Una inolvidable noche, la de 29 años atrás, cuando los berlineses del Este empezaron a derribar a pico y  martillo el muro  que los había dividido durante 28 años del lado Oeste de la ciudad, desde el 13 de agosto de 1961. El muro de Berlín era sólo un trecho de una larga línea de frontera que separaba en dos partes a toda Europa durante la guerra fría: la zona de influencia estadounidense al Oeste, la soviética al Este.

Hoy otros muros están aún en pie, como el que existe entre Corea del Norte y Corea del Sur, y otros nuevos se han construido. Son muros que violan los derechos fundamentales de las personas a la salud, a la instrucción, al agua, al alimento.  Y que a veces separan comunidades y familias. Como los que hay entre Israel y Palestina, entre Egipto e Israel, entre Estados Unidos y México, entre India y  Bangladesh, entre Marruecos, Argelia y Mauritania.   En Europa también nuevos muros dividen, como los que hay entre Ceuta y Melilla, o entre Grecia y Turquía.  Un muro de agua, también, es el Mediterráneo, que sigue tragándose víctimas.

La caída inesperada del muro de Berlín, sin embargo, encendió 29 años atrás una esperanza que es aún actual: que todos los muros, gracias al esfuerzo de muchos hombres y mujeres de buena voluntad, puedan caer un día.

1 Comment

  • Si estoy contenta q caigna estos muros q todavia tenemos… de lo contrario no podriamos ser una «sola famiglia» en nuestro mundo…y a eso vamos. Todos tenemos q ser «una cosa sola». Nada facil, pero no imposible. Jesús dijo: «Q sean una cosa solo como yo y Tú lo somos». Tendríamos que esforzarnos para llegar a esta meta. Muchas gracias a todos los q lo leen. Orlinda, Córdoba (Argentina)

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