Abr 20, 2018 | Sin categorizar

Jesús Morán. Foto © 2018 Consejo Ecuménico de las Iglesias
«Con el progreso de los medios de transporte y de las técnicas de información, el universo se ha reducido bruscamente; las distancias dejaron de ser un obstáculo para que los hombres más diversos se vincularan». Sin embargo, esta multiplicidad de relaciones « la mayoría de las veces desemboca en una multiplicación de barreras e incomprensiones». Jesús Morán en su intervención en Ginebra (Suiza), comenzó citando estas palabras del antropólogo francés Roger Bastide, quien vivió en el siglo pasado. Morán considera que el “diálogo” es la característica emergente de nuestro tiempo, a pesar de que todavía no se ha realizado completamente. «La humanidad está más preparada que nunca para ser sí misma, sin embargo se ve obligada a reconocer su incapacidad de responder a su vocación». El contexto en el que presentó su intervención fue un encuentro convocado para recordar la rica colaboración y amistad entre el Movimiento de los Focolares y Chiara Lubich y el Consejo Ecuménico de las Iglesias. Este organismo, constituido en 1948, ha hecho del diálogo el instrumento principal de una eficaz búsqueda de unidad entre las Iglesias cristianas. El diálogo – sostiene el copresidente de los Focolares- está en la raíz de la naturaleza humana y podemos encontrar sus “fuentes” en todas las culturas, tanto en la occidental como en la oriental. Para los cristianos, es el mismo Jesús la “llave” del diálogo: el amor recíproco, el perder la propia vida por amor hasta el abandono. «¿Cuáles son los pilares de una cultura del diálogo? –se pregunta Morán-. El primero es que el diálogo está inscripto en la naturaleza del hombre. El hombre se hace más hombre en el diálogo». El segundo es que «en el diálogo cada hombre se completa a sí mismo con el don del otro. Tenemos necesidad unos de otros para poder ser nosotros mismos. En el diálogo yo le regalo al otro mi alteridad, mi diversidad».
Además, «cada diálogo es siempre un encuentro personal, por lo tanto, no se trata de palabras o de pensamientos, sino de donar nuestro ser. El diálogo no es una simple conversación, ni una discusión, sino que es algo que toca lo más profundo de los interlocutores». Más aún, «el diálogo exige silencio y escucha» y «es algo existencial, porque nos arriesgamos a nosotros mismos, comprometemos nuestra visión de las cosas, nuestra “identidad” cultural, eclesial, que no se pierde sino que se ve enriquecida gracias a su apertura». «El diálogo auténtico está relacionado con la verdad, es siempre una profundización de la verdad. […] Cada uno participa y pone en común con los demás su propia participación de la verdad, que es una para todos». «El diálogo – continúa Morán- exige una fuerte voluntad. Como dice Chiara Lubich, “el hacerse uno profundamente”. Sabemos que el modelo sublime e inefable de esta dinámica de amor es Jesús Abandonado. Él representa verdaderamente el riesgo de la alteridad que conduce a la reciprocidad. […]. Su “perder” ganó para nosotros y en nosotros un espacio perenne de Luz y Verdad: el Espíritu Santo». Finalmente, «el diálogo es posible sólo entre personas verdaderas» basadas en una ley, «la de la reciprocidad, en la cual encuentra sentido y legitimidad».
