Sep 5, 2018 | Sin categorizar
«Me acordé de la frase pronunciada por un amigo. “La idea de Dios debe crecer junto a nosotros”. Hacía mucho tiempo que no buscaba más comprender algo de Dios. Sentía la necesidad de saber de Dios a través de otros que sabían más que yo». Andrea, un joven universitario, hace tres años dejó su pueblo natal, donde tenía un grupo de referencia en la parroquia, y se trasladó a una gran ciudad. Pero allí no encontró enseguida puntos de referencia precisos para su elección de fe. En el Congreso conoció a muchos. «Estoy aún en camino y estoy descubriendo aspectos nuevos de esta aventura, pero tengo certezas, puntos de referencia. Uno de estos es seguramente la conciencia de que el camino que se me abre delante es un camino comunitario, para vivir con los demás y por los demás. A veces ocurre que me olvido y por lo tanto necesito enderezar el camino, pero dentro de mí sé que es así», confirma Nicolás. “Comprometidos en el Nosotros” fue una iniciativa desarrollada en Castel Gandolfo (31 de agosto al 2 de septiembre), promovida por los Movimientos Diocesano y Parroquial, ramas del Movimientos de los Focolares, y dirigida a los jóvenes comprometidos en la Iglesia local. Estos movimientos se proponen irradiar el carisma de la unidad en las parroquias y en las diócesis donde prestan su servicio y así colaborar, junto con las otras realidades eclesiales, a la realización de una “Iglesia Comunión”, como se auspicia en la Novo Millennio Ineunte, la Carta apostólica dirigida por Juan Pablo II a los sacerdotes y a todos los laicos, cuando finalizó el gran jubileo del 2000. Con este fin promueve y alimenta una unidad cada vez más profunda de los fieles alrededor de los párrocos y obispos, colaborando en las distintas diócesis y proponiendo una nueva evangelización en las parroquias, según un estilo comunitario.
«Hemos elegido este título – explican los organizadores – para contribuir a realizar lo que con frecuencia el Papa Francisco invita a realizar: pasar del “yo” al “nosotros”, a través de un discernimiento comunitario que nos ayude a crecer y a tomar decisiones compartidas. Durante las jornadas transcurridas juntos, los participantes se interrogaron sobre su propia fe, pero sobre todo sobre la misión a la que se sienten llamados, la de llevar la “buena noticia” del Evangelio. La experiencia de vida basada en la espiritualidad de Chiara Lubich fue el trasfondo, porque cada carisma de Dios es para toda la Iglesia y para la humanidad. La metodología fue la de la cultura del encuentro: tomarse tiempo para conocerse y para estar juntos. Para sentirse comunidad, “pueblo de Dios”, en el que se puede crecer, ayudados por quienes caminan junto a nosotros». La experiencia del congreso se injerta plenamente en el camino hacía el Sínodo de obispos sobre los jóvenes, que tendrá lugar el próximo mes de octubre. «Resonaron de forma muy fuerte las palabras que el Papa Francisco dirigió a los jóvenes italianos reunidos el 11 de agosto pasado en Roma: “No se conformen con el paso prudente del quien se acomoda al final de la fila. Se precisa el coraje de arriesgar un salto adelante, un salto audaz y temerario para soñar y realizar, como Jesús, el Reino de Dios y comprometernos por una humanidad más fraterna. Precisamos fraternidad: ¡arriesguen, vayan adelante!”».
