Muchos son los modos como cada uno puede hacer suya esta opción: puede ser, por ejemplo,  cambiando los estilos de vida, o también sosteniendo una finanza ética que no invierta en combustibles fósiles o armas.

 El Global Catholic Climate Movement (Movimiento Católico Global por el Clima) colabora con la Iglesia Católica en un mayor cuidado de la Tierra. Nació tras la publicación de la encíclica “Laudato si’” y hoy comprende a casi 1000 organizaciones católicas: parroquias, escuelas, ONG…  Entre éstas está también el Movimiento de los Focolares.  Hemos entrevistado a Luca Fiorani, físico y coordinador de EcoOne.

Luca, ¿qué es EcoOne?

Es la red internacional nacida del Movimiento de los Focolares que agrupa a personas que tratan de vivir una ecología nueva.

¿Qué significa para el Movimiento de los Focolares ser parte del Movimiento Católico Global para el Clima?

Quiere decir que el Movimiento de los Focolares integra esta iniciativa global,  esforzándose y comprometiéndose a luchar contra los cambios climáticos.  En Italia, por ejemplo, ha controlado sus cuentas bancarias y puede decir que no invierte un centésimo en fondos que sostienen la economía de los combustibles fósiles.

Expliquemos mejor la vinculación entre cambios climáticos y combustibles fósiles.

Cuando utilizamos carbón, petróleo o gas natural producimos CO2, un gas que contribuye al efecto invernadero que calienta la atmósfera, con todos los efectos negativos que observamos, como la desertificación – que es una de las causas de las migraciones  –, o los eventos metereológicos extremos – que provocan las inundaciones.

Las personas del Movimiento de los Focolares, ¿qué podemos hacer para participar en todo esto?

Miremos la naturaleza y la humanidad con ojos nuevos, los del corazón. Y luego, usemos la cabeza y las manos para actuar en favor de la humanidad de hoy y de las generaciones futuras.  Cambiemos nuestro estilo de vida: no malgastemos el agua, usemos la energía de forma eficiente, mejoremos la recolección diferenciada y “votemos” con nuestros consumos. Por ejemplo, si descubrimos que nuestro banco invierte dinero en combustibles fósiles o armas – basta ir a la web y hacer una breve investigación para darse cuenta de ello – optemos por un banco más sostenible. El Papa – y muchos otros con él – están preocupados porque el grito de la Tierra es el grito de los pobres: no podemos quedarnos mirando y nada más.

Lorenzo Russo

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