Después, Jesús Morán delineó un aspecto ulterior, que pone en evidencia el típico aporte de los Focolares a la causa de la unidad de los cristianos: el “diálogo de la vida”. Éste lleva a «vivir relaciones basadas en el Evangelio, en el intercambio de experiencias, sobre lo más precioso que se puede compartir con el hermano y la hermana de otra Iglesia». Citando las palabras del Card. Walter Kasper, Obispo y Teólogo católico, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos -“El ecumenismo del amor y el ecumenismo de la verdad, que siguen manteniendo toda su importancia, deben ser realizados a través de un ecumenismo de la vida”- Morán observa que «es necesario convencerse de que esta dimensión vital del diálogo no está ausente del pensamiento teológico, sino que es el primer nivel y el más radical, y es a partir de allí, sólo a partir de allí, que se puede acceder, en un segundo momento y con verdadero provecho, al nivel de la razón teológica». «El diálogo – concluye Morán- es el ritmo de las relaciones trinitarias. Entre Ellas existe un continuo intercambio de roles y de dones. […]. Nada se pierde. En el riesgo del diálogo colocamos todo de nosotros mismos y todo del otro, en el espacio trascendente del Espíritu que nos mancomuna, y por lo tanto está toda la humanidad. El que dialoga construye la historia». Foto gallery: https://oikoumene.photoshelter.com/galleries
Abr 20, 2018 | Sin categorizar
El Instituto Universitario Sophia (IUS) ha recibido, el pasado 16 de abril, la quinta etapa del proyecto de diálogo y colaboración Wings of Unity, que involucra a docentes y expertos del mundo cristiano y musulmán. Promotores, junto al IUS, el Islamic Centre of England de Londres y el Risalat International Institute de Qum. Durante el proyecto, co-dirigido por Piero Coda y Mohammad Shomali, se han recorrido algunas pistas innovativas en el ámbito del diálogo interreligioso a través de seminarios, conferencias públicas, escuelas de verano y varias publicaciones. La jornada de estudio se ha desarrollado en el contexto más amplio de la visita organizada del 15 al 18 de abril a la ciudadela de Loppiano, donde tiene su sede el Istituto Universitario Sophia. Durante estos días el grupo de amigos musulmanes ha tenido la posibilidad de conocer en profundidad la original convivencia multi-cultural animada por el carisma de Chiara Lubich. Fuente: Istituto Universitario Sophia https://vimeo.com/265783668
Abr 19, 2018 | Focolare Worldwide
«Han pasado 18 años, pero la fuerza de aquella manifestación aún nos moviliza a todos los que participamos. Había llegado a Roma algunos meses antes, en diciembre de 1999. Iniciaba para mí un período durante el cual trabajaría como gráfico en el Centro gen internacional, en preparación del Genfest. No podía imaginar entonces las sorpresas que ese año me tenía reservadas! Un día de febrero del 2000, estando solo con la guitarra, nació una canción que luego se convertiría en mi oración cotidiana: “Luz”. Está inspirada en la vida de Chiara Badano, una gen como nosotros, ahora beata, que en sus últimos momentos ofreció su dolor por el Genfest. “Corran, brillen, no tengan miedo… la luz está en cada uno de nosotros”, digo en la canción. Aquel Genfest era un gran reto pues sería el primero en ser organizado totalmente por nosotros, los jóvenes. Fue una experiencia maravillosa de unidad y madurez.
En la ciudadela internacional de Loppiano se realizaría la primera reunión del Equipo de la Música y en su transcurso teníamos que crear 4 temas musicales oficiales. Canté mi canción delante de todos y fue acogida por todos como propia. “Luz” inició la lista de canciones oficiales del evento y se convirtió en un “tema mágico” como muchos la describen, con adaptaciones luego en diversos idiomas. Cuando tiempo después conocí a los padres de Chiara Badano, María Teresa y Ruggero, me abrazaron y me dijeron que había encontrado la mejor manera de hacerla conocer, “porque cantar es rezar dos veces”. Llegado el momento de crear un logo de la manifestación, participé con una propuesta que deseaba proyectar una onda expansiva que permaneciera como una huella en el tiempo, como sería este Genfest. Otro regalo… mi propuesta fue elegida! Aquel 17 de Agosto empezamos temprano a preparar los equipos, la decoración, las pruebas de sonido, los últimos detalles… Horas antes de comenzar, 25.000 jóvenes hacían fila para entrar al Estadio. Tres, dos, uno…y una percusión con distintos ritmos del mundo, un sonido sutil como un latido de corazón, daba inicio al Genfest 2000! El programa fue variado y rico. Su objetivo era demostrar al mundo que la unidad es posible. Alrededor de las 18:30 me tocaba cantar “Basta 1 Sonrisa”, una canción que había escrito en Costa Rica 4 años atrás.