Sep 4, 2018 | Sin categorizar
Inmigrantes Vivimos en un país reacio a acoger a los inmigrantes. Un día en mi familia hablábamos de este tema y, queriendo vivir la Palabra de Jesús, nos dijimos que son inmigrantes también los marginados. No mucho tiempo después, supimos de un chico que venía del mundo de la droga y no tenía a nadie que se ocupara de él. Lo recibimos en casa hasta que se estabilizó, superando la dependencia que lo aquejaba y encontrando un trabajo. Incluso después de que se fue seguimos el contacto con él. Hoy es un padre feliz, con una familia serena. R. H. – Hungría El galpón Anciana y sin hijos, Marie transcurría a menudo sus tardes con nosotros. Un dia, aludiendo a un galpón que tenemos detrás de nuestra casa, nos confesó que le hubiera encantado vivir allí. Hablamos con mis hijos y decidimos satisfacer su deseo. Tras haber conseguido los permisos necesarios, transformamos el galpón en una pequeña casa unida a la nuestra por una puerta interior. No sólo para Marie, sino también para toda nuestra familia, se abrió una puerta, una modalidad nueva de entender la soledad de muchas personas. Nos sentimos verdaderamente enriquecidos. C. J. B. – Bélgica Resplandeciente Desde hace muchos años estoy paralizada en la cama. El jueves pasado vinieron a verme dos focolarinas y para mí fue una alegría muy grande. Luego, le comunicaron a una amiga que me habían visto “resplandeciente” y este comentario de ellas me sorprendió mucho. Le agradecí a Dios, pidiéndole que me ayudase a estar siempre así. Al día siguiente me desperté con un gan dolor de espalda. Era la ocasión para seguir estando “resplandeciente”, incluso en el sufrimiento. Lo mismo sucedió algunos días después. Esta actitud es la que trato de mantener en este tiempo, y si bien no siempre lo logro, por lo menos lo intento. N. P. – Venezuela La leche En la difícil situación económica que atravesaba el país, todo estaba racionado y los negocios estaban vacíos. A raíz de una grave descalcificación de los huesos, Rosa necesitaba beber mucha leche, pero era difícil de encontrar. Un día una vecina fue a su casa para pedirle un poco de leche para su hijito, porque desde hacía días que no tomaba ni una gota. Rosa le ofreció enseguida la que le quedaba, a pesar de las protestas de sus hijos. Antes del atardecer le llegaron ocho litros de leche. Con lágrimas en los ojos, Rosa exclamó: “Dios no se deja vencer en generosidad”. M. C. – México La suegra Rosita y yo habíamos llevado a mi suegra, que vive en una casa para ancianos y que tiene dificultades de motricidad, a dar un paseo. También mi cuñada estaba con nosotras. Agradecidos a Dios por la hermosa jornada de sol, durante el paseo nos paramos para desayunar en un bar frente a una plaza, en un pueblo cercano. Entre nosotras había armonía y alegría. Cuando pedimos la cuenta, nos dijeron que otro cliente había pagado ya por nosotras, maravillado por los cuidados y atenciones que brindábamos a una persona anciana. Feliz, mi suegra lo confirmaba. R. – Suiza
Sep 3, 2018 | Focolare Worldwide
«El deseo de ser médico, que había nutrido desde siempre, se hizo todavía más fuerte cuando, años atrás, mi papá y mi hermano tuvieron un grave accidente. El hospital se convirtió en nuestra segunda casa, por una serie de operaciones en las piernas que mi padre tuvo que afrontar. En esos momentos comprendí las dificultades que tienen los pacientes para recibir el tratamiento adecuado, en especial aquellos que no cuentan con recursos económicos suficientes. “Seré médico – me dije- para ofrecer a todos la esperanza de una curación”. Pero mi familia tenía una situación económica precaria. Mi padre, por la discapacidad permanente que le provocó el accidente, ya no podía trabajar. A finalizar la escuela, mi deseo de estudiar medicina se rompió cuando mi mamá me dijo: “No tenemos los medios”. Lloré amargamente, pero después pensé: “Si Jesús lo quiere así, entonces también yo lo quiero”. Siempre hemos estado en contacto con el Focolar, y ellos conocían mi gran deseo. Algunos días después, me llamaron por teléfono para