Mariápolis en Uruguay: tres días de luz, de familia y de esperanza

 

Con inmensa alegría, el Movimiento de los Focolares en Uruguay celebró los días 7, 8 y 9 de noviembre de 2024 su tan esperada Mariápolis, la primera después de cinco años (la anterior había tenido lugar en 2019). El encuentro se realizó en un lugar cargado de historia y significado: Las Piedras, en el departamento de Canelones, donde nació el primer Centro Mariápolis del país y donde funcionó durante varios años como ciudadela y espacio de formación antes de la creación del actual Centro Mariápolis El Pelícano.

Muchos participantes la definieron como una Mariápolis de “resurrección” y algunos se atrevieron a llamarla de “refundación”. Coincidió además con el bicentenario de la Virgen de los Treinta y Tres, Patrona del Uruguay, cuya presencia se sintió de manera particularmente intensa y envolvente durante los tres días.

El encuentro superó todas las expectativas: 127 personas participaron, entre antiguos mariapolitas que regresaron después de mucho tiempo, nuevos contactos y miembros activos del Movimiento. Tanta fue la respuesta que hubo que cerrar las inscripciones por falta de capacidad. La alegría del reencuentro, la profundidad de las experiencias compartidas y el deseo de que la Mariápolis no quede como un evento aislado, sino que se vuelva una experiencia más continuada, fueron los signos más evidentes de estos días.

Los temas desarrollados giraron en torno al lema del año —la cercanía en tiempos de redes pero frecuentemente desconectados—, el Arte de Amar ofrecido en píldoras diarias de espiritualidad, la presencia de María en el Movimiento en este año tan mariano para Uruguay, y diversos talleres: “Cuenta conmigo” (fortalecimiento de parejas), Ecología Integral junto al Movimiento Laudato Si’, Economía de Comunión, el Dado de la Cercanía y el proyecto Living Peace.

Las devoluciones de los participantes reflejan la fuerza de lo vivido:

  • “Lo más valioso que nos llevamos es la experiencia viva de la fraternidad: vernos contentos y disponibles, construyendo comunidad con gestos pequeños y profundos”.
  • “Nos queda la alegría de haber compartido algo verdadero y de haber sido instrumentos de unidad, y el deseo de continuar en lo cotidiano con el mismo espíritu de familia al que Chiara nos vuelve a llamar”.
  • “Esta Mariápolis nos sorprendió por el número de participantes y por la profundidad de las vivencias. Refleja una obra madura y rica… y una nueva etapa refundacional”.

El regreso al lugar donde todo comenzó permitió revivir recuerdos del primer Centro Mariápolis y constatar cómo el carisma de la unidad sigue dando frutos abundantes. La armonía del coro, la riqueza de los temas preparados por la propia comunidad y la presencia palpable de Jesús en medio renovaron la fe de todos en el Ideal y en la potencia transformadora de la Obra de María.

Uruguay vivió tres días de luz, de familia y de esperanza. Y ya se siente en el aire el deseo de seguir tejiendo redes de amor para que esta experiencia no sea un punto de llegada, sino el comienzo de una nueva etapa.

¡Gracias a María, a Chiara y a cada persona que hizo posible este milagro de unidad!

Santiago Mampel y Patricia Silva

Responsables del Movimiento de los focolares en Uruguay

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