Luego, la presentación de Chiara “Luce” como un ejemplo de santidad, con sus 18 años y su espléndida sonrisa proyectada en la gran pantalla, dejó entre los presentes un profundo suspiro de eternidad. De inmendiato empezaron a sonar los acordes de la canción “Luz”. Finalmente el gran momento. Chiara Lubich lanzando su propuesta a las nuevas generaciones: “La idea de un mundo unido, por la cual hoy muchos jóvenes trabajan, no será sólo una utopía, sino que en el tiempo será una gran realidad. Y el futuro está sobre todo en sus manos”. A modo de conclusión, se presentó la propuesta del Genfest: el “Proyecto Africa”, que promovía la ayuda al hospital de Fontem, en Camerún, como punto clave en la respuesta a las necesidades urgentes de esta región. Finalizaba el Genfest pero aún nos esperaba la gran cita de la JMJ, el 19 y 20 de Agosto, en la explanada de Tor Vergata con Juan Pablo II. Otro día histórico, con 2 millones de jóvenes, en el que ni el calor del día o el frío de la noche opacaron la alegría de estar todos juntos. Inolvidable la consigna del Papa: “ No tengan miedo de ser los santos del Tercer milenio…” Antes de partir de regreso para Costa Rica, en Diciembre de ese año tuve la posibilidad de saludar a Chiara Lubich y de dejarle por escrito en un pequeño libro, el relato de la mágica experiencia vivida. Un año inolvidable. Pero los regalos no habían terminado. Tiempo después conocí a Tina Murg, de Austria, quien también había participado artísticamente del Genfest del 2000. Hoy es mi esposa!»
Sandro Rojas Badilla
Escucha la canción “Luz” Foto: Sandro Rojas Badilla
Abr 19, 2018 | Sin categorizar
«Provenimos de dos familias tradicionales y conservadoras de Tlemcen, ciudad muy antigua, cuna de la cultura árabe-musulmana- cuenta Farouk. Nos casamos hace 42 años, tenemos tres hijos y dos nietos. Durante el primer año de casados, como muchas parejas, descubrimos que teníamos caracteres diferentes y esto provocaba conflictos entre nosotros. El encuentro con el Movimiento de los Focolares nos hizo comprender que debíamos emprender un camino de amor verdadero. Esta experiencia nos colmó del amor de Dios y nos permitió dar los primeros pasos de uno hacia el otro. Teníamos un deseo tan grande de conocer hasta el fondo la espiritualidad de la unidad, que nuestra vida comenzó a desarrollarse entre Orán, donde vivimos y Tlemcen, donde se encuentra el Centro del Movimiento de los Focolares. Comenzamos a compartir nuestra fe musulmana y a comprender cómo hacer para encarnar la espiritualidad de la unidad en nuestro credo. En Orán se fue formando a nuestro alrededor una pequeña comunidad y nuestra casa se convirtió en un lugar de encuentro, un “Faro”, como la misma Chiara Lubich quiso llamarla. Muchos musulmanes conocieron el focolar y entre nosotros comenzamos a compartir todo, alimentados y enriquecidos por un amor sobrenatural. En los comienzos de los años ’90 la guerrilla en nuestro país nos recordaba las análogas circunstancias del nacimiento del Movimiento y el descubrimiento de Dios como único ideal»
«Con nuestros hijos – continúa Schéhérazad- en su etapa de adolescencia, vivimos momentos bastante turbulentos. Buscábamos el diálogo con ellos y, sobre todo el amor filial. Podemos decir que, con los dos mayores logramos construir una relación basada en la sinceridad. En la comunidad del focolar escuchaba testimonios en los que se hablaba de Dios Amor. Aprendía poco a poco a abandonarme confiada en Dios, en su misericordia. Emprendiendo este camino espiritual me liberé de mi yo, de mis miedos en la relación con las personas. El compromiso de poner a Dios en el primer lugar es totalmente personal, pero elegimos vivirlo como familia. Reconocer los propios límites y los del otro es una gimnasia que no tiene fin, hay que recomenzar siempre, pedirse perdón y recomenzar». «La oración en el Islam – explica Farouk- es un momento solemne. Al principio, nuestras oraciones no eran regulares, y cada uno rezaba sólo. Ahora tratamos de rezar juntos, por amor, no como una obligación. En Argelia estudian muchos jóvenes sub-saharianos. Entre éstos algunos de ellos frecuentan el focolar. Tratamos de apoyarlos en sus necesidades, también porque a menudo no se sienten socialmente integrados. Uno de estos jóvenes, cristiano, vivió con nosotros durante un año y medio, y con él construimos una relación tan profunda que nos considera como sus segundos padres. Con frecuencia le prestábamos el auto para asistir a la misa». «En la comunidad de los Focolares – continúa Schéhérazad – existe un intercambio sincero, sin ambigüedades sobre la fe. Aprendimos a conocer la fe cristiana. Este conocimiento se ha dado en el respeto de cada uno, con un amor desinteresado, que no quiere convertir al otro, sino que lo ayuda a ser más él mismo. Cuando nos encontramos con un cristiano, para nosotros es natural ver en él un hermano para amar. No nacimos para competir, sino para construir un proyecto común. Construir la unidad no es algo que se da por descontado, sino que es un compromiso que se renueva constantemente. Juntos, musulmanes y cristianos, podemos avanzar hacia el “Uno que unifica”. En nuestra vida, gracias a Chiara Lubich, comprendimos que este Uno unificador se realiza si dos hermanos, dos hermanas, se aman, dispuestos también a dar la vida el uno por el otro».
