Para la Iglesia católica y otras iglesias cristianas, está por comenzar la Cuaresma, el período del año litúrgico que precede a la celebración de la Pascua. Es del 14 de febrero al 29 de marzo según el rito romano, y del 18 de febrero al 31 de marzo según el rito ambrosiano. Este período, caracterizado por la invitación a la conversión a Dios, tiene una duración de casi cuarenta días, número que se repite con frecuencia ya sea en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, el pueblo de Israel pasó 40 años en el desierto, el diluvio universal o el período de permanencia de Moisés en el Monte Sinaí fue de 40 días. En el Nuevo Testamento: Jesús ayunó durante 40 días en el desierto. En el calendario romano, la Cuaresma comienza con el rito de las cenizas, durante el cual el sacerdote derrama una pequeña cantidad de cenizas benditas, sobre la cabeza o sobre la frente de los fieles, simbolizando la caducidad de la vida terrena y el compromiso penitencial.
.“Estamos gozando juntos por esta sorpresa”. Son las palabras de María Voce, Presidente del Movimiento de los Focolares, quien comentó con alegría la noticia de la visita del papa Francisco a Loppiano el próximo 10 de mayo. Una sorpresa, que despertó gran entusiasmo entre los miembros y adherentes al Movimiento en todo el mundo, comenzando por los habitantes de la ciudadela que recibirán al Santo Padre. Loppiano, en las cercanías de Florencia (Italia), nació en 1964 por voluntad de la fundadora del Movimiento,Chiara Lubich, es una verdadera y particular ciudad, con escuelas, empresas, centros de formación, universidad y polos económicos. Un lugar “especial” que es en sí mismo un laboratorio de convivencia: viven en la ciudad casi mil personas procedentes de 65 países distintos y de edades diferentes, condición social, culturas y religiones diversas. Viven juntos con el deseo de construir la fraternidad universal, a través de la vivencia cotidiana del Evangelio y la “ley” del amor mutuo. Un lugar donde se vive y se trabaja con la intención de concretar el carisma de la Unidad – que es el corazón espiritual del Movimiento- y para responder al Testamento de Jesús “Que todos sean Uno”. En la ciudadela la noticia de la visita tuvo una resonancia avasallante: “Un segundo después de saber la noticia a través de María Voce – nos dicen desde Loppiano- la noticia fue difundida entre los habitantes de la ciudad y lanzada por todas las redes sociales del mundo con una lluvia de ecos de alegría y de asombro, fue recibida como una bomba atómica, una oleada que nos envolvió y transformó”. Quisiéramos – explicó María Voce anunciando la visita- que en Loppiano “el Papa pueda encontrar ése pueblo de Chiara que vive el Evangelio y que está unido solamente por el amor mutuo, que pueda ver en la ciudadela un reflejo de la vida trinitaria en la tierra”. Y para los preparativos, subraya, quedan “apenas un centenar de días”, para vivir – agrega dirigiéndose a los miembros del Movimiento- intensificando “la oración para que todo ocurra en el mejor de los modos y que no existan obstáculos irremontables”, pero sobre todo intensificando “el amor evangélico, el compromiso de ser verdaderamente Palabra viva, día tras día” La Presidente de los Focolares manifestó su alegría también por la visita del Pontífice ala comunidad de Nomadelfia (Grossetto, Italia), fundada por el Padre Zeno Saltini, donde el Santo Padre estará – primera cita de una mañana de ritmo acelerado- antes de viajar para el centro del Movimiento: “Sabemos que el Papa no va solamente a Loppiano, antes va a Nomadelfia, que forma parte del programa de viaje de esa mañana, y estamos muy contentos”. Las dos ciudadelas, vecinas por razones geográficas, están ligadas por una amistad que nació hace varios años, y tienen en común el reconocimiento de la centralidad del Evangelio y el compromiso por la fraternidad universal en especial hacia los últimos. Muchos recuerdan con alegría, que recientemente, grupos de jóvenes de Nomadelfia, participaron en la fiesta organizada por los jóvenes de Loppiano el primero de mayo, que tradicionalmente se realiza en la ciudadela de los Focolares contando con la asistencia de muchos chicos y chicas procedentes de toda Italia.