decirme que habían encontrado, a través de las organizaciones AMU y AFN, el modo para apoyarme económicamente. ¡Estaba tan feliz! Era un signo del amor de Dios. Empecé los estudios en la universidad. No todo era fácil. Todos los días tenía que tener una buena dosis de paciencia y perseverancia. En mi clase había estudiantes de religiones y culturas diferentes, y algunos de ellos eran prepotentes conmigo, pues mi carácter es más suave y tolerante. Siempre trataba de ser amiga de todos y de permanecer unida a Jesús, y de Él recibía la fuerza para afrontar cada dificultad. A veces dormía sólo dos horas debido a las toneladas de páginas que tenía que memorizar. No hacía otra cosa que estudiar, y sin embargo a veces me fue mal en algún examen, o me sentía triste por no poder salir con mis amigos. Además me hacía falta mi familia. Pero estaba segura de que Dios tenía un plan sobre mí. Durante la práctica trabajamos en los repartos con los pacientes, cumpliendo turnos de 30 o 36 horas consecutivas, y era realmente fatigoso. Había que hacer muchas cosas al mismo tiempo, asegurarse de que todos los pacientes recibieran el tratamiento y contemporáneamente tenía que estudiar para los exámenes. El encuentro con cada paciente era siempre una ocasión para amar. A pesar de estar cansada y con sueño, trataba de presentarme ante ellos con energía, de escucharlos con una sonrisa y con sentimientos de auténtica compasión. En el hospital los enfermeros tendían a ser bruscos con nosotros los estudiantes y nos daban órdenes. Sin embargo, trataba de acallar mi orgullo y de construir con ellos una relación amistosa. Después de algún tiempo cambiaron su actitud. En mi grupo había una estudiante que era conflictiva, siempre levantaba la voz contra nosotros, que éramos sus compañeros de curso y lo hacía incluso delante de los pacientes. Nadie la soportaba. Pensé: “Si yo no la quiero, ¿quién la va a querer?”. Empecé a comprenderla y también conocí sus dificultades, a quererla. Al principio era difícil, siempre quería algo para sí. Le pedí a Jesús que me diera el valor y la fuerza, para perseverar en esta actitud de comprensión. Al final también ella empezó a comprenderme y nos hicimos amigas. Si hay algo que he aprendido, es que también ante las cosas que no son fáciles, tú puedes llegar a ser más fuerte. Muchas veces he tenido el temor de no lograrlo, pero “recomenzar” ha sido el secreto que aprendí de Chiara Lubich. Ahora soy médico, he realizado mi sueño, y tengo muchas oportunidades para amar a Dios sirviendo a mis pacientes, recordando esa frase del Evangelio que dice “Cualquier cosa que hayas hecho al más pequeño de mis hermanos, a mí me lo hiciste”».
Sep 2, 2018 | Focolare Worldwide
«El domingo 12 de agosto se concluyó el primer Genfest de Cuba, ¡un sueño custodiado en nuestros corazones, un sueño que habíamos confiado a Dios y que Él hizo realidad!» escriben los Jóvenes por un Mundo Unido cubanos. La Habana se vió inundada por jóvenes de toda la isla que llegaron para el Genfest, un evento con “muchas primicias”. De hecho –escriben- hasta ahora «nunca habíamos logrado realizar en Cuba una manifestación de estas dimensiones, obteniendo los permisos necesarios de la Oficina del Partido para las relaciones con los organismos religiosos, de quienes recibimos una óptima colaboración. Fue realizado con la ayuda de artistas y profesionales quienes con pasión, dedicación y total entrega ante las enormes dificultades dieron armonía y belleza al contenido propuesto por los jóvenes, después de meses de consultas. El evento inaugural se desarrolló en el centro histórico de la ciudad, donde el Papa Francisco en septiembre de 2015 invitó a los jóvenes cubanos a llevar adelante “la amistad social” con todos y entre todos, “para construir la Cuba que sueñan”. El sábado 11 de agosto los participantes profundizaron el tema “Beyond all borders” (Más allá de las fronteras) a través de 9 talleres, sobre economía social y Economía de Comunión, ecumenismo, relaciones interpersonales, habilidades necesarias para construir la paz, posmodernismo, etc.