Abr 18, 2018 | Sin categorizar
Se hablará sobre esto el próximo sábado 21 de abril, desde las 16 a las 19 horas, en el evento “Juntos para dar esperanza. Cristianos y musulmanes en camino en el carisma de la unidad”, promovido por el Movimiento de los Focolares, que contará con la presencia de unas 600 personas de 23 países, cristianos y musulmanes, presentes en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Roma) del 19 al 22 de abril. En un contexto social marcado, especialmente en el Occidente, por miedo a la diversidad, los prejuicios y la desconfianza que erige murallas y por una narrativa que alimenta el desencuentro y la separación, el testimonio de un compromiso compartido entre cristianos y musulmanes unidos por la paz, la solidaridad, el desarrollo, la armonía entre las personas de diferentes religiones, culturas y tradiciones, lanza un mensaje contra la corriente y lanza semillas de esperanza. Vivir juntos en armonía, respeto, solidaridad y paz es posible. E incluso trabajar juntos es posible, compartir objetivos comunes y cooperar para lograrlos, sin debilitar la identidad y el patrimonio de valores, pero en una confrontación leal y franca fortaleciendo el conocimiento recíproco y el respeto, privilegiando lo que une con respecto a lo que divide. Un camino impulsado por el carisma de la unidad de Chiara Lubich, que allí encuentra su fuerza propulsora. En su discurso en la Mezquita Malcolm X, en Harlem (Nueva York), el 18 de mayo de 1997, Chiara, que establecía con el Imán Wallace Deen Mohammed Imam y con la comunidad musulmana presente un pacto para trabajar juntos por la paz y la unidad, dijo: “Experimenté una profunda fraternidad aquí. Es algo extraordinariamente hermoso que solo puede ser obra de Dios. Él verdaderamente nos hizo una sola familia para sus planes”. Y sobre los fundamentos de este camino de comunión, explicó: “Es común para casi todas las religiones, incluso con diferentes versiones, la llamada Regla de Oro: ‘No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti’. Esta regla de oro es suficiente para garantizar nuestro vínculo de amor con cada prójimo, y este amor sería suficiente para componer a la humanidad en una sola familia”. A raíz de esa experiencia y de las iniciativas para el diálogo islámico-cristiano que nacieron en varios países, este encuentro en Castel Gandolfo quiere ser un nuevo paso en el camino hacia la fraternidad universal, un signo de esperanza para la humanidad. “La educación religiosa es atención a la paz”, dice Adnane Mokrani, docente de la Pontificia Universidad Gregoriana y del Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos (PISAI) y presidente de Cipax, quien estará presente en el congreso: “En esta perspectiva no debería haber separación sino solidaridad, colaboración, unidad entre los hombres de diferentes credos que están llamados a trabajar juntos por el bien común de la humanidad, a servir a todos sin distinción”. En este espacio abierto disertarán entre otros Maria Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso, Abdullah Radwan, responsable del Centro Islámico Cultural de Italia, Izzedin Elzir, imán de Florencia y presidente de UCOII, Piero Coda, rector del Instituto universitario Sophia, Mohammad Shomali, director del Centro islámico de Londres. Numerosas las experiencias de diálogo y cooperación fructífera que se narrarán en este espacio, como fragmentos de unidad para multiplicar.
