Diálogo, confianza, retos locales y globales, relación entre generaciones, comunidad. Se vuelve a partir de aquí, de esas palabras clave, alentados también por Margaret Karram y Jesús Morán, Presidente y Copresidente del Movimiento de los Focolares, que estuvieron presentes el día de la conclusión. Éste es el camino de la paz, que quieren apoyar concretamente, y juntos.

Mario Bruno

Costa de Marfil: Simposio EdC sobre la revolución de la gratuidad

Costa de Marfil: Simposio EdC sobre la revolución de la gratuidad

El pasado 13 de abril el Instituto Universitario CERAP de Abiyán (Costa de Marfil) fue anfitrión en el simposio sobre la Economía de Comunión cuyo título era: “La revolución de la gratuidad: un nuevo paradigma para la economía africana”. El 13 de abril de 2024 el Instituto Universitario Cerap en Costa de Marfil fue el anfitrión de un vibrante simposio sobre la Economía de Comunión (EdC). Con la presencia de 146 participantes, provenientes principalmente de la prestigiosa Facultad de Economía de esta Universidad, el evento proporcionó una plataforma para discusiones estimulantes y nuevas intuiciones sobre modelos económicos alternativos. Teniendo como fondo los modelos económicos prevalentes hoy, marcados por una cultura del consumo más que por una “cultura del dar”, los participantes se integraron con entusiasmo en las presentaciones de los relatores. El Padre Bertin Dadier y Madame Julie Bodou Kone ocuparon el centro de la escena, iluminando el potencial de transformación de la EdC como fuerza complementaria dentro de nuestro cuadro de mercado existente. Sus presentaciones profundizaron los principios y los valores fundamentales que están en la base de la EdC, favoreciendo una comprensión más clara entre los participantes.  A pesar del escepticismo inicial, se sucedieron intercambios incisivos con los participantes, quienes intentaron descubrir las implicancias prácticas de ese enfoque innovador. Uno de los momentos salientes del simposio fue la presentación de la empresa EdC de Chocomabs, que ofreció un ejemplo de cómo esos principios pueden ser traducidos en acción. Cuando los participantes profundizaron el caso de estudio, una sensación palpable de entusiasmo invadió la sala, destacando la relevancia de esas iniciativas en la sociedad actual. Steve William Azeumo, coordinador de Acción para la Economía de Comunión en África Central, presentó un discurso de gran impacto. Azeumo hizo hincapié en el rol crucial de la formación de empresarios EdC, ofreciendo ejemplos convincentes de Camerún para ilustrar su punto de vista. Además destacó la importancia de favorecer y promover esas empresas en la sociedad, simbolizando su relevancia a través de los siete colores del arco iris. En perspectiva, el impulso generado por el simposio permite catalizar cambios tangibles. Están en curso proyectos para la creación de un club EdC dentro de la universidad, que provea de una plataforma para la exploración y la colaboración continua entre la Comisión EdC, los estudiantes y los miembros de la facultad. Sustancialmente, el simposio EdC en el CERAP sirvió de catalizador para el diálogo, desafiando el pensamiento convencional y lanzando las bases para un futuro económico más inclusivo y sustentable.

Fuente: EdC

 

Chile: Habitar las vulnerabilidades

Chile: Habitar las vulnerabilidades

En una dimensión fragmentada y dividida como en la que vivimos, a menudo estamos llamados a dirigirnos hacia un más allá desconocido, hacia las periferias; a veces, estamos llamados a “salir” incluso de nosotros mismos para entrar en las heridas de esta humanidad. Es el testimonio que nos llega desde el barrio de Yungay, en Santiago de Chile.

Una suma generosa

Dones inesperados recibidos por quien, cada día se ocupa de los más frágiles en una pequeña localidad de la Amazonía peruana.  Me acaba de llegar el balance mensual que Javier comparte con los amigos del “Hogar para ancianos Chiara Lubich”, situado en la selva peruana. Javier lleva adelante la administración y su esposa Jenny coordina la atención directa a los ancianos. Javier agrega al balance un breve mensaje: “tenemos dinero hasta fin de mes”. Es para preocuparse, porque el Hogar de ancianos no tiene quien lo financie, va adelante sostenido solo por la providencia de Dios, que se manifiesta a través de tantas manos y corazones amigos. Pero la fe de Jenny y Javier es a prueba de balas, y es contagiosa. Mientras tanto, llega otro mensaje: “Se descompensó Rafael, uno de los abuelitos. Está con oxígeno. Jenny está partiendo para Chachapoyas (capital de la Región Amazonas) para llevarlo de urgencia al hospital. Esperemos que no tengan que quedarse la noche, sería muy exigente también para la salud de Jenny. ¡Dios proveerá!”. Por su parte, Jenny firmó la autorización para que llevaran a Rafael de inmediato al Centro de Salud de Lámud (el pueblo donde está la casa Hogar) para que le coloquen el oxígeno. Ella cuenta: “Me quedé sola en la cocina, reflexionando sobre cómo proceder. Noté que comenzaban a correr lágrimas por mis mejillas. Le dije a Jesús: ‘¿Qué es lo que quieres? Ayúdame y sugiéreme qué es lo que debo hacer’. Es fuerte saber que Jesús siente tus miserias, tu cansancio y que en Él puedes abandonar toda preocupación. Mi celular sonaba y sonaba … Me pedirían que fuera a firmar el acta para presentarme como su tutora. Mientras me encaminaba hacia el Centro de Salud, me llama una enfermera para decirme que ya ubicaron a un familiar de Rafael, y que lo estará esperando en el hospital de Chachapoyas. Sentí un gran alivio, aunque en ningún momento dudé en aceptar la Voluntad de Dios, así como se presentara”. Todo se fue resolviendo: Rafael se fue estabilizando de a poco y Jenny pudo acompañarlo hasta el hospital de Chachapoyas, donde encontró al familiar del anciano, a quien entregó sus documentos y un bolso de ropa y pañales. Así, Jenny pudo regresar a su casa “cansada, pero tranquila y agradecida de todo lo que viví”, como escribió. Pero la cosa no terminó allí: mientras ellos se ocupaban de la salud de Rafael y de los otros ancianos del Hogar, Dios se ocupó de hacerles llegar su divina providencia que tanto necesitaban. Cuenta Javier: “Una persona muy querida nos comunicó que el pedido que habíamos hecho juntos hace dos meses, fue acogido. Fue hermoso el encuentro con esta persona, la sentí como un verdadero hermano. Me mostró la carta de la institución a la que nos habíamos dirigido y la generosa suma que nos enviaban”. Jenny y Javier decidieron compartir, parte de lo recibido, con las Hermanas del Asilo de ancianos de Chachapoyas.

Gustavo E. Clariá