El 1 de septiembre se conmemora la “Jornada mundial de oración por el cuidado de la Creación”. El compromiso de los Focolares con la adhesión a la iniciativa “El tiempo de la Creación” y con un meeting en octubre de 2020.

El 1 de septiembre se celebra la “Jornada mundial de oración por el cuidado de la Creación”. Fue instituida por el Papa Francisco en 2015, el año de la Encíclica Laudato si’.  En ella el Papa invita a todos a comprometerse en el cuidado de la Creación. Es nuestra casa, el bien más precioso. Y pide que superemos el actual sistema socio-económico.  Ya no podemos explotar el planeta tierra como si hubiese recursos naturales ilimitados. Hay que actuar de prisa y encontrar un modelo de desarrollo diferente.  ¿Qué podemos hacer para ser más concretos?

La Laudato si’ muestra un camino hacia una “conversión ecológica”: cambiar estilos de vida y tratar de poner en práctica los principios de la ecología integral. En este texto, por lo tanto, no se habla sólo de ambiente sino también de política, economía, sociedad.  Tenemos que partir de nosotros mismos, de nuestras opciones cotidianas de consumo, de las elecciones para que haya políticos más atentos al cuidado de la naturaleza; incidir más en la sociedad para aumentar las energías renovables y disminuir la utilización de las fuentes fósiles.

Este año también el Movimiento de los Focolares adhiere a la iniciativa “El Tiempo de la Creación”, la celebración anual de oración y acción por nuestra casa común que empieza justamente el 1 de septiembre y termina el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, patrono de la ecología, amado por muchas confesiones cristianas. Esta red global alienta a todos a organizar eventos y registrarlos en la página web. Una iniciativa de carácter ecuménico cuyas raíces tienen ya treinta años: en 1989 fue el  patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla, Dimitrios quien dio el puntapié decisivo a las diferentes Iglesias cristianas para declarar conjuntamente el 1 de septiembre “Jornada mundial de oración por el cuidado de la Creación”. Para este año el tema sugerido es: “Jubileo para la Tierra: nuevos ritmos, nueva esperanza”. Un evento útil para considerar la relación integral entre el descanso de la Tierra y las formas de vida ecológicas, económicas, sociales y políticas, sobre todo como consecuencia de los efectos de vasto alcance causados por la pandemia global de Covid-19.

Del 23 al 25 de octubre en Castel Gandolfo (Italia), además, habrá un meeting organizado por  EcoOne –la red ecológica de los Focolares– que comprenderá la participación de expertos, políticos, docentes universitarios, entes y asociaciones, para examinar el impacto de la Laudato sì’  en el mundo contemporáneo y los nuevos caminos explorados hacia una ecología integral. El evento quiere mostrar el rol que individuos y entes sociales pueden desempeñar en el cuidado de nuestra casa común.

Éste, entre otras cosas, es también un año especial, porque el 24 de mayo pasado, con ocasión del quinto aniversario de la encíclica, el Papa Francisco anunció un año especial  –hasta el 24 de mayo de 2021– de la Laudato si’.

La urgencia de la situación es tal que requiere respuestas concretas e inmediatas que involucren a todos a nivel nacional, regional, nacional e internacional.

En particular, es necesario crear “un movimiento popular” desde abajo, y una alianza entre todos los hombres de buena voluntad.  Para ello es importante participar en iniciativas como “El Tiempo de la Creación” o el meeting de EcoOne de octubre próximo. Como el Papa Francisco nos recuerda, “todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación, cada uno con su propia cultura y experiencia, sus propias iniciativas y capacidades.” (LS, 14)

 Lorenzo Russo

 

6 Comments

  • Mi riconosco nel commento di Bruno Ceravolo! Un esempio concreto: l’esigenza di cambiare auto ha portato a valutare con attenzione la convenienza di un veicolo elettrico. NON c’è ancora nonostante gli ECOINCENTIVI e i grandi proclami… un’altra opportunità che si continua a trascurare!

  • Condivido lo spirito dell’iniziativa e quanto nella Enciclica viene sollecitato ad attuare. Convinto che un «movimento popolare» silenzioso non possa incidere sulle scelte politiche e di indirizzo degli amministratori. È necessario a mio avviso che il movimento sia da costante pungolo nei riguardi di chi le scelte è chiamato a fare in modo che siano sempre più orientate verso il bene comune e la salvaguardia del creato.

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