Abr 18, 2018 | Sin categorizar
20 de abril de 1979 – Como cada cristiano, mi amor regresa a cada instante al Señor y lo contempla con amor y temor. Pero otras veces toma confianza y no reprime su vocación de bromear. Esta mañana, en la Misa, repentinamente me vino a la mente una invocación: «Tú eres el Omnipotente». Y enseguida mi inclinación a la poesía buscó una rima: «Yo soy el omniniente (omninulo)». Pero enseguida después recordé que, si soy nada, recibiendo a Dios en mí asumo un valor divino. 5 de noviembre de 1979 – A menudo me pasa la idea del próximo fin de mi vida. Pero no siento ni oscuridad ni tristeza. Siento como una luz que muestra la grandeza y belleza de la vida y por lo tanto de su Autor, que no podría ser un Padre más benévolo y más grande. Recordando ciertos períodos de mi existencia veo que fue dura, cruda, desolada; la miseria, los lutos, las guerras, las traiciones, las vanidades…, pero contemplada en su conjunto me parece un prodigio – casi una demostración- de la paternidad de Dios; 86 años de vida, si bien con heridas de la guerra siempre presentes, y las luchas políticas, las dificultades económicas, las incomprensiones vividas y provocadas, la debilidad física, etc. En su conjunto me parece como una victoria sobre la muerte, una operación útil y alegre, en la que se me permitió hacer más bien que mal y donde pude experimentar una conmoción extraordinaria ante los logros, las amistades, los viajes, las elevaciones místicas, las lecciones de sabiduría y fe. No termino de agradecer a Dios, quien me dio tantos bienes, donados gratuitamente. En fin, aún con las sombras y los lutos, mi vida ha sido bella, un don digno del Creador; y esta constatación razonada y verificada cotidianamente me demuestra la verdad de la fe religiosa, con la que siempre estuvo iluminada y por la que siempre he querido –o he tratado- de vivir. Realmente, la vida es bella, y su belleza demuestra lo absurdo de la política y de la conducta personal de los que trabajan para estropearla (por la guerra, los abusos, el terror, la explotación, el hedonismo, la avaricia, la lujuria) y todas las deformaciones y laceraciones inventadas por la estupidez, que es la inteligencia del Enemigo del hombre. Fuente: Igino Giordani, Diario di fuoco, Città Nuova, Roma, 2005 (1980), pp.238-240. Tríptico: en el aniversario de su muerte, el Centro dedicado a él ha publicado un tríptico para difundir y profundizar el conocimiento de Igino Giordani y de su itinerario histórico y espiritual. Para informaciones info@iginogiordani.info Giordani en Facebook
Abr 17, 2018 | Focolare Worldwide
“Leadership for Peace” (“Liderazgo para la paz”) es el tema de la XII edición del World Peace Forum, del19 al 22 de abril. El Foro internacional vincula y recoge todos los años a cientos de jóvenes activistas y promotores, en sus respectivos países, de iniciativas para la paz. Después de las recientes ediciones en El Cairo (Egipto), Florianópolis (Brasil) e Medaba (Jordania), este año será Toronto (Canadá) la que hospedará el evento, con un rico programa de debates, investigaciones y análisis para el desarrollo, intercambio de buenas prácticas, modelos de resolución de conflictos, identificación de valores y estrategias comunes para crear una red de líderes motivados a construir la paz mundial. El Foro 2018 está dirigido especialmente a los dirigentes, funcionarios públicos y privados, docentes, formadores, presidentes de ONG, líderes religiosos y agencias gubernamentales, activistas y miembros de Movimientos que trabajan a favor del diálogo, de la paz y el desarme. Para informaciones: www.worldpeaceforum.org
Abr 17, 2018 | Sin categorizar
“Caminar juntos, sirviendo a la justicia y a la paz”. Con este objetivo, el Consejo Ecuménico de las Iglesias, el órgano que se ocupa del diálogo entre las diferentes Iglesias cristianas, se dispone a la celebración del 70º aniversario de su constitución, la cual ocurrió en 1948. Durante todo el año se producirán varias instancias para estudiar los resultados del trabajo desarrollado en favor de la unidad de los cristianos, y al mismo tiempo para renovar el compromiso en vista a los futuros desafíos de una plena comunión, para responder mejor al llamado de Dios a la unidad de la familia humana, a la justicia y a la paz en el mundo. Entre los eventos, el 18 de abril de 2018, en Ginebra (Suiza) el Movimiento de los Focolares realizará una manifestación para recordar la rica colaboración y la amistad entre Chiara Lubich y el Movimiento de los Focolares y el Consejo Ecuménico de las Iglesias. En el programa, está previsto, entre otras intervenciones, la relación del Pastor Olav Fykse Tveit, Secretario General del Consejo, y de Jesús Morán, Copresidente del Movimiento de los Focolares. Sigue el evento en directa streaming (14/17 hs. local de Suiza)
Abr 17, 2018 | Sin categorizar

Marc St. Hilaire. Movimento de los Focolares