«En la tarde, en un famoso cine de la ciudad, con alrededor de 600 participantes, se dio testimonio a través del arte y de experiencias de vida que vale la pena vivir por un mundo más unido. Un momento profundo fue la interpretación de una actriz de la figura de Chiara Lubich y de su pensamiento sobre el dolor que genera vida, el secreto para ir “más allá de toda frontera”. «Ha sido la experiencia más bella de mi vida -escribió una joven- en donde la unidad y el amor son la esencia de una forma de vida que construye un mundo más unido. Han logrado despertar mi fe y la esperanza». «Para nosotros que hemos trabajado en su realización durante casi un año -dijo uno de los organizadores- ha sido un largo camino, con no pocas dificultades, dadas las condiciones del país. Pero nunca faltó la ayuda de la ‘Providencia’ que llegó en el momento justo para animarnos y darnos los recursos: desde Corea del Sur, de Colombia, Bulgaria, Italia, México, Puerto Rico, Canadá, Filipinas… ».
«Nos lanzamos a hacer cosas que no habíamos hecho nunca: cantar, bailar, presentar desde el palco, contar nuestros testimonios superando la timidez y el respeto humano. Aprendimos a escucharnos más, a no imponer nuestras opiniones, sino a hacer nacer las ideas juntos. Concretamente hemos aprendido a querernos». «El Genfest ha sido una explosión de amor y de unidad que revolucionaron nuestra ciudad», dicen. Y uno de los participantes: «Estamos haciendo historia, no la que queda en los libros, sino en el alma de todos nosotros que pensamos, trabajamos y participamos en el Genfest. Permanecerá en la memoria de esa Habana Vieja, hoy renacida gracias a los Jóvenes por un Mundo Unido». «Ha sido muy bella y fructífera –escriben- la colaboración con otros Movimientos, con la Pastoral Juvenil, con el Consejo de las Iglesias de Cuba». Y concluyen: «El Genfest de Cuba hizo honor a su objetivo, ir “más allá de las fronteras”, superando las graves dificultades durante la preparación por la dimensión que había alcanzado. Una demostración que para Dios nada es imposible. Llevando adelante una revolución de amor en todo el mundo, y tantas personas que no conocían nuestro sueño han sido testigos. «Agradecemos a todos los que han creído en esta locura y que nos han acompañado con su apoyo y recursos en esta aventura, ¡qué profunda alegría saber que somos parte de una familia tan grande!».
Ago 31, 2018 | Sin categorizar
«En 1984 estuve con un grupo de obispos de distintas confesiones en la Basílica de Santa Sofía en Estambul. Nos quedamos impresionados por este edificio imponente, dado que en el mismo, podíamos percibir de manera tangible una presencia enorme de la historia de la Iglesia y de la humanidad. Nos encontrábamos en un edificio de la antigua tradición cristiana, de la época en que la cristiandad estaba unida, por lo cual Asia Menor estaba en el centro del mundo cristiano; pero estábamos también en el lugar en el que se produjo la ruptura entre Oriente y Occidente y se rompió la unidad. En las grandes cuñas de la cúpula veíamos, enormes, los escritos extraídos del Corán, la aparición de otra religión sobre la cristiandad herida. Justo delante de nosotros estaban colocados algunos carteles que decían “Prohibido rezar”. Era un museo en el cual la gente paseaba sacando fotos y usaba binoculares, dando vueltas por doquier mirando las bellezas artísticas que allí se conservaban. Esta ausencia de religión en aquel lugar que una vez fue un lugar sagrado era terrible. Estábamos abrumados por esta cascada de eventos: unidad originaria, unidad lastimada, distintas religiones, nada de religión. Nuestras miradas vagaban desorientadas en búsqueda de auxilio, cuando de improviso – ¡allí! encima de la cúpula brillaba, dulcemente y sin hacerse notar, un antiguo mosaico: María que ofrece a su Hijo. Allí comprendí claramente: sí, ésta es la Iglesia: estar, simplemente, y a partir de sí mismos generar a Dios, ese Dios que parece ausente. La palabra Theotokos – madre de Dios, la que genera a Dios- adquirió para mí imprevistamente un sentido completamente nuevo. Comprendí que no podemos organizar la fe en el mundo; si nadie más quiere oír hablar de Dios, no podemos combatir con la fuerza y decir: “¡Cuidado con ustedes!”. También nosotros podemos estar simplemente y llevar a la luz, partiendo de nosotros mismos, a ese Dios que parece ausente. No podemos fabricar este Dios, sino solamente darlo a Luz; no podemos afirmarlo con argumentos, sino que podemos ser la copa que lo contiene, su cielo en el cual, aún en la escasa apariencia, Él brilla. Así comprendí, no sólo nuestra tarea de hoy como Iglesia, sino también cómo la Iglesia existe en la figura de María y cómo María existe en la figura de la Iglesia, cómo entre ambas, la figura y la realidad son una cosa sola». Klaus Hemmerle, Partire dall’unità. La Trinità e Maria, pp. 124, 125.
