Copertina 3

En la parte septentrional y central de Malí, desde hace tiempo, hay tensiones y conflictos. Dos son las etnias implicadas: los Dogon y los Fulani. La reciente masacre de 160 pastores Fulani ha sido uno de los tantos episodios de una violencia que continúa. Mientras tanto las Naciones Unidas también piden acciones urgentes por la paz. En ese país está presente una comunidad de los Focolares, de la que forma parte el padre E.M.S., a quien hemos entrevistado

51ca89be 1e1e 4997 bf63 23d5c81cf354Los medios de comunicación hablan de violencias de origen inter-étnico. Para Ud. ¿es ésa la causa de los conflictos?

La violencia está presente en el Norte de Malí desde el año 2012 y actualmente se ha extendido también al centro del país y sobre todo en las aldeas habitadas por la población Dogon, en la región de Mopti. Conozco bien esas zonas. Hay grupos armados, grupos de terroristas que se asentaron en esa parte del país y que fueron recibidos y acogidos tanto por los Dogon como por las comunidades Fulani. Poco a poco los terroristas, que hablan la lengua de los Fulani, empezaron a atacar las aldeas Dogon. Y, como el ejército no está presente en esta zona, las aldeas Dogon se organizaron para la defensa. Con la complicidad de algunos Fulani, les pidieron que dejaran las zonas en las que se habían establecido. En realidad, no es un conflicto entre etnias, sino que los terroristas hacen creer que se trata de una guerra inter-étnica para ganar terreno con mayor facilidad.

Las masacres de los últimos días llevaron a la Iglesia católica y a las Iglesias evangélicas a enviar a toda la Nación un mensaje conjunto de condolencia, con ocasión de las funciones religiosas dominicales. ¿Cómo fue percibido ese gesto?

Todo pueblo que está en problemas encuentra consuelo cuando la gente es solidaria con sus dificultades. Los mensajes y las oraciones organizadas, no sólo por la Iglesia católica o las Iglesias evangélicas, sino también por la comunidad musulmana, fueron una señal muy bien acogida por todos. Ello expresa la aspiración de todos a la paz. La población de Malí desea que la violencia acabe. Por eso hoy hay muchos encuentros y momentos de propuesta de diálogo para tratar de calmar los ánimos de ambas partes, e incluso para unirse y vencer juntos la violencia. La población sabe con certeza que no se trata de un conflicto entre Dogon y Fulani, sino de un problema que involucra a todo el país.

509f16a6 ca32 446f 9327 630b705ff219¿Cómo está viviendo este momento la comunidad de los Focolares en Malí?

En Malí hay una hermosa comunidad del Movimiento. Estamos presentes en varias diócesis. Y las actividades que se realizan están coordinadas por la comunidad de Bamako. En Malí no hay centros focolares, pero estamos en estrecho contacto con los dos focolares que se encuentran en Bobo-Dioulasso en Burkina Faso. Lo que nos ayuda en esta situación es, como descubrió Chiara Lubich durante el conflicto que ella también vivió, que Dios es el único ideal que no pasa. Muchos grupos se están organizando y trabajan para el retorno de la paz. En mi diócesis, con los miembros del Movimiento buscamos todas las formas para ayudarnos a vivir el amor fraterno entre nosotros y con todos a nuestro alrededor. Y rezamos por la paz pidiendo a cada uno que implore a Dios para que nos dé ese regalo. Creemos que él escuchará nuestro grito.

Pero quisiera invitar a todos a que tengan presente a Malí en sus plegarias. Mientras que a los habitantes de Malí, tanto cristianos (católicos y evangélicos), musulmanes o no creyentes, les digo que hay que comprometerse a poner a nuestro país y a la fraternidad humana por encima y más allá de nuestras diferencias. Lo que tenemos en común es más que lo que nos divide, no hay que olvidarlo.

Anna Lisa Innocenti

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