Fueron varios los encuentros, las idas y vueltas…síntomas de que en la misma organización había que empezar a poner en práctica la regla de oro: “haz a los demás lo que te gustaría que te hagan”.
El domingo 17 y el lunes 25 de mayo, un grupo de chicos, entre 10 y 17 años, plasmaron la regla de oro en un mural, ubicado en la Plaza frente al Colegio Don Bosco de San Nicolás de los Arroyos. Un gesto de amor que nació de la inquietud de ellos, de vivir este ideal, para construir un mundo más unido.
Las ganas de hacer van uniendo
Pintar un mural, surgió de la convocatoria realizada por “Revuelta Literaria”, que es una propuesta educativa de la ciudad, organizada por el Profesor Darío Valenzuela. Con la finalidad de rescatar la importancia de la “palabra”, Darío invita a los jóvenes a escribir y a expresar, de diferentes formas, lo que sienten. Este año, la idea fue unir literatura y arte, para lo cual surgió la posibilidad de pintar unos murales. Fue en este marco, que llegó la invitación para que los Chicos por un Mundo Unido también participen, junto a estudiantes de distintas escuelas secundarias.
Los Chicos en San Nicolás se venían reuniendo, y conversando sobre la posibilidad de hacer alguna actividad social, y, como Dios sabe hacer, intervino con este regalo, de pintar un mural. Pronto y muy dispuestos, diseñaron el dibujo y eligieron el texto. Luego, se pusieron de acuerdo para ir a pintar.
El que quiere celeste….que le cueste
La idea de hacer una actividad social es sumamente importante, pero también lo es valorizar el esfuerzo, por eso, los jóvenes de Chicos por un Mundo Unido pensaron en vender tortas para recaudar dinero y costear la pintura que utilizarían en el mural. Fue así que las familias, también ayudaron, y entre el aporte de todos se logró recaudar lo necesario. Otra muestra más de que ¡la unión hace la fuerza!
La familia, esa espalda que no descansa
Y allí estaban, en la plaza…los chicos y sus familias, acompañando, alentando. La iniciativa y las ganas son de los jóvenes, pero no hay mejor forma que sentirse apoyado. Los mates, las palabras de aliento, conseguir los materiales, llevar y traer…¡ja! No hay dudas de que juntos es mucho mejor, y más cosas son posibles.
El turno de algunos protagonistas…
“La experiencia para mí, fue muy linda, trabajar juntos y ver que, como dice la canción, “somos muchos, somos todos, los que queremos vivir así” y que en San Nicolás también pasa, grandes y chicos buscando la fraternidad, el mundo unido, el amor recíproco ¡da grandes esperanzas!
Sé que con el mural y con muchas ganas, vamos a ser cada día más y vamos a “hacer lío”; vamos a contagiar a todos con esta “locura”: una manera de vivir diferente, llenando al mundo de colores y pintando los diferentes puntos grises, tristes o llenos de dolor de nuestra ciudad con pequeños gestos. Así, de a poco, mostrando lo que pensamos, contagiando nuestro entorno, el mundo unido va a estar mas cerca de ser una realidad y no un sueño.” (Guadalupe Franco – 17 años)
“Me gustó pintar el mural porque pudimos hacer un acto de amor” (Victoria Aguer – 14 años)
“Me encantó porque trabajamos juntos en familia pero con la familia más grande, la de los que queremos construir un mundo unido…me gustó estar ¡con chicos y grandes!” (Pilar Buchara)
“Estuvo bueno porque trabajamos en grupo y pude conocer los murales hechos por otros chicos.” (Ignacio Aguer – 12 años)
“A mi me pareció lindo mostrar a los demás que se puede hacer un mundo unido porque así estábamos nosotros.” (José Buchara).
¡Qué Revuelta!
Entrevistamos a Darío Valenzuela, organizador de la Revuelta Literaria, espacio a través del cual Chicos por un Mundo Unido plasmaron la regla de oro en el mural. Para conocer más acerca de una iniciativa que moviliza más que palabras.

¿Cómo surgió Revuelta Literaria? ¿Cuál es su objetivo?
– La Revuelta literaria como tal surge en el 2011. Pero la idea original tiene origen en el 2008 cuando en el colegio Don Bosco se presentó como proyecto de aula (de lectura y producción de textos que cerraba con un encuentro en el aula de escritores y alumnos a fines del ciclo lectivo) la idea era que los alumnos lean sus mejores producciones anuales a escritores que solo escucharan y luego hicieran devolución sobre lo escuchado.
El proyecto, dos años después, con la inclusión de la música de parte de los mismos chicos a las producciones y las artes plásticas (con trabajos de profesores y artistas basados en los textos) se convirtió en un café literario donde todo se conjugaba con la palabra como eje fundamental. El espacio de realización del proyecto ya no era el aula sino el auditorio del Teatro Municipal. Hubo entonces dos Café Literarios, uno de cada escuela con las mismas características. El mismo año, por un lado Miriam Cairo, al finalizar el café literario de Pompeya dijo: “Darío, esto ya no es un café literario (música, poesía, narrativa, artistas pintando en vivo durante el evento) esto ya es una revuelta”. Ahí mismo adoptamos el nombre de Revuelta. Bueno, esos dos elementos, el nombre de revuelta y la puerta abierta a generar espacios de encuentros desde la palabras con otras áreas del arte fueron el origen de lo que se conoce hoy como “Revuelta Literaria”. El objetivo nunca cambió, ni desde el proyecto original del aula, ni ahora: recuperar palabras para decir y decirnos en un nosotros y dejar huella en la cultura local.
¿De qué forma surge la idea de pintar los murales?
– La idea de pintar murales como dije antes, surge con la intención de conmemorar y homenajear a nuestros referentes literarios. Surge en el 2012 pero recién pudimos concretarla en el 2014 por distintos desencuentro con referentes municipales que seguramente no pudieron leer la dimensión de la propuesta. Así que cansados de esperar las tan mentadas reuniones que nos faciliten los espacios a pintar decidimos buscar nosotros los mismos. Un día descubro el espacio, imaginé el proyecto ahí (La escuela primaria Nº 6) y hablé con la directora contándole la idea y asumió el desafío. Creyó y eso nos basto. A través de una referencia del Periodista Miguel Angel Devito conocimos a Gimena Dussi que como diseñadora representa a una firma de pinturas en aerosol. Le presentamos el proyecto, le gustó, lo presentó a la empresa y apoyó el mismo y desde Buenos Aires se sumaron a “Construir memorias Revoltosas”.
¿Qué impresiones te dejó esta experiencia?
– Cada experiencia revoltosa me indica que es posible soñar caminos de encuentro, de respeto, de trabajo, de valoración del otro y de paz con uno mismo. Experimentar cada desafío y andar confiado de que generándoles espacios, nada está perdido cuando de jóvenes se trata es la experiencia suprema en este andar de Revueltas. Pero lo más movilizante es encontrarte la esperanza en el cambio de actitud de aquellos en los que no creen en las instituciones.
¿Qué te llamó la atención en la iniciativa de este año?
– Lo que más me ha llamado la atención en la iniciativa de este año es la perseverancia de los que me han creído cuando les propuse sembrar huellas, ser mojones del cambio en la nueva mirada del proceso de enseñanza – aprendizaje. Constituir la ruptura desde la experiencia antes que sujetarse a teorías que no exijan arriesgarse a la desestructuración de lo aprehendido para ejecutar nuevas normas de adquisición del conocimiento.