Inmersión en el Carisma 2025: ¡Un buceo al corazón del Ideal!

 

El Curso de Inmersión en el Carisma 2025, organizado por la zonita de Rosario, acaba de terminar y ya dejó huella: 82 personas de Argentina, Paraguay y Uruguay.

Lo que comenzó como una “zambullida” en la espiritualidad se convirtió, según muchos, en un verdadero “buceo” a las raíces de esta forma de vida basada en la unidad y el amor mutuo, inspirada en las enseñanzas de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento.

El programa surgió de una necesidad identificada en las comunidades locales de Rosario, Argentina: fortalecer la formación de sus referentes de comunidades. Durante la primera reunión del año, los miembros aprobaron por unanimidad extender la invitación a toda la región del Cono Sur. Gracias a esto, 82 personas se inscribieron, provenientes de los tres países mencionados. El curso fue diseñado y facilitado por Michelle Amaral de Carvalho, focolarina del Movimiento que reside en Rosario.

Desde abril hasta noviembre de 2025, se realizaron ocho sesiones en línea, cada una de dos horas, con actividades mensuales para reflexionar sobre los temas. Paralelamente, se formaron 12 grupos en WhatsApp para fomentar el intercambio y la conexión. Alrededor de 35 participantes asistieron en vivo a todas las sesiones, mientras que otros continúan el curso a su propio ritmo de forma grabada.

Los contenidos exploraron la historia del Movimiento de los Focolares a lo largo de las décadas, los principios clave de su espiritualidad (como la unidad y la reciprocidad), y herramientas prácticas para vivir estos valores en la vida diaria. El enfoque siempre estuvo en lo que Chiara Lubich llamaba “ese algo más”: una espiritualidad colectiva que promueve la armonía entre las personas, similar a la de los primeros cristianos, pero adaptada al mundo actual.

El cierre del curso fue un retiro presencial del 21 al 23 de noviembre en la Mariápolis Lia, un centro de encuentro del Movimiento para el cono sur. Treinta personas participaron en persona, y muchas más se unieron virtualmente. Durante estos días, los asistentes experimentaron la fuerza de ser comunidad, con momentos dedicados a la reflexión interior y al compartir experiencias.

El sábado incluyó un taller sobre espiritualidad e interioridad, donde se enfatizó la importancia de conectar con lo divino en el interior de cada uno para luego construir relaciones sólidas con los demás. Por la tarde, guiados por los focolarinos Norberto Cartecini y Gabriel Ferrero, los participantes exploraron el “Paraíso 49” –un concepto simbólico inspirado en las primeras experiencias de Chiara Lubich y sus compañeras. La jornada culminó con una observación de estrellas por la noche, que invitó a contemplar la grandeza del universo y el amor divino en los detalles cotidianos.

El domingo se profundizó en los instrumentos de la espiritualidad colectiva, destacando la reciprocidad como modelo inspirado en la Trinidad cristiana. Se explicó cómo cada herramienta combina esfuerzo personal (como amar en las pequeñas cosas del día a día) con momentos de gracia compartida. Los participantes resaltaron la necesidad de respetar la libertad individual y la responsabilidad personal en este camino.

El retiro finalizó recordando la herencia de Chiara Lubich: la presencia de Jesús en medio de la comunidad, el abrazo al dolor (representado en “Jesús Abandonado”) y la búsqueda de la unidad, no solo para el grupo, sino para toda la humanidad.

Voces de los Participantes

“Regresé con el corazón renovado. Un regalo enorme y un cierre espectacular.” Maricel – San Nicolás

“Me faltaba esta base. Ahora tengo mucho para seguir profundizando y creciendo.” Gabriel – Rosario

“Más que una zambullida, fue un buceo profundo donde entramos todos juntos al ‘algo más’.” Susana – Resistencia

Este curso no solo fortaleció a los participantes, sino que reavivó el compromiso con una espiritualidad accesible y transformadora. El Movimiento de los Focolares agradece especialmente a Griselda por el impulso inicial, a Michelle por su dedicación, y a colaboradores como Gabriel Ferrero y Norberto por sus contribuciones. Con el espíritu en alto, los involucrados continúan esta “Divina Aventura” en sus comunidades cotidianas.

Equipo Organizador

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