“La dimensión institucional y la dimensión carismática, de la cual los Movimientos son una expresión significativa (…), son co-esenciales en la constitución divina de la Iglesia fundada por Jesús, porque juntos colaboran para que, el misterio de Cristo y su obra salvífica en el mundo, sea una realidad presente”. Hace veinte años – en la fiesta de Pentecostés del ’98- hablando a los 250.000 miembros de 50 movimientos y comunidades reunidas en Roma en ocasión del Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales, Juan Pablo II aclaraba por primera vez, cuál es el lugar en la Iglesia de las numerosas realidades nacidas de los carismas. Desde ese momento millares de iniciativas en el mundo han contribuido al camino de comunión entre los movimientos. En el encuentro de Castel Gandolfo – del 5 al 8 de abril- nominado como “Comunión – Una promesa que cumple veinte años” intervinieron miembros del Movimiento de los Focolares de varias procedencias geográficas que colaboran en distintas realidades eclesiales y que presentaron los frutos de este recorrido, dando un nuevo impulso al compromiso por la unidad. «La palabra co-esencial se refiere a la naturaleza de la Iglesia- subraya Marc St. Hilaire de los Focolares, consejero, junto con Margaret Karram, para la comunión en la Iglesia católica.- Esto significa que no puede existir Iglesia sin la institución, y no puede haber Iglesia si no existen los carismas” 
Salvatore Martinez, Aurelio Molè, P. Marmann, Pbro. Angelo Romano
El 7 de abril, por la tarde, el Congreso de abrió a representates de otras realidades carismáticas, dedicaron un momento de reflexión a ese momento inicial.. “Es el Espíritu quien nos lo pide”, afirmó Salvatore Martinez, presidente de la Renovación Carismática italiana, según su parecer “la comunión es un gran desafío dentro de las realidades carismáticas, dentro de la Iglesia” y la amistad espiritual “nace en el Espíritu y es un don maravilloso”. “Chiara Lubich (fundadora de los Focolares) dio algunas indicaciones para cultivar la comunión – dijo Margaret Karram– En primer lugar construir relaciones personales, no con los movimientos en sí mismos sino con las personas que los integran. Además rezar unos por los otros, ofrecer nuestras casas para encuentros y actividades, colaborar en varias iniciativas a nivel social y eclesial y brindar un espacio en los propios medios de difusión”. Para desarrollar un diálogo fructífero – explica el P. Michael J. Marmann, quien fuera el presidente general del Movimiento de Schoesnstatt- “No sirve la técnica. Este diálogo debe estar inspirado desde adentro, o sea desde el amor”, teniendo consciencia de que la diversidad es una riqueza y la comunión y la corresponsabilidad es una opción irrenunciable. A partir de ello han nacido las iniciativas florecidas en el mundo. A partir de un pequeño grupo, la experiencia de Juntos por México llegó, en el 2015, a involucrar a 5 mil personas de 60 movimientos que deseaban hacer algo por su país. “Ahora están preparando el evento del 2019 con 80 movimientos- cuenta Margaret Karram- mientras que en otros países se comparten actividades ecológicas o para el desarme, en Medio Oriente se reza por la paz, en Italia se realizaron conciertos para recoger fondos para los países pobres o para los que se encuentran en guerra”
Según el Padre Ángelo Romano, Rector de la Basílica de San Bartolomé de Roma y de la oficina de relaciones internacionales de la Comunidad de San Egidio, “existen algunos sectores en los cuales el camino común debe crecer: como cristianos no podemos no preguntarnos sobre el fenómeno de las emigraciones, debemos asumir iniciativas comunes. Otro tema que hay profundizar es el de los conflictos, generadores de pobreza y sufrimiento y de un mensaje contrario al Evangelio que pretende sostener que si alguien es distinto no se puede vivir juntos, mientras que nosostros creemos que el Evangelio es fermento de unidad y paz y que los cristianos estamos llamados a presentar perspectivas nuevas”. Además, la obra de los movimientos es una encarnación del Evangelio: “Nosotros somos la respuesta – afirma Martinez- a esa dicotomía que muchos quisieran poner entre doctrina y misericordia, porque la teología del espíritu se hace con la vida”. Y la propuesta de una Iglesia pobre y misionera no está en antítesis con la doctrina sino que forma parte de ella: “Es ese diálogo con el mundo y la modernidad que el Vaticano II había profetizado – dice Martinez- que Pablo VI en primera persona trató de encarnar, y después todos los pontífices que han acompañado nuestra historia. Es esta síntesis original la que el Papa nos pide que testimoniemos: una doctrina que se encarna en la historia”. En esta perspectiva, a veinte años de su investidura en el ’98, los movimientos eclesiales se presentan cada vez más como “la respuesta providencial a las necesidades de nuestra época”. Una respuesta que implica un trabajo constante por la unidad, para llevar el rostro de Cristo a las periferias de lo humano.
