Reservado, de una inteligencia lúcida, teólogo de vanguardia y primer Copresidente de los Focolares, acaba de salir –por ahora en italiano- el primer volumen de la biografía de Pasquale Foresi a cargo de Michele Zanzucchi. Cuenta la historia de un hombre, de los albores de los Focolares, un capitulo de historia que tiene mucho que decir al Movimiento, a la Iglesia y a la sociedad de hoy.

El 9 de julio pasado salió el libro “Escapando por la verdad” (“In fuga per la verità”), la primera biografía de Pasquale Foresi a quien Chiara Lubich definió como cofundador de los Focolares, junto con Igino Giordani. Se trata de un relato muy bien documentado de la primera parte de una intensa existencia –de 1929 a 1954-, poco conocida incluso por los mismos miembros de los Focolares, ya sea por el carácter reservado, que por el estilo de co-gobernanza –diríamos hoy- que encarnó Foresi. Un texto de gran interés, publicado por ahora en italiano (pero que ya están en preparación en otras versiones, en inglés, francés y español), rico de hechos inéditos, de ágil lectura como una novela, que relata el arco de vida Foresi, revisa desde su perspectiva los inicios de los Focolares, la persona de Chiara Lubich y hace reflexionar también sobre el hoy de este Movimiento mundial, a casi 80 años de su nacimiento.

Pero ¿quién era Pasquale Foresi y qué representaba para la joven fundadora de los Focolares?

Lo preguntamos al autor de la biografía, Michele Zanzucchi, periodista y escritor, exdirector de Città Nuova. El suyo ha sido un trabajo de revisión, atenta y profunda, de sus cartas, textos, libros, discursos además del bagaje de conocimiento directo y cercano de Foresi, que se prolongó durante dos años y medio.

“Cuando se encontró con Chiara Lubich, durante las fiestas de navidad de 1949, Foresi era un hombre joven de veinte años, que había vivido una vida muy adulta para su edad, por lo que estaba “preparado” para colaborar con la fundadora. Era hijo de una familia de Livorno –su papá había sido maestro, una figura de referencia del laicado católico y entonces era diputado; su madre era ama de casa, tenía tres hermanos y hermanas-. Pasquale desde su infancia manifestó una inteligencia teórico-práctica fuera de lo común. El día del armisticio, el 8 de septiembre de 1943, con sólo 14 años, se escapó de casa «para dar un servicio a Italia». Muy pronto, se enrolo con los Camisas Negras, y después, a la fuerza, con los mismos nazis, entre otras cosas combatió en Cassino, antes de escapar liberó a unos desertores que habían sido condenados a muerte. Allí empezó su conversión filosófico-religiosa. Terminó la guerra entre los partisanos, después entró enseguida en el seminario de Pistoia, y dos años más tarde al prestigioso Instituto Capránica de Roma. Pero se fue, no compartía la incoherencia de muchos eclesiásticos con respecto al Evangelio. Una coherencia que en cambio encontró en la Lubich y sus amigos. En menos de un mes, la maestra de Trento entendió que Dios le había enviado a ese joven para que la ayudara en la realización de la obra de Dios que ya estaba naciendo. Foresi cooperó con ella en la realización de la convivencia entre vírgenes, en la aprobación por parte de la Iglesia del Movimiento, en la construcción de centros y ciudadelas, en la apertura de editoriales y revistas, en la inauguración de centros universitarios… A partir de ese día Chiara Lubich permaneció fiel al papel que Dios le había confiado Foresi, y nunca no lo abandonó, ni siquiera cuando, debido a una grave enfermedad cerebral que lo afecto en 1967 cuando sólo tenía 38 años, tuvo que desaparecer de la vida pública. Para ella, Pasquale siempre fue uno de los dos co-fundadores del Movimiento, la persona con la que confrontaba cualquier decisión que tenía que tomar”.

¿Qué tipo de sacerdote fue? ¿Cuál era su visión de la Iglesia? 
“Sobre una formación muy tradicional basada en los sacramentos y en la vida sacerdotal, neo-escolástica se podría decir, Foresi ayudó a Chiara Lubich a elaborar una idea original de aplicación del presbiterado, la idea de un “sacerdocio mariano” libre del “poder” y animado sólo por una profunda radicación en el sacerdocio real de Jesús. Todavía hoy esta idea del sacerdocio está en vías de aplicación y experimentación. Para Foresi, en especial, el sacerdote tendría que ser un modelo de humanidad, un hombre-Jesús. Su visión subyacente de la Iglesia está vinculada a una perspectiva proféticamente conciliar: la Iglesia pueblo de Dios, la Iglesia-comunión, naturalmente sinodal, con una valoración (que en lo más mínimo desvalora las presencias técnicamente “sacramentales” de Cristo en su Iglesia) de la presencia de Jesús en la humanidad en formas más “laicas”, en especial la presencia prometida por Jesús en el Evangelio de Mateo: «Donde dos o tres están unidos en mi nombre, yo estoy allí en medio de ellos» (Mt 18, 20)”.

¿Por qué Chiara Lubich le confió precisamente a Foresi, y no a un laico, la realización de algunas obras de los Focolares, las así llamadas “concreciones”, como el Centro internacional de Loppiano o el nacimiento de la casa editorial Città Nuova…?
“Habría sido bueno plantearle la pregunta a la interesada… Señalo sin embargo que el otro cofundador del Movimiento era Igino Giordani, un laico, casado, diputado, periodista, ecumenista. Que conoció a Chiara Lubich ya en 1948. En él la fundadora veía la presencia “de la humanidad” en el corazón de su carisma. Por lo tanto Giordani representaba para Chiara Lubich la apertura radical al mundo, según la oración sacerdotal de Jesús: «Que todos sean uno» (Jn. 17, 10). Pero Lubich veía en Foresi –quien entre otras cosas tenía una índole más “concreta” que el “idealista” Giordani- a quien que la habría sostenido prácticamente en la construcción de su Obra. Foresi, por esta característica suya, era extremamente “laico”, si bien tenía muy clara la misión del Movimiento que era sobre todo eclesial, y no podía obviar para realizarla a los eclesiásticos”.

Hagamos una suposición: ¿Si Foresi estuviese vivo hoy, qué sugeriría a los Focolares, en qué cosa los invitaría a enfocarse?
“Es una auténtica suposición. Pero creo que invitaría al Movimiento a la necesaria “actualización”, mirando al estado naciente del Movimiento. Lo invitaría por lo tanto a revisar y aplicar las intuiciones místicas de la fundadora de 1949-1951, pero también a revisar atentamente el proceso de realización concreta del Movimiento, ocurrido sobre todo en el período de 1955-1957, en donde Lubich recibió otras iluminaciones dirigidas a concretar las intuiciones místicas precedentes”.

Stefania Tanesini

3 Comments

  • Aguardamos também, e com ansiedade, a chegada dessa obra prima sobre padre Foresi também ao Brasil, em português!

  • Thanks Stefania & Michele, I look forward to reading the biography in English, Always 1, Pádraic O’Sullivan

  • GRAZIE MICHELE E STEFANIA, UNA VERA RICOGNIZIONE PER CHI COME ME HA AVUTO MODO DI CONOSCERE E VIVERE I TEMPI DI CHIARA E PASQUALE, ASCOLTARLI DA VICINO NEI VARI CONGRESSI NE USCIVO EDIFICATO, FELICE DI SEGUIRE LA STRADA TRACCIATA CON TANTO AMORE. GRAZIE GRAZIE NAZZARENO Ravenna

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