Es en el espíritu de un fecundo trabajo ecuménico que se desarrolló en la pequeña ciudad alemana de Zwochau, el pasado 12 de septiembre, un encuentro en el que participaron alrededor de 80 cristianos de distintas denominaciones. Ya en su visita a Zwochau en el 2013 la presidente del Movimiento de los Focolares, María Voce, había expresado el deseo de conocer mejor a Martín Lutero y a los fieles luteranos; y más recientemente, del intercambio de correspondencia, en mayo pasado, entre el Cardenal Marx – Presidente de la Conferencia Episcopal de la Iglesia católica Alemana- y el obispo Bedford Strohm – responsable del Consejo de la Iglesia evangélica de Alemania-, se presentó la propuesta de llevar adelante iniciativas conjuntas en vista de los 500 años de la Reforma, que se recordará en el 2017.
Son dos las líneas de reflexión pensadas para la jornada. La primera, guiada por el teólogo luterano Florian Zobel, estuvo centrada en la figura de Lutero y su vida, y puso en evidencia varios aspectos poco conocidos, concluyó con las palabras del Papa Benedicto XVI, quien dijo: “Para Lutero la teología no era una cuestión académica, sino la lucha interior consigo mismo (…) Él se preguntaba: ¿Cuál es la posición de Dios hacia mí, quién soy yo delante de Dios? (…) Pienso que éste es el primer llamado que deberíamos sentir al encontrarnos con Martín Lutero”.
La segunda reflexión estuvo a cargo del teólogo católico e investigador sobre Lutero Hubertus Blaumeiser. Estuvo centrada en la espiritualidad del monje reformador y, en especial, en la “teología de la cruz” y el significado del término “Reforma” que se deriva: “No solamente una transformación o mejoría según un plan personal –afirmó- sino un nuevo inicio, a partir de las raíces. Vale decir, un regreso a la Escritura (…) al evangelio de la gracia de Dios y a una nueva elección de una vida con y por Cristo Crucificado”.
En la tarde tuvo lugar una mesa redonda moderada por Hermann Schweers, con el pastor luterano Axel Meissner de Schkeuditz e con el obispo emérito Joachim Reinelt de Dresda: fueron numerosas las intervenciones del público, se refirieron a temas relevantes como la importancia del trabajo ecuménico en una sociedad no creyente y el significado de la Reforma hoy. La jornada se concluyó con una celebración ecuménica.
También en Italia, el camino ecuménico ciertamente no está detenido: el Papa Francisco visitará la Iglesia de Cristo –“casa” de los luteranos en Roma- el próximo 15 de noviembre. Será acogido por el pastor Jens-Martin Kruse, quien en una entrevista de la agencia de noticias Sir definió al Papa como “nuestro obispo”. No en sentido jurídico sino simbólico. Nosotros luteranos de Roma siempre hemos tenido una relación muy cercana con los Papas. También en este momento, tan difícil para el mundo, según mi parecer el Papa es el portavoz de los cristianos”.
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