Ago 31, 2018 | Sin categorizar
«Cuente realmente, Santo Padre, con nuestra plena unidad y ferviente oración también frente a las insidias destinadas a desacreditar su persona y su acción de renovación». Con estas palabras, Maria Voce se dirige al papa Francisco en una carta del 30 de agosto, en la que expresa su apoyo y oración tras los fuertes ataques recibidos en las últimas semanas. La presidente de los Focolares expresa al Santo Padre su agradecimiento por el reciente Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda que ha puesto en evidencia, entre otras cosas, la relación extraordinaria que se ha creado entre el Papa y los que han participado. Maria Voce expresa gratitud, en su nombre y en el de todo el Movimiento, por el sincero y repetido pedido de perdón que Francisco dirigió a las víctimas de abusos y a los familiares, y la plena adhesión a su mensaje de amor. La presidente de los Focolares, continúa: «En cada herida de la Iglesia y de la humanidad – escribe María Voce – reconocemos a Jesús crucificado y abandonado y, junto con Ud., miramos a María para vivir con valentía según Su ejemplo como discípulos auténticos». Por último, Maria Voce agradece su reciente “Carta al Pueblo de Dios” que, además de expresar la prontitud y el amor del Santo Padre por la humanidad, indica «como compartir el “grito” que sube al Cielo de quienes sufrieron y sufren y como comprometerse para que tales males no se perpetúen. Hacemos nuestras sus preocupaciones y sus palabra».
Ago 30, 2018 | Sin categorizar
El 1º de septiembre de cada año se celebra la Jornada Mundial por el cuidado de la Creación. Este año es las 13ª edición. Se trata de una iniciativa de la Iglesia Ortodoxa a la que han adherido otras iglesias cristianas, comprometidas en descubrir en un horizonte ecuménico el compromiso por el respeto y cuidado de la Creación. Desde el 2015, también la Iglesia Católica se ha unido a este llamado, que está dirigido a todos los hombres, a la responsabilidad por la creación y la tutela de la vida de todos los pueblos de la tierra. En 2017, para sellar este compromiso común, el Papa Francisco y el Patriarca ecuménico Bartolomé I de Constantinopla firmaron un documento en el cual se lee, entre otras cosas: «El ambiente humano y la naturaleza se están deteriorando contemporáneamente, y tal deterioro del planeta gravita en las personas más vulnerables. El impacto de los cambios climáticos repercute, en primer lugar, en quienes viven en situación de pobreza en cada ángulo del globo terráqueo. Nuestro deber de usar responsablemente los bienes de la tierra implica el reconocimiento y el respeto de cada persona y de todas las criaturas vivas. La llamada y el desafío urgente de cuidar la Creación constituyen una invitación a toda la humanidad para trabajar por un desarrollo sostenible e integral […]. Estamos convencidos de que no existe solución genuina y duradera al desafío de la crisis ecológica y de los cambios climáticos sin una respuesta concertada y colectiva, debe existir una responsabilidad compartida que esté en grado de rendir cuenta de las propias acciones, dando prioridad a la solidaridad y al servicio».