La Virgen se le presentó a Bernardette bajo el aspecto que la humanidad más esperaba: la Inmaculada Concepción, cuya pureza resplandece sobre una montaña de basura; lo que quiere decir que es Ella quien purifica el mundo de la podredumbre en la que con todos sus valores se estaba descomponiendo. María, la hija del pueblo, nacida en una aldea humilde de gente pobre, se aparece a Bernardette, una hija de obreros, de una humilde aldea de montaña, en un momento en el que la reciente proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, realizada por Pío IX en 1854, había puesto en la más cruda evidencia el contraste entre el Ideal de la pureza, encarnado por la Madre de Dios y transmitido a la doctrina y la práctica cristiana, y la realidad de la degradación en el vicio y en las pasiones desenfrenadas promovidas por corrientes filosóficas materialistas y positivistas y favorecida por una política interesada en demoler la ética de la Iglesia para demoler la dignidad de la persona. El urgente valor de esa aparición se consolidó enseguida por los milagros de la gruta de Lourdes, con los cuales la Madre divina ayudó a innumerables hijos de esta tierra a recuperar la salud el cuerpo y la pureza del alma. Y su valor se amplió y creció después de que se comprendió la urgencia de los cristianos, quienes vieron que esa agua liberaba del mal físico y al mismo tiempo del moral: María, agua que brota de lo Eterno, purifica la sangre humana para liberarla de toda fealdad. El Papa (Pío XII), en su Encíclica por el centenario, puso en evidencia la actualidad de esta acción restauradora, mediante la cual la Virgen, quien es la Pureza sin mancha, se eleva cada vez más contra la corrupción de las costumbres y de las ideas, llevada adelante con instrumentos como el arte, la política y el ejemplo. María, vestida de blanco y azul, representa el Ideal de la Vida contra la Muerte, de la que todo vicio es precursor. Nueva Eva, ante la primera que cedió ante el Adversario desde el primer encuentro. Por los méritos del Hijo, Ella posee desde su concepción el privilegio de la “Inmaculatización”. Con Ella entró en la vida humana un elemento nuevo: la pureza absoluta, la humanidad sin mancha, esa sanidad divina de la que el ser humano tenía más necesidad para frenar su descomposición moral e intelectual. La Inmaculada Concepción significa por lo tanto la más radical –divina- intervención para provocar un vuelco en el curso de la historia, encaminada a la disolución. El significado de las apariciones y de los milagros es fácil de entender y fue expresado por una jovencita tosca y sin cultura, y es universal ya que se ha difundido entre las gentes de todas las condiciones, lugares y categorías. La pureza es una condición esencial, preliminar, de vida y de convivencia, para todos y para siempre, pero especialmente para nuestros tiempos, cuando se cree que se exalta el valor fisiológico de la carne degradándola a perversiones que van contra la naturaleza humana.Maestra de vida, la Iglesia la ofrece a los pueblos, como un ideal de belleza sin sombras, la Inmaculada, aquella que, Virgen y Madre, nos transmite a Dios y nos da a Jesús, quien es, “Camino, Verdad y Vida”, y es la Salud de todo ser humano. Igino Giordani,Il significato di Lourdes, Città Nuova, n.3, 5.2.1958, p.5.