Abr 16, 2018 | Focolare Worldwide
El Burj Khalifa, rascacielos de 830 metros y de 160 pisos y miradores de hermosa vista panorámica, es la estructura más alta jamás construida por el ser humano. A su alrededor, hay una inmensa fuente iluminada por rayos láser que bailan al ritmo de la música. Hasta que su primacía por su altura no sea superada, probablemente por la construcción del “Kingdom Tower” de Gedda (de 200 pisos), o por algún otro rascacielos en construcción en cualquier otra parte del mundo, estar “en la cima”, mirando desde esa altura los edificios de lujo y las construcciones ultramodernas, es una peculiar característica de Dubái. La ciudad, en los últimos años ha sufrido una tasa de migración muy alta, una de las más elevadas del mundo, debido al gran flujo de personas procedentes de todas partes del mundo, sobre todo en búsqueda de trabajo. El resultado es un original laboratorio cosmopolita, no carente de dificultades, especialmente para los trabajadores extranjeros. En este “bosque” de rascacielos y cemento vive una pequeña comunidad del focolar, formada sobre todo por personas que, como muchas otras, debieron dejar atrás la incertidumbre que vivían en sus respectivas naciones y llegaron a Dubái buscando mayor seguridad laboral para la propia familia. En el pasado mes de febrero, esta comunidad recibió con gran alegría a Romé (de Filipinas), Fadia y Susanne (Jordania) y Murad (Siria), junto con Alessandro (Italia), que se agregó al grupo por algunos días. Ellos llegaron a Dubái para constituir juntos un “focolar temporal” de tres semanas de duración.
Cuentan: «En el aeropuerto fuimos recibidos por un pequeño grupo de personas de rostro radiante y cada uno de nosotros ¡recibió una flor! Inmediatamente nos sentimos como en nuestra casa. María Voce, la presidente de los Focolares, nos envió un mensaje al día siguiente de nuestra llegada, en el cual decía: “Que Jesús esté siempre presente entre ustedes, que Él sea el don más hermoso para todos los que encuentren”. Éste fue un programa muy claro para nuestra estadía entrando en el corazón de la comunidad. Delicadamente, comenzamos acercándonos a una persona tras otra, y acordamos encuentros en sus casas, en la iglesia, en las estaciones de la metropolitana, en los restaurantes y en algunos centros comerciales cercanos. Ellos llegaban cargados de providencia que querían traernos a todos. Cada momento del día, también hasta altas horas de la noche, en todo momento, encontrábamos una ocasión perfecta para construir el refugio temporáneo de Jesús entre nosotros, la realidad que deseábamos llevar a todos. Y, ¡la alegría estallaba en cada encuentro!». Dentro del programa realizamos una Mariápolis de dos días. «Sabíamos que nuestra presencia en Dubái era para estar al servicio. Con esta finalidad, llegamos a la reunión de preparación con el grupo de los “animadores”, caracterizado por la internacionalidad y diversidad cultural. Los setenta participantes en la Mariápolis, de once naciones distintas, dieron una colaboración concreta. La herencia de Chiara Lubich, “ser siempre familia”, se tocaba con las manos». «Hablando con uno y con otro – continúan- captamos cuánta preocupación y pesos llevan en su corazón: discriminación, miedo de perder el trabajo, el alto costo de la vida con sueldos bajos, ninguna residencia permanente, precariedad de los puestos de trabajo. Detrás de todo esto, además, es evidente que cada uno custodia en la profundidad del corazón un tesoro: la elección de Dios como ideal de la propia vida». Y concluyen: «La vida de unidad en la comunidad es su característica, a la cual se aferran a pesar de los desafíos que deben enfrentar cada día» Aquí el esfuerzo para estar en la cima, no es ucuestión de metros. Chiara Favotti