Ago 30, 2018 | Focolare Worldwide
Una gran masa de damnificados, a la espera de poder regresar a sus casas, que todavía están sumergidas por las devastadoras inundaciones que tuvieron lugar en Kerala, está refugiada por el momento en 3800 campamentos. Los operativos de socorro y asistencia se están llevando adelante en medio de grandes dificultades, debido al aislamiento de algunas zonas. En ciertos casos, la comida y el agua son lanzados desde los helicópteros, porque las calles y los puentes quedaron destruidos. De la comunidad local de los Focolares escriben: «Estamos regresando de Trichy (a más o menos 300 Km de Kerala), donde tuvo lugar la Mariápolis con las personas de los grupos de la Palabra de vida, esparcidos en un radio de 120 Km. Pero teníamos en nuestro corazón a las personas de Kerala afectadas por las fortísimas lluvias. Todavía estamos en el período de los monzones, el viento caliente provoca estos tifones tropicales. De lo que sabemos las personas del Movimiento están bien. Estaba programado un retiro para los sacerdotes de Trivandrum (en el sur de Kerala), pero lo tuvimos que cancelar porque no es seguro viajar y también porque muchos sacerdotes que habían confirmado su participación se han visto involucrados en la tragedia. Durante el fin de semana, en nuestras comunidades locales se comprometieron a recoger víveres y objetos de primera necesidad para enviar a las zonas afectadas. Contamos con sus oraciones». También el Papa Francisco rezó por las víctimas y para que “no le falte a estos hermanos nuestra solidaridad y la ayuda concreta de la comunidad”. Para quien quiera colaborar, se activaron las siguientes cuentas corrientes:
Acción por un Mundo Unido OSFL (AMU) |
Acción para Familias Nuevas OSFL (AFN) |
IBAN: IT58 S050 1803 2000 0001 1204 344 del Banco Popolare Etica |
IBAN: IT55 K033 5901 6001 0000 0001 060 del Banco Prossima |
Código SWIFT/BIC: CCRTIT2T |
Código SWIFT/BIC: BCITITMX |
MOTIVO : Emergencia Kerala (India) |
Los aportes depositados en ambas cuentas corrientes con este motivo serán administrados en forma conjunta por AMU y AFN. Para estos donativos están previstos beneficios fiscales en muchos países de la Unión Europea y en otros países del mundo, según las distintas normativas locales. |
Ago 30, 2018 | Focolare Worldwide
«Pidámosle al Padre que acoja en su Reino de paz a los que perdieron la vida en este grave accidente y encomendemos a su amor a los heridos y a quien ha quedado afectado». Así escribe María Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, a las comunidades de la República Democrática del Congo (RDC), tras el grave accidente acaecido el 28 por la mañana en la ciudad de Limate (al norte de Kinshasa). Un silo que contenía toneladas de trigo, de propiedad de la FAB Congo, industria productora de harina, se derrumbó sobre una parte del hospital Moyi mwa Ntongo y sobre una empresa adyacente. Bajo el peso de los escombros perdieron la vida algunas personas, entre las cuales Valentine, miembro de los Focolares, encargada de los servicios de lavandería, mientras las otras víctimas son de los edificios aledaños. «Se constató una competencia de solidaridad para ayudar a encontrar el cuerpo – escribe Aga Kahambu, en nombre de la comunidad de los Focolares – en donde la policía, la Cruz Roja y varios voluntarios trabajaron sin pausa. Algunas de las víctimas son dependientes de la FAB, pero el número de las mismas es aún impreciso. Es un fuerte dolor para todos, pero la unidad y la solidaridad de muchos nos ha sostenido».
