Pensar en grande Y comenzar por lo pequeño, tener la mirada en todo el mundo y partir del propio barrio En todas partes del mundo los Chicos por la unidad están comenzando a llenar de ideas y de vida el proyecto “Hambre cero”, apoyado por la FAO que está animando en particular a jóvenes y adolescentes a comprometerse en primera persona para realizarlo. En Mumbai en India el punto de partida ha sido pensar en quiénes eran los pobres de la ciudad. Pobres no solo de bienes, sino también de salud, de amistades. Después de haber conocido a ochenta coetáneos, enfermos de sida, que viven en condiciones de pobreza, los chicos han escrito una carta a 600 familias de diversas religiones que viven en los enormes edificios de la zona, explicando su sueño de un mundo sin hambre y proponiendo una recogida de periódicos viejos para luego venderlos. Se han sumado más de 50 familias expresando su gratitud por el proyecto. La operación se repitió, alentada precisamente por las familias del barrio. Ahora otros grupos en diversas partes de la India están repitiendo acciones similares. Y si es posible crear una acción para un barrio entero, ¿por qué no implicar a todo un municipio? Es lo que han pensado tres hermanos de Cesate en Lombardía, Italia, que han presentado a la alcaldesa su idea: hacer de Cesate un ¡”Municipio Hambre cero”! Junto a ella han pensado activar una sinergia entre el unicipio, la parroquia y la escuela, ampliando el proyecto a los municipios vecinos. Los chicos han hablado del proyecto “Hambre cero” al párroco y al sacerdote responsable del oratorio que, contentos de la ropuesta, han puesto a punto una estrategia para reducir el despilfarro de comida en el comedor. lo que respecta a las escuelas se ha pensado que cada año el 16 de octubre, Jornada Mundial de la alimentación, se realice el evento “Hambre cero Day” para reducir los despilfarros durante las comidas. Y precisamente de sinergias entre las organizaciones en la ciudad, nació la acción llevada adelante por un grupo de chicos del Líbano. Colaborando con Cáritas han reunido a más de sesenta ancianos que viven en situaciones de soledad y dificultades económicas. Han preparado y servido la comida, organizando bailes y juegos. Al final una de las chicas ha propuesto a la animadora que les acompañaba, repetir esta acción cada semana. “Pero para hacerlo se necesita un presupuesto no indiferente” le ha respondido. “Vosotros adultos – replicó la muchacha – pensáis siempre en grandes proyectos, pero debemos comenzar con equeños gestos”. Implicando a una chica de su edad y a otros adultos, ha hecho partir una pequeña acción: juntos preparan una comida cada dos semanas y la llevan a una familia en dificultades, pasando la tarde con ellos.
Anna Lisa Innocenti
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