Mi familia está compuesta por mi hermana, mi madre y yo. Mi madre fue la que nos crió a nosotras dos. Pasamos momentos muy críticos: a mi madre le costaba encontrar trabajo. Además había fricciones con la dueña de la casa porque no teníamos la plata para pagar el alquiler. Para mi madre era de verdad un calvario administrar el poco dinero que ganaba. Por esto fue muy importante el apoyo que recibimos a través de la asociación Acción por Familias Nuevas onlus (AFN) del Movimiento de los Focolares. A partir de allí, poco a poco, se abrió en la zona sur de nuestra ciudad Cochabamba, el Centro Rincón de Luz, en el cual se ofrece apoyo escolar y una comida al día a los niños y a los chicos que asisten a las escuelas del barrio. El centro fue de una gran ayuda para mí, me devolvió la sonrisa y me ofreció importantes momentos de formación. En el Centro éramos como una gran familia en la cual los profesores a menudo eran como nuestros “segundos padres” Gracias a las personas que tuvieron confianza en mí, hoy puedo contar con orgullo que terminé mi ciclo de estudios con buenos resultados y estoy cursando el primer semestre en la Universidad. Pronto será una profesional. Trataré de que le llegue la ayuda que yo recibí, a las personas que están a mi alrededor, comenzando, por ejemplo desde el Centro para transmitir mis conocimientos a los niños. Quisiera también abrir un lugar para las personas que viven en la calle, ofreciéndoles a ellos un modo de ir adelante. Comprendí que es cierto que puedo cambiar la vida de un niño e indicarle el camino para un futuro mejor. Por esto invito a todas las personas a ayudar: ¡todos podemos! Para mí la cosa más importante no fue solo la ayuda económica, sino la confianza que me dieron: ella es una semilla de esperanza, es una luz que se enciende no sólo en el joven, sino también en sus padres. Fuente:Teens (nuestra traducción)
LaComunidad de San Egidio cumple 50 años. Una historia que empezó el 7 de febrero de 1968, en Roma, a través de Andrea Riccardi junto a un pequeño grupo de colegiales que querían cambiar el mundo. «Descubrimos en estos años, junto a tantas personas del mundo, la alegría del Evangelio», declaró el presidente de la Comunidad, Marco Impagliazzo.«Desde San Egidio, en el corazón de Trastevere (Roma) – se lee en el comunicado difundido para la ocasión – inició una aventura que ha llevado a la Comunidad a las periferias humanas y existenciales de distintos continentes, desde el compromiso con los pobres de todo tipo de condición hasta los programas de tratamiento del Sida y el su registro etnográfico, del diálogo interreligioso al trabajo por la paz». El próximo sábado 10 de febrero “el pueblo de San Egidio” se reunirá en la Basílica romana de San Juan de Letrán para una celebración precedida por el Cardenal Secretario del Estado Vaticano, Pietro Parolin. A nombre de los Focolares estará presente la presidente María Voce, junto con algunos de sus colaboradores. En su cálido mensaje agradeció «vivamente al Espíritu Santo por el Carisma que ha otorgado a la Iglesia y a la humanidad y por los frutos surgidos en estos cincuenta años de vida, gracias también a la fidelidad de ustedes». Agregó que «la Comunidad, esparcida hoy en 70 países, ha contribuido y contribuye a edificar la paz en el mundo, mediante un diálogo valiente a todo nivel con una atención muy especial hacia los más olvidados por la sociedad», y recordó la paz obtenida en 1992 en Mozambique y los “pasillos humanitarios” en favor de los refugiados. María Voce subrayó, entre los tantos momentos vividos juntos, uno “especial”: «el feliz compromiso asumido al unísono y en forma del todo especial por Chiara Lubich y Andrea Riccardi, después del histórico encuentro de los Movimientos con el Papa en Pentecostés de 1998, que produjo muchos frutos para la gloria de Dios». Y concluyó con el augurio suyo y de los Focolares «de realizar plenamente el designio de Dios sobre su Comunidad». Mira el nuevo sitio:www.santegidio.org
Es con este título que se está por inaugurar, en menos de tres semanas, una cita promovida por el Movimiento Humanidad Nueva, que tendrá lugar en el Hotel Príncipe a Pomezia (Roma). Cinco días de intercambio de experiencias, reflexiones, balances y nuevas pistas de trabajo: una auténtica “escuela” para “aprender”, una vez más, coómo actuar la fraternidad en la ciudad, a partir de la riqueza que comporta la diversidad de cada uno. ProgramaPara informaciones: Movimiento internacional Humanidad Nueva Telf +39-06 943156 35 newhumanity@focolare.org
También el Movimiento de los Focolares adhiere, el próximo 23 de febrero, a la Jornada de oración y ayuno por la paz y en contra de toda forma de violencia.La iniciativa, que promueve el Papa Francisco con un anuncio sorpresivo, ante 20 mil fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, en ocasión del acostumbrado Ángelus dominical, se dirige de modo especial a las poblaciones de la República Democrática del Congo y del Sud Sudán que están sufriendo una grave escalada de violencia y opresión, pero sin olvidar todas las situaciones de conflicto que están produciéndose ya de modo prolongado en cada parte del mundo. Se trata de una iniciativa que no es nueva: ya en el pasado el Papa Francisco había invitado a «todos los creyentes, también a los hermanos y hermanas no católicos y no cristianos» a unirse en un momento común de oración, con las modalidades que cada uno considere más oportuna, para implorar juntos el don de la paz y para preguntarse qué contribución cada uno puede dar para detener la violencia. «Las victorias obtenidas con la violencia – dijo el Papa- son falsas victorias»