Según los titulares del local Actualite.cd “el balance es provisorio, porque el accidente sucedió en una “hora pico”, y destaca: “los significativos daños a la estructura, con la destrucción de los sectores de radiología, diagnóstico y otros servicios”. Construido en 2006 y dirigido por el Movimiento de los Focolares, el centro médico Moyi mwa Ntongo está considerado como un polo de excelencia con 55 camas. Surgió para el tratamiento de la ceguera infantil, pero luego englobó otros proyectos, como la lucha contra el HIV y el SIDA. Además es un modelo de acción humanitaria internacional; de hecho para sus funciones médicas y paramédicas se vale de especialistas y personal local, que se formó tanto en el Congo como en Europa. En 2016, a diez años de su fundación, se dotó de un moderno sector de maternidad y neonatología, servicio esencial en un país que tiene un índice de mortalidad infantil y maternal de los más altos del mundo. El sector, que afortunadamente se salvó del derrumbe, fue realizado gracias a la contribución de personas y agencias relacionadas con el Movimiento de los Focolares, como la Fundación Giancarlo Pallavicini y las señoras Albina Gianotti y Vittorina Giussani, financiadores del Centro médico desde sus inicios, y por AMU Luxemburgo y AECOM Congo, junto a otros benefactores.
Ago 29, 2018 | Sin categorizar
«Cuando tenía seis años, mi madre me integró al programa de asistencia diurna de Bukas Palad, el proyecto social realizado por los Focolares a través de sus organizaciones AMU y AFN, tras haber conocido a una maestra que trabajaba allí. Recuerdo que me dijo: “Aquí aprenderás a tener una sonrisa luminosa”. Mi madre también participaba en las reuniones de formación y empezó a comprometerse como voluntaria. Inicialmente yo pensaba que lo hacía porque no tenía otra cosa que hacer, además de los trabajos de casa; pero luego cambié de opinión, viendo que iba también los sábados. Mi padre y mis hermanos notaban que ella estaba más feliz. Y yo también estaba feliz, atraída por el espíritu de amor recíproco y unidad que había entre los miembros del personal. Gracias al proyecto pude completar todo el curso de estudios hasta la graduación universitaria. Puedo dar testimonio de que Bukas Palad tuvo un rol fundamental en la mayoría de mis experiencias y de mis opciones de vida. Recuerdo muy bien todas las actividades que llevábamos a cabo en la escuela y durante los fines de semana, con todos los estudiantes, y la formación que recibimos y que nos hizo personas sensibles a las necesidades de los demás y que consideran la pobreza no como un obstáculo que te impide hacer lo que que quieres, sino como un regalo.
A través del proyecto, conocí a Chiara Lubich y a los jóvenes del Movimiento de los focolares. Creciendo en ese contexto, aprendí que los sueños se pueden realizar y creemos que para cada uno de nosotros hay un plan de amor de Dios. Me gradué en Educación en la Universidad de Cebu, luego aprobé el examen de habilitación para maestras. Enseguida, una vez que me gradué, empecé a trabajar, acompañada por una gran “familia”, que siempre estuvo a mi lado, incluso cuando tuve que enfrentarme con el mundo del trabajo y la vida en general. Tanto en los momentos de tranquilidad y alegría como en los difíciles, tenía siempre como lema una frase de Chiara Lubich, “Ser familia”. Cuando pienso en Bukas Palad, entiendo bien lo que es una familia. Primero enseñé en una escuela privada, durante cinco años. Luego, en 2014, presenté una solicitud para trabajar en la escuela pública. Me asignaron una escuela de Mandaue, una ciudad que forma parte del área metropolitana de Cebu. Aquí las cosas eran completamente diferentes, no teníamos la misma organización y sistematicidad que conocía. Cuando enseñaba en la escuela privada, pensaba que para ser maestra había que tener un gran corazón y un corajudo entusiasmo. Pero ahora que trabajo en la escuela pública, creo que hay que tener un corazón aún más grande, un entusiasmo aún más valiente, una fuerza aún mayor. Cada vez, cuando me viene la tentación de abandonar este trabajo, algo me retiene. Son los chicos, sobre todo. En ellos me veo a mí y a mis compañeros, muchos años atrás, cuando soñábamos ser lo que somos ahora. Tal vez no pueda dar la misma ayuda y el mismo apoyo que mi familia y yo recibimos, pero trato de hacer las cosas lo mejor que puedo para transmitir el mismo amor».